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Martes, 30 de abril de 2024

Novena a la Virgen de la Macana

De Enciclopedia Católica

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NOVENA A LA SANTÍSIMA MADRE DE DIOS Y VIRGEN INMACULADA

EN SU SANTÍSIMA IMAGEN QUE CON EL TÍTULO DE NUESTRA SEÑORA DE LA MACANA SE VENERA EN EL CONVENTO DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO DE MÉXICO



Dispuesta por el R. P. Fr. Felipe Montalvo, Comisario Visitado de la Tercera Orden Seráfica de dicha ciudad.

Reimpresa en México, en la imprenta de los Herederos de D. María de Rivera, en la calle de San Bernardo.

Año de 1763


MODO DE HACER ESTA NOVENA

Hecho con el mayor fervor el posible acto de contrición, que se pone después de la primera oración, luego rezarás tres salves a la Reina Santísima, como en desagravio de las injurias que ha recibido de la ceguedad y malicia de los hombres, después dirás la oración que corresponde a cada día, y se rezarán tres padres nuestros, aves Marías y glorias, en reverencia de la Augustísima Trinidad, que elogió y llenó de privilegios y gracias a María Santísima, para que fuese digno sagrario suyo, y al fin se dirá la oración. Podrás comulgar el día primero, el quinto y el último, en obsequio de la Trinidad Sacrosanta.


ACTO DE CONTRICIÓN

Oh, Señor y Dios mío, confuso por mi ingratitud con que ofendí a la infinita Bondad vuestra, no me atreviera a levantar los ojos a vuestra clemencia, si no mirar que vuestra misericordia excede las maldades de todo el mundo. Si atiendes a mis culpas, no bastan mil infiernos para el castigo que por ellos merezco, pero si a tu piedad vuelvo los ojos, te hallo crucificado para mi remedio. ¡Oh bondad infinita, y como te ofendió mi desacato! Si doy, Señor, en tus manos por mis quiebras, doy en las mismas que me fabricaron, pues no me arrojes de ellas, sino como autor diestro y poderoso, vuélveme a tu oficina y hazme nuevo. Restituye amoroso la Imagen propia tuya, que borraron mis culpas. No me mires como a delincuente, sino como a un necesitado de tu misericordia, pues en ella confío el perdón de todos mis pecados, que aborrezco y detesto, por ser ofensas tuyas. Espero de tu infinita bondad, la gracia que necesito para enmendar mis yerros, como te lo prometo, y para no volver jamás a ofenderte, y vivir y morir en tu servicio. Amén.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Purísima Hija del Eterno Padre, Madre dignísima de Dios Hijo y Esposa dilectísima del Espíritu Santo, bendita de Dios excelso sobre todas las mujeres del universo, a quien los Ángeles, los Arcángeles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades, las Virtudes, los Querubines y Serafines, adoran, sirven, obsequian, bendicen y reverencian, a quienes todos los Santos Patriarcas, Profetas, Apóstoles, Mártires, Confesores y Vírgenes glorifican y alaban. Santísima y Dulcísima María, a quien deben los cielos su gloria, su Salvador el mundo, las gentes su verdadera fe, su fin los vicios, su orden la vida, y su disciplina las costumbres, a quien la impiedad sacrílega de un bárbaro ofendió en vuestra Imagen Santísima de la Macana: Yo, amabilísima Señora, aunque el más indigno de vuestros esclavos y el más tibio de vuestros devotos, os doy y rindo las alabanzas, el honor y gloria que debo, alegrándome como me alegro, de todas las adoraciones, alabanzas, bendiciones, honores, cultos y veneraciones que gozáis en toda la Triunfante y Militante Iglesia, y quisiera, Soberana Señora, de todo mi corazón y con toda mi alma, que en todo el mundo se aumentaran y multiplicaran vuestros cultos, y que todos los hombres se empleasen en solo bendeciros, engrandeceros y alabaros, magnificando en Vos y con Vos a vuestro Criador y Glorificador Omnipotente. Y porque así lo deseo, y quiero como a vuestro Poder lo pido para aumento de vuestra gloria y bien de vuestros devotos, detesto, dulcísima Madre de mi Dios, abomino y repruebo cuanto la bárbara ceguedad de los hombres y enemigos vuestros, han practicado de agravios, ofensas e injurias contra vuestra Santidad y dignidad altísima, y si posible fuera el que vertiendo la sangre de mis venas, y dando la vida en obsequio vuestro, se evitaran todos cuantos agravios os he hecho, y atentare hacer la perversidad proterva, por obra, palabra y pensamiento, en cuanto se ofende la Majestad infinita, y que todas las ofensas vuestras se conviertan en obsequios, cultos y adoraciones de vuestra soberanía, ofreciera gustoso hasta la última gota de la sangre de mi corazón, por lo que siente mi alma vuestras injurias, y desea la mayor veneración de vuestra grandeza y celsitud. Haced pues, Vos, Oh Madre amabilísima, que nadie se atreva en manera alguna a ofenderos, y que, a todos los mortales, que son y fueren hasta el fin del mundo, infunda vuestro Divino Hijo aquel amor y reverencia que os deben los hombres, tan beneficiados de Vos, para que justamente reconocidos, se dediquen a vuestro obsequio, adorándoos y bendiciéndoos todos, en todas partes, con todas sus potencias y sentidos, a todos tiempos y por todos los siglos y eternidades. Amén.


-Aquí se rezan tres Salves en desagravio de la Santísima Virgen, y después la oración del día.


DÍA PRIMERO

ORACIÓN

Sacratísima Virgen María, cuyo renombre de Señora de la Guía, resplandece, desempeñándose en vuestra Imagen Santísima de la Macana, porque en ella os dignasteis de acompañar, dirigir y guiar a los humildes religiosos desde la antigua España hasta el Nuevo México, concediéndoles en tan dilatados caminos de Mar y tierra, el destino de sus Apostólicos Misioneros: Recibidme, amorosísima Madre mía, bajo vuestro amparo, para que guiado de vuestra protección, llegue con seguridad a la feliz patria de la bienaventuranza. Amén.


-Se rezan tres Padres nuestros, Aves Marías y Glorias, y luego la siguiente:


ORACIÓN FINAL

Virgen Poderosísima y Misericordiosísima Madre de la gracia, por cuyas manos nos vienen todas cuantas se digna de hacernos y comunicarnos el Soberano Padre de las Misericordias, y Dios de toda consolación, no miréis Señora mis pecados como ofensas de la Divina Bondad, sino como miserias, que claman a Vos por su remedio. Atended, dulcísima y benignísima María, a la vertida Sangre de vuestro Hijo Santísimo, y haced empeño como refugio que sois de pecadores, de que se logre en mi el fruto de tan abundante y copiosa Redención, y por aquella inefable caridad con que el Eterno Padre dio a su Unigénito amado para la Redención de un tan vil e inútil esclavo, por aquella clemencia, que obligó a vuestro Santísimo Hijo, a que, tomando sobre sí mis pecados, padeciese sus tormentos y muerte en satisfacción de mis culpas, obligaos Vos, Señora, a la salvación de mi alma, siendo la Indulgencia divina la que os obligue a resarcir los daños que en mi han ocasionado mi fragilidad, mi ignorancia y mi malicia. Y como Madre que sois de misericordia y gracia, ejecutad lo mismo para con todas las alas redimidas con el inestimable precio de la Sangre de Jesucristo, consiguiendo de su infinita bondad, la exaltación de su Santísimo Nombre, la dilatación de la fe católica, la destrucción de las herejías, la conversión de todos los infieles y herejes a las verdades evangélicas y dogmas de la Santa Iglesia, la verdadera contrición de los pecadores y enmienda de sus vidas, la perseverancia de los justos, los poderosos esfuerzos y los divinos auxilios para los agonizantes, la gracia de la regeneración para los párvulos, que gimen en la original desgracia, libertad a los cautivos, salud a los enfermos, consuelo a los afligido, unión y paz entre los cristianos, aciertos a los soberanos pontífices y prelados eclesiásticos, y el descanso eterno de las almas del Santo Purgatorio, pues todo lo que puede la eficacia de vuestra intercesión y las facultades que para abogar por todos los hombres, os ha franqueado liberalísima la bondad incomprensible de nuestro gran Dios y Señor, que vive y reina, por los siglos de los siglos. Amén.


SEGUNDO DÍA

ORACIÓN

Soberana Virgen María, cuyo dulce título de la Paz, se descube en vuestra Imagen Santísima de la Macana, por la paz, que, mediante vuestra protección, estableció la predicación del Evangelio entre naciones diversas: os suplico encarecidamente, que, pues hallasteis la paz entre Dios y los hombres, la deis a mi alma, para que, reconciliada con la Majestad Divina, siempre viva sujeta, rendida y obediente a sus leyes, hasta llegar a gozarle en la visión de la paz de su eterna gloria. Amén.


DÍA TERCERO

ORACIÓN

Poderosísima Madre y Virgen dulcísima, María, que, en vuestra Imagen de la Macana, os confirmáis el título admirable de Señora de la Salud, dándola a la niña enferma que se encomendaba a vuestra clemencia: de vuestra mano espero, Madre piadosísima, que me concedáis la que necesito de cuerpo y alma, suplicando rendidamente, que sanéis las graves dolencias de mi espíritu, para que consiga mi alma aquella salud, que quiso obrar en ella mi Salvador Divino, por medio de su Pasión y Muerte. Amén.


DÍA CUARTO

ORACIÓN

Clementísima Virgen María, que, por medio de vuestra Imagen Santísima de la Macana, descubriste nuevamente el gran epíteto que gozáis de Señora de la Defensa, por la que esforzasteis o hicisteis de la Ciudad y Reino del Nuevo México, dando amorosos avisos para que evitases sus moradores el merecido castigo, a vuestra defensa me acojo, Madre Clementísima, para que vuestra misericordia me libre de los castigos que merezco por mis enormes, y muchísimas culpas. Defended mi alma, Purísima María, de todos sus enemigos, de las ofensas de mi Dios y Señor, y de la eterna condenación. Amén.


DÍA QUINTO

ORACIÓN

Dulcísima y Benignísima María, que, en vuestra Imagen Santísima de la Macana, os dignasteis de manifestaros Señora del Socorro, por el que diste a los religiosos que morían a manos de los enemigos de la fe, para que no desmayasen en la cristiana fortaleza, desde ahora, oh, Virgen Piadosísima, imploro vuestro socorro, para que en la hora de mi muerte me lo concedáis benigna, pues mediante él, espero el don divino de la perseverancia en la gracia. ¡Oh, María! ¡Oh, María! Socorredme en mi muerte. Amén.


SEXTO DÍA

ORACIÓN

Virgen Purísima María, que, en vuestra Imagen Santísima de la Macana, os señalasteis por Señora de la Victoria, dándola a los católicos contra los apóstatas y bárbaros: Concédeme Santísima Madre mía, victoria contra los enemigos del alma y pasiones rebeldes, para que, saliendo con victoria de este mundo, a Vos cante la gloria eternamente. Amén.


SÉPTIMO DÍA

ORACIÓN

Intercesora de los pecadores y Madre de misericordia, que en vuestra Imagen Santísima de la Macana, comprobasteis el título divino que gozáis como Señora del Perdón, atrayendo de nuevo a los apóstatas a la fe que habían dejado y reduciendo al gremio de la Iglesia: mostrad Señora conmigo ese título gloriosísimo, consiguiéndome el perdón, que de la ofendida bondad de Dios alcanza a los pecadores vuestra piedad, pues a vista de mis innumerables maldades no hay otro medio para que mi alma no sea condenada, sino que se me conceda el perdón, que espero, mediante vuestro amparo y protección. Amén.


OCTAVO DÍA

ORACIÓN

Madre Santísima de los Fieles, que, por medio de vuestra Santa Imagen de la Macana, os descubristeis Señora del Refugio, visitando lugares y pueblos, desde el Reino de Nuevo México, hasta el pueblo de Tlalnepantla, dejando varias copias de vuestra Imagen en aquella custodia, para que como a Refugio de los fieles, clamasen y ocurriesen a vuestra protección en sus necesidades: al Sagrado vuestro, Sacratísima Reina, se acoge este miserable esclavo vuestro, y desde este instante para siempre se pone en vuestras manos, confiado en que Vos, como refugio suyo, le habéis de proteger hasta colocarle en la eterna felicidad. Amén.


NOVENO DÍA

ORACIÓN

Suavísima y dulcísima María, que, por medio de vuestra Imagen Santísima de la Macana, os servisteis manifestaros Señora de la Consolación en el gozo y consuelo que los religiosos tuvieron de recibiros, y veneraos en esta vuestra Imagen: dad, piadosísima María, a todos los afligidos el consuelo que más necesitan y sea más útil a sus almas, concediendo a la mía el de verme libre del inmenso peso de mis pecados, para que respirando de tanta fatiga con la consolación de la divina gracia, logre los eternos gozos del cielo. Amén.