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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Marino, San

De Enciclopedia Católica

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República independiente ubicada entre la Provincias Italianas de Forli, Passaro y Urbino, que tiene un área de 38 millas cuadradas y una población de 10.000 habitantes. Sus principales recursos son la agricultura y la producción de vinos. El gobierno es ejercido por dos cónsules o capitanes regentes, elegidos por seis meses entre los miembros del Consejo General, compuesto de sesenta miembros elegidos de por vida entre los nobles, burgueses y propietarios rurales, en número igual. El consejo tiene facultades legislativas; dentro de sus miembros se selecciona el Consejo de los Doce, que es la corte suprema. El Reino de Italia, por los Actos del 22 de Marzo de 1862, reconoció la independencia de la república, y ha mantenido relaciones amistosas con ella, siendo los Sanmarinenses comúnmente aceptados en el reino. El territorio se extiende sobre siete colinas, en la más alta de las cuales, Il Titano, está construida la ciudad de San Marino. Hay nueve comunas, incluyendo la capital, y tantas más parroquias, algunas de las cuales pertenecen a la Diócesis de Montefeltro, y las otras a Rimini. El Palacio del Consejo Supremo, que contiene pinturas de Guido Reni, es digno de mención.

Según la leyenda, San Marino, un picapedrero, vino a la montaña alrededor del año 350 para ejercer su oficio y difundir las verdades de la Cristiandad. Monte Titano pertenecía a Felicissima, una dama Riminense, quien a su muerte lo legó a los montañeses, recomendándoles permanecer siempre unidos. San Marino, sin embargo, en el período Lombardo, perteneció al Duque de Spoleto; en el siglo décimo, los abades del monasterio estaban bajo la autoridad civil, pero pronto se liberaron y formaron una comuna libre. La Santa Sede reconoció la independencia de San Marino en 1291. En rápida sucesión los señores de Montefeltro, los Malatesta de Rimini y los señores de Urbino intentaron conquistar la pequeña población, pero sin éxito. Cuando los habitantes ayudaron a Pío II contra Segismundo Malatesta, el papa otorgó a la república algunos castillos. En 1503, pero solo por pocos meses, formó parte de las posesiones de César Borgia. En el mismo siglo, algunos señores feudales intentaron su liberación, siendo el último esfuerzo hecho por el Cardenal Giulio Alberoni, legado de Ravena, quien en 1739, ayudando a algunos rebeldes, contra las órdenes de Clemente XII, invadió la república, impuso una nueva constitución, y trató de forzar a los Sanmarinenses a someterse al Gobierno de los Estados Pontificios. Dos veces en el siglo diez y nueve (1825 y 1853) se hicieron intentos similares. El célebre arqueólogo Bartolomé Borghesi era natural de San Marino.

Escrito por U. BENIGNI

Transcrito por Joseph E. O'Connor

Traducido del Inglés por Daniel Reyes V.