La Ciudad de los Reyes y los conventos de las órdenes gemelas
De Enciclopedia Católica
La Ciudad de los Reyes tiene como centro geodésico, la fuente de la Plaza Mayor. Ya se ha dicho que, mediante el agua de su piscina, se puede ver el reflejo del cielo, estando en la tierra. Además este jeroglífico de las cinco llagas de Cristo, brilla como el Sol de Justicia.
Queda establecido, entonces, que hay un firmamento jeroglífico limeño, en el que brillan varios luceros. Este asunto pasó desapercibido hasta hoy. Ha sido rescatado del olvido, inesperadamente, por las obras de restauración que Pro Lima lleva a cabo, siguiendo el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima.
La restitución de soles emblemáticos, en lo alto de las portadas de las iglesias, tiene una explicación, y un contexto sobre el que es menester reflexionar. Y que exige una reconstrucción teórica sea lo más fidedigna posible.
La presencia de soles ardientes e inflamados, es un elemento que se agrega a los elementos descriptivos de una ciudad en la que el tema Apocalíptico se hace manifiesto de muchas formas. El Apocalipsis supone la Luz, la Mujer vestida de Sol, el Ángel y el Triunfo de la Sagrada Eucaristía.
El conjunto conventual de los franciscanos es un cosmos arquitectónico con Vía Láctea, estrellas, bólidos celestes, estrellas fugaces, lunas, luceros etc. Tal como afirma Zervela [1]. El Via Crucis del muro pretil, es una vía láctea que está iluminada por las puntas estrelladas de las 27 cruces de alabastro [2] que marcaban las estaciones de la Pasión de Cristo, y de los dolores de María.
La poesía laudatoria publicada para conmemorar el conjunto conventual que vemos hoy, presenta la iglesia en forma de un pastel azucarado, preparado por las monjas de Lima, pedido por Cristo. Para las Bodas del Cordero.
Este año (2024) se concluirán las obras de restauración del Convento de Santo Domingo. La restauración de la torre de la iglesia, la más alta de Lima, la restitución del muro pretil, que incluye una elevada Cruz exenta, el regreso a la Virgen del Rosario al trono de su portada, y la recuperación de la portada barroca de la iglesia de la Veracruz, permite explicar la arquitectura de este convento limeño, según las categorías dominicas. Además, se logra recuperar la presencia dominica en otros sectores de la ciudad [3]
Ahora, nada impide decir, que el muro pretil restituido en Santo Domingo, representa los misterios del Santo Rosario. El pozuelo o aljibe, además de fin para el que fue construido, es alegórico de María, por ser pozo [4], por ser el agua [5 ] que traída por un canal [6]. El contexto es netamente mariano.
Si se toma como referencia la el puente de acceso a la ciudad, y su arco ceremonial, veremos que a cada lado del arco están las espigadas [7 ] torres de ambos conjuntos conventuales. Simetría muy sugerente. Porque nos remite a la iconografía de común a ambas órdenes, y a la bibliografía barroca en la que se apoya.
Preside este texto, una representación bilateral, en la que San Francisco y Santo Domingo comparten un solo cuerpo. Con la particularidad que intercambian las glorias de sus respectivas órdenes. La pintura busca representar a las órdenes gemelas [8], y a la amistad histórica de ambas corporaciones. La mencionada afinidad parte de un sueño sobrenatural que Cristo inspiro simultáneamente al Papa Inocencio III, a Santo Domingo y a San Francisco de Asís. En el que cada uno se reconocía a sí mismo, pero no a los dos restantes. En el sueño, la Basílica Laterana amenazaba ruina, y para evitarla , ambos frailes se colocaron como columnas.
Dominicos y franciscanos estuvieron tempranamente en la conquista del Perú, y en el período fundacional de Lima. Siendo los dominicos los más antiguos [9]. Ambas órdenes fueron las columnas sobre las que descansó el edificio evangelizador de todo el Perú (de ese tiempo).
Como ya se ha dicho, a ambos lados de la portada ceremonial de la Ciudad de los Reyes, cual torreones o centinelas, se yerguen los campanarios de ambas órdenes. La plaza mayor, y las plazuelas tuvieron un carácter ceremonial. Que iba desde los complejos ceremoniales de exaltación real y fidelidad al monarca, la Fiesta de Corpus Christi, pasando por las fiestas de beatificación y canonización de nuestros Santos, los Autos de Fe, hasta llegar a las procesiones funerarias parroquiales.
Por el criterio de simetría, y por el intercambio de asuntos predicables que vemos en la pintura que nos sirve de guía, el muro pretil de Santo Domingo señala que la restitución del Camino de la Cruz de la plazuela de San Francisco es imprescindible. Dado que el pretil dominicano es un rosario, cuyos postes y su cruz exenta forman un rosario con sus misterios gozosos, dolorosos y gloriosos Misterios, que se despliegan - escenográficamente - a lo largo del pretil franciscano.
En el templo franciscano levantado de sus ruinas, la Virgen Purísima preside la portada. Se rediseñó la iglesia de la Soledad y se trazó el camino de la Cruz, en forma de muro pretil, arbolado de cruces de alabastro. María Purísima, <<Electa ut Sol, Pulchra ut Luna>> ¿no es el común denominador a ambas órdenes? No está en las manos de Domingo de Guzmán y en la boca de Duns Scot? El hijo de su vientre, Jesús, no imprimió los estigmas de la pasión (que ese pretil adora) en el cuerpo de Francisco Bernardone? ¿No están las llagas de Cristo en Francisco, y las de Francisco en las fuentes del Claustro Mayor?
La Cruz exenta de la plazuela de santo Domingo está, en forma de epigrafía, en las cartelas de la iglesia de la Soledad franciscana: "Conviene gloriarnos en la Cruz de Cristo". Simetría y complementariedad. ¿No vemos a Santa Rosa terciara dominica-franciscana, del lado franciscano de lo que es un solo corpus? Sin Rosario y sin Camino Penitencial no se llega al Cielo. Sin la Cruz no se puede ver la Luz. Santa Rosa, canonizada (1671) en tiempos en que se terminaba (1674) la última etapa de la reedificación del templo ¿No iba a estar en la mente de los frailes de la orden franciscana que se honraban en llamarla suya?
El firmamento de Lima, vio su Estrella convertida en sol cada vez que se beatificó y canonizó a sus santos, que se elevaban a la esfera de la perfección. El firmamento muestra la armonía de las esferas, y su rítmica danza en torno de luceros jerárquicos.
La concepción alegórica de la Trascendencia urbana de la Ciudad de los Reyes ha de ser vista, como un sistema cósmico que tiene como centro al Sol Eucarístico. En torno del cual giran o danzan luceros (los grandes santos), que a su vez sirven de centro a subsistemas luminosos. Esto es lo que se ha podido verificar en Lima, a partir de la ejecución del plan de Pro Lima. Santo Domingo es el lucero mayor, y San Francisco el lucero menor, y juntos, forman un día cabal.[10]
En el caso de Lima esos luceros son los fundadores de las órdenes, cuyas 4 casas hacen las veces de baluarte al Real Eucarístico, en cuyas proximidades se levantan los castillos conventuales, colegiales, universitarios, monásticos, etc. que forman, junto a la murallas que los circunda, <<la ciudad fortificada bíblica>>.
A pesar de que las ciudades hispanoamericanas, fueron fundadas y trazadas siguiendo el modelo de la ciudad perfecta hierosolimitana, la Ciudad de los Reyes revela no solo la impronta urbana ideal, sino también los contrapuntos, las complementariedades, lo opuestos, y los artificios propios del Barroco.
José Gálvez Krüger
Sociedad Peruana de Historia