Nuestra Señora del Rosario: Tres imágenes y una sola devoción
De Enciclopedia Católica
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Presentación
El presente artículo no pretende generar polémica, sino simplemente transmitir conocimientos documentales y aportes profesionales al estudio de las imágenes de la Santísima Virgen del Rosario. La orden de predicadores de Santo Domingo, más conocidos como dominicos inició la organización de sus conventos en el territorio del antiguo Reino de Guatemala a partir del año 1,529, las doctrinas franciscana, dominica y mercedaria, presentes en Guatemala desde el siglo XVI, importan de Europa devociones importantes y vigentes en el ideario social hasta el día de hoy.
La devoción y la evangelización por medio del Santo Rosario fue infundida en los territorios y habitantes de esta población, tanto indígenas como españoles, todos los cuales eran de población mayormente analfabeta.
El curso de la devoción a Nuestra Señora del Rosario, llamada originalmente Nuestra Señora de las Victorias, tomó un auge inaudito con la victoria de la batalla de Lepanto, organizada por el Papa San Pío V, dominico y profundamente devoto del Rosario. Esta victoria en el año de 1,571, marcó una decisiva situación mercante y económica de los reinos cristianos alrededor del Mar Mediterráneo. Lo que con su autoridad pastoral y devoto entusiasmo al Santo Rosario, se expandió pronto por toda la cristiandad, iniciándose así las representaciones de la Virgen del Rosario, como guerrera victoriosa contra las hordas turcas, consideradas infieles. Esta devoción no tardó muchos años en ingresar por las mentes maestras de los frailes evangelizadores en las últimas dos décadas del siglo XVI a la América recién descubierta y conquistada.
Nuestra Señora de Chiantla
De las imágenes más antiguas de devoción mariana, con rasgos manieristas, tallada como lo indican algunos investigadores e historiadores hacia 1,570. Tiempo en que no se había llevado a cabo la batalla de Lepanto y mucho menos la jubilosa notica de la dicha victoria, por ende se ve una virgen con túnica y mando a la usanza hebrea, del mismo tiempo son Nuestra Señora del Rosario de Cobán, Alta Verapaz, Nuestra Señora del Rosario de Mixco, entre otras. Ya que comparte los mismos rasgos solemnes propios de la época, tales como la seriedad y el alargamiento, según información de fuentes consultadas.
El cronista Antonio de Remesal, hacia 1,620 da cuenta de su origen con las siguientes palabras: “al pueblo de Chiantla, la orden del Convento de Santo Domingo de Guatemala, se llevó la devotísima Imagen de N. Señora que allí está y que fue hecha por el mismo oficial de la que llaman N. Señora la Antigua, a diferencia de la nueva que se hizo de plata de la misma advocación” (Esta última serviría de modelo, para fundir en plata la Virgen del Rosario de Santo Domingo.)
Según apunta el cronista dominico, al anotar datos biográficos de fray Lope de Montoya escribe: “quien de todos estos servicios los ha pagado la Santísima Virgen, no sólo en favores secretos de consuelos espirituales del alma, visiblemente hablando por medo de la devota Imagen de Nuestra Señora de Chiantla que está en las faldas de los montes Cuchumatanes”.
Apuntando en resumen que por medio de consuelos espirituales y apariciones marianas la Santísima Virgen le dio inspiración a Fray Lope de Montoya de realizar una imagen suya, según sus visiones inspiradoras y de plata. Por ende es la Imagen de Santo Domingo con el Niño dormido, la primera que marca el modelo de las réplicas en pintura y escultura que llenaron los recintos religiosos del antiguo Reino de Guatemala, entre las que destaca Nuestra Señora del Rosario de Quetzaltenango por ser la más acertada, hermosa y bien lograda réplica.
Con el paso de los años los dominicos cedieron la parroquia de Chiantla a los mercedarios, por ende la Imagen cambió también de advocación, de Nuestra Señora del Rosario original a Nuestra Señora de Candelaria de Chiantla.
Nuestra Señora del Rosario de Plata del convento de Santo Domingo, Capital de Guatemala
Esta bella imagen única en su género dentro de todas las joyas sacras que dispone Guatemala en la actualidad, es una imagen hecha de plata maciza, a diferencia de otras que sobretodo en el altiplano occidental de Guatemala están talladas en madera y forrados sus ropajes en este precioso mineral.
Presenta rasgos manieristas, pero alterada en su originalidad debido a los terremotos que destruyeron Santiago de Guatemala, siendo restaurada por el platero Joseph Cornelio de Lara en 1,774, que recibió “machucada” del Padre Fray Juan Terrasa.
Acerca de su origen como ya fue apuntado líneas arriba fue una Imagen fundida de plata, sobre otra de madera que llamaban “la Dómina” hoy desaparecida, fue hecha hacia 1,580 y según investigadores e historiadores estaba terminada para 1,592.
El padre Remesal apunta su origen así: “Leyó el padre Fray Lope de Montoya muchos años teología en Guatemala. Fue el primer predicador general que se hizo por la casa de Sacapulas. Era hombre de mucha oración, y muy observante de todas las ceremonias regulares. Fue sobremanera (si en esto puede haber exceso) devoto de Nuestra Señora y de su Santísimo Rosario tanto grado, que cuando no leía o estudiaba siempre le andaba rezando. De aquí procedió el cometer una obra tan costosa y tan grandiosa como hacer la Imagen de Nuestra Señora del Rosario del Convento de Guatemala, de plata, y salir ella como hoy está. Personas de mucho crédito, me dijeron como cosa muy cierta y muy averiguada que todos estos servicios se los había pagado la Santísima Virgen no solo en favores secretos de consuelos espirituales y del alma, sino acá visiblemente hablándole por medio de la devota Imagen de Nuestra Señora de Chiantla, que está a las faldas de los Cuchumatanes”.
Francisco de Bozarráez, Nicolás de Almayna y Lorenzo de Medina son los nombres de los tres excelentes plateros de Guatemala que en el siglo XVI tuvieron el acierto, las calidades artísticas y el honroso encargo de realizar en plata la Hermosa Imagen de Nuestra Señora del Rosario, venerada actualmente en su Basílica titular en la Capital de Guatemala.
En el año 1,743, el 16 de diciembre, el obispado de Santiago de Guatemala, asciende a la categoría de Arquidiócesis, siendo su primer Arzobispo Metropolitano Mons. Fray Pedro Pardo de Figueroa; según el Doctor en Historia Luis Fernando Urquizú Gómez dentro de los planes de dicho arzobispo estaba el uniformar el culto de la nueva Arquidiócesis, para separarlo de la identidad de la Arquidiócesis de México, de la cual se separó; se inició entronización de Santos Patronos por medio de las Imágenes consideradas milagrosas y de gran prestigio para la población local, es por ello que dentro de este programa de estandarización del culto se exaltan las figuras del Santo Cristo de Esquipulas y Nuestra Señora del Rosario de Plata del Convento de Santo Domingo, realizándose importantes réplicas ya fuera en pintura o escultura, reproduciéndose para toda la arquidiócesis, con el objeto de fomentar la devoción.
La población del “Espíritu Santo de Quesaltenango”, hoy Quetzaltenango, cabecera del departamento del mismo nombre era considerada por los cronistas coloniales (por ejemplo Fuentes y Guzmán y Domingo Juárros) la segunda más importante y comercial de todo el antiguo Reino de Guatemala, muy por sobre las capitales de las provincias que componían el Reino.
Nuestra Señora del Rosario de Quetzaltenango
En el mes de febrero de 1,747 llega a la parroquia franciscana del Espíritu Santo de Quetzaltenango Fray Pedro Hidalgo, Lector de Teología y Prior Provincial de la Provincia de Chiapas y Guatemala, orden de predicadores. Investido de autoridad apostólica que tenía concedida por Su Santidad Inocencio XII en la Bula Apostólica “IN MEMORIAM” dada en Roma en Santa María la Mayor a primero de marzo del año 1,692 en que Su Santidad concedía plena autoridad que los Padres Provinciales tuvieran facultades para elegir, fundar y subsanar cualesquiera defectos que haya habido en la erección y fundación de las Cofradías de Nuestra Señora del Santo Rosario. Y con una bula del Papa San Pío V del siglo XVI, por medio de la cual autoriza a los priores de los conventos dominicos fundar cofradías del Santo Rosario en todos lados aunque las parroquias no fueran doctrinas suyas.
Los franciscanos los reciben de buena manera; en fecha 12 de febrero se levanta el acta de Fundación de la “Cofradía de españoles y indios pertenecientes y residentes en este pueblo de Quesaltenango, para que gocen de todos los privilegios e indulgencias concedidas por los Santos Pontífices a todos los fieles cristianos cofrades de esta Santa Cofradía hasta todos los participantes de los sufragios, misas, oraciones, y demás exercicios espirituales” y en fecha 14 se redactan los estatutos u ordenanzas de dicha Cofradía, en los referidos documentos se habla claramente de capilla nueva y retablo nuevo.
La primera referencia estrictamente documental de la estadía de la Virgen en la parroquial del Espíritu Santo es un inventario de 1,749 donde sólo menciona su corona preciosa en su capilla, las demás alhajas (chispa de plata, resplandor del Niño, media luna, plata del altar y camarin) fueron añadiéndosele con el paso de los años en ese mismo siglo XVIII como rezan sus respectivas inscripciones de donación.
Para el cronista y director de la casa de la Cultura de Mixco don Osberto Gómez, esta imagen de Quetzaltenango representa a la Santísima Virgen del Rosario, copia de su original en Santo Domingo de Guatemala pero con una excelsa técnica del estofado y tallado de sus vestiduras, similares a otras obras de gran calidad artística de finales del siglo XVII e inicios del siglo XVIII encontradas en distintos templos de nuestra República de Guatemala. Observaciones que coinciden con los datos estrictamente documentales expuestos, no en leyendas de origen fantasioso que la piedad de los fieles ha hilvanado con respecto al origen y estadía en Quetzaltenango de la dicha Señora.
En la sociedad quetzalteca del período hispánico nacen dos devociones marianas franciscanas debidamente estratificadas, por un lado la Cofradía y cultos a Nuestra Señora de los Ángeles cuyos orígenes se pierden en el siglo XVI, a cargo de los indígenas y por otro lado la Cofradía y cultos a Nuestra Señora de Concepción a cargo de españoles y ladinos, jurada patrona por el ayuntamiento de estos en el año de 1,806.
Lo que la Santísima Virgen del Rosario llega a hacer a Quetzaltenango es unificar las dos culturas pues en las ordenanzas de dicha Cofradía se apunta claramente que podrían enlistarse en la misma tanto indígenas como ladinos y españoles, esta devoción unificó las etnias y pronto la consideraron reina y patrona de los Altos, aunque su titular es el Espíritu Santo. Esa gran devoción llevó a que el dos de enero de 1,781 fuera solemnemente consagrada por el Arzobispo Cayetano Francos y Monroy en sábado 20 de enero de 1,781. Desde entonces su culto ha crecido en devoción mucho más. Algunas personas piensan que para consagrar una imagen esta debe poseer más de cien año de antigüedad, más que la antigüedad tiene que ver mucho la veneración, tal es el caso, en la época colonial también, de Jesús Nazareno de la Merced, estrenado en 1,655 y consagrada por Fray Juan Bautista Álvarez de Toledo en 1,717, es decir 62 años después de su hechura.
Lamentablemente según información del investigador Luis Escobar Cocinero, la Cofradía hace más de cien años se segregó, quedando los indígenas naturales de la ciudad de Quetzaltenango con la Virgen de Cofradía y otras imágenes a su cargo y los ladinos al cuidado de Nuestra Señora del Rosario de la Capilla y Retablo de la Catedral del Espíritu Santo en la ciudad Altense. Como muestra de dicho cisma se fundó en 1,924 la Hermanad Mixta de la Santísima Virgen del Rosario, con una Imagen antigua de la Santísima Virgen de Cofradía, aunque según información del mismo señor Escobar Cocinero es la que actualmente posee la Cofradía de albañiles y similares, misma separación se llevaría unos cuantos años antes, o sea hace casi 100 años..
En resumen, debido a la gran reproducción artística que el arzobispo Pedro Pardo de Figueroa dio a Nuestra Señora del Rosario y por devoción de los frailes dominicos se funda en Quetzaltenango en 1,747 la Cofradía de Españoles e Indígenas del Santo Rosario, coincidentemente la primera aparición documental de la Virgen está apuntada en 1,749. Como otra muestra más de la devoción del pueblo quetzalteco a Nuestra Señora del Rosario, queda apuntada en un acta del cabildo, de la alcaldía de ladinos, de dicha población lo siguiente:
"Sala Capitular de Quezaltenango. Enero 23 de 1818. Los señores del margen acordaron que para implorar del Todopoderoso que aplaque su justicia que amenaza con las erupciones que ha despedido el Cerro que ha reventado, y por los continuos temblores que se experimentan, se ponga por intercesora a Nuestra Señora del Rosario y, para ello, que se le haga un novenario que comience el domingo inmediato y concluido, que salga la Santísima Virgen en procesión pública de penitencia, convidando a todos en general, y pasándose oficio al reverendo padre cura del modo como se piensa hacer dicha rogación. Y que la procesión salga por la estación con la mayor solemnidad, y que se encarguen los señores regidores don José Marroquín y don José Arias del aseo y colgaduras de calles y arreglo de dicha procesión". Se entiende pues que Nuestra Señora del Rosario de Quetzaltenango es Patrona por fe y devoción de la ciudad Altense."
José Campollo
Bibliografía
1. Alonso de Rodríguez, Josefina. El Arte de la Platería en la Capitanía General de Guatemala, tomo II. Delgado Impresos y Cía. Guatemala. 1,981.
2. Cajas Ovando, Francisco José. Origen, Erección y Fundación de la Hermandad de la Virgen del Rosario. Quetzaltenango. 1,989.
3. Urquizú, Fernando 2008. “La reproducción de imágenes de Nuestra Señora del Rosario patrona de la República de Guatemala en el ideario popular”. Revista: Tradiciones de Guatemala, N° 70, pp. 117 a 136.
4. Ubico Calderón, Mario Alfredo. Nuestra Señora del Rosario en el Antiguo Reino de Guatemala y otras publicaciones en el Diario La Hora en diversas fechas.
5. Remesal, Fray Antonio de. HISTORIA GENERAL DE LAS INDIAS OCCIDENTALES Y PARTICULAR DE LA GOBERNACIÓN DE CHIAPA Y GUATEMALA. Volumen 91. Editorial “José Pineda Ibarra”. Guatemala. 1,966.
6. Gallo, Antonio. Escultura Colonial en Guatemala. Guatemala, Dirección General de Cultura y Bellas Artes, 1,979.
7. Juarros, Domingo. Compendio de Historia del Reino de Guatemala. Guatemala, Editorial Piedra Santa, 1,981.
8. VARIOS AUTORES. BICENTENARIO DE CONSAGRACIÓN VIRGEN DEL ROSARIO. QUETZALTENANGO. 1,981. VERSIÓN DIGITAL.
Entrevistas
1. Doctor Luis Fernando Urquizú Gómez, en diversas fechas y por distintos medios telefónicos y digitales.
2. Osberto Gómez, cronista y director la casa de la Cultura de Mixco, en diversas fechas y por distintos medios telefónicos y digitales.
3. Luis Escobar Cocinero, investigador quetzalteco, director de la página en Facebook Fototeca Digital, en recopilación ordenada de fotografías antiguas de la ciudad altense, con información profesional e históricamente lógica y fundamentada.