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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Socinianismo

De Enciclopedia Católica

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Es el cuerpo de doctrina que mantienen numerosa sectas antitrinitarias a las que dio lugar la Reforma. Los socinianos derivan su nombre de los nativos de Siena Lelio Sozzini (1525-62) y su sobrino Fausto Sozzini (1539-1604). El nombre tiene variantes, pero su forma latina, Socinus, es la que se usa normalmente. La secta debe su individualidad a Fausto o Faustus Socinus, pero surgió antes de que él se pusiera en contacto con ella. En 1546, había una sociedad secreta que se reunía en Vicenza, en la diócesis de Venencia para discutir, entre otros puntos, la doctrina de la Trinidad. Entre sus miembros estaban Blandrata, un conocido médico, Alciatus, Gentilis y Lelio o Laelius Socinus. Este último, que era un sacerdote de Siena, era íntimo amigo de Bullinger, Calvino y Melanchton.

El objetivo de la sociedad esa la defensa no precisamente de los que después fueron los principios socinianos, sino en Antitrinitarismo. Los Nominalistas, representados por Abelardo, fueron los verdaderos progenitores de la Antitrinitarios del período de la Reforma., pero mientras que muchos nominalistas acabaron siendo triteistas, el término Antitrinitario quiere decir expresamente aquel que niega la distinción de personas en Dios. Los Antitrinitarios son pues los últimos representantes de los Sabelianos, Macedonios y Arrianos de los primeros períodos. La sociedad secreta que se reunía en Vicenza se disolvió y la mayoría de sus miembros huyeron a Polonia. Laelius, parece que vivió sobre todo en Zurich, el era el principal producto de esa sociedad que siguió reuniéndose en Cracovia para discutir cuestiones religiosas. Murió en 1562 y a continuación comenzó una época tormentosa para los miembros del grupo. Pronto se sintió el efecto de los principios de la Reforma y el cisma apareció entre las filas de los Antitinitarios - porque en este momento es así como debemos llamar a todos ellos - En 1570 los Socinianos se separaron y por medio de la influencia del Antitrinitario Juan Sigismund, se establecieron en Racow.

Mientras tanto, Faustus Socinus había obtenido la propiedad de los papeles de su tío y en 1579 llegó a Polonia: Se encontró con la secta dividida en varios grupos y al principio le negaron la admisión porque no aceptaba el segundo bautismo. En 1574 los Socinianos habían publicado un "Catecismo para los Unitarios" en el que se decían muchas cosas sobre la naturaleza y perfección de Dios pero se guardaba silencio sobre los atributos que eran misteriosos. Cristo era el Hombre prometido; era el Mediador de la Creación es decir de la Regeneración. Poco después de la aparición del catecismo Faustus aparece en escena y a pesar de la oposición inicial, logró atraerse a todos los grupos, asegurando un grado de unidad que no habían tenido hasta entonces. Una vez en posesión del poder su acción se convirtió en despótica y arbitraria. Había sido invitado a Siebenburg para contrarrestar la influencia del obispo antitrinitario Francis David (1510-79), que no había querido aceptar la peculiaridad de la doctrina sociniana de que Cristo, aunque no era Dios, debía ser adorado. Francis fue encarcelado y murió en prisión. Budnaeus, que opinaba como David, fue degradado y excomulgado en 1854. El antiguo catecismo no fue suprimido y el nuevo se publicó como "Catecismo de Racow". Redactado por Socinus, pero no se publicó hasta 1605, un año después de su muerte, en polaco y después en latín en 1609.

Al ir creciendo, los socinianos establecieron colegios, reunieron sínodos y tuvieron una imprenta de la que salió una inmensa cantidad de literatura religiosa para apoyar sus puntos de vista, que fue recogida bajo el título de "Bibliotheca Antitrinitarianorum", por Sandius.

En 1638, los católicos polacos insistieron en la ilegalización de los socinianos, que fueron dispersados. De las páginas de Bayle se colige que en Europa se tenía a esta secta., se decía que muchos príncipes la favorecían en secreto y que se había predicho que el Siocinianismo se impondría en Europa. Sin embargo Bayle trata de alejar los miedos insistiendo en las vigorosas medidas tomadas en Holanda contra ellos. Así en 1639, por sugerencia del embajador británico, todos los estados de Holanda fueron puestos en estado de alerta ante la posible llegada de los Socinianos tras su expulsión de Polonia. En 1653 se emitieron decretos que restringían mucho su actividad. En Inglaterra la secta no tuvo mocho importancia. A los protestantes les desagradaba, aunque no estaban al parecer dispuestos a llegar tan lejos contra ellos como los reformadores continentales. En 1612 nos encontramos con nombres como Leggatt y Wightman que se mencionan como condenados a muerte por negar la divinidad de Cristo. Bajo la Commonwealth, John Biddle sobresalió como defensor de los principios socinianos; Cromwell le desterró a las islas Scilly pero volvió con un documento de habeas corpus convirtiéndose en ministro de una iglesia independiente en Londres. Después de la Restauración, fue de nuevo apresado y murió en la cárcel en 1662. Los unitarios son con frecuencia confundidos con los Socinianos, pero entre sus doctrinas hay diferencias fundamentales.


Doctrinas Fundamentales

Se hallan reunidas en el “Catecismo de Racow” que se ha mencionado arriba y en los escritos de Socinus, coleccionadas en la “"Bibliotheca Fratrum Polonorum". La base era, naturalmente, el juicio privado. Los Socinianos rechazan la autoridad e insisten en el libre uso de la razón, pero no rechazan la revelación. Socinus, en su obra "De Auctoritate Scripturae Sacrae", llegó hasta rechazar toda religión exclusivamente humana. Así que la Biblia era todo para él pero había que interpretarla a la luz de la razón. De ahí que tanto él como sus seguidores rechacen todos los misterios. Como dice el sociniano John Crell (m. 1633) dice en su "De Deo et ejus Attributis",” Los misterios están más allá de la razón, pero no la eliminan, de ninguna manera extinguen su luz, solamente la perfeccionan”. Esto sería verdadero para un católico, pero en la boca de un sociniano quería que solo sean aceptados esos misterios que la razón puede captar. Así pues, en el Catecismo Racoviano y en la obra de Socinus "Institutiones Religionis Christianae", solamente se insiste en la unidad, eternidad, omnipotencia, justicia y sabiduría de Dios, puesto que podríamos ser convencidos de ellas; Su inmensidad, infinitud y omnipresencia están más allá de la comprensión humana y por consiguiente innecesarios para la salvación. Justicia original significaba para Socinius simplemente que Adán estaba libre de pecado de hecho0, no que estuviera dotado de un don peculiar, de ahí que Socinus negara completamente la doctrina del pecado original. Y puesto que la fe no era otra cosas para él que confianza en Dios, se vio obligado a negar la doctrina de la justificación en el sentido católico; no era otra cosa que un acto judicial de parte de Dios. Solo había dos sacramentos y como no eran otra cosa que meros incentivos para la fe, no tenían eficacia intrínseca. Rechazaba el bautismo de los niños. No existía el infierno. Los malos eran aniquilados.


Cristología

Todo el socinianismo gira en torno a este asunto, por lo que es particularmente interesante. Dios, mantenían los socinianos con razón, es absolutamente simple; pero la distinción de personas destruye esa simplicidad, luego concluyen que la doctrina de la Trinidad no es insegura. Más aún, no puede haber proporción entre lo finito y lo infinito y por ende no puede haber Encarnación de la deidad, puesto que eso exigiría esa proporción. Pero si, por una imposibilidad, hubiera distinción entre las personas de la deidad, ninguna persona podía estar unida a una persona humana, puesto que no puede haber unidad entre dos individualidades.

Estos argumentos, naturalmente, son pueriles y solo la ignorancia de la doctrina católica puede explicar que en los siglos dieciséis y diecisiete se mantengan esos puntos de vista. Respecto al primer argumento ver Sto. Thomas, (Summa I:12:1, ad 4); para la solución de las otras ver Petavius. Pero los socinianos no se hicieron arrianos, como Campanus y Gentilis. Este pertenecía a la sociedad original que se reunía en Vicenza. Fue decapitado en Berna en 1566. No se convirtieron en Triteistas, como algunos suponen que fue Gentilis. Tampoco se hicieron Unitarianos, como cabía esperar. Socinus tenía muchas afinidades con Pablo se Samosata y Sabelio. Con ellos miraba al Espíritu Santo como una mera operación de Dios, un poder para la santificación. Pero sus enseñanzas respecto a la persona de Cristo difieren en algunos aspectos de ellos. Par Socinus Cristo era el Logos, pero negaba su preexistencia; era la Palabra de Dios siendo su intérprete (interpres divinae voluntatis). Los pasajes de S. Juan que presentan al Verbo como intermediario de la creación los explicaba Socinus como regeneración solamente. Así mismo tiempo Cristo fue concebido milagrosamente. Era un hombre perfecto, el Mediador nombrado, pero no era Dios, solo un hombre deificado. En este sentido debía ser adorado, Y en esto precisamente tenemos la línea divisoria entre Socinianismo y Unitarianismo, porque este último negaba el nacimiento milagroso de Cristo y rehusaba adorarle. Hay que confesar que , en sus principio los Unitarianos eran más lógicos.


Redención y Sacramentos

Las opiniones de Socinus sobre la persona de Cristo afectaron necesariamente a sus enseñanzas sobre el oficio de Cristo como Redentor, y por consiguiente, sobre la eficacia de los sacramentos. Siendo solo un hombre, Cristo no realizó la redención en el sentido de dar satisfacción por nuestros pecados, por lo que no podemos ver los sacramentos como instrumentos por los que los frutos de la redención se aplican al hombre. Socino enseñó que la Pasión de Cristo mera simplemente un ejemplo para nosotros y una promesa de nuestro perdón. Toda su enseñanza se sincretiza en la doctrina sociniana de la Ultima Cena, que ni siquiera es conmemoración de la Pasión de Cristo. Era más apropiadamente un acto de acción de gracias por ella.


La Iglesia y el Socinianismo

No es necesario decir que los socinianos han sido repetidamente condenados por la Iglesia. Como antitrinitaristas se oponen a la doctrina expresa de los seis primeros concilios; su visión de la persona de Cristo está en contradicción con esos mismos concilios, especialmente el de Calcedonia y el famoso “Tomo” (Ep. xxviii) de S. León Grande (cf. Denzinger, no. 143). Para su peculiar postura respecto a la adoración de Cristo, ver el canon. ix del quinto concilio ecuménico (Denz., 221).

Se opone también a los varios credos, más especialmente e al de S. Atanasio. Tiene muchas afinidades con la herejía adopcionista condenada en el concilio plenario de Frankfort de 794 y en la segunda carta del papa Adriano I a los obispos de España (cf. Denz., 309-314). Su negación de “reconciliación “(Romanos 5:10, 11) se opone a los decretos contra Gotescalco promulgados en 849 (cf. Denz., 319), y a la definición de4l Laterano Cuarto contra los Albigenses (Denz., 428; ver también Conc. Trid., Sess. xxii., cap. i. de Sacrificio Missae, en Denz., 938).

Las proposiciones de Abelardo condenadas (1140) pueden aplicarse a las de los socinianos (cf. Denz., 368 ss.). Igualmente, la herejía valdense: La profesión de fe redactada contra ellos por Inocencio III puede tomarse como un resumen de los errores socinianos

La condena formal del socinianismo apareció por primera vez en la Constitución de Paulo IV "Cum quorundam:, 1555 (Denz., 993); confirmada en 1603 por Clemente VIII, por la "Dominici gregis", pero hay que notar que estas condenas aparecieron antes de la publicación del Catecismo de Racow en 1605 y por consiguiente no reflejan adecuadamente las doctrinas formales del socinianismo. Hay que pensar además que según muchos, este catecismo en sí no refleja las doctrinas que realmente tenían los líderes del grupo, ya que la intención era que sirviera para los laicos solo. Según el decreto de 1555 y de nuevo el del 1603, los socinianos mantenían que :


• No existía la Trinidad.

• Cristo no era consustancial con el Padre y con el Espíritu Santo.

• No Fue concebido del Espíritu Santo, sino engendrado por S. José.

• Su muerte y pasión no tenían como finalidad trae la redención para nosotros.

• La Virgen María no era madre de Dios ni conserve su virginidad.

Parece que por el catecismo de ¡605 los socinianos sostenían que Cristo, al menos, milagrosamente concebido, aunque no esté claro en qué sentido.


H. Pope.


Transcrito por Janet Grayson.

Traducido por Pedro Royo