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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Studia Limensia Anexo III: Cariátides y atlantes en la restablística barroca del Perú

De Enciclopedia Católica

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Por definición, la "caríatide" es una columna ornamentada, con forma de figura de mujer, cuyos atavíos están raídos. Recuerda el castigo impuesto a la ciudad de Carias, vejando a sus mujeres principales, a las que se hizo ataviar y enjoyar antes de emprender el viaje como prisioneras. Atavíos y joyas que fueron perdiendo debido a las asperezas del viaje. Reducidas a la esclavitud, se las condenó a las labores más penosas. Por eso, en el Erecteón, se las representa como columnas. Significando que han de soportar el peso divino por toda la eternidad. La voz griega "jaris", alude a la gracia y porte recto la mujer, y a su elegancia en el vestir y en bailar. Así leemos en la Sagrada Escritura: <<Despierta, despierta, vístete de tu poder, oh Sión; vístete de tus ropajes hermosos, oh Jerusalén, ciudad santa. Porque el incircunciso y el inmundo no volverán a entrar en ti. 2Sal del polvo, levántate, cautiva Jerusalén; líbrate de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sion>>. (Is, 52, 1). «Halló gracia en el desierto el pueblo que se libró de la espada: va a su descanso Israel». De lejos se le aparece el Señor: «Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti. Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel» (Jr 31 1-4). No obstante sus infidelidades, Dios está dispuesto a perdonar siempre y salvar a quién la Gracia, esa fuerza sobrenatural que permite resistir al pecado y vencerlo. La Gracia restaura la hermosura del alma que se perdió pecando. El alma es como revestida de un traje nupcial blanco. Atlas, según la Mitología griega, es un Titán que fue condenado a soportar eternamente la bóveda celeste, al final de la Titanomaquia. En la retablística barroca del Perú verificamos su empleo. El uso que se hace estos elementos arquitectónicos confirma, en primer lugar, el carácter punitivo del relato histórico y mitológico, pero además le agrega una significado opuesto alegórico de contenido cristiano, que es esperanzador, redentor y remunerador. Puede resumirse así: Quien supo llevar las cargas y penurias terrestres con lealtad y paciencia, será honrado, premiado y exaltado en la Gloria celestial. La carga que sirvió como instrumento de santificación se convertirá en corona de gloria. El fundamento de esto está en el Evangelio según san Mateo 11, 28-30. <<Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana>>. La Arquitectura barroca es <<Prefiguración celestial>>. El Altar Mayor es alegoría de la Gloria de Dios Tres veces Santo y Trono del Sagrado Corazón Eucarístico. Los altares laterales tienen una función pedagógica y catequética referida a los Misterios de Nuestra Salvación y a la Iglesia Miliante. El elemento menor está referido siempre a un contexto determinado (dedicación del altar) y el contexto retablístico se forma parte de un todo que lo vertebra, y le da plenitud. Lo dicho vale tanto para la arquitectura perpetua, como para la efímera. La observancia de estos principios generales, nos facilitará la interpretación de cada elemento, nos permitirá insertarlo dentro de una "rueda de asuntos predicables", y nos evitará caer en la tentación de la atribución equivocada, caprichosa e inadecuada, en la que por lo general incurren los antropólogos, que a la manera del Coloso de Rodas, asientan un pie en el Barroco y otro en el pensamiento andino. Los ejemplo referidos a los los Santos Ángeles son claros y numerosos: Los vemos como tenantes, portantes (torcheros), vindicantes, tonantes, danzantes, volantes, laudantes, orantes, turiferarios, ceroferarios, etc. Todas estas actividades, son para los Ängeles altamente honrosas. La forma del Atlante sugiere que nos encontramos en el ámbito de lo sobrenatural. La carga y la fuerza para soportar son sobrehumanas. La dignidad y fuerza del representado como Atlante corresponden a la Profundidad, Majestad y elevación del Misterio que se alegoriza. También sugiere el grado de recompensa y dignidad que alcanzará el tenante cuando llegue el momento de la remuneración Estamos en el ámbito de la libertad personal humana y angélica. La creatura desea servir al creador. Su carga no es oprobiosa, sino honrosa. Proclama a voces la humildad, la paciencia, la mansedumbre y la santidad del servidor. Al demonio lo vemos siempre como atlante o cariátide, pero aplastado, humillado y vejado por todo lo que odia: La Regeneración de la Vida (pila bautismal). La Palabra que da Vida (como soporte de los púlpitos) y el Canto de alabanza ( en las paredes de los coros y en la cañutería de los órganos). Es culpable de falsificar la Palabra que da Vida, condenando así a la muerte al hombre. Es reo de tormento eterno por haber dicho NON SERVIAM, y por haberse negado a adorar a Dios. Un tipo de vejamen distinto es servir de bestia de tiro de los carros triunfales de la Iglesia: según los modelos típicos del <<Aereoplastes theo-sophicus>> [1]. Los enemigos de Ctristo y de su iglesia o son aplastados por las ruedas de los carros que desfilan en el Apoteosis del Triunfo escatológico, o bien los tiran de ellos. El Carro de la Iglesia es conducido por Cristo Auriga.

José Gálvez Krüger

Sociedad Peruana de Historia