Juan Luis Vives
De Enciclopedia Católica
Humanista y filósofo español, nacido en Valencia el 6 de marzo de 1492 y fallecido en Brujas el 6 de Mayo de 1540. Por miedo a la severidad de la Inquisición, en 1509 dejó su país para siempre. Estudió primeramente en la Universidad de París y en 1512 se estableció en Brujas, ciudad que se convirtió en su segunda patria, que dejaría sólo para sus numerosos viajes. Volvió a París en 1514, 1519 y 1536. París le atraía, pero lo tumultuoso de sus calles y el humor sarcástico de sus habitantes le hacían preferir Brujas. Sin embargo, le fue muchas veces infiel. En 1517 se convirtió en tutor de Guillaume de Croy, quien a los diecinueve años fue cardenal y Arzobispo de Toledo. Residiendo desde entonces en Lovaina, fue nombrado en 1519 profesor de la Universidad y agregado al college del castillo (collegium castrense). Perdió a su protector en 1521. Después de muchas idas y venidas y vanas gestiones con Carlos V, el duque de Alba y el Cardenal de Utrecht, fue asignado el 12 de octubre de 1523 al Corpus Christi College, Oxford, una fundación de Wolsey. Enrique VIII, Wolsey y la reina Catalina de Aragón, a quien había acabado de dedicar su “De institutione feminae”, lo trataron con generosidad. Sin embargo, a menudo escapaba de la Corte y volvía a Brujas. Durante una de estas ausencias se casó con la hija de un notable de la ciudad, Margarita Valdaura (26 de mayo de 1524). La pasión de Enrique VIII por Ana Bolena complicó entonces la situación. Vives fue arrestado y desterrado por escribir en defensa de la reina. Volviendo a Flandes, Vives desistió de una ulterior intervención y se excusó cuando Catalina de Aragón recurrió a él. Durante su estancia en Lovaina, Vives se unió a Erasmo y siguió casi la misma línea de conducta. Por consejo de Erasmo publicó un comentario a la “Ciudad de Dios” de San Agustín (Basle, 1522). Desagradó a los teólogos por su irreverencia con los antiguos comentaristas y a Erasmo por su prolijidad. Algunas veces su actitud le hizo objeto de sospecha durante las guerras de religión. Trató de reanudar sus lecciones en Lovaina, pero pasó casi todo el resto de su vida en Brujas, y murió cuando estaba emprendiendo una apología general de la Cristiandad.
Las obras de Vives son numerosísimas y versan sobre piedad, enseñanza y educación, economía política y filosofía. Sus libros de devoción tuvieron gran éxito en su época; la “Introductio ad sapientiam” (1524) tuvo cincuenta ediciones, y la “Ad animi exercitationem in Deum commentatiumculae” dieciocho. Su obra maestra de enseñanza es la “Exercitatio linguae latinae” (1538) que alcanzó noventa y nueve ediciones. Su éxito fue merecido. El libro fue uno de los primeros en que los elementos del latín fueron clara y sencillamente expuestos y rompió con las tradiciones escolásticas de los gramáticos del Bajo Imperio y la Edad Media. En sus obras retóricas y literarias, especialmente en “De disciplinis” (20 libros, 1531), Vives formuló reglas de estilo, insistiendo especialmente sobre la filosofía y la historia. Defendía que la historia debería abarcar la actividad humana en su totalidad y no limitarse a relatar guerras. Condenó los relatos acríticos de la “Leyenda Dorada”. En filosofía compaginó puntos de vista originales sobre Aristóteles con Aristóteles comentado por los dialécticos medievales. Sin embargo, desaprobó sus métodos en “In pseudo dialecticos” (1519). Respecto al mundo y la materia, profesó algunas opiniones interesantes, como la de la evolución.
Su teoría del conocimiento era acorde con el Sensismo Aristotélico. Pero las ideas filosóficas de Vives esperan todavía que un especialista realice sobre ellas un estudio en profundidad. En educación propuso teorías exactas sobre régimen, establecimiento de la escuela y conducta de los maestros. Dedicó una obra especial a la educación de las mujeres, “De institutione feminae christianae” (1523), de la que aparecieron cuarenta ediciones. Un tanto rígido en espíritu, subordinando la mujer al hombre y considerando la mente de la mujer como inferior, Vives, empero, reclama que la mujer no sea dejada en la ignorancia y da como definición del matrimonio: legítima unión entre un hombre y una mujer para la recíproca pertenencia de toda la vida. Finalmente, en varios tratados y especialmente en el “De subventione pauperum” (1526) Vives se manifiesta como un organizador del socorro público. Prohibe la mendicidad, expulsa a los extranjeros pobres de la ciudad, obliga a los nativos a trabajar, recomienda el aprendizaje para aquellos que no tienen oficio, reclama asilos para los locos, escuelas para los expósitos desde la edad de seis años, y proyecta la dotación de todo esto mediante donativos voluntarios, venta de productos del trabajo de los pobres, rentas de los hospitales e impuestos sobre las comunidades eclesiásticas ricas. Ypres puso estas ideas en práctica en 1525, pese a las protestas de los franciscanos, que fueron rechazadas por el Parlamento de París y por Carlos V. Otras ciudades siguieron su ejemplo. Pero Vives exageró un tanto con estas doctrinas. En su “De communione rerum” (1535) parece no estar seguro de la legitimidad de la propiedad privada. Tuvo ideas claras en muchos temas, pero nunca concentró sus esfuerzos en una materia en particular. BONILLA Y SAN MARTÍN, Luis Vives y la filosofía del renacimiento (Madrid, 1903); DESDEVISES DU DESERT, Luis Vives in Revue Hispanique XII (1905), 373; ARNAUD, Quid de pueris instituendi senserit L.Vives (Paris, 1887); THIBAUT, Quid de puellis instituendi senserit Vives (Paris, 1888); LECIGNE, Quid de rebus politicis senserit J.L. Vives (Rennes, 1898).
PAUL LEJAY
Trascrito por Thomas M. Barrett
Dedicado a las Almas del Purgatorio
Traducido al español por Josep M. Prunés, O.M.