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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Filósofos Cínicos

De Enciclopedia Católica

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La escuela cínica, fundada en Atenas alrededor del 400 a.C., continuó en existencia hasta el 200 a.C. aproximadamente. Se formó a partir de la doctrina ética de Sócrates acerca de la necesidad de moderación y negación de uno mismo, y combinó este elemento ético con los métodos dialéctico y retórico de los eleáticos y los sofistas. Los usos primitivos de estas influencias, sin embargo, fueron desvirtuados; la ética socrática fue interpretada por los cínicos como un tosco y hasta vulgar desprecio del conocimiento, refinamiento y convenciones sociales, mientras que los métodos de los eleáticos y los sofistas se transformaron en manos de los cínicos en un instrumento de disputa (método erístico) más que en un medio de alcanzar la verdad. El menosprecio cínico de la afectación y las convenciones de la sociedad refinada se alude como explicación del nombre perros (kúnes), con el cual se designó a los primeros representantes de la escuela; si bien, según algunos entendidos, la denominación cínico proviene del hecho de que aquellos acostumbraban reunirse en el gimnasio de Cinosargo.

El fundador de la escuela fue Antístenes, un ateniense nacido aproximadamente en el 436 a.C., y discípulo de Sócrates. Los más conocidos de sus seguidores son Diógenes de Sínope, Crates, Menedemo y Menipo. El mismo Antístenes parece haber sido un pensador serio y un hábil escritor. En su teoría del conocimiento defendió el sensualismo individualista en oposición a la teoría de las ideas intelectualista de Platón; es decir, enseñó que solo existe el individuo que percibe por los sentidos y que no hay objetos universales de conocimiento. En ética, sostuvo que la virtud es el único bien, y que el placer es siempre y en toda circunstancia un mal. El dominio de uno mismo, decía, es la esencia de la virtud, y el sabio aprenderá por sobre todas las cosas a despreciar las necesidades materiales y las comodidades artificiales en que los hombres mundanos hallan felicidad.

Diógenes, llamado generalmente "Diógenes el Cínico", es una de las figuras más notables en la historia griega; al menos, su personalidad con sus excentricidades, su humor basto, su originalidad y su desafío de los lugares comunes ha atraído contundentemente la imaginación popular. Su encuentro con Alejandro, cuya versión más simple se encuentra en Plutarco, fue en gran medida exagerado por la tradición posterior. Los seguidores de Diógenes, en especial Crates, Manedemo y Menipo, imitaron todas sus excentricidades, exagerando de tal modo los elementos antisociales del sistema cínico que la escuela finalmente sucumbió en el descrédito. Con todo, hubo constituyentes de la filosofía cínica, principalmente el elemento ético, que luego se convirtieron en una fuente de genuina inspiración en la escuela estoica. Aquel elemento, en combinación con la idea estoica más abierta de la utilidad del cultivo intelectual y el concepto estoico más civilizado del campo de la discusión lógica, reapareció en la filosofía de Zenón y Cleantes, y fue la doctrina ética central del último gran sistema filosófico de Grecia.

WILLIAM TURNER Transcrito por Rick McCarty Traducido por Emilce S. Fékete