Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Jueves, 28 de marzo de 2024

Efectos Físicos de la Abstinencia

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Los efectos que sobre el sistema humano producen el abstenerse de comer carne y otros alimentos se dividen, tanto natural como lógicamente, en dos clases:

· Efectos debidos a la abstinencia total (en otras palabras: el vegetarianismo); y · Efectos debido a la abstinencia parcial o periódica, como la que ordena la Iglesia Católica.

Estas abstinencias comprenden la observancia de pescado de los viernes (Nota del traductor: Para los católicos la abstinencia comúnmente se refiere a no comer carnes en ciertos días. Por siglos, la Iglesia ha mantenido la obligación de abstinencia de carne todos los viernes (día penitencial por ser día de la Pasión del Señor). La obligación no se ha quitado como muchos creen. El derecho canónico actual de 1983 mantiene en vigor esa antigua costumbre: el canon 1251 establece: “Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Código de Derecho Canónico, BAC, Madrid, 1995.), los ayunos antes de las fiestas, los cuarenta días de la Cuaresma (Nota del traductor: En la actualidad, la Abstinencia –es decir, el no comer carne–, se debe de observar en los días establecidos por el Código de Derecho Canónico de 1983. Ver Libro IV, De la función de santificar de la Iglesia, Parte III – De los lugares y tiempos sagrados; Título II – De los tiempos sagrados; Capítulo II, De los días de penitencia, cánones: 1249 a 1253), y los Días de Ascuas (Nota del traductor: Días de Ascuas, en la Iglesia Occidental, fueron tradicionalmente el miércoles, viernes y sábado que seguían al primer domingo de la Cuaresma, a Pentecostés, al 14 de septiembre (Exaltación de la Santa Cruz), y al 13 de diciembre (Santa Lucía). Eran días de ayuno para santificar la estación, y los sábados de Ascuas se consideraban apropiados para las ordenaciones. Los Días de Ascuas son muy antiguos y su origen es incierto. En la actualidad estas fechas son establecidas por las jerarquías nacionales más que por la Iglesia Romana Universal, y frecuentemente se les conoce como “los días de la oración por la paz”. (Traducido de http://www.factmonster.com/encyclopedia.html). En el Código de Derecho Canónico de 1917, en los cánones 1250 a 1254, se establecía que la abstinencia debía observarse, además de todos los viernes del año, el miércoles de Ceniza, los viernes y sábados de Cuaresma, y los tres días de las Cuatro Témporas, las vigilias de Pentecostés, de la Asunción de la Madre de Dios, de la fiesta de Todos los Santos y de la Natividad del Señor (1252, BAC, 1952). Esto fue abolido por actual Código de 1983).

Nos vamos a referir en este artículo a la abstinencia parcial. Fisiológicamente, el hombre es un animal omnívoro, tal como lo evidencia la estructura y la nomenclatura de sus dientes; y una dieta mixta en la que la carne constituye una parte importante, parecería ser el requerimiento natural para una entidad tan fisio-anatómicamente compleja. La corroboración adicional de este concepto es aportada por las investigaciones de la química fisiológica, con el descubrimiento de elementos producidos en diferentes puntos del tracto digestivo, cuyas funciones es el de peptonizar (Nota del traductor: Acción de la pepsina contenida en el jugo gástrico, por la que las proteínas se transforman en peptonas. Diccionario de la Lengua Española, 21 Ed., Real Academia Española, 2001) los alimentos lácteos, emulsionar las grasas y los aceites, destruir el aislante de las fibras musculares, y preparar las nucleínas para la absorción y la nutrición. Aceptando entonces que la carne en alguna forma es necesaria para la raza humana, ¿cuáles son los efectos físicos de la abstinencia parcial?

Estos efectos son tan numerosos y diferentes como las causas. Primero, la historia familiar del individuo (enfermedades o tendencias heredadas o adquiridas); en segundo lugar, la edad; en tercer lugar, la historia personal del individuo (enfermedades heredadas o adquiridas), la alimentación infantil natural o artificial; cuarto, la educación y el medio ambiente; quinto, las condiciones climáticas; sexto, la ocupación y sus efectos sobre la condición física y mental de la persona; séptimo, el status præsens, y, por último, pero realmente la causa más importante de todas, el elemento indefinible pero muy tangible que podemos llamar la ecuación personal de cada individuo.

Otros factores que debemos considerar son:

· Que las mujeres toleran la Abstinencia mejor que los hombres porque, como regla general, ellas tienen un mayor desarrollo graso y un menor desarrollo muscular; · Que en la edad madura la deprivación de comida se tolera mejor que entre los jóvenes o que entre los ancianos; · Que deben de considerarse temas importantes de investigación en relación con la Abstinencia: una atmósfera muy húmeda, los extremos de calor y frío, un ambiente antihigiénico (prisiones, fábricas, etc.), una alimentación insuficiente e impropia, el embarazo, el alcoholismo, la decadencia física y mental prematuras debido al stress y a las tensiones de la vida moderna.

La Iglesia, en base al conocimiento científico y a las pruebas actuales, ha tomado las consideraciones anteriores de una forma muy sabia para poder establecer sus leyes respecto a la Abstinencia, para que no exista el más ligero peligro de malestares físicos para quienes las aplican. Por el contrario, se ha demostrado abundantemente de parte de las autoridades científicas, que la Abstinencia temporal de alimentos sólidos, particularmente carne, en los que existe una gran proporción de material de descarte, y por consiguiente un uso aumentado de los órganos de excreción como pulmones, hígado y riñones, es altamente deseable en todas las personas, pero en forma particular para aquellas que sufren de enfermedades infecciosas agudas y de enfermedades inflamatorias (Nota del traductor: Un incremento de la ingesta grasa y una disminución del consumo de carbohidratos, una disminución de la actividad física que lleva a la obesidad y a una excesiva ingesta de sal, caracterizan la nutrición que se está dando en muchos países en desarrollo. Drewnowski A, Popkin BM. A dietary intervention trial for nutritional management of cardiovascular risk factors. Nutr. Rev. 1997; 55:3–4. Este fragmento del artículo médico citado, nos muestra las causas de los padecimientos modernos debidos a una dieta mal balanceada).

Aquellos que llevan una vida físicamente activa, como los obreros, parece ser que necesitan más alimentos de origen animal en forma continua y sienten una supresión temporal en una forma más aguda que los sedentarios. He aquí otra vez, la importancia de la ecuación personal. La historia de la humanidad parece demostrar que mientras que las naciones comedoras de carne han mostrado ser poderosas, agresivas y sanguinarias (comprobando el tipo de alimentación que tenían), aún así han sido conservadoras, prolíficas y fuertes contribuyentes de las artes y las ciencias y, en fin, sostenedores de la libertad y de la moralidad religiosa y civil. El tema de la nutrición que surgió como resultado de la Guerra ruso-japonesa, no significa nada como base de comparación. Algo muy bien comprobado es el hecho de se han peleado, se han perdido y se han ganado batallas, tanto por hombres que carecían de alimentos como por hombres que sí los tenían. Las guerras y sus eventualidades dependen no tanto de los alimentos como de las condiciones civiles, religiosas y político-económicas. El mundo medico y científico de hoy parece estar bien satisfecho de que:

· Mientras que el hombre es omnívoro, el individuo promedio consume mucho alimento de origen animal, particularmente en los grandes centros poblacionales. · Que debido a esos grandes consumos de alimentos, lo que representa un alto grado de desperdicio en forma desproporcionada respecto a su valor nutricional, los órganos vitales se sobrecargan en su función excretora y como consecuencia, la vida humana y su utilidad, se acorta. · Que esta ingesta excesiva de alimentos animales en cierta manera está estrechamente relacionada con el fuerte incremento de enfermedades como el cáncer (Nota del traductor: La carne procesada o roja, dependiendo del estudio, ha sido relacionada al desarrollo de cáncer de colon y recto en tres estudios incluyendo el Iowa Women's Health Study hecho en 35,215 mujeres americanas, un estudio de Holanda en 120,852 hombres y mujeres, y en un estudio más pequeño hecho en 47,949 hombres americanos. Abeloff: Clinical Oncology, 2nd ed., Copyright © 2000 Churchill Livingstone, Inc.). · Que la sobre alimentación, particularmente debida a alimentos cárnicos, junto a una falta de ejercicio muscular, tiene mucho que ver con el llamado “suicidio de raza”. Esto último surge de la analogía entre los procesos reproductivos humano y animal. Una rica y excesiva comida, combinada con inactividad física tiende a reemplazar (por un proceso degenerativo) las fibras musculares de los órganos reproductivos con células grasas, y por lo tanto hacer que estos órganos sean estériles o incapaces de llevar un embarazo a término.

YARRELL in HARVEY, The Sea Side Book (1857), Chapter on Fish and Fish Diet; LICHTENFELT, Ueber die chemische Zusammensetzung einiger Fischarten, etc. (Archw. Physiol. de Menschen, Bonn. 1904); LATHAM, Milbank Penitentiary (]823); SLOANE, Med. Gaz., XVII, 389, MCNAUGHTON, Am. Jour. of Med. Sci. VI, 543, FRENCH ACADEMY, Archives génér. de médecine, XXVII, 130, s. v. Pestilence and Famine in Ireland, 1847 Human Foods (U.S. Agricultural Dep't Year Book, 1894), 547-558; (1895), 573580; (1897), 676682; DENS-MORE, How Nature Cures; The Natural Food of Man (Londres, 1892), X, 61-413; KALLE, Nutrition Tables (1892); THOMPSON, Diet (Londres, 1902), Annales d'hygiène publique (1902); Nutrition Investigations, U.S. Gov. (1894-1904); CASPARI, Physiologische Studien über Vegetarismus Archiv. f.d. gesammte Physiol. (Bonn, 1905), CIX, 475-595.

J.N. BUTLER Transcrito por las Monjas de Clausura Dominicas del Monasterio del Niño Jesús, Lufkin, Texas. Dedicado al incremento de vocaciones para la vida religiosa. Traducido y actualizado por Dr. Raúl Toledo, El Salvador