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Martes, 19 de marzo de 2024

El edificio de la Real y Pontificia Universidad de San Marcos de Lima

De Enciclopedia Católica

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Uno de los edificios monumentales más importantes de la ciudad de Lima es la llamada Casona de San Marcos, sede de la cuatricentenaria universidad de ese nombre. Sin embargo, durante la época virreinal la Universidad tuvo su sede en una ubicación completamente distinta. De ella nos ocuparemos en esta oportunidad.

La Real Universidad de San Marcos de Lima fue creada por Real Cédula del 20 de mayo de 1551, durante el reinado de Carlos I. Fue inaugurada oficialmente el dos de enero de 1553, funcionando inicialmente al interior del convento dominico de Lima (1). Tras un breve paso (desde 1571) por el solar que hoy ocupa la iglesia parroquial de San Marcelo, se trasladó en 1576 a su local definitivo –por lo menos en la época virreinal- ubicado en la plaza de la Inquisición, hoy Plaza Bolívar. En el lugar funcionaba una casa de recogimiento la cual, bajo el nombre de San Juan de la Penitencia, tenía como finalidad albergar a doncellas mestizas hijas de conquistadores. El fracaso de dicha casa de recogimiento ocasionó que el Virrey Francisco de Toledo traspase el local a la Universidad, el cual se convirtió en su sede institucional por cerca de trescientos años (2).

El edificio, como es de esperar, tuvo que ser adaptado a su nueva función educativa. El cronista jesuita Bernabé Cobo (1639) nos da una idea de las características del edificio a principios del siglo XVII: “Su edificio es el que se labró en su fundación, que para como se edificaba en aquel tiempo es bueno; tiene un patio cuadrado mediano, cercado por todos cuatro lados de corredores en que están las clases, y una capilla bien capaz y proveída de ornamentos. El general que se edificó entonces, aunque grande, era de muy pobre y ordinaria fábrica, el cual en tiempo del Virrey D. Luis de Velasco (1596-1604) se derribó y tornó a edificar de nuevo mucho mejor, y de tanto costo y suntuosidad, que puede ser bueno en cualquiera de las Universidades de Europa. Tiene el rededor para los Doctores y Maestros un orden de asientos preeminentes, labrados de cedro curiosamente”. (3) La capilla era un ambiente amplio, el cual según Calancha tenía capacidad para 500 personas y “en su interior se veían varias esculturas con un curioso retablo de precio y vistoso. A la altura del primer banco se veía la escultura de la virgen y Santa Isabel en la visitación, fiesta principal de la Universidad. En la hornacina del segundo banco estaba colocado el patrón San Marcos. Entre las columnas, en diferentes lugares se encontraban seis Doctores de la Iglesia: San Agustín, San Jerónimo, San Ambrosio, San Gregorio, Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura. La parte superior de la capilla estaba adornada con pinturas y grandes lienzos de escenas religiosas, personajes de la Iglesia y representaciones simbólicas en loor de las ciencias.” (4) El inmueble estuvo sujeto a varias remodelaciones, como un aula o general (5) nuevo en 1650 o las nuevas coberturas del zaguán (6) y dos generales en 1671. (7)

El terremoto del 20 de octubre de 1687 causó serios daños al edificio de la Real Universidad, por lo cual fue necesario realizar reparaciones de distinta magnitud en todo el edificio. Para ello, el alarife de la orden dominica y Maestro Mayor de Fábricas Fray Diego Maroto preparó en 1688 una memoria con las especificaciones de los trabajos a realizar. Esta memoria es de suma importancia porque permite conocer cuáles eran los diferentes ambientes que tenía el edificio de la Universidad y algunas de sus características principales. (8)

En primer lugar se rehízo la portada del edificio, la cual subsistió, aunque con evidentes modificaciones, hasta bien entrado el siglo XIX. Se trataba de una portada muy sobria, con un diseño sencillo de un solo cuerpo con un cuerpecillo adicional como remate. El cuerpo bajo constaba de pilastras sobre traspilastras flanqueando un arco de medio punto, el cual constituía el acceso principal al edificio. Las pilastras sostenían un entablamento sobre el que asentaba el cuerpecillo de remate, en el cual se ubicó el escudo de la Universidad inscrito en una hornacina. Esta portada daba paso al espacioso zaguán de la Universidad, cuya cobertura de madera formada por canes, madres y cuartoncillos hubo de ser reparada ligeramente. Junto al zaguán se encontraban las piezas donde funcionaba la Secretaría.

Al interior del edificio se encontraba un pequeño claustro o patio – probablemente el mencionado por Cobo- de un solo piso con cinco arcos sobre pilares de ladrillo en cada uno de sus cuatro lados. Alrededor de este claustro se distribuían los generales; éstos eran ambientes alargados con asientos a los lados, cubiertos con armaduras de madera conformadas por madres, canes y cuartoncillos. De acuerdo al documento de 1688, la Universidad contaba con los siguientes generales: Tres de Artes, uno de Cánones, otro de Teología y uno de Santo Domingo.

De mayor tamaño e importancia era el llamado General Mayor – mencionado con especial dedicación por Cobo-, en el cual se llevaban a cabo las principales ceremonias institucionales. Éste era un amplio y alargado salón de veintiocho varas de longitud con un espléndido techo de madera como cobertura. Por la amplitud del ambiente, y también por su importancia, la cobertura constaba de dieciséis vigas madres sostenidas por canes y socanes, las cuales soportaban a su vez los cuartoncillos sobre los que asentaban las tablas de madera. Las juntas entre las tablas se cubrían con listones de madera denominados cintas y en el encuentro de las vigas con los muros se colocó una moldura de madera llamada tabica. (9) El mobiliario de la sala constaba de una sillería de madera de dos niveles, la cual se ubicaba a todo lo largo del ambiente sobre los muros laterales. La reconstrucción de la capilla y la sacristía fue emprendida posteriormente, por lo cual no se incluyen los detalles de la misma en la memoria.

Un nuevo terremoto, el del 28 de octubre de 1746, volvió a causar daños de consideración al edificio. Probablemente en la reconstrucción se remodeló la portada, dándole el aspecto que se aprecia en los dibujos y fotografías de la primera mitad del siglo XIX mediante la adición de medias columnas dóricas al primer cuerpo de la misma. Estas imágenes muestran una fachada asimétrica, sobria y maciza, organizada por gruesas pilastras rematadas en pináculos, entre las cuales se abrían las altas ventanas enrejadas de la capilla. La portada se ubicaba hacia el lado derecho de la fachada donde se encontraba el zaguán que daba acceso al patio, cuya cobertura plana de madera fue sustituida por una bóveda. Éste mantuvo sus características esenciales, y el viajero alemán Jakob Tschudi lo describió hacia 1840: “Se ingresa al edificio por una airosa puerta, que abre a un espacioso patio cuadrangular, en cuyos cuatro lados hay corredores sobre pilares. En los muros de estos corredores se representan alegóricamente las distintas ramas de la ciencia en pinturas al fresco, y debajo de estas pinturas se han escrito citas de autores clásicos de la antigüedad” (10).

En 1778 se reconstruyó también el general mayor (11), el cual aparentemente conservó en líneas generales su forma primigenia. Fuentes menciona que en 1860 el General “tiene 348 varas cuadradas de espacio, y se cuentan en el 92 asientos bajos y 73 altos, y dos galerías, una para canónigos y otra para señoras. Las talladuras delos asientos, cátedra y techos, aunque de gusto antiguo, son de gran solidez y de indisputable mérito; la parte superior de las paredes está completamente cubierta por 62 retratos de los antiguos catedráticos y rectores.” (12) Las fotografías que se conservan del General nos muestran un ambiente alargado, cubierto con un hermoso techo de madera compuesto por canes, madres y cuartoncillos. Sobre los lados del salón se pueden ver los dos niveles de sillas talladas, la galería superior que menciona Fuentes, y ,en medio de la sillería, una hermosa cátedra rococó en color blanco y perfiles de oro, la cual aún se conserva en el ambiente junto al Salón de Grados de la actual Casona de San Marcos.

Lo más notable de la reconstrucción de la Universidad fue sin duda su espléndida capilla. Los testimonios del siglo XIX dan fe de su hermosa arquitectura barroca, ya que para Manuel A. Fuentes (1858) "es quizá el local de mejor arquitectura de Lima” (13) y para el viajero alemán Ernst Middendorf (c. 1888) “esta capilla era uno de los monumentos más notables de la ciudad” (14). La capilla era de regulares dimensiones, pues según Dávila Condemarín (1854) “el largo de la capilla es de 35 varas, y su ancho 15 ½ sin contar con la gran tribuna alta que se extiende como 11 varas encima del atrio que está a la entrada de la misma capilla” (15). Gracias a algunos grabados del siglo XIX, especialmente el publicado en la obra de Manuel A. Fuentes en 1860 (16), es posible conocer su aspecto parcialmente, ya que estas imágenes solamente muestran el crucero y presbiterio de la capilla. La arquitectura de la capilla era muy singular; en el grabado se puede apreciar cuatro grandes pilares, dos en cada lado del muro, que soportaban los arcos torales sobre los que asentaba la bóveda colgante del crucero. Esta originalísima solución - similar, pero de mayor tamaño, a la del techo de la sacristía del convento mercedario – consiste en tener una suerte de falso techo, presumiblemente de cerchas de madera, caña y yeso, suspendido de una cobertura externa de vigas de madera. El efecto interior es el de una gran bóveda vaída suspendida en el aire sostenida por arcos que, a manera de arbotantes, asentaban sobre los pilares antes mencionados. La arquitectura de la bóveda se complementaba con las molduras barrocas que rodeaban las ventanas en los muros del crucero y, sobre todo, con la gran venera que adornaba el muro testero. A los lados de la capilla se encontraba la sillería, conformada "por una doble fila de sillones artísticamente tallados, colocados a lo largo de las paredes revestidas de madera hermosamente trabajadas” (17), en medio de los cuales se ubicaba la gran cátedra barroca de madera tallada. Una balaustrada de madera remataba en lo alto la capilla, a manera de corredor que permitía recorrer todo su perímetro.

Luego de proclamada la Independencia, se creó el Congreso Constituyente y se le asignó por resolución del 15 de junio de 1822 parte del edificio de la Universidad como sede (18). A partir de ese momento la Cámara de Diputados realizaría sus sesiones en la antigua capilla, y otras instituciones como el Colegio de Abogados y la Sociedad de Medicina ocuparían otros salones del local, relegando a la Universidad a dos ambientes del edificio. (19) En 1866 se incorpora a la Universidad el extinguido Convictorio de San Carlos, por lo que se decreta al año siguiente su traslado al local que ésta ocupaba -que había sido el antiguo Noviciado jesuita de San Antonio Abad, hoy Casona de San Marcos – en donde permanece hasta hoy.

El edificio fue deteriorándose de manera paulatina durante el siglo XIX, de tal manera que cuenta Middendorf que “Una parte de las habitaciones se ha derrumbado, la antigua aula está ruinosa y cerrada, aunque todavía se conservan ahí los retratos de sesenta y dos antiguos rectores” (20). La capilla se encontraba en muy mal estado, y tuvo que ser demolida en 1869 al colapsar la cúpula por lo que la Cámara de Diputados se trasladó al General Mayor (21). La Guerra del Pacífico (1879 – 1883) y la ocupación de Lima fueron particularmente nocivas para la conservación del edificio, en especial de la capilla, cuya sillería desapareció: “La guerra nos ha despojado también de esta joya. Los sillones fueron arrancados y junto con otras cosas notables, enviados al país vencedor. Las obras artísticas que faltan, han sido reemplazadas por asientos trabajados toscamente y de prisa, y que han sido pintados de blanco, al óleo.”(22)

En 1908 se iniciaría la construcción del nuevo Palacio Legislativo según los planos del arquitecto Emile Robert, y lo que quedaba del edificio de la Real Universidad fue demolido para dar paso a la nueva estructura. A pesar de esto, quedan algunos restos del antiguo edificio de la Real Universidad en los sótanos del actual Palacio Legislativo, los cuales fueron descubiertos el año 2001. (23)

Arquitecto Juan Pablo El Sous Zavala

Lima Triumphante

Link con imágenes de la Universidad:

https://www.flickr.com/photos/130244796@N07/sets/72157662577467656


1 VALCARCEL, Carlos Daniel: “San Marcos. Universidad Decana de América”. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2001 (primera edición 1968).

2 COBO, Bernabé: "Historia de la Fundación de Lima": Lima: Imprenta Liberal, 1882, pp. 231-240.

3 COBO, Bernabé: Op. cit. p. 248.

4 La cita proviene de la “Historia de la Universidad de San Marcos”, del fraile agustino Antonio de la Calancha (1647). La cita se encuentra en MARQUEZ, Boris – LA ROSA, Hugo: ”La Universidad de San Marcos, sus edificios virreinales y la puesta en valor de sus muros fundacionales”: En “Lima subterránea”. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Mayor de San Marcos, 2014. Las esculturas de bulto representando a San Marcos y los Doctores de la Iglesia que adornaban el retablo parecen ser lo único que queda de la decoración de la Capilla, y se conservan en la Catedral de Lima.

5 General es, según el DRAE, “En las antiguas universidades, seminarios, etc., aula abierta al común de los estudiantes”.

6 Zaguán es un “Espacio cubierto situado dentro de una casa, que sirve de entrada a ella y está inmediato a la puerta de la calle”.

7 La cobertura del general fue concertada por el carpintero Juan Bibas Guerrero con el Rector Pablo de Paredes en 1650 (AGN, ESCRIBANO Marcelo Antonio de Figueroa, protocolo 606, folio 1999 vta.), mientras que los techos del zaguán y los dos generales los concertó el carpintero Pedro de Céspedes con el Rector Francisco de la Daga en 1671 (AGN, escribano Pedro Pérez Landero, protocolo 1455, folio 594). Ambos documentos se encuentran transcritos en: SAN CRISTOBAL SEBASTIÁN, Antonio: “La casa virreinal limeña de 1570 a 1687. Tomo II”. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2003.

8 AGN, escribano Francisco Sánchez Becerra, protocolo 1699, folio 99) . La transcripción de la Memoria completa se encuentra en la obra mencionada de Antonio San Cristóbal.

9 La obra del General Mayor y los generales de cánones y teología se realizó en 1695.

10 TSCHUDI, Jakob J. Von: ”Travels in Peru, during the years 1838-1842, on the coast, in the sierra, across the cordilleras and the Andes, into the primeval forests”. New York: George P. Putnam, 1849, p. 56. La traducción es mía.

11 Según lo afirma José Dávila Condemarín en “Bosquejo de la fundación de la insigne Universidad Mayor de San Marcos de Lima...” (1854). La referencia se encuentra en MARQUEZ, Boris – LA ROSA, Hugo: Op. cit. p.148.

12 FUENTES, Manuel Atanasio: “Estadística General de Lima”. Lima: Imprenta Nacional de M. N. Corpancho, 1858, p. 237.

13 FUENTES, Manuel Atanasio Fuentes: Op. cit. , p.237.

14 MIDDENDORF, Ernst W.: “Perú. Observaciones y estudios del país y sus habitantes durante una permanencia de 25 años. Tomo I”. Lima: Dirección Universitaria de Biblioteca y Publicaciones de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1973 (Primera edición, 1893), p. 242.

15 La cita se encuentra en MARQUEZ, Boris – LA ROSA, Hug: Op.cit. p.150.

16 El grabado en cuestión, hecho en París por Rivierre, fue publicado en: FUENTES, Manuel Atanasio: “Lima or sketches of the capital of Peru historical, statistical, administrative, commercial and moral”. Londres, Treubner & Co., 1866, pp. 46-47.

17 MIDDENDORF, Ernst: Op. cit., p. 242.

18 FUENTES, Manuel Atanasio: “Estadística General de Lima”. Lima: Imprenta Nacional de M. N. Corpancho, 1858.

19 FUENTES, Manuel Atanasio: “Guía histórico-descriptiva, administrativa, judicial y de domicilio de Lima”. Lima: Librería Central, 1860, pp. 95-96.

20 MIDDENDORF, Ernst: Op. cit., p. 242.

21 MARQUEZ, Boris – LA ROSA, Hugo: Op. cit. p.152.

22 MIDDENDORF, Ernst: Op. cit., p. 242.

23 La obra mencionada de Márquez – La Rosa contiene la información arqueológica de los hallazgos y un completo resumen de la evolución histórica del edificio.

Fuente: La Abeja [1]