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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Santos Nereus, Achilleus, Domitilla, Pancratius

De Enciclopedia Católica

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La Iglesia conmemora juntos a estos cuatro santos romanos el día 12 mayo, y los cuatro son nombrados en el Propio de la Misa como Mártires. Las antiguas listas romanas, del quinto siglo, que fueron incluidas en el Martyrologium Hiernoymianum, contienen los nombres de los dos mártires, Nereo y Aquiles, cuya tumba estaba en la Catacumba de Domitila en la Vía Ardeatina; en el mismo calendario se halla el nombre de San Pancracio, cuyo cuerpo descansaba en una catacumba en la Vía Aurelia. La versión más completa de este calendario es dada por el Códice de Berne, y dice como sigue: "IIII. id. Maii, Romae in coemeterio Praetextati natale Nerei et Achillei fratrum, et natale sci Pancrati vía Aurelia miliario secundo" (el día 12 de mayo en Roma en el cementerio de Praetextatus [un error evidente, por Domitila] el día natal de Nereo y Aquileo, y el día natal de San Pancracio, en la segunda piedra miliar"; ed. de Rossi-Duchesne, Acta SS., Nov., II, [59]). En la invocación de la Misa para su fiesta, en el "Sacramentarium Gelasianum", los nombres de Nereo y Aquileo simplemente son mecionados, y esto sólo porque su invocación en la Misa se encontraba en la oración colecta de la fiesta de San Pancracio, que se celebraba en la iglesia construida encima de su tumba en la Vía Aurelia. En la Misa de su fiesta, cuyo ritual nos es desconocido, su nombre, sin duda alguna, era mencionado en exclusivo. En los siglos cuarto y siguientes se celebraba una Misa Votiva especial el día 12 mayo en ambos lugares (en la tumba de los Santos Nereo y Aquileo en la Vía Ardeatina, y la de San Pancracio en la Vía Aurelia). Los Itinerarios de las tumbas de los mártires romanos, escritos en el séptimo siglo, son unánimes en su indicación del lugar de descanso de estos santos (de Rossi, "Roma Sotterranea", I, 180-83). La iglesia que fue erigida en el siglo cuarto sobre la tumba de San Pancracio está en pie hoy todavía, en un estilo un poco alterado. La leyenda que describe el martirio del Santo es de origen más tardío, y no muy fiable históricamente; es probable que muriera durante la persecución de Valerio (257-58) o en la de Diocleciano (304-06).

La iglesia construida sobre la tumba de los Santos Nereo y Aquileo en la Vía Ardeatina, es de finales del cuarto siglo; es una basílica con tres naves, y fue descubierta por de Rossi en la Catacumba de Domitila. Entre los numerosos objetos encontrados en las ruinas había dos pilares que habían soportado el giborium, ornamentados con esculturas que representan la muerte de los dos santos por decapitación; uno de estos pilares se encuentra perfectamente conservado, y en él está tallado el nombre de Aquileo. Allí también se encontró un fragmento grande de una losa jaspeada, con una inscripción compuesta por el Papa Dámaso, cuyo texto es muy conocido por una copia antigua. Esta mención histórica, la más antigua, de los dos santos (Weyman, "Vier Epigramme des h. Papstes Damasus", Munich, 1905; de Rossi, "Inscriptiones christianae", II, 31; Ihm, "Damasi epigrammata", Leipzig, 1895, 12, no. 8) nos cuenta cómo Nereo y Aquileo eran, como soldados, obedientes al tirano, pero habiéndose convertido repentinamente al Cristianismo, gozosamente rehusaron su mando, y ello fue la muerte de los mártires; no podemos hacer ninguna inferencia acerca de la fecha de su confesión gloriosa. Los “Hechos” de estos mártires, legendarios incluso a un grado romántico, no tienen valor histórico para su vida y su muerte; estos “Hechos” contienen nada menos que trece mártires romanos diferentes, entre ellos incluso Simón el Mago, según el apócrifo “Hechos de San Pedro”, y sitúa su muerte a finales del siglo primero y principios del segundo. Estos Hechos fueron escritos en griego y latín; según Achelis (véase) el griego era el texto original, y fue escrito en Roma en el siglo sexto; Schaefer (véase), por otra parte, sostiene que el latín fue la versión más antigua, y busca demostrar que proviene de la primera mitad del quinto siglo; fecha tan remota es improbable, y es preferible el siglo sexto como fuente de los Hechos. Según estas leyendas Nereo y Aquileo eran eunucos y camareros de Flavia Domitila, sobrina del Emperador Domiciano; habían sido desterrados con esta virgen cristiana a la isla de Pontia, y después decapitados en Terracina. Las tumbas de estos dos mártires estaban en una propiedad de la Señora Domitila junto a la Vía Ardeatina, cerca de la de Santa Petronila.

El autor de esta leyenda describe a los dos santos de manera muy diferente a la del Papa Dámaso en su poema: Dado que tanto Nereo como Aquileo fueron enterrados en una parte muy antigua de la catacumba de Domitila, construida en fecha tan lejana como principios del segundo siglo, podemos concluir que están entre los mártires más antiguos de la Iglesia romana, y que se encuentran en relación muy cercana con la familia Flavio, de la que era miembro Domitila, la fundadora de la catacumba. En la Epístola a los romanos, San Pablo menciona un Nereo con su hermana, a quien envía saludos (Rom. XVI, 15); quizás incluso el mártir era un descendiente de este discípulo del Apóstol del Gentiles. Debido al carácter completamente legendario de estos Hechos, no podemos usarlos como argumento de peso en la controversia acerca de si había dos cristianas con el nombre de Domitila en la cristiana familia Flavia, o solamente uno, la esposa del Cónsul Flavio Clemente (véase FLAVIA DOMITILLA). Acerca de otros mártires de nombre Nereo, diremos que son especialmente nombrados en los antiguos martirologios como mártires de la fe en África o como nativos de ese continente (por ejemplo, en el Martyrologium Hieronymianum, los días 11 mayo, 15 o 16 octubre, y 16 de noviembre); y aunque hay uno del mismo nombre en el actual Martirologio romano en fecha del 16 de Octubre, nada más nos es conocido.

On Sts. Nereus and Achilleus; Acta SS., May, III, 6-13; MOMBRITIUS, Sanctuarium, I, 238-40; II, 159 sqq., 201; Bibliotheca hagiographica latina, II, 883 sqq.; Bibliotheca hag. graeca, 2nd ed., 185; WIRTH, Acta SS. Nerei et Achillei (Leipzig, 1890); ACHELIS, Acta SS. Nerei et Achellei in Texte und Untersuchungen, XI, 2 (Leipzig, 1892); SCHAEFER, Die Akten der hl. Nereus und Achilleus in Romische Quartalschrift (1894), 89-119; DUFOURCQ, Les Gesta Martyrum Romains, I (Paris, 1900), 251-55, 305-07; URBAIN, Ein Martyrologium der christl. Gemeinde zu Rom (Leipzig, 1901), 143-44; ALLARD, Histoire des persecutions, I (2nd ed., Paris, 1892), 168 sq.; DE ROSSI in Bulletino di archeologia cristiana (874), 5 sqq., 68 sqq. (1875), 5 sqq.; MARUCCHI, Guide des catacombes romaines (Rome, 1903), 97 sq. On St. Pancratius: Acta SS., May, III, 21; Analecta Bollandiana, X, 53-56; DUFOURCQ, Gesta Martyrum Romains, I, 235- 57; MARUCCHI, Guide des catacombes romaines, 43-46.

J.P. KIRSCH Transcrito por Michael T. Barrett Dedicado a la memoria de los mártires de Roma Traducido por Mater Unitatis APF