Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Jueves, 26 de diciembre de 2024

Movimientos de Templanza

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar
018763.jpg
Carrienation.jpg
PROHIBICION4.jpeg
3c23257v.jpg
80-bar-sing-a.jpg
Here lieth a temperance man -- cartoon.jpg
Imlauerihrzufuessen1883 1.jpg
Pledge.jpg
Murphy temperance pledge card.jpg
Stmichael-thumb.jpg

Europa

Hay razones para que existan movimientos de templanza en mayor o menor grado en todos los países de Europa, aunque la clase y cantidad de bebidas alcohólicas consumidas varían mucho en los diversos territorios. Antiguamente la mayor cantidad de ebrios se encontraba en Rusia y Suecia, mientras que ahora este último país es el más abstemio de todos. Por otro lado, las condiciones actuales son muy malas en Francia y Bélgica, en gran medida porque son casi los únicos países en que se bebe absenta habitualmente. Por desgracia es precisamente en estos países en donde no hay sino pocos signos de un movimiento de templanza enérgico, pues en ellos el vino y la cerveza son llamados aún “bebidas higiénicas”. Existe una fuerte oposición al consumo de licores alcohólicos en Gran Bretaña, en los reinos escandinavos y, en la última década, en los Países Bajos y Alemania. Sólo recientemente los países del sur de Europa han comenzado a tomar parte en el movimiento de templanza, y de estos, Italia es el más activo.

Consumo de alcohol

Las estadísticas de consumo de licores intoxicantes deben usarse con gran precaución, especialmente cuando se comparan diferentes países. La cantidad de alcohol en los diversos licores e incluso en el mismo licor en diferentes países varía mucho. Las estadísticas internacionales más fiables relativas a las bebidas alcohólicas son las publicadas reiteradamente desde 1897 por el Ministerio de Comercio británico. Estas estadísticas fueron tomadas por la Oficina Imperial de Estadística de Berlín en 1906 como base de los excelentes documentos sobre el alcohol que aparecieron en el "Reichsarbeitsblatt". Según ellas, la cantidad media de alcohol en licores destilados puede ser fijada en el 50 %; en vino, en Alemania y Suiza en el 10%; en vino en Italia, Francia, Bélgica y Holanda en el 12%; en Gran Bretaña en el 15%; la cantidad media de alcohol en la cerveza puede ser fijada en el 4% (en Gran Bretaña, en el 6%). Las bebidas alcohólicas más generalmente consumidas son los licores destilados, la cerveza y el vino. El consumo de absenta, desde su prohibición por voto popular en Suiza en 1908, se limita a Francia y Bélgica, donde la prohibición se elude en un alto grado. Los licores destilados son la principal bebida alcohólica en los siguientes países: Rusia, donde asciende al 93% del total de bebidas alcohólicas consumidas; los tres países escandinavos, entre el 65-69%; Austria-Hungría, el 59%. La proporción más alta de cerveza se bebe en Gran Bretaña (78% de todas las bebidas alcohólicas consumidas) y Bélgica (64%). El vino es la bebida alcohólica más consumida en los siguientes países: Suiza, 58% de todas las bebidas alcohólicas; Francia, 75%; Italia, 95%. En Alemania, junto a un pequeño consumo de vino, se bebe una cantidad casi igual de cerveza y licores (cerveza, 49%, licores 44%). Las cifras son, naturalmente, bastante diferentes en lo que respecta a la cantidad de licor efectivamente consumido. La cantidad depende en primer lugar de si un consumo moderado es el hábito diario en un país, o si las bebidas alcohólicas se beben sólo ocasionalmente, incluso aunque sea sin moderación; y en segundo lugar si las bebidas alcohólicas que contienen una mayor tasa de alcohol son las más consumidas, o si el consumo es de las más flojas, pero en mayores cantidades. Por esto es por lo que los países consumidores de cerveza son los primeros cuando se inquiere cuántas bebidas alcohólicas se consumen per cápita, mientras que, por otro lado, los países donde se consume la mayor cantidad de vino y brandy están a la cabeza en cuanto a la cantidad de alcohol consumido. En el primer aspecto, Bélgica se sitúa la primera con un consumo de 54,22 galones per cápita, de los que 49,52 galones son de cerveza; luego vienen Gran Bretaña y Suiza, con 33,01 galones per cápita cada una; Alemania con 30,66 galones; Italia y Francia, de 28,3 a 30,66 galones cada una; Dinamarca, 29,54 galones. En los demás países el consumo es menor de 25 galones per cápita, por ejemplo, Noruega, 4 galones, Holanda y Rusia, 2,35 galones cada una. Por otro lado, los países donde se bebe la mayor cantidad de alcohol son: Francia, 4 galones per cápita e Italia, 3,7 galones. Los países que presentan cifras más bajas son: Holanda, 0,94 galones; Rusia, 0,61 galones; Noruega, 0,51 galones. Alemania y Austria están en una cifra media con unos 2,24 galones. Si se consideran, finalmente, los consumos individuales, el consumo mayor de licores destilados se da en Dinamarca, 3,3 galones per cápita y en Austria-Hungría, 2,39 galones; el mayor consumo de cerveza se da en Baviera y Bélgica, donde es superior a cincuenta galones per cápita; el consumo mayor de vino se da en Italia, con 27,59 galones y en Francia, con 36,55 galones. Las cifras absolutas son las siguientes: en Alemania, 58.962.028,3 galones de licores destilados, 1.757.075.471,69 galones de cerveza, 87.264.150,94 galones de vino, por los que se pagan anualmente casi 150.000.000 de libras (714.500.000 dólares), una suma casi tres veces superior al coste del ejército y la marina alemanes. El gasto anual por bebidas alcohólicas en Austria es de unas 104.166.000 libras (500.000.000 de dólares).

Desarrollo del movimiento de templanza

Se deben distinguir dos periodos. El primero, que comenzó en 1830, fue bastante general, pero sustancialmente afectó sólo a las Islas Británicas y a los países germánicos. El segundo empezó en 1850; tras una década se extendió a Escandinavia, y treinta años después a Alemania. Fue sólo, sin embargo, a fines de siglo cuando alcanzó su mayor importancia, al obtener gradualmente una posición en todos los países civilizados. En ambos periodos el estímulo inmediato vino de los Estados Unidos de Norteamérica. La principal distinción entre los primeros movimientos y los posteriores se expresa generalmente así: que los primeros ponían el énfasis en la templanza, los segundos en la abstinencia total. Pero esto apenas alcanza siquiera la raíz de la cuestión. Aparte del hecho de que incluso en el primer periodo, para las sociedades antialcohólicas que existían en Inglaterra (desde 1832), contenerse de las bebidas alcohólicas era en esa época prácticamente equivalente a la abstinencia total, mientras otras bebidas intoxicantes eran casi desconocidas, o al menos sus cualidades dañinas eran muy subestimadas. La cerveza era entonces fuertemente recomendada (incluso en canciones populares) como una “bebida muy deliciosa”; así se animaba a la industria cervecera. Se pensaba que las sustancias perniciosas sólo existían en los licores destilados, por consiguiente no se decía nada de combatir el alcohol, sino sólo los licores destilados y esto a través de la abstinencia. El primer movimiento se caracteriza mejor llamándolo la época del entusiasmo ingenuo, apoyado especialmente en sentimientos religiosos. Los clérigos eran entonces los principales dirigentes del movimiento, y el compromiso individual era su máximo logro.

El nuevo movimiento es más desapasionado; sus ideas fundamentales son en gran medida higiénicas y sociales. La naturaleza de las bebidas alcohólicas se ha investigado más concienzudamente, y se ha reconocido el peligro del beber moderada y habitualmente, que meramente evita la intoxicación. La intemperancia ya no se ve generalmente como un asunto de moralidad individual, sino como un medio para la salud pública (por sus efectos en el origen) y como un peligro para el bienestar nacional (en cuanto que promueve la criminalidad e inmoralidad, mientras que disminuye la productividad mental y económica). El movimiento actual está promovido por médicos, sociólogos y funcionarios del gobierno; su objetivo final es más bien poner fin al consumo de alcohol, bien por prohibición nacional, bien por opción local. Todavía, recientemente, la parte religiosa del movimiento ha mostrado un renovado vigor, especialmente en la labor de rescate de los alcohólicos; y han surgido fuertes organizaciones religiosas, especialmente entre los católicos de Alemania y Holanda. Completamente de acuerdo con el carácter social del movimiento son los esfuerzos que se hacen para influir también en niños y jóvenes (como en las “Bandas de la Esperanza”) y que incluso se pida a las escuelas que cooperen mediante instrucción especial.

Los primeros signos de un movimiento organizado de templanza en Europa se encuentran en la unión constituida en Växjö, Suecia, en 1819, por cierto número de alumnos de un gimnasio bajo la guía de Per Wieselgren (1800-77), que después se hizo famoso como padre de la agitación por la templanza sueca. Los miembros de la unión se comprometieron a abstenerse de toda bebida alcohólica dañina. Sin embargo, el impulso de América (la “Sociedad Americana de Templanza”, 1826) condujo primero a la fundación de sociedades regulares – casi inmediatamente en Irlanda (New Rose, 1829; para 1830, 60 sociedades); Escocia (Grenock, 1829; la “Sociedad Escocesa de Templanza”, una organización central, fundada en 1831, pronto tuvo 300 ramas); Inglaterra (Bradford, 1830; a finales de 1830, 30 sociedades locales; la “Sociedad Británica y Extranjera de Templanza”, 1831); Suecia (Estocolmo, 1830; la “Sociedad Sueca de Templanza”, una organización central, fundada en 1837, tenía 100.000 miembros en 1845). El movimiento se extendió muy rápidamente en Irlanda, donde desde 1834 el Padre Mathew (véase), probablemente el mayor predicador de la templanza de todos los tiempos, trabajó con extraordinario éxito; para 1844 había conseguido casi 5.500.000 afiliados. En Dublín solo 180.000 se comprometieron por él; más tarde fue a Inglaterra consiguiendo 60.000 en Londres, luego a Escocia y América. En 1858 se fundó la “Liga Irlandesa de la Templanza”, ahora la organización de abstinencia más importante. Como en Suecia, el primer movimiento en Noruega y Alemania fue también independiente, pero no alcanzó en estos países mucha importancia hasta que se puso en contacto con los movimientos ingleses y americanos. En Noruega, Kjell Andresen estableció por todo el país numerosas sociedades que unió en 1845 en una organización central, “Den norske verening modbraendevinsdrikken", una asociación que recibió enseguida considerable ayuda financiera del Estado.

La campaña se inauguró en Alemania hacia 1800 por un cierto número de tratados médicos, especialmente los de Hufeland (Die Branntwinevergiftung) y también por la circular dirigida por el rey Federico Guillermo III de Prusia a los consistorios protestantes urgiéndoles a exhortar al pueblo a abstenerse de los licores. Las primeras sociedades se fundaron en Hamburgo en 1830 y en Dresde en 1832, por influencia inglesa. Hacia 1833 Federico Guillermo III pidió al gobierno norteamericano información relativa al movimiento de templanza. En respuesta a esta petición, Robert Baird, autor de una “Historia de las Sociedades de Templanza en los Estados Unidos” que hizo época, fue enviado a Europa en 1835. En Berlín Baird entregó la versión francesa de su obra al rey, quien la hizo traducir inmediatamente al alemán, y distribuyó 30.000 ejemplares. El movimiento se continuó ahora con gran celo, principalmente por las diferentes Iglesias. Los trabajadores más destacados entre los católicos fueron: el Padre Seling (1792-1860) en la diócesis de Osnabrück; el arcipreste Fitzek y el Padre

Schaffranck en Silesia; el misionero Hillebrant en Westfalia; el Padre Ketterer y otros jesuitas en Ermland; mucha influencia ejercieron también los escritos del popular autor Alban Stolz; el movimiento tomó como modelo la obra del Padre Mathew , pero se hizo un esfuerzo para garantizar una mayor permanencia constituyendo confraternidades de templanza; aún existen éstas en el este de Alemania. La obra fue continuada entre los protestantes por el Pastor Böttcher de Hanover (también activo como escritor) y por el Barón von Seld, que recorrió mucho territorio dando conferencias sobre la templanza. El resultado de estos trabajos fue que cuando se celebró el primer congreso de la templanza (Hamburgo, 1843) había ya más de 450 sociedades de templanza en Alemania del Norte, y 1702 cuando se celebró el segundo congreso (Berlín, 1845). En la misma fecha se afirmaba que el número de abstemios en Alemania era de 1.500.000, de los que más de 500.000 estaban en la Alta Silesia. Éste fue el punto culminante del movimiento, que declinó rápidamente tras la Revolución de 1848. Aparte de los países ya mencionados, el primer movimiento sólo logró prominencia en Holanda y Dinamarca, aunque la influencia americana se notó también en otros países. En 1842 se constituyó en Leyden la "Nederlandsche Vereeniging tot abschaffing van sterken drank"; su afiliación ascendió a más de 20.000 y luego declinó. Baird pasó el año 1840 en Dinamarca; rápidamente se constituyeron 40 sociedades allí, y en 1845 se unieron en una asociación nacional con su propio periódico, el “Folkevennen”. En Dinamarca también el conflicto entre la templanza y los que abogaban por la abstinencia total terminó con todo el movimiento.

Con la excepción de Inglaterra, donde los anglicanos de la Alta Iglesia fundaron (1862) la “Sociedad de Templanza de la Iglesia de Inglaterra”, que rápidamente alcanzó un gran éxito, pocos progresos se hicieron en Europa entre 1860 y 1870. El Pastor Böttcher, es cierto, tuvo éxito al organizar otro congreso continental en Hanover en 1863, pero el interés por la templanza había desaparecido. Casi veinte años después empezó el segundo movimiento, que en muchos países fue claramente influido por la “Orden de los Buenos Templarios”, y en Suiza y países adyacentes por la sociedad de la “Cruz Azul”, fundada por el Pastor Rochat en Ginebra en 1877 como una sociedad para el rescate de los alcohólicos. En 1868 la “Orden Independiente de los Buenos Templarios” se extendió de América a Inglaterra, donde, al principio, las disensiones internas provocaron una aguda crisis. Unos diez años después la Orden se estableció en Escandinavia (Noruega, 1877; Suecia, 1879; Dinamarca, 1880). En estos países demostró ser más exitosa que en ningún otro lugar, particularmente en Suecia, donde debido a los esfuerzos de Oskar Eklund y Edvard Wavrinski, su afiliación superó los 60.000. Hay que reconocer que aquí también las discordias internas iban a terminar llegando. En 1883 la orden entró en Alemania, pareciendo primero en Haldersleben, en el distrito de lengua danesa, y en 1887 la primera logia alemana se fundó en Flensburg. la principal fuerza de la orden está aún en Schleswig-Holstein y Hamburgo. El mismo año (1887) se fundó la primera logia en Suiza. Sólo en los últimos diez años se han establecido grandes logias en Holanda y Austria.

Organizaciones de las diferentes clases sociales y hombres de negocios han llegado a tener gran importancia en el nuevo movimiento. La primera de estas sociedades fue la “Asociación Médica Británica de Templanza” constituida por médicos ingleses en 1876. Se han fundado organizaciones específicas para clérigos, maestros, ferroviarios, y trabajadores y se están esforzando con creciente éxito en constituir asociaciones internacionales. Por desgracia, los socialdemócratas han utilizado en algunos casos el movimiento como un medio para llevar acabo su propia agitación, y de esta forma han ganado la simpatía de muchos que de otro modo se habrían mantenido distanciados de ellos. Esta afirmación, sin embargo, tiene poca aplicación en Alemania. Las mujeres toman una parte crecientemente grande en la obra de la templanza. La “Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza” fundada en Estados Unidos en 1873, se convirtió en 1883 en una asociación mundial, y luego integró a varias asociaciones nacionales (algunas muy pequeñas) en Europa. Debido a estos trabajos, el número de abstemios se ha incrementado grandemente en muchos países; en algunos constituyen del 5 al 12% de la población total, como: en el Reino Unido, unos 5.000.000 (incluyendo 3.200.000 niños); Suecia, 500.000; Noruega, 240.000 (incluyendo 65.000 niños) Dinamarca, 170.000; Alemania, más de 220.000 (incluyendo 85.000 niños); Suiza, 75.000 (incluyendo 25.000 niños); Finlandia y Holanda, 30.000 cada una, e Islandia, 5.000. La cifra total en Europa puede estimarse con seguridad por encima de los 6.500.000.

Estado Movimiento de Templanza Hasta el Siglo XIX

En este capítulo consideraremos; las organizaciones internacionales que, con una excepción, son sociedades de abstinencia total; las mayores organizaciones de los países individuales; el movimiento católico, que es de interés principal aquí; finalmente los congresos más importantes en los que, en cierto modo, las asociaciones muestran su fuerza concentrada y el éxito del movimiento.

(1) Organizaciones internacionales

La organización más amplia es aún la “Orden Independiente de los Buenos Templarios”, que tiene dieciocho grandes logias en Europa; de éstas, 6 están en Gran Bretaña, 2 en Alemania y 1 en Irlanda, Escocia, Dinamarca, Noruega, Suecia, Holanda, Bélgica, Suiza, Rumania y Hungría. Hay también algunas logias de distrito en Francia y Rusia. La cifra total de logias en el Continente es de 4.661, con 257.638 miembros, y 1.855 logias juveniles con 123,634 miembros. En Gran Bretaña hay 2.266 logias con 92.725 miembros y 1.380 logias juveniles con 109.220 miembros. Una fuerte competidora de esta orden en Suiza es la “Orden Independiente y Neutral de los Buenos Templarios”, fundada en 1906 por el profesor Forel, porque consideraba que la orden mayor hacía demasiado hincapié en elementos religiosos. La gran logia suiza de la nueva orden tiene 3,500 miembros adultos y 3,200 jóvenes; la alemana, 2.100 miembros. Una gran cantidad de logias holandesas, belgas, francesas y húngaras se han unido también a la Orden Neutral. A causa de la ley relativa a las asociaciones en Austria se ha constituido una asociación nacional con diez ramas locales bajo el nombre específico de “Nephalia”. La siguiente organización en tamaño es la “Cruz Azul” (con sede en Ginebra), que tiene unas 1.550 ramas y 60.000 miembros, incluyendo un gran número de alcohólicos reformados (9.000 en Alemania). Clasificadas por países el número de sociedades es el siguiente: Suiza, 468; Alemania, 661; Dinamarca, 364 (la organización se llama allí, “Det blaa Kors”); Francia, 65; hay también varias sociedades dispersas en Bélgica, Rusia y Hungría. Afiliada a la “Cruz Azul” está la llamada “Liga de Esperanza para la Suiza alemana” (Deutsch-sweizerische Hoffnungsbund). Una sociedad, pequeña en afiliación, pero importante por la circulación de sus publicaciones es la “Asociación Internacional Anti-alcohólica” (Int. Bureau zur Bekämpfung des Alkoholismus), de Lausana, dirigida por el Doctor Hercod, que posee una amplia oficina de información.

Pese a su organización internacional, dos asociaciones, la “Orden Independiente de los Rechabites” y la “Cinta Azul” son esencialmente sociedades inglesas. Los “rechabites” constituyen una sociedad de seguros de vida con 300.000 miembros y tienen algunos miembros en Alemania y Dinamarca; la “Cinta Azul” tiene aproximadamente 1.000.000, de los que menos de una décima parte están en Dinamarca, Noruega o Suecia. La organización internacional de mujeres, la “Unión Cristiana de Mujeres para la Templanza”, es más fuerte en los países de habla inglesa. Entre sus numerosas ramas en el continente, destacan por su actividad las de Alemania y Suiza, especialmente por su fundación de casa de comidas de templanza. De todas las asociaciones internacionales de diversas clases, la más importante es la “Sociedad Internacional de Médicos”, debido a la opinión mantenida ahora en la cuestión del alcohol. Esta sociedad incluye los países de habla alemana, Escandinavia, Rusia y Bélgica. La “Asociación Internacional Antialcohólica del Ferrocarril” (fundada por de Terra en 1904) tiene ramas en Alemania, Austria, Suiza y Dinamarca. La “Asociación Internacional contra el Consumo de Bebidas Alcohólicas”, fundada en 1905, incluye unas 30 organizaciones en Alemania, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Francia y Rusia. Son sociedades de templanza y promueven por igual la templanza y la abstinencia total. La asociación pretende establecer una oficina internacional contra el alcohol.

(2) Asociaciones nacionales

La más importante en Alemania es la “Asociación contra el Consumo de Bebidas Alcohólicas” (Verein gegen Missbrauch geist. Getränke); fue fundada en 1883 y tiene 37.000 miembros que no adquieren compromiso personal. La sociedad lleva a cabo su labor mediante periódicos, panfletos (de los que han circulado en 1908 más de un millón), gráficos, exhibiciones, etc. Entre las sociedades de abstinencia total están: la “Federación Alemana de las Sociedades de la Cruz Azul de la Iglesia Evangélica” (Deutsche Bund evangelisch-kirchlicher Blaukreuzvereine) con 8.500 miembros; varias sociedades que se han separado de la “Orden Independiente de los Buenos Templarios” y sociedades de abstinencia para diversas clases de la sociedad, como trabajadores, escolares, maestros, funcionarios de correos, abogados, filólogos, etc.; las sociedades para abogados y filólogos se limitan al territorio alemán. En defensa de su interés común, casi todas las sociedades alemanas de abstinencia total se han unido en la “Unión General Alemana para combatir el Alcoholismo” (Allgemeiner deutscher Zentralband zur Bekämpfung des Alkoholismus) de Hamburgo, que tiene una extensa oficina de información, una sección de prueba de bebidas sin alcohol, una oficina para conferencias, etc. Alemania tiene en conjunto sesenta grandes organizaciones anti-alcohólicas.

El movimiento contra el alcohol es débil en Austria probablemente porque el gobierno pone grandes dificultades en el camino de las organizaciones internacionales. Las grandes asociaciones, unas treinta en número, han surgido todas en los últimos años. Las sociedades de templanza (Oest. Verein gegen Trunksucht y sociedades provinciales similares en Vorarlberg, el Tirol alemán y Moravia) han alcanzado considerable importancia. La principal sociedad de abstinencia es indudablemente la polaca “Eleuterya” con 5.300 miembros en 20 ramas. La “Unión Central de Sociedades Alcohólicas Austriacas” (Zentralverban öst Alkoholgegenvereine) en Viena, sirve como sede común de muchas de estas sociedades. Aparte de la “Orden Independiente y Neutral de los Buenos Templarios”, Hungría tiene una asociación de abstinencia bastante importante para trabajadores (1.100 miembros) y una organización central. Las organizaciones principales en Suiza son internacionales. Comparadas con éstas las sociedades nacionales no son muy importantes, excepto la “Liga de Abstinencia Católica” (ver más abajo). Entre todas las organizaciones nacionales se pueden mencionar: la “Alianza Unión por la Abstinencia” de Lausana; las sociedades de templanza: la “Sociedad de St Gall contra el Abuso de Licores Alcohólicos” (St. Gallischerverein gegen des Missbrauch geistiger Getränke), con 14.000 miembros, y la “Liga Patriótica de Suiza contra el Alcoholismo” (Ligue patriotique suisse contre l'alcoolisme). Los abstemios totales tienen un control absoluto; es especialmente digna de mención la activa participación de los alumnos en la escuela y de los niños. El “Secretariado suizo de la Abstinencia” en Lausana es la sede de la sociedad. En Holanda aún hay una considerable rivalidad entre la abstinencia total y los que abogan por la templanza. Las organizaciones de estos últimos son extensas, particularmente la “Unión del Pueblo” (Volksbund) que tiene más de 20.000 miembros. La mayoría de las sociedades están relacionadas con las diferentes Iglesias; las protestantes, en número de cinco, se han unido desde 1907 en la “Unión Popular de las Sociedades Antialcohólicas Cristianas de Holanda” (Niederländischer Volksbund der christlichen Antialkoholvereine).

Hasta ahora las asociaciones en Bélgica y Francia han sido casi exclusivamente sociedades de templanza; en ambos países, las sociedades de templanza para niños de las escuelas han jugado un papel importante. La “Liga Nacional Francesa contra el Alcoholismo” (Ligue nat. française contre l'alcoolisme) tiene casi 100.000 miembros en 1.730 ramas, de las que muchas son para niños. Bélgica también tiene una liga patriótica similar, y 120.000 niños en más de 5.000 sociedades de templanza organizadas durante los últimos treinta años por los esfuerzos del inspector de escuelas Robyn. En Italia sólo se pueden encontrar los inicios de un movimiento de templanza. En 1907 diversas organizaciones locales unidas en la “Federación Anti-alcohólica italiana” (Federazione Anti-alcoolista Italiana), que permite medio litro diario (aproximadamente una pinta) de vino a las horas de las comidas. Los miembros de la Federación son principalmente socialdemócratas. Aún menos organización hay en España, donde las primeras organizaciones están empezando a constituirse ahora. Portugal no tiene organización. La abstinencia total predomina en los reinos escandinavos, Islandia y Finlandia, aunque la cerveza casera parece permitirse aún frecuentemente. La sociedad noruega "Det Norske Totalafholdsselskab" tiene 135.000 miembros. En Suecia, aparte de la muy fuerte “Orden Independiente de los Buenos Templarios” está la socialdemócrata “Verandiorden”, y muchas sociedades de abstinencia para diferentes clases, como médicos, estudiantes, maestros, predicadores, soldados, comerciantes, enfermeras, etc., igual que una sociedad para dar instrucción en la abstinencia. Una oficina central de abstinencia existe en ambos países. La mayor sociedad de abstinencia en Dinamarca es la "Danmarks Alfholdsforening" (unos 60.000 miembros). Muchos abstemios absolutos pertenecen también a los “Buenos Templarios” o a la “Cruz Azul”.

(3) Organizaciones católicas de templanza

Igual que los católicos participaron en el primer movimiento hace sesenta o setenta años, también han tomado una parte activa en los últimos años en la batalla contra el alcohol. Al principio los países completamente católicos, excepto Bélgica, no tuvieron mucha participación en el movimiento. Hablando en términos generales, Alemania, Suiza, Holanda, e Inglaterra han sido los campeones de la causa. Hacia 1885 comenzó en Bélgica el movimiento católico. Bajo la dirección del abate Lemmens existe ahora una confederación formada por nueve grandes asociaciones con unas 600 ramas locales y entre 50.000 y 60.000 miembros que, en conjunto, representan la templanza, no la abstinencia total. Las más importantes de las asociaciones son la "Sint Jansgenootschap" en la provincia de Limburgo (que tiene una división para jóvenes fundada y dirigida por el canónigo Senden), la "Onthoudersbond van West-Flandern" y la "Société belge de Tempérance". La principal organización en Alemania es la “Alianza de la Cruz” (Kreuzbündnis), una sociedad de abstemios católicos, con sede en Heidhausen cerca de Werden. La organización se fundó en 1899 por el Padre Neumann como una sociedad de templanza; en 1904 se constituyó una sección separada para abstemios totales, y desde 1909 toda la organización ha sido una sociedad de abstinencia total, con secciones para mujeres (Frauenbund), para jóvenes (Johannesbund) y para niños (Schultzengelbund). En conjunto la asociación tiene 12.000 miembros adultos y 60.000 niños. Por desgracia, la sociedad de niños se ha dividido, la mitad aproximada de sus miembros se han unido a la “Sociedad de Templanza Católica” (Kath. Mässigkeitsbund), fundada en 1905 (sede en Tréveris). Recientemente las relaciones de esta última sociedad con la “Alianza de la Cruz” se han ido enrareciendo constantemente, e incluso ha fundado su propia rama de abstinencia total (Kreuzbund). Se ha hecho un excelente trabajo por los católicos de Suiza, donde el antiguo obispo de St. Gall, Augustine Egger (1833-1904) actuó como un apóstol de la templanza. Allí existe buena relación entre las diferentes tendencias del movimiento aunque la abstención total es la más destacada. La “Liga de Abstinencia Católica Suiza” (Schweizerische kath. Asbstinentenliga) fundada en 1895 con sede en St Gall, tiene 90 ramas y casi 4.000 miembros, tres cuartas partes de los cuales son alemanes. Filial de esta sociedad es la “Unión Juvenil de la Suiza Alemana” (Deutsche-Switzerische Jugengbund) que tiene más de 60 ramas con 10.500 miembros; una unión similar (Réveil) para la Suiza francesa tiene 22 ramas y 1.200 miembros. Casi todos los miembros de la sociedad antes citada, "St. Galler Bezerksverein gegen Missbrauch gesitiger Getränke", son católicos. En Holanda, el doctor Ariens y el doctor Banning fundaron en 1895 la "Kruis verbonden" que tiene más de 30.000 miembros; tanto ésta como las asociaciones específicas para mujeres (Mariaveereningen) que tiene casi 30.000 miembros, admiten a los que abogan por la templanza y por la abstinencia total. En vez de sociedades de niños se han constituido asociaciones de padres que se comprometen a no dar a sus hijos (menores) ninguna bebida alcohólica; éstas se llaman la "St. Anna veereningen" (alrededor de 25.000 miembros). Estas sociedades están organizadas por diócesis y desde 1907 su organización central ha sido la “Sobrietas”, con sede en Maastricht. Desde 1901 Austria ha tenido también su “Alianza Católica de la Cruz” y "Schutzengelbund"; hasta ahora, sin embargo, la afiliación no ha alcanzado los 1.000 miembros. Hungría tiene una sociedad de templanza católica con 10.000 miembros. Los católicos franceses tienen la Sociedad de la “Cruz Blanca” (Croix blanche). Finalmente debemos mencionar algunos inicios de organizaciones internacionales: La “Sociedad de Abstinencia para Sacerdotes” (650 miembros) en Alemania, Austria-Hungría, Suiza y Holanda; la “Unión Académica Católica de Abstinencia” con unos 100 miembros en Alemania, Austria y Suiza. La “Asociación Católica Internacional”, opuesta a la bebida moderada de licores alcohólicos, es, hasta ahora, de poca importancia. Debe mencionarse también una rama de la Orden de los Benedictinos fundada por el Padre Hager, cuyos miembros son abstemios totales y vegetarianos; la casa-madre está en Innsbruck.

(4) Congresos

Los grandes congresos internacionales contra el alcoholismo se reúnen cada dos años; las sesiones, exceptuando la celebrada en 1909 en Londres, siempre se han tenido en el Continente. El congreso se ha reunido dos veces en La Haya, y una vez en cada una de las siguientes ciudades: París, Bruselas, Amberes, Cristianía, Estocolmo, Bremen, Viena, Budapest, Zurich, Basilea, Londres. Al principio los que abogaban por la templanza ejercían más influencia; en 1887 en Zurich y en 1903 en Bremen surgieron fuertes disputas entre este partido y los abstemios totales, que ahora controlan las reuniones de los congresos. Desde 1899 la Santa Sede ha estado reiteradamente representada. Se publican informes completos de las sesiones de los congresos. Durante unos diez años se ha celebrado un congreso de abstemios totales alemanes cada dos años en promedio, la séptima reunión ha sido en Augsburgo en 1910; congresos similares se han celebrado en Escandinavia y Finlandia durante el mismo periodo de tiempo y con los mismos intervalos. El octavo congreso de abstinencia suizo se celebró en Lausana en 1910; en sus sesiones se recomendó la opción local. En otros países la celebración de conferencias anuales comenzó en fechas aún posteriores; el primer congreso austriaco contra el alcohol se celebró en Viena en 1908; el primero ruso en San Petersburgo en 1910; el primer congreso de abstinencia total en Grenoble en 1910. Un congreso francés de opositores al consumo del alcohol (celebrado en 1903) no tuvo mucha importancia. Los católicos de Holanda y Bélgica han tenido hasta ahora dos congresos nacionales. Entre los congresos especiales celebrados por una única organización nacional, son dignos de mención los de los “Buenos Templarios”. En algunos países, particularmente Alemania y Suiza, hay sociedades que organizan cursos educativos de carácter científico para el estudio del alcoholismo.

(5) Éxitos del Movimiento de Templanza

El principal éxito es la creciente comprensión, que se manifiesta en todas partes, de sus objetivos. Los gobernantes civiles insisten repetidamente en sus pronunciamientos públicos en la gran importancia de la templanza, mientras que los eclesiásticos de alto rango son o abstemios totales o entusiastas amigos del movimiento, en cuyo interés han publicado muchas cartas pastorales. En lo que respecta a la acción legislativa, el progreso del movimiento es más lento. En Islandia existe una prohibición absoluta. En Francia se ha pedido repetidamente por las asambleas provinciales, y una demanda similar se ha hecho una vez en Suecia. Como en estos dos países el número de diputados que son abstemios totales aumenta continuamente (en Suecia constituyen la mitad de la Cámara), los gobiernos no pueden resistir permanentemente a la presión. En Suecia el ministro nombró en 1911 una comisión para tomar medidas preparatorias. La prohibición de licores en distritos rurales existe en general en Suecia, Noruega, Finlandia, y una ley de opción local para las ciudades, que está en vigor en gran medida. Una enérgica lucha se está llevando a cabo en Holanda, Suiza y Alemania para una ley de opción local. En la jurisprudencia criminal, el sistema Pollard está ganando adeptos; recientemente lo han adoptado dos pequeños estados alemanes y se utiliza en otros lugares. Rusia y Suiza han introducido un monopolio gubernamental de los licores, pero esto no ha sido de particular utilidad para el movimiento de templanza, excepto que en Suiza, la décima parte de los beneficios (el diezmo del alcohol) deben ser empleados en la obra contra el alcoholismo. Muchos países dan voluntariamente tal ayuda, como : Suecia, unas 200.000 coronas (54.000 dólares), en 1910-11; Noruega, unas 17.000 coronas (4.590 dólares); Holanda, 20.000 florines (8.000 dólares), etc. Ciertos países han introducido una enseñanza especial en templanza en las escuelas primarias, notablemente Bélgica, Suecia (donde hay un curso especial para maestros masculinos y femeninos), Noruega y Francia. Especialmente grande ha sido el efecto del movimiento de templanza en la reforma de las tabernas. El célebre sistema Gothenberg se usa ampliamente en Escandinavia y Finlandia. En este sistema las tabernas se confían por el gobierno o el municipio a sociedades especiales (Samlag) que sólo reciben una ganancia limitada, mientras que los beneficios van al Estado o municipio para fines públicos. En Suecia estos beneficios han ascendido en veinte años a 83.000.000 de coronas (22.410.000 dólares). La taberna está en manos de un funcionario del gobierno nombrado con esta finalidad. La “Orden Independiente de los Buenos Templarios” se opone al sistema porque da a los municipios un interés demasiado grande en la venta de alcohol. La “Sociedad alemana para la Reforma de las Tabernas” (Deutsches Verein für Gasthausreform) emplea el siguiente método: la fonda o taberna fundada por el municipio o una sociedad se da a un gerente con salario fijo, que tiene, además, una comisión sobre la venta de comida y bebidas no alcohólicas. Siempre está dispuesto de forma que nunca haya licores alcohólicos fuertes en reserva. Hay muchas tabernas de templanza en Suiza y Suecia, y algunas en Alemania, Hungría y Holanda. Debe hacerse referencia, finalmente, al muy satisfactorio incremento de disposiciones para la cura de alcohólicos. En Alemania hay más de 40 instituciones (seis católicas) donde se da tratamiento, aparte de numerosas casas para alcohólicos pertenecientes a ciudades y sociedades. Varias ciudades han designado enfermeras oficiales para cuidar de los alcohólicos; la mitad de los pacientes se vuelven abstemios permanentes. En Suiza hay unas diez de tales instituciones, de las que una es católica. Estos dos países están muy por delante de los demás en el esfuerzo para curar el alcoholismo.

Gran Bretaña e Irlanda

En Gran Bretaña e Irlanda el Estado regula el tráfico de licores imponiendo tasas a la fabricación e importación de bebidas alcohólicas y limitando su venta a los que paguen por el privilegio y cumplan otras condiciones respecto a lugar, horario, etc. Los que beben, por tanto, deben pagar más de su valor intrínseco por su licor y observar cierto s límites legales en las circunstancias de su beber. Así el Estado pretende por un lado mantener el orden público y promover el bienestar social y también recaudar ingresos mediante el quasi-monopolio que crea. Estas dos finalidades no siempre están en armonía, lo que explica hasta cierto punto por qué la interferencia del Estado desde sus inicios hasta ahora ha fracasado a menudo por su propio éxito. Una historia completa de la legislación sobre licores y sus resultados ocuparía volúmenes; aquí sólo hay espacio para un breve resumen de las principales leyes que afectan a las Islas Británicas en su conjunto.

Es significativo que hasta la Reforma no hubiera legislación civil contra la ebriedad, aunque fuera bastante predominante en la época católica. El producto de las leyes contra la intemperancia comenzó a surgir en el reinado de Eduardo VI, pero no puede atribuirse a la superior moralidad de la nueva religión más de lo que se puede atribuir las escuelas de gramática de ese monarca a su celo por la educación o los asilos de la reina Isabel a su compasión por los pobres. Todos estos fenómenos señalan la desaparición de una influencia que hasta entonces se encontraba suficiente para promover el bienestar social por medios morales. De hecho, se promulgaron leyes relativas al licor desde tiempos anteriores, pero su principal objeto era evitar el fraude por parte de los vendedores. La legislación escocesa, por ejemplo, se ocupó en el reinado de David I (1124-53) de regular la fabricación y la venta de cerveza. En Inglaterra, en 1200, se fijaron por ley los precios de las diferentes clases de vino, y se encuentran numerosas promulgaciones sucesivas que tienden a animar el comercio de vino con las posesiones inglesas en Francia. Con el derrocamiento de la antigua Iglesia y la destrucción de su influencia restrictiva, la extensión de la intemperancia se hizo muy acusada, como atestiguan escritores contemporáneos, y el estado empezó a interferir en los intereses del bienestar público. En 1495 se aprobó una ley inglesa, dando poderes a los jueces de paz para suprimir a discreción las “cervecerías comunales” como centros de desorden. El sistema de licencias se introdujo en 1551, por una ley que hacía necesaria la aprobación de los jueces para la apertura de cervecerías. El Parlamento Irlandés prohibió en 1556 la fabricación de aqua vitæ excepto para ciertas clases específicas. Al comienzo del Siglo XVII se aprobaron leyes en Inglaterra para impedir que las posadas se convirtieran en establecimientos públicos en el sentido moderno. En 1634 se extendió a Irlanda el sistema de licencias. El final de este siglo introdujo un nuevo elemento en la cuestión. Hasta entonces se bebía en Inglaterra generalmente licores fermentados, pues, debido a las altas tasas, el precio de los licores importados los ponía más allá del alcance del pueblo, pero en 1689 el gobierno de la Revolución, por hostilidad hacia Francia, prohibió la importación de licores extranjeros y levantó las restricciones a la fabricación nacional, con alarmantes resultados para la moralidad pública. Pese a que el comercio al por menor fuera puesto bajo el sistema de licencia en 1700, para 1724 la pasión por beber ginebra se había extendido “con la rapidez y violencia de una epidemia” (Lecky, “Historia Inglesa”, I, iii) y en vano se aprobó en 1736 la famosa “ley de la ginebra”, haciendo la licencia prácticamente prohibitiva. Las destilerías ilegales y el contrabando se extendieron enormemente, y las altas licencias tuvieron que ser revocadas en 1742. Aunque gradualmente el Estado reasumió el control, aun así, “la fatal pasión por la bebida estaba implantada de una vez e irrevocablemente en la nación” (Lecky, op. cit.). De 1751 datan una serie de leyes que trataban más rigurosamente el tráfico de bebidas, y en 1755 se introdujo el sistema de licencias en Escocia.

En 1878 se hizo un intento, como resultado de una investigación parlamentaria sobre el tráfico ilegal de bebidas alcohólicas, de simplificar y unificar las diversas leyes de licencias para Inglaterra y Escocia y, en 1833, para Irlanda, y estas leyes forman la base de la ley existente. Pero aún continuaba la legislación experimental. Para curar a la nación de la bebida de licores, animar la industria británica y romper el creciente sistema de “establecimientos ligados”, se aprobó una ley en 1830 otorgando prácticamente el libre comercio de la cerveza. Quince días después de que se aprobara la ley, Sydney Smith escribía: “La nueva ley de la Cerveza ha comenzado su funcionamiento. Todos están borrachos. Los que no cantan están tumbados. El Pueblo Soberano está en un estado bestial”. La ley fracasó miserablemente en su finalidad. En menos de tres meses se retiraron 24.000 licencias. El número de “establecimientos ligados” no se redujo finalmente y el consumo de licores creció de manera continua. En 1869 se puso de nuevo a las cervecerías bajo el sistema de licencia. Otro bienintencionado pero infructuoso intento de alterar el gusto popular fue la introducción (1860-61) de licencias para tiendas, con cuya medida esperaba Gladstone apartar al pueblo de beber cerveza en casas públicas y llevarle a consumir vinos y licores ligeros en su casa. Mucha legislación intermedia y subsiguiente se preocupó de la tenencia de licencias, particularmente de las horas de cierre. La Ley Forbes-McKenzie de 1853 cerraba los establecimientos públicos de Escocia los domingos, excepto para viajeros, y la medida se extendió a Irlanda (excepto las cinco principales ciudades) en 1878, y a Gales en 1881, con resultados muy estimables en la disminución del alcoholismo. En Inglaterra las horas de apertura los domingos se habían reducido a siete. En 1873 una ley de licencias prohibió la venta de bebidas alcohólicas a niños por debajo de los dieciséis años, requería la confirmación por el tribunal del condado para las nuevas licencias, y privaba al tribunal de la facultad de conceder nuevas licencias en oposición al rechazo local. Se aprobaron otras medidas para la protección de los niños, culminando en la ley de 1909 que prohibía a los menores de 14 años el acceso a los bares públicos. Durante los últimos cuarenta años por influencia de las regulaciones del Estado ha disminuido constantemente el número de establecimientos con licencia. Shadwell demuestra que el número de licencias por 10.000 personas en Inglaterra y Gales era de cuarenta y nueve en 1871, de treinta y una en 1901 y de veintiséis en 1909. En Escocia había 17.713 establecimientos públicos en 1829; en 1909 con más del doble de población había 6.845, o sólo 14,03 por 10.000 personas. La disminución en cifras se ha logrado también en Irlanda, pero una mayor disminución de la población ha contrarrestado la disminución relativa. Con una población menor que la de Escocia hay en Irlanda más del triple de establecimientos con licencia – en 1909, 22.591 en total. La ley de 1904 ha tendido a acelerar la disminución de licencias admitiendo el principio de compensación y dando por primera vez a los titulares de la licencia un derecho legal a la renovación, salvo que lo pierdan por mala conducta. A los ojos de los que desean suprimir del todo el beneficio privado en el tráfico de bebidas, se considera un paso atrás, opinión que se refuerza por el notable aumento de los “clubs” desde la aprobación de la ley. Finalmente, un acusado efecto de la Ley de Finanzas de 1910, en lo que concierne al Movimiento de Templanza, fue el de reducir el consumo de bebidas alcohólicas en 10 millones de galones; en contra de esto debe señalarse un consumo superior de licores fermentados y presumiblemente de licores destilados ilegalmente. En la historia de las actividades del Estado para la promoción de la abstinencia debe incluirse la acción de los diversos departamentos de educación al hacer la enseñanza de la templanza una parte integrante del código elemental. Un programa de templanza fue hecho obligatorio por los Comisarios irlandeses en 1906. El departamento inglés publicó su programa para Inglaterra y Gales en 1909, y un programa similar fue redactado para Escocia en 1910. Si futuras generaciones de la plebe se entregan a la bebida no será por ignorancia de sus malos efectos sobre el cuerpo humano y el organismo político.

Este breve esbozo de la historia de la legislación para el control del tráfico de licores es suficiente para indicar la naturaleza del problema. El Estado interviene para garantizar la observancia de la templanza que es necesaria para el bienestar social. Pero una razonable libertad de hacer, que en sí misma no es ilegítima, es también parte del bienestar social. Si todos los ciudadanos se autocontrolaran de manera suficiente el Estado no tendría derecho a intervenir, pero en su propio interés tiene que suplir los defectos del carácter personal. La dificultad, entonces, es legislar de manera que los débiles puedan ser protegidos sin que la libertad de los temperantes sea indebidamente infringida. La conducta más obvia era reducir la tentación reduciendo el número de establecimientos con licencia. Pero esta política implica sus propios males. Dar licencias crea un quasi-monopolio, y los monopolios legalmente garantizados tienen tendencia a alimentar toda clase de fraudes. El expendedor de bebidas tiende a convertirse en un publicano en el antiguo sentido del término. Paga una fuerte suma en impuesto y licencia por el privilegio de comerciar con los licores y debe recuperarla del comprador. De ahí derivan, por un lado, los males del contrabando o la producción ilegal, y por el otro, del licor adulterado, de la inducción al exceso en la bebida, de los “establecimientos ligados” en manos de los productores. La fuerte imposición, inducida tanto por la consideración de los ingresos como del bienestar social, destruye la libre competencia y pone el comercio en pocas manos, y así dentro del Estado se crea un poderoso monopolio, cuyos intereses son puramente financieros y no necesariamente en armonía con los de la comunidad. Si la legislación opuesta a esos intereses no tiene tras de sí, como fuerza permanente, el sentido moral de la parte más amplia y sana de la comunidad, se vuelve inoperante y se derrota a sí misma. De ahí que la verdadera reforma en la cuestión del tráfico de bebidas dependa finalmente de una opinión pública correctamente educada.

Hasta fines del siglo XVIII la profesión médica hizo poco por desvanecer la antigua tradición sobre las saludables propiedades de las bebida fuertes, de lo que dan testimonio el nombre de aqua vitae y la palabra “espirituoso” dados a la esencia destilada de los licores fermentados. Y en defecto de la Iglesia, perseguida y amordazada por la ley civil, no había ninguna de las sectas que predicase la templanza como principio de ascesis. Médicos aislados como el doctor George Chaney (1671-1743) habían señalado los peligros de beber alcohol; el doctor Totter de Edimburgo y el doctor Rush de Filadelfia publicaron documentos en el mismo sentido en 1788. Pero fue en los Estados Unidos donde se hicieron los primeros esfuerzos combinados de educar a la opinión pública en esta materia. Al trazar la historia de estas asociaciones voluntarias que buscaban la reforma de la templanza primariamente persuadiendo a los individuos, será conveniente tratar de manera separada a los organismos no-católicos; históricamente fueron los primeros en el terreno, y, surgiendo en comunidades predominantemente no-católicas, son naturalmente mucho más numerosos. Como se verá, aunque de similar finalidad, a veces difieren en método de las organizaciones católicas. No podemos pretender dar más que algunos rasgos sobresalientes de un movimiento tan duradero y extenso.

Influido por la constitución en Boston en 1826 de la Sociedad para la Promoción de la Templanza, el doctor John Edgar, de Belfast, un presbiteriano, fundó en el mismo sentido la Sociedad de Templanza del Ulster en 1829, y el reverendo G.W. Kerrr, un cuáquero, una sociedad similar en New Ross. Poco después en el mismo año se inició la Sociedad de Glasgow y del Oeste de Escocia por John Dunlop. El año siguiente se constituyó una sociedad inglesa por Henry Forbes en Bradford. Todas estas y muchas otras que surgieron por todas las Islas Británicas se originaron en el deseo de suprimir los licores alcohólicos que se habían hecho tan predominantes, y de ahí que sus compromisos permitieran el uso moderado de licores fermentados. No fue hasta 1832 cuando en Preston por influencia de Joseph Livesay aparecieron por primera vez los abstemios absolutos, y la palabra “abstemio”, aplicada a la abstinencia, se generalizó. El nuevo compromiso provocó una especie de cisma en muchas de las primeras sociedades, pero gradualmente, pues se hizo manifiesto lo ilógico de tomar alcohol en una forma y renunciar a su uso en otra, la abstinencia predominó en casi todas partes. Aun así, el fenómeno que hoy se observa, que un menor consumo de licor significa un mayor consumo de cerveza, fue evidente incluso entonces. Otra causa de disensión entre los reformadores no-católicos surgió de las opiniones erróneas sobre el carácter moral de la propia bebida fuerte. En su odio por el abuso de ella, muchos extremistas declamaron contra su uso como algo intrínsecamente malo y así pusieron de manifiesto actitudes irracionales que estorbaron su causa. Si el alcohol es malo in se, nadie está justificado para ofrecerlo a otros, o para dar licencia de su venta por otros. El publicano debe ser clasificado con el alcahuete; el Estado debe suprimir por la fuerza el tráfico de bebidas. Además de estas violentas opiniones, los que basaban su religión en la Biblia tenían dificultad en explicar la tolerancia e incluso la implícita recomendación del uso del vino que se encuentra en sus páginas, y surgió una vasta controversia sobre si el “vino” de la Escritura era o no fermentado. Indudablemente estas disputas, y la adopción, en muchos casos, de un punto de vista opuesto al sentido común, han hecho mucho para impedir que progrese la causa de la templanza, como podría haberlo hecho, fuera de la Iglesia, y su identificación práctica con falsas creencias religiosas ha influido para crear desconfianza en el movimiento entre muchos católicos. Pero no obstante esta confusión ética entre las sectas, los beneficios sociales y físicos de la templanza son tan señalados que su defensa ha tenido una constante y creciente influencia en la opinión pública. Para 1842 las principales sociedades en Inglaterra eran la Sociedad Nacional de Templanza, la Sociedad Británica y Extranjera para la Supresión de la Intemperancia y la Asociación de Templanza Británica; la Liga de la Templanza Escocesa fue fundada en 1844, y en Irlanda todos los organismos protestantes habían cobrado nuevo vigor por la campaña del Padre Mathew.

Pero el medio siglo terminó en una perturbación social y política universal, y el impulso original hacia la templanza perdió por un tiempo mucha de su vitalidad. Después, en condiciones más estables, la campaña contra las bebidas fuertes adquirió un carácter más científico. Pretendía, mediante la organización de mujeres y niños, enseñar templanza en las escuelas, y exponiendo los efectos físicos de la excesiva indulgencia, crear tal peso de opinión como para influir en el Parlamento. Las sociedades juveniles, llamadas “Bandas de Esperanza”, una característica tan acusada hoy de la propaganda protestante, comenzaron en 1847. Inspirada por la ley de prohibición de Maine (1851), la Alianza del Reino Unido, que tenía por objetivo expreso “la inmediata y total supresión legislativa del tráfico de bebidas y licores intoxicantes”, y que es aún la más activa de las organizaciones modernas, nació en Manchester en 1853. No necesitamos trazar con mayor detalle el desarrollo durante el siguiente medio siglo de estas diversas sociedades en las Islas Británicas, un desarrollo que, en cuanto a cifras se refiere, es de una extensión imponente. Un reciente movimiento presbiteriano, inaugurado en 1909 en Irlanda del Norte por el reverendo R. J. Paterson y llamado “Para, amigo”, puede mencionarse por haber tenido mucho éxito tanto allí como en Inglaterra. Respecto a otras sociedades el Manual de la Alianza (y en lo que respecta a Irlanda y Escocia su enumeración no es de ningún modo exhaustiva) reconoce 18 organizaciones de templanza que son legislativas y generales, 17 que son de sector (Ejército, Marina, etc.), 22 identificadas con diversas “iglesias”, 14 que son sectas u órdenes propias, 10 limitadas a mujeres, 8 sociedades juveniles, 62 sociedades rurales y 176 urbanas – en total 327. Estas diversas asociaciones, por supuesto, producen una gran cantidad de literatura de templanza, tanto en forma de libros como de periódicos y folletos. Esta vigorosa polémica ha provocado, como es natural, similares medidas de defensa por parte del comercio. El Anuario de la Alianza enumera diez grandes asociaciones de las dedicadas al tráfico de bebidas y estima las sociedades locales por todo el Reino Unido en unas 700. Sobre la base de que su comercio es legal y, en las condiciones apropiadas (cuya disposición a observar profesan), incluso necesario para el bienestar social, los vendedores de bebidas se justifican por resistir los ataques que niegan la solidez de esas bases. Ninguna sociedad de templanza católica basará su oposición al tráfico de bebidas en fundamentos tan poco sólidos.

Como organización existente para enseñar y hacer factible la obligación humana del autocontrol, la Iglesia Católica es la primera y mayor de las sociedades de templanza. Enseña, y siempre ha enseñado, que todos están obligados bajo pecado a no consumir bebidas fuertes ni cooperar al abuso de ellas por otros – y esto, sean cuales sean los medios empleados, es el último fin de todas las asociaciones de templanza. Con respecto al mal social de la ebriedad (antes de que le fuera arrebatada su debida influencia, y antes de que el uso común de las bebidas alcohólicas intensificara el mal), la Iglesia ha sido capaz, en gran medida, de hacerle frente mediante su disciplina ordinaria – su predicación de la autonegación, su administración del Sacramento de la Penitencia, su institución de épocas de penitencia y su legislación canónica. Todas estas influencias morales fueron barridas en la Reforma y nada eficaz colocado en su lugar. De ahí que los excesos en los Siglos XVII y XVIII sean en gran manera atribuibles a la destrucción del Catolicismo como fuerza social. Incluso después de la Emancipación de 1829, continuaron los efectos de las Leyes penales, y hasta 1838 no se encuentra mención en Gran Bretaña de una asociación de templanza puramente católica. Es verdad que en 1819 se fundó en Skibbereen en Kerry, una organización de templanza presumiblemente católica, pero parece haber tenido más bien la naturaleza de una sociedad benéfica con una resolución de templanza entre sus reglas. En Chelsea, en 1838, el reverendo T Sisk empezó una Sociedad de Abstinencia Total Católica, y en 1840 encontramos mención de una Asociación de templanza Católica del Sur de Londres en la que habló Daniel O’Connell. Además en el mismo año se fundó una Asociación Católica Metropolitana por el esfuerzo de Mr. John Giles, un cuáquero. Pero estos pequeños esfuerzos locales fueron completamente ensombrecidos por la gigantesca obra llevada a cabo (a instigación providencial de otro cuáquero, William Martin) por el mayor apóstol de la templanza que el mundo haya visto nunca, el Padre Theobald Mathew. Como resultado de su defensa de la causa en los años 1838 a 1845, se ha computado que Irlanda, con una población superior a ocho millones, contaba de tres a cuatro millones de abstemios totales, y el consumo anual de bebidas alcohólicas, que de 1835 a 1839 era en promedio de 11.595.536 galones, cayó en 1842 a 5.290.650 galones. La falta de permanencia que marcó este movimiento es sin duda en gran parte debida a la catástrofe del hambre, pero también en no pequeño grado al hecho de que apenas consiguió apoyo entre las clases media y alta e incluso entre el propio clero. Su inspiración, sin embargo, está viva y con creciente fuerza actualmente, no sólo en su tierra de origen, sino también en Gran Bretaña. Pues Gran Bretaña en 1843 cayó bajo la influencia del celo y elocuencia del Padre Mathew, y se constituyeron muchas asociaciones católicas en las ciudades que visitó en Inglaterra y Escocia como parte de la organización parroquial.

Tras la reacción general que precedió y siguió el año de la Revolución (1848) hay registro de ulterior esfuerzo católico. La Sociedad de Abstinencia Total de St Patrick, fundada en Dundalk en 1850, todavía florece. En 1858 se abrió en Spitalfields un salón de templanza católico por el Reverendo Doctor Spratt de Dublín, uno de los más celosos coadjutores del Padre Mathew; en 1858 se nos dice que se fundó una nueva Sociedad de Abstinencia Total Católica Romana en Londres, donde también en 1863 se registró un mitin de la Unión Antialcohólica Católica Romana. Pero hasta 1866, cuando el arzobispo Manning empezó a tomar interés práctico en la cuestión de la templanza, no se intentó nada en mayor escala. La Alianza del Reino Unido de Manchester y el difunto Monseñor Nugent de Liverpool le pusieron delante hechos y cifras con el resultado de que tanto en Liverpool como en Londres se constituyó en 1873 una organización católica que fue llamada Liga de la Cruz que bajo esos celosos dirigentes, llevó a cabo un amplio pacto por la templanza en Gran Bretaña. Se establecieron ramas de esta organización en muchas parroquias de fuera, tanto en Inglaterra como en Escocia y bajo los ojos de sus fundadores se convirtió en una gran fuerza social. En 1869 el doctor Delany de Cork promovió un gran resurgimiento de la templanza en su diócesis, y los obispos en su reunión pastoral de 1875, dieron una gran estímulo al movimiento. En ese año se instituyó en Dublín la Confraternidad de la Sagrada Sed de Jesús y en Salford la Cruzada diocesana por el obispo, luego cardenal, Vaughan. La Cruzada, o Asociación Católica para la Supresión del Alcoholismo, inaugurada por el doctor Richardson de Londres y varias organizaciones menores datan del mismo periodo. Otro notable resurgimiento de la defensa católica de la abstinencia total en la Islas Británicas comenzó hacia finales del pasado Siglo. El Padre James Nugent hizo un trabajo maravilloso en Liverpool por la causa. Como reformador de la templanza, el Padre F. C. Hayes, sobrino del Padre Nugent, ha ganado un renombre parecido. En 1896 fundó su Cruzada Católica de la Templanza, que pretende evitar, más que recuperar de, la intemperancia, e incluye a miembros que son abstemios totales, niños mayores de diez años que se comprometen hasta la edad de veintiuno y asociados que llevan una vida estrictamente de templanza. No hay órgano de gobierno central, pero la cruzada coopera de buena gana con todos los demás esfuerzos de templanza, buscando fundar alguna clase de organización en cada parroquia, y, por medio de conferencias y literatura, extender una opinión pública saludable en la materia. El promotor ha viajado y trabajado extensamente en sus intereses, y su celo se ha hecho sentir en todo el mundo de habla inglesa. La Liga de la Cruz, bajo el cuidado del Canónigo Murname, uno de los primeros y más enérgicos lugartenientes del cardenal Manning, está renovando la juventud de Inglaterra y Escocia. Una Unión del Padre Mathew, cuya afiliación se limita al clero, se fundó en Londres en 1908. Pero es en Irlanda, donde la pobreza y la despoblación hacen más manifiestos los estragos de las bebidas fuertes, donde se están haciendo los más arduos esfuerzos para combatirlas. En 1898 se constituyó en Dublín por el Padre James Cullen S.J. la Liga Pionera del Sagrado Corazón para la Abstinencia Total, que cuenta hoy con 182.000 miembros y 172 centros. Es particularmente destacable el amplio ingreso en sus filas del clero joven. Fue la primera asociación de templanza en insistir en un periodo de dos años como prueba de resolución y garantía de estabilidad; fue enriquecida por Pío X con varias indulgencias en 1905. En ese año, además, la jerarquía irlandesa invitó a los capuchinos, los hermanos de religión del Padre Mathew, a emprender de nuevo su obra. Esto han hecho con mucho de su éxito. Recientemente bajo su estimulante celo, una cuarta parte de toda la población de Limerick formuló su compromiso. Aún más reciente es la constitución por los obispos de la provincia del Oeste de la Liga de St. Patrick del Oeste, una organización que se planea cubra todo Connaught con una red de sociedades de templanza, y para desarraigar el alcoholismo por los métodos más cuidadosamente ideados. Otros recursos menos heroicos como la Liga Anti-Invitación, buscan contrarrestar uno de los orígenes más frecuentes de la desmoralización. Esfuerzos tan vigorosos y sostenidos han tenido un señalado efecto en Irlanda. Los arrestos por borrachera que fueron 98.401 en 1899 han caído cada año hasta 68.748 en 1909, y el gasto en bebidas, aunque aún espantosamente grande (13.310.469 libras), considerando la pobreza y necesidades del país, es ahora más de un millón menor que hace diez años. Y aunque la “Ley de la Bebida” del Reino Unido, que fue de 179.499.817 libras en 1902, ha descendido ahora a 155.162.485 libras, debido en cierta medida a un crecimiento de una opinión pública más ilustrada, aún hay abundante necesidad de propaganda de la templanza antes que la población de las Islas Británicas aprenda en su conjunto a evitar el beber excesivo, como vicio que es a la vez degradante para el individuo y muy dañino para el Estado.

En los Estados Unidos y Canadá

Estados Unidos

La primera obra de templanza en los Estados Unidos se debió a la reacción contra la intemperancia que amenazaba con hacer de los americanos una nación de borrachos. El periodo culminante de la intemperancia fueron los setenta y cinco años entre 1750 y 1825. Casi todos bebían licores intoxicantes. Era la bebida familiar. Era el signo predominante de hospitalidad. Se consideraba una descortesía, incluso un insulto, rechazarlo. En todas las funciones, públicas y privadas, sociales y comerciales, sagradas y solemnes, se consumían bebidas intoxicantes. No sólo se consideraba el licor indispensable en tales ocasiones, sino que predominaba la errónea creencia de que no se podía llevar a cabo un trabajo duro sin la copa estimulante. Se suministraba a trabajadores y mecánicos su cuota de licor, dos veces al día, al son de la campana, que les convocaba con regularidad a las once y a las cuatro en punto. El granjero estipulaba con sus peones cuando los contrataba para la cosecha, que recibirían una cierta cantidad de licor, generalmente whisky o ron de Nueva Inglaterra. Se suponía que el licor fuerte hacía hombres fuertes. Esta suposición no fue puesta en cuestión hasta que fueron evidentes los fatales efectos del hábito de beber en la multitud que descendía a la tumba de los borrachos. La intemperancia se había extendido, creciendo de día en día, hasta que alcanzó su clímax al término de la Guerra revolucionaria. El Congreso suministraba licores a las tropas coloniales para reforzarlos en las fatigas de la guerra. Los soldados volvían a sus hogares y se sumaban a la ola de alcoholismo que se elevaba y se extendía a lo largo y a lo ancho. Se afirmaba comúnmente al final de la Revolución que los Estados Unidos consumían más licor per cápita que ninguna otra nación. Generalmente se admitía que no podía encontrarse un hombre que no se hubiera emborrachado en alguna ocasión. El resultado de esta intemperancia universal fue una reacción a favor de la templanza.

El primer esfuerzo destacado de reforma se inició por el doctor Benjamin Rush de Filadelfia, un miembro del Congreso Continental en 1776, y uno de los firmantes de la Declaración de Independencia. En 1785 publicó un panfleto titulado “Investigación sobre los efectos de los licores fuertes en el cuerpo y la mente humanos” que fue ampliamente leído en América e Inglaterra. De ahí no resultó ningún movimiento organizado, pero afectó fuertemente a la opinión pública y puso los cimientos de la subsiguiente obra de la templanza. La reforma iniciada por el doctor Rush no defendía la abstinencia total, el público no estaba preparado para tal medida. El primer paso hacia ella fue la abolición de la costumbre de proporcionar licor a los empleados. Se fomentó la moderación en el consumo de los licores destilados, esto se desarrolló hacia la abstinencia de esta clase de licores y al consumo moderado de cerveza, vino y sidra. Finalmente, después de medio siglo de esfuerzo para regular el consumo del licor, se demostró que el plan de moderación había sido un fracaso, y que el único remedio práctico era la abstinencia total.

La primera organización de templanza se constituyó por doscientos granjeros en Litchfield, Connecticut, en 1789. Los miembros meramente se comprometieron a no dar licor a sus operarios. Esta acción se enfrentó con una fuerte oposición de los trabajadores, que persiguieron a los miembros de la nueva sociedad, y los colmaron de toda clase de injurias. Era tal el prejuicio a favor de las bebidas fuertes que este muy moderado movimiento de templanza fue considerado drástico y revolucionario. La primera sociedad de abstemios comprometidos se constituyó en Abril de 1808 en Moreau, condado de Saratoga, Nueva York. Cuarenta y siete miembros se comprometieron a abstenerse de licores destilados y vino excepto en caso de enfermedad o en comidas públicas bajo pena de una multa de veinticinco centavos, y cincuenta centavos por intoxicación efectiva. Se fundaron otras sociedades que prohibían no el consumo, sino el consumo inmoderado de licores intoxicantes. Una de estas sociedades se organizó en una taberna, en cuya barra los miembros invitaban a los demás. Se multaba a los miembros con veinticinco y cincuenta centavos, y un reglamento de una sociedad requería de los miembros que se habían emborrachado que invitaran a todos los demás miembros.

El vicio de la ebriedad reclamaba un esfuerzo más adecuado que la mera defensa de la moderación. El 13 de febrero de 1826 se fundó en Boston la “Sociedad de Templanza Americana”. Esto abrió una nueva era y preparó el camino para la abstinencia total. La nueva sociedad defendía la abstinencia total, pero, por consideraciones de prudencia, no se obligaba. La finalidad de la sociedad era moldear el sentimiento público y reformar los hábitos y costumbres de la comunidad. Gradualmente los hombres empezaron a ver que la ebriedad debía ser combatida atacando el hábito de beber. Diez años después, en 1836, la segunda convención nacional de la templanza que se celebró en Saratoga se declaró por la abstinencia total de licores destilados y fermentados. El doctor Dorchester, en sus “Problemas del licor en todas las edades”, comentando la labor de este periodo dice: “En el año 1835 se habían constituido más de ocho mil sociedades, con más de un millón quinientos mil miembros, organizadas en todos los estados excepto uno. Más de cuatro mil destilerías habían parado, y ocho mil comerciantes habían dejado de vender licores fuertes. Más de mil doscientos navíos que ya no suelen navegar desde nuestros puertos." El año 1840 nació la Sociedad de Templanza Washingtoniana, una organización de abstinencia total, que comenzó en Baltimore con seis miembros y creció hasta los seiscientos mil. En su momento, dos tercios de esta gran sociedad la dejaron. Otras sociedades perdieron miembros y hombres que consideraban la abstinencia como el remedio soberano de la intemperancia volvieron su atención del bebedor y el borracho al tratante de licores, cuya subsistencia dependía del bebedor, e inauguraron otra fase de la reforma de la templanza, que eventualmente tomó la forma de prohibición. Neal Dow de Maine se convirtió en el líder de la nueva agitación, y después de un persistente e incansable esfuerzo tuvo éxito en 1851 en conseguir la aprobación de una ley prohibitoria absoluta generalmente conocida como “Ley de Maine”. En los años siguientes la prohibición del comercio de licores se convirtió en ley en Minnesota, Rhode Island, Massachussets, Vermont, Michigan Connecticut, Nueva York, New Hampshire, Delaware, Nebraska, Indiana, Iowa, Dakota del Sur, Illinois, Alaska, Dakota del Norte, Oklahoma, Alabama, Georgia, Kansas, Mississippi, Carolina del Norte, Tennessee. En este momento la ley ha sido abolida en todos excepto en los ocho últimos y Maine (1 de enero de 1911).

Entre los primeros defensores destacados de la reforma de la templanza que merecen especial mención están el Reverendo Lyman Beecher y el doctor Nathaniel Hewitt de Connecticut, Edward C. Delevan, el doctor Clark, y Garrett Smith de New York, el Reverendo Thomas P. Hunt de Pennsylvania, el Reverendo Charles P. McIlravie de Ohio, John B. Gough, el Reverendo Justin Edwards de Massachussets, y Abraham Lincoln de Illinois. Antes de la Guerra Civil las principales organizaciones que defendían la templanza eran el Movimiento Washingtoniano, 1840, los Rechabites, 1841, los Hijos de la Templanza, 1842, los Cadetes de la Templanza, los Templarios de Honor y Templanza, 1845, los Buenos Templarios, 1851. La primera convención nacional de templanza se celebró en Filadelfia en Mayo de 1833. Veintiún estados estaban representados con cuatrocientos delegados. Por voto del Congreso y aprobación del presidente Jackson se prohibió en 1834 la venta de licores a los indios. El 5 de Noviembre de 1832 el general Lewis Cass, secretario de Guerra, publicó una orden prohibiendo la introducción de licores en ninguna guarnición, fuerte o campamento en los Estados Unidos. El secretario de Marina ofreció un dinero sustitutorio de la ración de bebidas alcohólicas.

Una época de labor en pro de la templanza se inició en los Estados Unidos el 2 de Julio de 1849, que señaló la llegada del Padre Theobald Mathew, el apóstol irlandés de la templanza. Fue recibido en Nueva York con tremendo entusiasmo. El alcalde Woodhull y el consejo de la ciudad le dieron una recepción pública. En Washington se entrevistó con el presidente Taylor, y fue admitido a sentarse en el salón del Senado y en la tribuna de la Cámara, una distinción concedida sólo una vez antes a un extranjero – el General Lafayette. En esta ocasión, Henry Clay dijo: “Esto no es más que el merecido tributo de respeto a un hombre que ha llevado a cabo una gran revolución – una revolución en la que no se ha vertido sangre, una revolución que no ha implicado desolación, que no ha provocado que se derramen amargas lágrima de viudas y huérfanos, una revolución que se ha logrado sin violencia, y más grande, quizá, de lo que nunca se ha llevado a cabo por cualquier benefactor de la humanidad.” El Padre Mathew pasó dos años y medio en los Estados Unidos y, aunque débil de salud, viajó 37.000 millas, visitando 25 estados, tomando el compromiso en más de 300 de las principales ciudades y pueblos a más de 500.000 personas.

Varias sociedades católicas de abstinencia total se organizaron durante la visita del Padre Mathew, pero sólo ejercieron influencia en la restringida esfera en la que se originaron. Ningún vínculo las unía hasta 1871, cuando las sociedades de Connecticut formaron una unión estatal de la que se desarrolló una unión nacional, en una convención celebrada en Baltimore el 22 de febrero de 1872. Ciento setenta y siete sociedades, que comprenden 26.481 miembros, representaban Connecticut Rhode Island, Nueva York, Nueva Jersey, Pennsylvania, Maryland, Georgia, Illinois, Ohio, Minnesota, y el distrito de Columbia. Se adoptó una constitución, se hizo público un llamamiento a los católicos de América, y la unión se llamó “La Unión Católica de Abstinencia Total de América”. En el llamamiento al colectivo católico, el objetivo de la convención se expresaba en estos términos: “Nuestro lema es la persuasión moral. Con leyes prohibitivas, sistemas de licencias restrictivos, y legislación específica no tenemos nada que hacer. Con nuestro propuesto plan de organización se combina el atractivo carácter de la ayuda mutua. Así la Templanza y la Benevolencia van de la mano”. La persuasión moral se veía favorecida por alguna acción legislativa de otros, y una combinación de ambas por una tercera clase. Se determinaba finalmente trabajar sobre la base de la persuasión moral en cuanto que la creencia revelaba que ni las leyes prohibitivas ni restrictivas valían salvo que estuvieran apoyadas por la opinión pública. La opinión de la convención relativa a la supresión y restricción del comercio del licor se expresaba en la siguiente resolución: “Resuelve, que esta convención, aunque no considerando oportuno tomar parte en ninguna acción legislativa o prohibitiva, con referencia a las “Leyes Prohibitivas del Licor”, reconoce el gran bien que resultaría de la supresión de lugares públicos de bebida, y de una legislación que restringiera la fabricación de licores intoxicantes dentro de límites acordes con la moralidad pública, y saludará con alegría tal legislación cuando las autoridades apropiadas puedan concederla”. La convención abogó por la organización de uniones subordinadas de los diferentes estados o diócesis afiliados a la unión nacional. Se fundaron uniones estatales en Alabama, California, Connecticut, Illinois, Indiana, Louisiana, Missouri, Nueva Jersey, Ohio, Pennsylvania, Wisconsin, y también en Canadá. Se constituyeron uniones diocesanas en Albany, Baltimore, Boston, Brooklyn, Buffalo, Dubuque, Duluth, Erie, Louisville, Nueva York, Filadelfia, Pittsburgh, Providence, Savannah, Scranton, Springfield, St. Paul, Syracuse, Wheeling, Wilmington y Winona.

Se celebraron convenciones anuales de la unión nacional en diferentes ciudades del Oeste y del Medio Oeste. Arzobispos, obispos y una legión de sacerdotes asistieron a las convenciones, tomaron interés en la obra de la unión y propagaron sus principios en sus diócesis respectivas. El Delegado Apostólico, el Muy Reverendo Diomede Falconio, asistió a la cuadragésimo primera convención en Scranton, Pennsylvania en Agosto de 1911, y dio muestra inequívoca de su interés en la obra en su discurso a los delegados y en un elocuente discurso en la reunión pública, del que es un extracto lo siguiente: “señoras y señores, encontrarán ante ustedes un gran grupo de hombres que, con mucho valor y auténtico espíritu cristiano se han unido por la gran causa de la templanza. Sigan su ejemplo, pues la causa de la templanza quiere decir la causa de la perfección cristiana y la causa de la humanidad sufriente. Sin embargo, si no encontraran conveniente unirse a sus filas, al menos ayuden a su causa con sus oraciones y su constante cooperación. Caballeros de la Unión de Abstinencia Total, admiramos su espíritu de abnegación al profesar la gran virtud de la abstinencia total y apreciamos sus esfuerzos de fomentarla con sus palabras y ejemplo. Sus asociaciones son de suprema importancia para el bienestar espiritual y temporal de nuestro pueblo, y son, por consiguiente, de gran utilidad para la religión y la sociedad.”

En la convención de la unión nacional celebrada en Indianápolis el 28 de agosto de 1878, se remitió un memorial al Papa León XIII, quien en respuesta dirigió un breve papal a los miembros de la unión, del que es un extracto lo siguiente: “Especialmente nos complace esta noble determinación vuestra de oponerse y desarraigar el nocivo vicio de la ebriedad y de mantener lejos de vosotros y de los que os son próximos todo incentivo para él, pues en las palabras del sabio, ‘Entra con gusto, pero al final morderá como una serpiente, y extenderá fuera su veneno como un basilisco’”. Un breve papal se dirigió por el Papa Pío X al Reverendo J. Francis Regis Canevin, presidente de la unión nacional, el 10 de Julio de 1906. El pontífice recomendaba la obra de la unión en estos términos: Siguiendo el ejemplo de nuestros predecesores, y especialmente del último de ellos, para quien no parecía haber mayor enemigo de las enseñanzas y mandamientos de Cristo que el abuso de bebidas fuertes, cordialmente aprobamos la obra de la unión, y felicitamos a todos en esta recomendable asamblea, porque son nuestros asociados y colaboradores en persuadir a los hombres para practicar una de las principales virtudes cristianas: la templanza.

La unión se compone de sociedades de hombres, de mujeres y juveniles y la Liga de Abstinencia Total de sacerdotes, y cuenta en total más de 90.000 miembros.. Las sociedades de mujeres fueron admitidas en 1878 como miembros honorarios, y en 1880 como miembros activos; en 1888 se recibieron por primera vez delegados femeninos, habiendo sido antes las sociedades de mujeres representadas por hombres; tres años después Miss S.A. Moore de Filadelfia fue elegida vicepresidenta tercera.

La unión edita una publicación mensual “El Abogado de la U.C.A.T.”En 1911 la unión estuvo representada por primera vez en el (Décimo tercer) Congreso Internacional contra el alcohol celebrado en La Haya, Holanda. También se ha unido a la Sociedad Internacional Católica contra el Alcoholismo fundada en 1907 por el Padre Neumann de Mündt, Prusia.

En 1873 se inició la “Cruzada de las Mujeres” en Hillsborough, Ohio. Los miembros apelaban directamente a los propietarios de tabernas para que desistieran de vender licor, visitando todos los establecimientos en las ciudades en que estaban organizadas. El movimiento se extendió desde Ohio, a través de los Estados del Centro Norte, a Iowa, Michigan, Kansas, California, Oregón y hacia el este a la costa del Atlántico. En Ohio las tabernas de doscientas cincuenta localidades fueron cerradas por la cruzada. El resultado de este movimiento fue la organización de una sociedad de abstinencia total llamada la Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza que se fundó en Cleveland el 18 de Noviembre de 1874, en una convención nacional de ciento treinta y cinco delegadas de una docena de estados. En 1880 se instituyeron seis departamentos - organización, preventivo, educativo, evangélico, social y legal. A la cabeza de cada departamento hay una superintendente. Por debajo de cada departamento hay subdepartamentos a cargo de superintendentes, siendo la cifra total de departamentos y subdepartamentos de treinta y ocho. Se constituyeron sociedades juveniles en las diversas uniones locales y por los esfuerzos de la unión se introdujo la instrucción científica de la templanza en las escuelas. En 1910 22.000.000 de niños recibían instrucción sobre los nocivos efectos del alcohol. En 1883 la unión estaba organizada en todos los estados y territorios de los Estados Unidos y se introdujo en Canadá. La Unión Cristiana Mundial de Mujeres por la Templanza, que tiene sociedades en muchos países, fue un desarrollo más completo de la Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza. Durante casi veinte años los destinos de la U.C.M.T, han sido dirigidos por una dotada mujer de gran carácter, que había dimitido de su cargo de Decana del Colegio Femenino y profesora de Estética de la Universidad Northwestern para dedicar todas sus energías a la causa de la templanza – Miss Frances E. Willard.

Canadá

Al comienzo del siglo XIX, la venta de licor intoxicante apenas estaba restringida por ley en Canadá, y su consumo era universal. La intemperancia se desarrolló y extendió en tal grado que empezó una reacción, y provocó una activa oposición. Se celebró un mitin en Brockfield, Ontario, en otoño de 1828, y se constituyó en Canadá la primera sociedad por compromiso de templanza. No era una sociedad de abstinencia total. En ésta y en muchas otras sociedades fundadas por todo el país se inculcaba la moderación, hasta 1839, en que el compromiso de abstinencia sucedió al antiguo compromiso de moderación, como en el caso de los Estados Unidos. La moderación demostró ser un fracaso, y la abstinencia total se adoptó como el mejor remedio contra el mal de la bebida. Inmediatamente se realizó un gran progreso contra la intemperancia. La sociedades se organizaron como “sociedades abiertas de templanza”sin lazo de unión hasta 1847, cuando los Hijos de la Templanza fundaron una rama en Canadá. Un consejo ejecutivo gobernaba las sociedades locales y sistematizaba su trabajo. Una ayuda a la completa organización la proporcionó en 1859 la Orden Independiente de los Buenos Templarios, cuyo compromiso era perpetuo, y que admitía la afiliación de mujeres. En 1874 la Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza instituyó una unión en Canadá, y por su labor sistemática dio un fuerte impulso a la reforma de la templanza. La Unión Canadiense de Templanza nació en 1869, y, después de varias modificaciones de nombre y métodos, fue reemplazada en 1877 por la Alianza del Dominio para la Supresión Total del Comercio de Licor. La Alianza trabajó con fuerza para asegurar una legislación que restringiera el comercio del licor, y se implicó activamente en la puesta en vigor de leyes de supresión en la mayoría de las provincias de Canadá. Desde 1850 se había requerido de casi todos los Parlamentos canadienses que pusieran en vigor una legislación prohibitiva o restrictiva del comercio de licor. Las repetidas peticiones hechas al Parlamento para la prohibición total impulsaron la puesta en vigor de la Ley de Templanza de Canadá de 1878, comúnmente conocida como “Ley Scott”, que autorizaba a los condados y ciudades a prohibir la venta al por menor de licor. El voto popular fue abrumadoramente favorable a la prohibición, pero las disputas sobre su constitucionalidad y la controversia relativa a la responsabilidad de su ejecución por las autoridades federales o provinciales la hicieron inoperante.

La Sociedad de Templanza de la Iglesia de Inglaterra, establecida de algún modo en todas las provincias, fue activa durante un tiempo en el movimiento de reforma de la templanza. En años posteriores el éxito de las sociedades protestantes lo ha sido en la forma de la opción local o campaña de “prohibir los bares”. En los distritos rurales de Ontario esta labor es popular y ha sido efectiva. La Iglesia Católica se esforzó por resolver el mal de la bebida, desde los primeros días de la colonia de Nueva Francia. Durante muchos años sus adeptos se han mostrado muy activos en promulgar la templanza por medio de la Liga de la Cruz, la Unión Católica por la Abstinencia Total y otras sociedades esparcidas por todo Canadá. Desde 1900 la diócesis de Peterborough ha tomado la dirección de la obra de la templanza. En la ciudad episcopal hay una sociedad de 1.200 hombres. El arzobispo Bruchesi de Montreal ha tomado un interés activo en la obra, y ha desarrollado un fuerte sentimiento de abstinencia total.

Caballeros del Padre Mathew

Los Caballeros del Padre Mathew, una organización de abstinencia total y semi-militar, se instituyó en St Louis, Missouri, el 26 de Abril de 1872. Adoptó una forma de seguro de vida el 18 de Julio de 1881, al haber sido autorizada por una concesión que facultaba a la sociedad a incluir el seguro de vida entre sus finalidades y objetivos, y a constituir ramas de la orden, llamadas “consejos”, por todo el Estado de Missouri. Conforme se fueron conociendo la obra y beneficios de la Sociedad, se recibieron invitaciones para fundar consejos más allá de Missouri. En la actualidad (1911) tiene consejos en Missouri, Illinois, Iowa y Kansas. Hay dos clases de afiliación: activa y honoraria. Para ser miembro activo, es necesario ser católico practicante, pasar un examen físico y no ser menor de dieciséis, ni mayor de setenta años de edad. Para ser miembro honorario, es suficiente ser católico practicante. La Sociedad se ha mostrado activa en promover la templanza y la frugalidad, y ha gastado más de ochocientos mil dólares en subsidios para las familias de sus miembros fallecidos. Se permite a los consejos de la orden organizar ramas de mujeres católicas, que se llaman “Damas Auxiliares de los Caballeros del Padre Mathew” y se rigen por normas en armonía con las normas de la organización principal. Las Damas Auxiliares han contribuido a fortalecer la organización masculina, promoviendo la templanza entre chicos y chicas, y se han mostrado activas en la obra caritativa entre los pobres. Los Caballeros del Padre Mathew y las Damas Auxiliares de los Caballeros del Padre Mathew se asociaron con la Unión Católica de Abstinencia Total de América en 1895, y han sido de los miembros más enérgicos en el progreso de la obra de la unión nacional.

Bibliografía

EUROPA — La bibliografía sobre la cuestión de la templanza es enorme. Casi 15.000 publicaciones en Europa y los Estados Unidos se han listado por ARDERHALDEN, Bibliographie der gesamten wissenshaftl. literatur über Alkohol und Alkoholismus (1904). La literatura actual sobre el asunto se da por el periódico bibliográfico Blätter für die gesamten Sozialwissenschaften (Berlín) y por los dos periódicos internacionales de templanza (ver abajo). La obra sistemática más importante es, probablemente, HELENIUS, Die Alkoholfrage, que tiene excelentes bibliografías de todos los países. La obra original se tradujo del finlandés al alemán en 1903. La mejor obra histórica es BERGMAN, Nykterheterörelsens väldhistoria (1900), bien ilustrada, también publicada en una traducción alemana muy alterada por KRAUT (1907). La obra estadística más importante es la publicada por el ministerio de Comercio británico mencionada al comienzo de este artículo, en relación con la cual, ver HAPPE, Die Tatsachen den Alkohol. Anuarios relativos al movimiento en varios países se publican por WARMING, para Alemania y Austria-Hungría; HERCOD, para Suiza; NIELSEN, para Dinamarca, DUKERT, para Noruega, etc.

Numerosos periódicos se publican: Alemania, más de 70, en Dinamarca y Suecia, unos 25, etc. Los más importantes de estos periódicos son: Internat Monatschrift zur Bekämpfung der Trinksitten (Basilea); Die Alkoholfrage (Berlín) publicado en alemán, francés e inglés; Mässigkeitsblätter (Berlín); Mimer (Estocolmo); Die Wegwijzer (Amsterdam); Afholdsbladet (Cristianía); L'Abstinence (Lausana); Folkevennen (Copenhague); Le bien social (Bruselas); Les annales antialcooliques (París). Los periódicos católicos son: Volksfreund and Der Morgen en Alemania; Volkswohl y La ligue de la Croix, en Suiza; Kreuzfahrer en Austria; Sobrietas y Der Drankbestridjing en Holanda. Ver también para el movimiento en Bélgica: MALHERRE y LEMMENS Les Sociétés de temperance (Bruselas, 1900); WASLET, Het Volksgeluk; BABELLA, La lutte antialcoolique en Belgique (Bruselas, 1901); VERMEERSCH, Manuel social (Lovaina, 1904); en Francia: DENIS, Manuel de Tempérance; BERGERET, L'alcoolisme; BERTILLON, L'alcoolisme et les moyens de le combattre; SAVOY, Les trésors de la sainte abstinence; en Suiza: FOREL, Le boisson dans nos moeurs; BUNGE, Die Alkoholfrage; EGGER, numerosos escritos que incluyen, Alkohol, Alkoholismus u. Abstinens; Alkohol u. Volkswohl, etc; en los países nórdicos: ERKLUND, Dryckenskapen (Estocolmo, 1890); PETERSSON, En studie öfner Göteborgsystemet; HALVERSEN, Det Norske Totalafholdsselskab; JÖRGENSON, Afholdssagens historie in Danmark.

GRAN BRETAÑA E IRLANDA — Obras generales: WOOLEY y JOHNSON, Temperance and Social Progress of the Century (Londres); DAWSON y BURNS, Temperance History (1889-91); ROWNTREE y SHERWELL, The Temperance Problem and Social Reform (Nueva York, 1900); SHADWELL, Drink, Temperance and Legislation (Nueva York, 1902); PATTERSON, Licensing Acts, 1828-1904; The Royal Commission on Liquor Licensing Laws, (1896-99); The Alliance Yearbook (1911); Informe anual (Trigésimo segundo) de la Irish Association for the Prevention of Intemperance (1910 —); New Encyclopedia of Social Reform. Obras católicas: BRIDGETT, The Discipline of Drink (1876); MANNING, Our National Vice (1886); CULLEN, The Pioneer Temperance Catechism (1911); MORAN, Early Church Legislation in Ireland; PURCELL, Life of Cardinal Manning, II (Londres, 1895), xxiii; Manual de la Liga de la Cruz.

ESTADOS UNIDOS — One Hundred Years of Temperance (Nueva York, 1886); BLAIR, The Temp. Movement (Boston, 1888); STEARNS, Temp. in All Nations (Nueva York, 1893); ROUNTREE y SHERWELL Temp. Problem and Social Reform (Nueva York, 1899); FEHLANDT, A Century of Drink Reform (Cincinnati, 1904); GIBBS, Hist. of Cath. Tot. Abstinence Union of America (Filadelfia, 1907). WILHELM LIESE, JOSEPH KEATING y WALTER SHANLEY.

Fuente: Liese, Wilhelm, Joseph Keating, and Walter Shanley. "Temperance Movements." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/14482a.htm>.

Traducido por Francisco Vázquez