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Martes, 5 de noviembre de 2024

Jorge, Órdenes de San

De Enciclopedia Católica

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Los Caballeros de San Jorge aparecen en diferentes períodos y países, independientes entres si, sin tener otra cosa en común que la veneración a San Jorge, el patrón de la caballería. San Jorge de Lydda, mártir de la persecución de Diocleciano en el siglo cuarto, es uno de esos santos militares a los que la iconografía bizantina representa como un caballero armado, cap-â-pie, como la flor de los ejércitos romanos tras la reforma de Justiniano en el siglo sexto. Los caballeros peregrinos europeos, al encontrar en oriente estas representaciones de San Jorge, reconocieron su propia indumentaria y enseguida lo adoptaron como patrón de su noble oficio. Esta popularidad de S.- Jorge en el Occidente dio lugar a numerosas asociaciones tanto seculares como religiosas.

Entre las seculares que aún existen, hay que mencionar la Orden Inglesa de la Jarretera (Garter) que siempre ha tenido a S. Jorge como su patrón. Aunque el Protestantismo suprimió su culto, la Capilla de S. Jorge en Windsor ha permanecido como la sede oficial de la orden, donde se reúnen sus capítulos y donde cada caballero tiene el derecho al asiento en el coro alto sobre el que está su enseña. Una segunda orden real fundada en Inglaterra en 1818 bajo el doble patronato de S. Miguel y S. Jorge para premiar los servicios prestados en el extranjero o en las colonias. En Bavaria la orden secular de S. Jorge ha existido desde 1729 y debe su fundación al príncipe elector, mejor conocido con el nombre de Carlos VII el emperador, título que llevó durante un breve período. La orden Rusa de S, Jorge data de 1769, ligada al reino de Catalina II, como distinción militar.

Existieron órdenes regulares de S. Jorge. El Reino de Aragón se colocó bajo su patronazgo y en gratitud por su ayuda a los ejércitos, Pedro II fundó la Orden de S. Jorge (1201), La orden de S. Jorge de Alfama. Sin embargo, esta orden recibió la aprobación de la Santa Sede en 1363 y tuvo una existencia breve. Con la probación del antipapa Benedicto XIII se amalgamó con la orden Aragonesa de Montesa, conocida en adelante como Orden de Montesa y de S.Jorge de Alfama.

Tampoco fue muy larga la vida de la Orden de S. Jorge fundada en Austria por el emperador Federico III y aprobada por Paulo III en 1464, ya que este príncipe no pudo dotarla suficientemente para el mantenimiento de sus caballeros y el papa le dio permiso para transferir a la nueva orden la propiedad la de una comandancia de S. Juan y una abadía benedictina de la ciudad de Milestadt, a la que el emperador añadió algunas parroquias en su patronazgo. Sin embargo, los caballeros querían que depender de sus posesiones personales, así que no hicieron el voto de pobreza sino sólo el de castidad y obediencia y debido a esta falta de recursos la orden su sobrevivió a su fundador. Le sucedió una confraternidad seglar de S. Jorge, fundada por el emperador Maximiliano I, con la aprobación de Alejandro VI en 1494, que desapareció con los conflictos del siglo dieciséis.

CH. MOELLER.


Transcrito por Christine J. Murray.

Traducido por Pedro Royo