Marco Aurelio Maxentius
De Enciclopedia Católica
Emperador Romano entre 306-12, hijo del Emperador Maximiano Herculio y yerno del Emperador Galerius. Luego de la abdicación de su padre, vivió en Roma como un ciudadano privado, pero cuando Galerius estableció en Italia y Roma nuevos impuestos por Diocletiano, Maxentius fue electo emperador rival (28 de octubre de 306).
Maxentius debe su elección al poder político no tanto a méritos propios sino a la actitud y decisión de senadores y pretorianos quienes, debido a las medidas extraordinarias tomadas por el emperador, temieron que ellos también iban a perder sus privilegiadas posiciones. Los adherentes de Maxentius hicieron traer a su padre desde Campania a Roma, y al joven hijo le invistieron con el púrpura, símbolo del color del co-regente. Por tanto, el Imperio Romano tenía seis gobernadores.
Severo, el Augusto de Occidente, recibió la comisión por parte de Galerius, de expulsar a quien consideraba el joven usurpador de Roma; pero cuando llegó a la capital, parte de su ejército desertó hacia su anterior comandante, Maximiano. Severo, con unos pocos seguidores escapó a Ravenna a fin de mantener relaciones militares con Galerius. A partir de allí, Severo estableció negociaciones con Maximiano y se rindió ante él. Se esperaba un tratamiento honorable, pero en lugar de ello fue hecho prisionero y ante el avance que tenía Galerius quien se aproximaba desde Illyria con un ejército, se le obligó a suicidarse.
Alarmado con la intervención de Galerius, Maximiano a nombre de Maxentius, negoció con Constantino a quien dio su hija Fausta, como novia. Mientras tanto Galerius con sus legiones desde Illyrian presionó en las cercanías de Roma; se dio cuenta no obstante, que no podía ocupar la capital o alguna de sus plazas fortificadas. Ante ello, retiró sus tropas.
Siguiendo su sugerencia, se realizó una conferencia con todos los Césares en Carnuntum en el Danubio (306). En ella tuvo mucha influencia el prestigio de Diocletiano. Maxentius retuvo su dignidad imperial, y luego de esto puso fin a la persecución que realizaba sobre los cristianos en Italia y Africa. Su reino empero, fue manchado con actos de carnicería y crueldad.
Luego de la muerte de Maxentius, este último y Maximino -Emperador de Oriente- establecieron alianza temiendo que por otra parte se estaban uniendo Constantino con Licinus. Se daban cuenta de la actitud poco amistosa de Constantino. Maxentius hizo preparativos militares y destruyó estatuas y pinturas de Constantino.
Este último avanzó en lo que es ahora el Monte Cenis con un ejército que en términos comparativos era pequeño, pero que estaba bien experimentado en muchas batallas victoriosas. Ocupó la parte alta de Italia, luego marchó contra Roma. En esta ciudad, su oponente se había atrincherado detrás del Tiber y las murallas de Aurelio, esperando resistir exitosamente. Sin llegar a pensar mucho en las consecuencias, Maxentius abandonó su excelente posición e hizo un puente de botes sobre el Tiber (cerca del puente Milvian, ahora puente Molle) y esperó por las tropas de Constantino en la rivera del río.
Fue entonces que ocurrió el milagro que narra Eusebio (Vita Constant, I, 28-30), en el cual Constantino imploró ayuda sobrenatural; al hacerlo, apareció una gran cruz sobre el sol, con la leyenda: touto nika (conquista con esto). Más aún el mismo Constantino había tenido el consejo de Cristo, quien en sueños, en la noche previa, le había indicado que fuera a la batalla con el símbolo de la cruz.
Los soldados de Maxentius fueron confundidos por la impetuosidad de los jinetes gálicos, y al esforzarse en escapar en masa por el estrecho puente, muchos cayeron al río y murieron ahogados, entre ellos el propio Maxentius (28 de octubre de 312). Su hijo y sus consejeros fueron ejecutados, pero sus oficiales y dependientes retuvieron sus posiciones.
SCHILLER, Gesch. d. römischen Kaiserzeit, II (Gotha, 1887); DE WAAL, Roma Sacra (Munich, 1905).
KARL HOEBER Transcrito por WGKofron Un agradecimiento a Fr. John Hilkert and St. Mary's Church, Akron, Ohio
Traducido al español por Giovanni E. Reyes