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Miércoles, 28 de mayo de 2025

La Ciudad de los Reyes del Perú y su Arquitectura Teológica Agustiniana

De Enciclopedia Católica

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La restitución de la columna que eleva y exalta a la Santa Cruz en el atrio del convento de Santo Domingo de Lima, permite hacer comparaciones y deducciones simétricas que antes no eran posibles.

Ahora sí es posible, dado que la Pedagogía Barroca, la imagen y la visión van por delante de la palabra y del concepto. Por simetría y linealidad, por evidencia gráfica y por giro barroco impreso, quien estuviera en medio de la Plaza Mayor de Lima (jeroglífico de la Sagrada Eucaristía) y girara en redondo vería por el lado de la Catedral las torres de las casas de las Órdenes que se distinguían por las Misiones; y por el lado de la Municipalidad vería las torres de las Órdenes, que son la columna y las fuente teológicas que dan soporte a esa labor misiones.

Lo dicho, no significa que estas características notables no hayan sido comunes entre las cuatro, dado que todas brillaron por la ortodoxia doctrinal, el celo apostólico, la misión, la enseñanza. Todas dieron mártires a la Iglesia. Todas fueron el orgullo de la Ciudad de los Reyes.

Pero a la Orden de San Agustín (OSA) le estuvo reservado el honor y la gloria de ofrecer al proto mártir del cristianismo en estas tierras. En el ámbito de la Architectura Dei, a la Orden de San Agustín le cupo el privilegio y la función de expresar visualmente los fundamentos teológicos relevantes para la vida del ciudadano del la "CIUDAD DE DIOS". Por la Ciudad de los Reyes es la única que puede reclamar el honor de haber sido jeroglífico de esta ciudad ideal.

POR DESGRACIA SE HA PERDIDO LA TORRE PAREIDÓLICA, FIGURATIVA DEL PURGATORIO. El Arte Pictórico Barroco nos señala siempre mediante torres pareidólicas la Contemplación Beatífica mediante ventanas de ojos abiertos y redondos como platos, y la Condenación Eterna, con ojos cosidos con rejas para significar que las almas condenadas nunca verán a Dios. Estos misterios, estas realidades sobrenaturales así expresadas, tienen como complemento una expresión arquitectónica del PURGATORIO, en la torre de la iglesia de San Agustín cuyos arcos y antepechos, simulan ojos anegados en lágrimas.

Más de medio lustro de vigencia del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima, nos ha enseñado que TODO EL CONCEPTO DEL DISEÑO ARQUITECTÓNICO comienza en los muros pretiles. La experiencia de quien esto escribe, llega a la conclusión de que aquello que fue perpetuado mediante el pincel, el grabado o la fotografía, fue un hecho providencial.

Porque esas fuentes son los ojos que miraron por nosotros. Sin esos muros se pierde lo que guía al transeúnte en su caminar místico por la ciudad que lo encamina al Cielo. Vemos aquí que debajo de la torre que es jeroglífico de la boca y garganta del Purgatorio está el alimento que por medio de ellos llega a las almas flacas: Las Misas de San Gregorio, que tanto celebraron los frailes de esta orden.

Pedagogía que se perdió con la instalación las rejas metálicas, en la segunda mitad del siglo XIX. ES NECESARIO, que la ciudad patrimonial, que la CIUDAD DE DIOS comience su pedagogía con la restitución completa de la arquitectura de esta bellísima iglesia y de su portada sin par en América del Sur.

La reja del XIX, es igualmente patrimonial, y evidencia y huella del paso del "progreso" del Positivismo. Pero es inadecuada donde se encuentra. Convendría estudiar su colocación bien sea en otros espacios agustinos de Lima o de la ciudad propiamente tal ¿tal vez en el parque de la Exposición?

Además de lo dicho, al desparecer el muro antiguo se perdió el vinculo de la Jerusalén Agustiniana con el paradigma de la Jerusalén Celestial Conventual. Dado que se eliminaron los trampantojos de piedras finas y piedras preciosas que son reflejo de la Gloria de Dios en los muros. Y que fueron parte INSEPARABLE DE LA AQRUITECTURA DE LIMA. Como lo atestiguan la iglesia de las madres Trinitarias y la iglesia y hospital de los religiosos Camilos.

Este muro es el nexo entre la obligación de asistir caritativamente a la Iglesia en Purgatorio (de la que nunca se habla), la devoción popular, la Misa como propiciatorio por vivos y difuntos, y la enseñanza de las Postrimerías del Hombre y los Novísimos.

La Mónica fue (hasta donde sabemos) la única campana de aspa, o "volteadora". Junto a la campana de ánimas fueron víctimas de la artillería durante la revolución de Nicolás de Piérola, que al entrar en a Lima fijo su cuartel general en la plazuela del teatro, a espaldas de esta iglesia, y capturó esta torre para vigilancia y mensajería.

Una campana echada al vuelo es símbolo de inmensa alegría por la conversión del pecador que se obtiene mediante las lágrimas y la oración de una Madre, como Santa Mónica. Igualmente expresan la alegría del alma que finalmente pude ver la luz de Cristo Sol de Justicia, rodeado de los soles (santos) que le rodean y adoran, reflejando su Gloria.

A medio camino entre el cielo y la sepultura tenemos las dos ventanas, que en el contexto limeño hemos asociado a las los espejos emblemáticos. Que son el espejo de las debilidades y las fortalezas humanas de las que tanto habla San Agustín en sus Confesiones. Las Confesiones de este Santo Doctor, que es Maestro y Pedagogo de la Sabiduría son el núcleo de toda la emblemática que enseña a liberar al corazón de la tiranía del mundo, dándole alas para volar hacia Dios.

Ese vuelo no puede hacerse sino por grados, anagógicamente. Y ese es el argumento urbanístico de Lima. Esta Ciudad de Dios limana es la patria figurativa de Dios, que en la enseñanza de San Agustín es "la Patria del Alma". La pintura de San Agustín entrando a Lima para ocupar la Cátedra de Santo Toribio (Nationis limanae) y la pintura que lo muestra en procesión sepulcral para ser enterrado en la catedral de Cuzco, nos enseña que el es mejor maestro para saber vivir y mejor morir.

Este parecer se confirma al ver a San Agustín llevándose el dedo a la frente, en la bóveda del Noviciado jesuita de san Antonio Abad de Lima. Junto a los grandes santos y doctores del Divino Amor, hacia el que estuvo dirigida la Pedagogía Jesuita de Cardiomorfosis. Cuya primera evidencia de santidad es verificable en Santa Rosa de Lima. Puede ser una imagen de templo y texto

La Cruz de la iglesia de Santo Domingo sirve de punto de inicio y término para la vida de SANTIDAD e Inocencia de Santa Rosa de Lima, que estuvo apoyada en la penitencia en favor de los pecadores, el rosario y la Sagrada Eucaristía. Y sirve de principio y término de la vida penitente que hizo de los pecadores grandes santos. Santa Rosa, San Agustín y Santa María Magdalena, tienen en común, con la Virgen María, a quien está dedicada la iglesia de los dominicos, el ser MARIPOSAS EUCARISTICAS, ABRASADAS POR EL FUEGO DE SU AMOR.

Penitentes son las Almas Benditas del Purgatorio, que necesitan de esa torre y de ese muro para que Lima se acuerde de ellas.

Camino de Sabiduría que a mereció que Magdalena fuese llamada Apóstola de los Apóstoles; que Agustín fuese llamado Doctor de la Gracia, y que santa Rosa fuese llamada Diotima Santa.

José Gálvez Krüger

Sociedad Peruana de Historia