Juan X, Papa
De Enciclopedia Católica
Nacido en Tossignano, Romagna; entronizado, 914, fallecido en Roma, 928. Primero fue diácono y se convirtió en Arzobispo de Ravena alrededor del 905, como sucesor de Kailo. En un documento fechado el 5 de febrero de 914, todavía aparece como arzobispo. Poco después, debido a la influencia de los nobles dominantes en Roma, fue hecho papa en sucesión de Lando. La verdadera cabeza de la facción aristocrática era la vieja Teodora, esposa del Senador Teofilacto. Liutprando de Cremona ("Antapodosis," II, ed. in "Mon. Germ. Hist.: Script.," II, 297) afirma que Teodora apoyaba la elección de Juan con el objetivo de cubrir más fácilmente sus ilícitas relaciones con él. Esta afirmación es, sin embargo, general y correctamente rechazada como una calumnia. Liutprando escribió su historia unos cincuenta años después, y constantemente difama a los Romanos, a quienes odiaba. Al momento de la elección de Juan, Teodora era de avanzada edad, y es alabada por otros escritores (e.g. Vulgarius). Juan era pariente de la familia de Teodora, y esto explica suficientemente por qué ella aseguró su elección. El nuevo papa fue un activo y enérgico gobernante, y se esforzó especialmente en poner un fin a las invasiones Sarracenas. Logró una alianza entre el Príncipe Landulfo de Benevento, Berengario de Friuli, Rey de los Lombardos, y otros gobernantes Italianos, y, cuando Berengario fue a Roma en 91, el papa lo coronó emperador. El propio Juan lideró contra los Sarracenos un gran ejército reunido por los príncipes Italianos aliados. Los Sarracenos habían construido una fortaleza sobre el río Garigliano, pero en agosto de 916, Juan los derrotó completamente en la desembocadura de ese río.
En lo referente a la administración eclesiástica de este papa tenemos muchos detalles. Envió a Alemania a su amigo de confianza Pedro, Obispo de Orte, quien mantuvo en 916 un sínodo en Hohenaltheim (cerca de Noerdlingen), y entró en relaciones amistosas con el Rey Conrado. Juan también se ocupó de los asuntos en Francia, donde el Conde Heriberto de Aquitania mantenía al Rey Carlos prisionero, y demandaba la elección de su hijo de cinco años, Hugo de Vermandois, como Arzobispo de Reims. Juan desafortunadamente confirmó esta elección luego de que Heriberto hubiera prometido la liberación del rey. Además buscó traer a los Eslavos de Dalmacia, a relaciones más cercanas con Roma y se esforzó en inducir al Arzobispo de Spalato a adoptar el Latín como el lenguaje litúrgico. Sus esfuerzos por promover una más íntima unión entre los Búlgaros y Roma se vieron frustradas por la oposición del Patriarca de Constantinopla. Se le ofreció otra oportunidad, cuado más tarde el patriarca Bizantino, Nicolaus Mysticus, requirió la ayuda del papa. El patriarca había sido depuesto por un sínodo, porque no habría de reconocer el cuarto matrimonio del Emperador León VI. Antes de su muerte, si embargo, León restauró a Nicolaus a su cargo, y el nuevo emperador (Alejandro) estaba también de su lado. Pero muchos obispos se oponían todavía al patriarca debido a su deposición en el sínodo anterior. Bajo esas circunstancias Nicolaus deseaba se declarara inválido el decreto de deposición en otro concilio, y para ese fin quería el apoyo de Juan. Pero Juan permaneció fiel a la disciplina de la Iglesia Occidental que permitía como válido aún un cuarto casamiento. Mientras tanto, fue activo en la vida política de Italia. Después del asesinato del Rey Berengario en 924 el papa apoyó a Hugo de Borgoña, y, cuando más tarde desembarcó en Pisa, Juan le envió su emisario para entrevistarlo y formar una alianza. A la facción Romana dominante le disgustaron estas medidas. En primer lugar, entre ellos estaba la anciana Marozia, hija de Teofilacto y Teodora. Después de la muerte de su primer esposo Alberico, Marozia se había casado (926) con Guido, el poderoso Margrave de Toscaza. La alianza de Juan y Hugo de Borgoña les parecía ponía en peligro su poder en Roma, y por tanto con la ayuda de su marido, decidió destituir a Juan. Pedro, Prefecto de Roma y hermano del papa, fue asesinado en Junio de 928. El pontífice mismo fue capturado y arrojado a prisión, donde murió poco después. De acuerdo a un rumor registrado por Liutprando, y por tanto poco confiable, fue asfixiado en su cama. Flodoardo de Reims asevera que murió de ansiedad. Fue probablemente enterrado en Letrán, de cuya restauración había sido particularmente celoso.
Liber. Pontif., ed. DUCHESNE, II, 240-1; JAFFE, Regest. Rom. Pont., I (2nd ed.), 449 sq.; LOEWENFELD in Neues Archiv, IX, 515; LIVERANI, Giovanni da Tossignano (Macerata, 1859); LANGEN, Gesch. der roem. Kirche, II, 319-28: DUEMMLER, Gesch. des ostfrankischen Reiches, III (2nd ed.), 603 sqq.; REUMONT, Gesch. der Stadt Rom. II, 227 sqq.
J.P. KIRSCH
Transcripto por John Fobian
En memoria de John Eagan, S.J.
Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi