Corazón de Jesús: el consuelo del ángel en Getsemaní
De Enciclopedia Católica
Cristo quiso recibir este consuelo como un don del Padre, lo recibió con gratitud, respecto y humildad.
Este consuelo no tenía por única finalidad o por efecto dispensarlo de sufrir por la salvación del mundo, sino, por el contrario, de ayudarlo. Bien lo muestra el Evangelio de Lucas, según el cual la aparición consoladora es seguida por la “agonía” una oración más intensa y por el sudor de sangre. Más profundamente, este consuelo no significaba que Cristo hubiese tenido necesidad del auxilio angélico – el Creador de los Ángeles podía hacer descender del cielo doce legiones de Ángeles (Mt. 26, 53) sino que le pareció necesario ser fortificado con miras a nuestra consolación, de la misma manera que estuvo triste por nuestra causa – propter nos tristis, propter nos confortatus - dice Beda el Venerable, seguido por San Buenaventura. Al aceptar este consuelo por nosotros, y en nuestro nombre, Jesús mostraba la realidad de su humanidad y de la debilidad humana que le reconocía la Epístola a los Hebreos. En la aceptación, por nosotros y a favor nuestro, del consuelo angélico, Jesús significaba anticipadamente que aceptaría para consolarnos nuestros consuelos. No sólo nos hacía merecedores de poderlo consolar sino, también por generosidad respecto de nosotros, hacer de nosotros sus consoladores para consolarnos en nuestros momentos de desolación.
Al orar por sí mismo, Jesús agonizante manifestaba la voluntad salvífica del Padre respecto de nosotros. “No mi voluntad, mi voluntad espontánea de no morir sino tu voluntad sobre mi voluntad por la salvación del mundo”. Podemos decir, pues, con Santo Tomás de Aquino que su oración por sí mismo era también oración por los otros; y el santo agrega: “todo hombre que pide a Dios un bien para emplearlo en beneficio de los otros no oran sólo por sí mismos, sino también por los demás”. La voluntad de Cristo de ser consolado es por tanto, voluntad consoladora, lejos de ser signo de egoísmo. Con el fin de consolarnos en Él, quiere ser consolado por nosotros. Para fortalecernos quiso ser fortalecido por un Ángel.
Tomado de Histoire doctrinal du culte au Coeur de Jesús
Editorial MAME
Traducido del francés por José Gálvez Krüger
Selección de imágenes: José Gálvez Krüger.