Guillermo de Ockham
De Enciclopedia Católica
Filósofo escolástico y escritor polémico del siglo catorce, nacido en o cerca del pueblo de Ockham en Surrey, Inglaterra, aproximadamente en el 1280; probablemente murió en Munich, alrededor del 1349. Se dice que estudio en la Universidad de Merton, Oxford, y tuvo a Juan Duns Scoto por maestro. A temprana edad entró en la Orden Franciscana. Hacia el 1310 fue a París dónde puede haber tenido a Scoto una vez más por maestro. Aproximadamente en el 1320 se desempeñó como profesor ( magister) en la Universidad de París. Durante esta porción de su carrera compuso sus trabajos sobre física aristotélica y lógica. En 1323 él resignó su silla en la universidad para consagrarse a la política eclesiástica. En las controversias que se emprendieron en ese momento entre los abogados del papado y aquellos que apoyaban las demandas del poder civil, el prestó su apoyo a la parte imperial, y contribuyó a la literatura polémica de la época con varios folletos y tratados de los cuales los más importantes son "Opus nonaginta dierum", "Compendium errorum Joannis Papæ XXII", "Quæstiones octo de auctoritate summi pontificis". Fue citado ante la corte pontificia del obispo en Aviñón en el 1328, pero arregló su huida y se unió a Juan de Jandun y Marsilius de Padua que se habían refugiado en la Corte de Luis de Baviera, a quien le hizo la oferta jactanciosa, "Tu me defendas gladio; ego te defendant calamo".
En sus escrituras polémicas Guillermo de Ockham aparece como el abogado del absolutismo secular. Niega el derecho de las papas a ejercer el poder temporal o a interferir de cualquier forma en los asuntos del Imperio. Incluso fue tan lejos como para defender la validez del matrimonio adúltero del hijo de Louis, en la jurisdicción política, y al poder absoluto del Estado en esta materia. En la filosofía Guillermo defendió la reforma del Escolasticismo tanto en el método como en el contenido. El objetivo de este movimiento reformista era en general la simplificación. Este objetivo lo formuló en la famosa "Ley de Parsimonia", comúnmente llamada "La Navaja de Ockham": "Entia non sunt multiplicanda sine necessitate." Con esta tendencia hacia la simplificación estaba unida una muy marcada tendencia hacia el escepticismo una desconfianza, expresa, de la habilidad de la mente humana de alcanzar la certeza en los problemas más importantes de filosofía. Así, en el proceso de simplificación él negó la existencia de intencionalidad en las especies, rechazó la distinción entre ser y existencia, y protestó contra la doctrina Tomista de intelecto activo y pasivo. Su escepticismo aparece en su doctrina en la que la razón humana no puede demostrar ni la inmortalidad del alma ni la existencia, ni la unidad, e infinidad de Dios. Estas verdades, enseña, se revelan a nosotros, exclusivamente por la Revelación. En la ética él es voluntarista, sosteniendo que toda la distinción entre el bien y el mal depende de la voluntad de Dios. La mas conocida contribución de Guillermo a la filosofía Escolástica es su teoría de los universales, que es una forma modificada del Nominalismo mas estrechamente vinculada al Conceptualismo que al Nominalismo extremo. El universal, dice, no tiene existencia en el mundo de la realidad. Se conocen las cosas reales por el conocimiento intuitivo, y no por la abstracción. El universal es el objeto del conocimiento abstracto. Por lo tanto, el concepto universal tiene por objeto, no una realidad que existe en el mundo fuera de nosotros, sino posee una representación interior que es un producto del entendimiento en sí mismo y el cual esta "concebido" en la mente, para las cosas a que la mente le atribuye, esto es esta en el, lugar de las cosas que representa. Es el término del acto reflexivo de la mente. Por lo tanto el universal no es meramente una palabra, como enseñó Roscelin, ni un sermo, como sostuvo Abelardo, nombrando la palabra como es usada en la frase, como el sustituto mental para las cosas reales, y el término del proceso reflexivo. Por esta razón Ockham ha sido llamado un "Terminologista", para distinguirlo de los Nominalistas y Conceptualistas.
La actitud de Ockham hacia el orden establecido en la Iglesia y hacia el sistema reconocido de filosofía en el mundo académico de su época, fue de protesta. De hecho, ha sido llamado "el primer protestante." No obstante, reconoció en sus escrituras polémicas la autoridad de la Iglesia en las materias espirituales, y no disminuyó esa autoridad en ningún aspecto. Semejantemente, aunque él rechazó la demostración racional de varias verdades que son fundamental en el sistema teológico cristiano, él sostuvo firmemente las mismas verdades como materia de fe. Su esfuerzo por simplificar el Escolasticismo era indudablemente bien intencionado, y de hecho, la simplificación era la moda de la época que parecían indicar la necesidad de una reforma. El extremo de refinamiento de las sutilezas de discusión entre los Escolásticos, la multiplicación de "formalidades" por los seguidores de Scoto, la importancia indebida vinculada por alguno de los Tomistas a su interpretación de la intencionalidad de las especies, y la introducción del sistema abstruso de terminología que excedió los límites del buen gusto y moderación--todo esto indicaba que el periodo de decaimiento del Escolasticismo estaba establecido. Por otro lado, debe decirse que, mientras su propósito puede haber sido el mejor, y mientras su esfuerzo se dirigió a corregir un abuso que realmente existió, Ockham llevó su proceso de simplificación demasiado lejos, y sacrificó mucho que era esencial en el Escolasticismo mientras intentaba librar al Escolasticismo de faltas que eran incidentales.
WILLIAM TURNER Transcrito por Rick McCarty Traducido por Jose Daniel Britos