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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Raza negra

De Enciclopedia Católica

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El término “negro”, derivado del latín “niger” y trasladado en idéntica forma del español al inglés (en vez de “black”, color negro) cuando se trata de raza, puede aplicarse a una amplia porción de la humanidad, pero más estrictamente se limita a ciertos pueblos y tribus de Africa Central y a sus descendientes en diversas partes del mundo. La división de la humanidad en cinco partes hecha por Bluemback (Blumenbach)considera como negro en primer lugar al etíope, abarcando los cafres, hotentotes, australianos, alfures y negros de Oceanía. Pritchard y Latham protestan con razón contra el error de considerar el término negro como sinónimo de africano. Hay pueblos de piel oscura de varios tipos por todos los países tropicales del mundo. El negro propiamente dicho es de piel oscura, con pelo lanudo y otras características, mientras que difiere en rasgos menores. Es un error sostener, como hacen algunos, que todos los negros tienen rasgos comunes. El profesor Jerome Dowd, un sureño blanco, declara que “hablar de todos los negros de Africa como una raza que tenga características comunes, es erróneo y tan poco científico como considerar a todos los europeos y americanos como una raza y atribuirle a todos ellos los mismos rasgos”. Las observaciones y documentos sobre el continente africano van a mostrar que no son necesariamente las razas con piel más oscura las más inferiores en la escala de la civilización. El negro es originariamente un nativo del Sudán y otras partes de Africa Central y Occidental, donde ahora (1910) hay una población de unos 128.000.000 de negros. En las Indias Occidentales, Sudamérica y los Estados Unidos hay descendientes de africanos, aunque en los Estados Unidos los de sangre mezclada, los mulatos, e incluso los que tienen preponderancia de sangre blanca son clasificados como negros.

HISTORIA

El origen de la raza negra data de la formación de las razas en el alba de la historia humana. Los aspectos etnológicos de la cuestión son muchos y variados. Se dice que el africano original fue el bosquimano, que es más bien moreno que negro; el negro, el hombre de color realmente negro, probablemente vino de otras regiones. Esto, sin embargo, debió ocurrir en un periodo remoto. Las principales divisiones de la población nativa de Africa son las razas negra, bosquimana, y bantú, o mezclada, generalmente de color moreno, que invadieron el sur de Africa, expulsando al bosquimano originario. Pero siglos de esclavitud han roto y entremezclado de tal manera las diferentes razas que es difícil encontrar algún negro sin mixtura de sangre extranjera.

La historia del negro en América, que es la que concierne más específicamente a este artículo, comienza con el comercio de esclavos africanos. Bajo la coacción y la vara del dueño de esclavos el negro se convirtió en parte de la población del Nuevo Mundo. La esclavitud del negro de los tiempos modernos siguió al descubrimiento de América. Los portugueses, que poseían una amplia parte de la costa africana occidental, comenzaron a emplear como esclavos a los negros, en lo que fueron seguidos por otros colonizadores del Nuevo Mundo. El primer país del Nuevo Mundo al que fueron traídos masivamente los negros fue Haití, o la Hispaniola. La raza aborigen había sido empleada allí al principio en las minas, pero esta clase de trabajo se reveló tan fatal para ellos que Las Casas, obispo de Chiapas, el célebre protector de los indios, aunque en un periodo posterior desaprobó la esclavitud, urgió a Carlos V que los sustituyera con esclavos africanos como raza más resistente. Por consiguiente el Emperador, en 1517, autorizó una amplia exportación de negros. Sir John Hawkins fue el primer inglés que se dedicó a este tráfico. Otros compatriotas suyos pronto siguieron su ejemplo en gran escala. Se dice que Inglaterra capturó, entre 1680 y 1700, no menos de 300.000 esclavos de Africa, y entre 1700 y 1786 sólo Jamaica recibió 610.000. Un barco holandés trajo de la costa de Guinea a Jamestown, Virginia, un cargamento de 20 negros en 1620; este fue el comienzo de la esclavitud en las colonias inglesas de América. Una compañía inglesa obtuvo el monopolio del suministro de esclavos negros a las colonias españolas por treinta años; el contrato fue anulado por España en 1739, e Inglaterra acto seguido declaró la guerra a España. El número de esclavos exportados anualmente de Africa subía, a fines del Siglo XVIII, a 74.000. Entre 1680 y 1786 se trajo a 2.130.000 esclavos negros a las colonias británicas de América, incluyendo las Indias Occidentales. En conjunto se estima que probablemente 12.000.000 de esclavos desembarcaron en América del Norte y del Sur desde el comienzo hasta el fin del comercio de esclavos. Se supone que un número igual pereció en las incursiones para capturarlos en Africa y en su camino a América. El comercio de esclavos fue normalmente llevado a cabo con extrema crueldad; los barcos que transportaban a los esclavos de Africa a América estaban atestados hasta tal punto que una gran proporción moría durante el viaje. El trato a los esclavos después de su llegada dependía mucho del carácter de sus amos; sin embargo, se impusieron por ley restricciones en varias colonias para proteger a los esclavos de daños.

A principios del Siglo XVII Cartagena (de Indias), en Colombia, fue un destacado mercado de esclavos. Este fue el campo de labor de San Pedro Claver, de la Compañía de Jesús, el apóstol de los negros. Unos doce mil esclavos desembarcaban anualmente en Cartagena. Habitualmente estaban en miserables condiciones, y el santo buscó aliviar sus privaciones y sufrimientos. Con el tiempo un fuerte sentimiento cristiano se hizo valer contra el tráfico. En la época católica en Europa y Oriente, bajo la benigna influencia de la Iglesia Católica, las naciones gradualmente emanciparon a los esclavos. Desde el comienzo del comercio de esclavos africanos los Papas, desde Pío II, en el Siglo XV, a León XIII, en el Siglo XIX, publicaron encíclicas y dirigieron anatemas contra el bárbaro e inhumano trato a seres humanos en esclavitud. El tráfico y sus crueldades fueron condenados por la Santa Sede antes del descubrimiento de América. En América, los Amigos o Cuáqueros, de Pennsylvania, en 1776, requirieron de sus miembros que tuvieran esclavos que los emanciparan. Se formaron sociedades abolicionistas para desanimar y oponerse al tráfico de esclavos. Ante un gran incremento del tráfico, se tomaron medidas por el Gobierno británico y se prohibió toda ulterior importación de esclavos a las colonias en 1805. Los Estados Unidos prohibieron la importación de esclavos de Africa en 1808, aunque en cierta medida se siguieron trayendo esclavos secreta e ilegalmente al país hasta la emancipación de los esclavos durante la Guerra Civil. La importación de esclavos fue así mismo prohibida en las repúblicas sudamericanas. Con el tiempo, todos los estados de Europa aprobaron leyes o suscribieron tratados que prohibían el tráfico.

El paso siguiente era la abolición total de la esclavitud y la emancipación de los esclavos. Esto se produjo en las colonias británicas en 1834. Los franceses emanciparon a sus negros en 1848. En Haití la esclavitud terminó mucho antes, en 1791; su abolición fue uno de los resultados de la insurrección negra de ese año. Muchos de los estados hispanoamericanos abolieron la esclavitud al declarar su independencia; los otros han abolido desde entonces la institución. Brasil aprobó una ley de emancipación gradual en 1871. El Papa León XIII, en 1888, escribió a los obispos de Brasil estableciendo en lo sucesivo la posición de la Iglesia sobre la esclavitud; condenaba las crueldades del tráfico de esclavos y recomendaba la abolición de la esclavitud. En Estados Unidos la esclavitud estaba firmemente establecida en la época de la Declaración de Independencia y fue reconocida por la Constitución, ratificada en 1788. Había entonces varios cientos de miles de esclavos en la república. La esclavitud decayó en los estados del Norte, pero no en los del Sur, donde se requería el trabajo de los negros para el cultivo del azúcar y del algodón. La diversidad de sentimientos y de intereses entre el Norte y el Sur en la cuestión de la esclavitud produjo la Guerra Civil. La esclavitud de los negros tocó a su fin entonces en los Estados Unidos, cuando en interés de la Unión y como medida militar, el presidente Lincoln emitió su Proclama de Emancipación (1 de Enero de 1863). Desde que adquirieron la libertad los negros han crecido en número y progresado en lo material. La discriminación, el prejuicio, y la violenta crítica han estimulado a los más ambiciosos y respetables de entre ellos a adquirir educación y propiedad. En menos de cuarenta años de libertad, para el año 1900, el número de negros que puede leer y escribir se elevó del 5 al 55%. La tasa de incremento de la población negra se estimaba por las autoridades del Censo de Estados Unidos que sería alrededor del 15% para los diez años anteriores al Censo de 1900. Los informes del Censo para 1900 dan 8.833.994 negros para la parte continental de los Estados Unidos. Había también 363.742 personas de sangre negra pura o mezclada bajo la jurisdicción de Estados Unidos en Puerto Rico. Las estadísticas del Censo para 1910 en relación con las distintas razas no están aún disponibles, pero utilizando el porcentaje normal de incremento, podemos estimar las cifras aproximadas para ese año, fijando la población negra actual de la parte continental de los Estados Unidos en 10.158.092 personas. El censo de mulatos y otros de sangre mezclada en diversos grados fue realizado en los años 1850,1860,1870,y 1890. Aunque se reconoce que este recuento está muy sujeto a error, algunos resultados generales se han obtenido. Las indicaciones son que del 11 al 16 % de los clasificados como negros tienen algún grado de sangre blanca. Las cifras justifican la creencia de que entre un sexto y un noveno de la población negra de la parte continental de los Estados Unidos ha sido considerada por cuatro grupos de encuestadores como llevando la evidencia de una mezcla de sangre blanca. En el Sur los negros forman aproximadamente un tercio de la población. En 1900 tres décimos de la población negra total del país estaba viviendo en los estados contiguos de Georgia, Alabama y Mississippi. Estos, junto con los adyacentes de la Costa Atlántica (Virginia, Carolina del Norte y del Sur) y los estados del Golfo (Louisiana y Texas), tenían entonces más de medio millón de negros cada uno. La población negra en 1900 se distribuía por estados como sigue:

Georgia- -1.034.813

Mississippi- -907.630

Alabama- - 827.307

Carolina del Sur- -782.321

Virginia- -660.722

Louisiana- -650.804

Carolina del Norte- -624.469

Texas- - 620.722

Tennessee- -480.243

Arkansas- - 366.856

Kentucky- -284.706

Maryland- -235.064

Florida- -230.730

Missouri - - 161.234

Pennsylvania- -156.845

Nueva York- -99.232

Ohio- - 96.901

Distrito de Columbia- -86.702

Illinois- -85.078

Nueva Jersey- -69.844

Indiana- -57.505

Kansas - - 52.003

Los restantes estados tienen menos de 50.000 cada uno, completando el total de 8.833.994.

PRINCIPALES OCUPACIONES

Los informes del Censo muestran que los trabajadores de la agricultura, granjeros, plantadores, y capataces, trabajadores no clasificados, sirvientes, camareros, lavanderos y lavanderas, constituían el 83’6 %, o aproximadamente los cinco sextos, de los negros en todas las ocupaciones retribuidas de la parte continental de los Estados Unidos. Los mismos documentos también muestran que veintisiete ocupaciones incluían el 95’4 %, o más de nueve décimos, del total de los negros con ocupaciones remuneradas. Más de los tres cuartos (el 77’3%) de los negros viven en el campo. En 1900 había en los Estados Unidos 746.717 granjas explotadas por negros. Esas granjas ocupaban una superficie de 38.233.933 acres (15.473.272 Has.), valoradas en 499.943.734 dólares. De las 746.717 granjas explotadas por negros el 21% eran propiedad enteramente, y un 4’2% adicional en parte, de los granjeros que las explotaban; en otras palabras, cuarenta años después de la emancipación el 25’2%, o aproximadamente un cuarto, de todos los granjeros negros se han convertido en propietarios de la tierra. El valor de toda la propiedad imponible poseída hoy por la gente de color en los Estados unidos se estima en 550.000.000 de dólares.

EDUCACIÓN

Los resúmenes estadísticos que están disponibles de los 16 antiguos estados esclavistas dan para 1908-9 un promedio diario de asistencia de 1.116.811 niños de color a las escuelas públicas. Hay 141 escuelas públicas superiores para la raza de color con 10.935 alumnos y 473 profesores. El informe de educación del gobierno para 1910 también da estadísticas de 189 escuelas secundarias y superiores, universidades, escuelas profesionales, etc., para estudiantes de color (excluyendo las escuelas públicas superiores). Estas escuelas están normalmente bajo control de varias denominaciones religiosas. Algunas están controladas por corporaciones privadas y se clasifican como no-sectarias. Se admite que la lista es incompleta. Sólo dos escuelas católicas figuran en la lista, a saber, la Escuela Profesional de San José, de Clayton, Delaware, y la Academia de San Francisco, de Baltimore, Maryland. Hay, aparte de éstas, otros dos internados católicos para muchachos de color, uno en Rock Castle, Virginia, el otro en Montgomery, Alabama, aparte de la Universidad Van de Vyer, en Richmond, Virginia, y otros. Hay varios internados católicos para chicas de color donde se enseñan las ramas académica y profesional. Las Hermanas del Santísimo Sacramento tienen institutos en Rock Castle, Virginia, Nashville, Tennessee, y Cornwells, Pennsylvania. Las Hermanas Oblatas de color, de Baltimore, y las Hermanas de la Sagrada Familia, de Nueva Orleáns, tienen varios internados cada una. Las escuelas externas católicas ascienden a unas cien. En el Sur no se da educación sino en escuelas separadas.

Muchas de las escuelas descritas en el informe del gobierno sobre escuelas superiores no públicas son denominadas escuelas normales y profesionales e institutos. Otros son calificados de colegios misioneros. En gran parte son sostenidos por las denominaciones religiosas del Norte. Se reciben también considerables ingresos de las cuotas de enseñanza y suscripciones privadas. Los institutos no católicos reciben también generosas asignaciones de fondos educativos establecidos por filántropos del Norte para esclavos emancipados, tales como el Fondo Peabody, o el Fondo John F. Slater de Nueva York. El Fondo John F. Slater solo desembolsó 72.950 dólares (unas 14.590 libras) a varios institutos de color por todo el Sur en 1909-10. Los así llamados colegios no-sectarios reciben también ayuda municipal y del estado. En 1868 Samuel Chapman Armstrong, un célebre amigo de los negros, fundó el Instituto Hampton de Virginia para la educación de negros e indios. Al escribirse esto (1911) el Instituto Normal y profesional Hampton tiene 1374 estudiantes, masculinos y femeninos, con 112 profesores blancos y de color. Hampton ha sido el inspirador de un extenso sistema de institutos educativos y profesionales similares para la raza de color por todo el Sur. El más destacado retoño de Hampton es el Instituto Normal y Profesional de Tuskegee, en Tuskegee, Alabama, que tiene ahora 1.968 estudiantes, 1.137 de ellos varones y 561 mujeres. Hay 185 instructores, todos de color. La propiedad del instituto está valorada en 1.278.635 dólares (255.727 libras). Tiene una amplia dotación, que está siendo incrementada. Los ingresos totales de la escuela para 1909-10 fueron de 258.940 dólares.

RELIGION

El negro es religioso por naturaleza. Su disposición dócil, alegre, y emotiva está muy influida por su ambiente más próximo, tanto si ese ambiente es bueno como si es malo. La fe y la disciplina católicas se sabe que tienen un efecto saludable sobre la raza. Hombres observadores y jueces de los tribunales han señalado el espíritu de cumplimiento de la ley que existe en las comunidades católicas de color. Algunos elementos de las civilización del hombre blanco no siempre tienden a elevar la moralidad del negro. El negro es naturalmente gregario, y las disipaciones y condiciones de la vida urbana en muchos casos corrompen la nativa simplicidad de la generación más joven para dolor de sus mayores, más conservadores.(Para una visión de la religión en estos últimos tiempos entre los negros en el hogar nativo de la raza en Africa, ver AFRICA). Contrariamente a la opinión predominante, el negro, cuando está bien arraigado en la fe católica, es perseverante en ella. En Estados Unidos los negros y sus descendientes naturalmente adoptaron más o menos la religión de sus amos o antiguos propietarios. Así es como, fuera de Maryland y la Costa del Golfo, colonizados por protestantes ingleses en una amplia sección del Sur que comprende los antiguos estados esclavistas, los negros que declaran su afiliación a alguna Iglesia son en su mayor parte baptistas y metodistas. Los católicos y la fe católica fueron completamente desconocidos por los negros en esos estados. En la época colonial la religión de los católicos y la de los negros fueron miradas con igual desaprobación, siendo la última considerada como no-cristiana. Bajo la legislación de Virginia, tal como era en 1705, los católicos, indios, y esclavos negros no tenían derecho a actuar “como testigos en ningún caso en absoluto, al no ser cristianos”. Los metodistas negros comprenden tanto a los que de alguna manera están integrados entre los metodistas blancos, como a los que forman organizaciones independientes que no tienen conexión con las blancas. Las tres organizaciones más importantes de metodistas de color son la Iglesia Africana Metodista Episcopal, la Iglesia Africana Metodista Episcopal de Sión, y la Iglesia Metodista Episcopal de Color. Esos grupos afirman tener en conjunto 869.710 miembros. Con otros metodistas africanos, el número total de metodistas de color es probablemente de casi 1.500.000, con 13.000 iglesias. El mayor número de protestantes de color es baptista. Según el estilo de la secta baptista, las congregaciones baptistas son independientes unas de otras. Sin embargo, de acuerdo con las estadísticas dadas para 1908, hay ochenta y nueve organizaciones estatales y seiscientas asociaciones de distrito con 18.307 iglesias baptistas negras organizadas y 17.088 predicadores ordenados en los Estados Unidos. El número total de baptistas de color suma unos 2.330.535. El número de negros adheridos a otras sectas protestantes es comparativamente insignificante. Tomados en conjunto hay probablemente unos 4.000.000 de negros que profesan el protestantismo en los Estados Unidos. Hay probablemente unos 200.000 católicos de color, lo que deja más de 5.000.000 que no profesan el cristianismo. Recordando que algunas de las sectas baptistas no bautizan a los niños pequeños, podemos concluir que hay más de 6.000.000 de negros en Estados Unidos sin bautizar. Por otro lado, la inmensa mayoría de los que declaran su adhesión a alguna denominación protestante no tiene nociones definidas de la doctrina cristiana y tiene igualmente vagas ideas sobre la moralidad cristiana. Este estado de cosas puede ser en gran parte atribuido a la falta de enseñanza religiosa definida en su juventud. Los negros de las islas del Caribe y de Sudamérica tienen en su mayor parte la religión de los conquistadores y colonos originarios de estas regiones, y la cuestión se trata en sus respectivos artículos.

Como se ha afirmado antes, los negros católicos de los Estados Unidos vivían principalmente en los estados sureños colonizados en parte por católicos. Entre ellos están Maryland y los estados del Golfo de México, a saber, Florida, Mississippi, y especialmente Louisiana, donde reside el mayor número. En tiempos pasados, los obispos de la Iglesia Católica hicieron celosos esfuerzos para extender la dignificante influencia de la Fe Católica entre las gentes de color de este país. Los dos últimos concilios de Baltimore, con ardientes palabras, urgen al trabajo entre la raza de color. El Segundo Concilio Plenario implora a los sacerdotes que “consagren en todo lo que puedan sus pensamientos, su tiempo y ellos mismos, total y completamente, si es posible, al servicio de la gente de color”. La falta de hombres y medios ha entorpecido mucho el trabajo. En un tiempo se informó que muchos miles habían perdido la fe por falta de sacerdotes para asistirlos. Se ha dicho que sólo en una parte de Louisiana hasta unos 30.000 se perdieron. Pero se están haciendo ahora arduos esfuerzos para recuperarlos. La provisión de sacerdotes dedicados a los intereses y la salvación de la raza negra se reconoce como un problema serio, en cuanto que parece ser difícil un número suficiente de vocaciones entre jóvenes blancos. Algún tiempo antes de su muerte, el Papa León XIII publicó una carta urgiendo por un clero nativo. El Papa Pío X ha animado también el trabajo misionero entre los negros.

Es casi imposible obtener el número exacto de negros católicos en Estados Unidos. Mientras que un gran número vive en parroquias de color y tiene sus propias iglesias, hasta el número de unas sesenta, muchos otros están mezclados entre los blancos en parroquias muy separadas, donde no se hacen nunca informes sobre el color de sus miembros. Sin embargo, una estimación conservadora da 225.000 como el número aproximado en la parte continental de los Estados Unidos. Hay unos noventa y cinco sacerdotes que trabajan exclusivamente entre la gente de color. De estos los Padres de la Sociedad de San José, unos cincuenta en número, trabajan en doce diócesis sureñas y tienen su casa madre en Baltimore. El resto son veintiocho sacerdotes diocesanos en varias diócesis y sacerdotes de la Sociedad de Misiones Africanas en la diócesis de Savannah; de la Sociedad de la Palabra Divina, en las diócesis de Natchez y Little Rock; de la Congregación del Espíritu Santo en Pennsylvania y Virginia. Hay cinco sacerdotes en el país que son de color. Algunas congregaciones femeninas blancas están ayudando al buen trabajo por la raza, enseñando a 11.000 niños en las escuelas parroquiales y misioneras. Aparte de estas, hay dos comunidades de monjas de color. Una de ellas son las Hermanas Oblatas de la Providencia. Las Hermanas de la Sagrada Familia, otra orden de mujeres de color, tiene ahora 116 hermanas, que están a cargo de diecisiete escuelas y asilos situados en la Archidiócesis de Nueva Orleáns y en las diócesis de Galveston y Little Rock. También dirigen una escuela del gobierno con 295 alumnos en Honduras Británica. Una comisión establecida por el Tercer Concilio Plenario de Baltimore para las misiones católicas entre la gente de color e indios, compuesta por tres arzobispos, distribuye los fondos recogidos anualmente con este propósito por todos los Estados Unidos, y una específica “Junta católica para el trabajo misionero entre la gente de color” integrada en la jerarquía en 1907, alienta el espíritu misionero entre los católicos a favor de la gente de color y trabaja también en proporcionar fondos para este objeto. ( Ver SACERDOTES, CONFRATERNIDADES DE : VI. Los Estados Unidos)

Nota del traductor: Las dos primeras líneas del artículo son propias pues una traducción literal era imposible. He añadido también la corrección de lo que imagino una errata: no debe ser Bluemback, sino Blumenbach, Johann Friedrich, el que hizo una división del mundo en cinco partes. También en este apartado, he traducido “alforian” por “alfures”, por ser este nombre, hoy en desuso, de los indígenas de las islas Célebres y otras vecinas el único que me parece apropiado. Me he permitido agregar el apelativo de “Indias” a la Cartagena de Colombia, por sernos este nombre más familiar así. Y he añadido el equivalente en Hectáreas de los “acres”de tierra poseídos por granjeros negros. Un problema a resolver sería el doble significado de negro en inglés (“negro” y “black”). Habitualmente he traducido “black” por “color negro”; de igual forma he traducido “coloured” por “de color”. Otro problema más complicado ha sido la traducción de las distintas categorías educativas. He traducido generalmente “boarding school” por internado, sobre todo porque “escuela con pensión”, que se ajusta más al sentido literal, es una expresión que suena extraña. No he encontrado expresión mejor para “day schools” que “escuelas externas”. Del mismo modo he traducido sistemáticamente por “escuela profesional” la “industrial school” y he traducido “college” por “Universidad”. Finalmente, he preferido la expresión “esclavos emancipados” como traducción de “freedmen” en vez de la más exacta “libertos”, por tener ésta una resonancia que me ha parecido inadecuada; me he permitido también traducir “West Indies” por Caribe, que es expresión geográfica más familiar en español.

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JOSEPH BUTSCH Dedicado a alentar el respeto por los esfuerzos y la belleza en la vida de la gente negra. Traducido por Francisco Vázquez