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Sábado, 21 de diciembre de 2024

Avicena

De Enciclopedia Católica

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Avicena

Abu Ali al-Husain ibn Sina-e Balji, llamado por los latinos Avicena, médico árabe y filósofo nacido en Afsana, Jorasán, actualmente Uzbekistán), en 980 y muerto en Hamada al norte de Persia en 1035 ( en realidad era persa, no árabe).

Por su resumen autobiográfico, que nos ha llegado, sabemos que era un joven precoz que sabía de memoria el Coran a los 10 años y antes de los dieciséis ya poseía todo lo que se sabía de física, matemáticas, lógica y metafísica. A los dieciséis comenzó a estudiar y practicar la medicina y antes de los veintiuno había escrito el famoso “Canon” de la ciencia médica que permaneció durante siglos como principal autoridad en las escuelas de medicina tanto en Europa como en Asia. Sirvió sucesivamente a varios potentados persas como consejero y médico viajando con ellos de lugar en lugar.

Dedicó mucho tiempo a las labores literarias, como lo atestiguan los cientos de volúmenes que escribió, a pesar de los hábitos de convivencia por los que era conocido, e ir de lugar en lugar.

Nuestroas datos sobre su vida se basan en la “Vida de Avicena “ que escribió su discípulo Jorjani (Sorsanus), que se basó en su autobiografía y publicados en las primeras ediciones latinas de sus obras.. Además de “Canon”, escribió voluminosos comentarios sobre las obras de Aristóteles y dos grandes enciclopedias tituladas "Al Schefa", o "Al Chifa" (i.e. curación) y "Al Nadja" (i.e. entrega). El "Canon" y porciones de las enciclopedias fueron traducidas al latín ya en el siglo doce por Gerardo de Cremona, Dominicus Gundissalinus y John Avendeath y publicadas en Venecia , 1493-95. Se dice que los textos árabes completos están en un manuscrito en la Biblioteca Bodleian. Un texto árabe del "Canon" y de "Nadja" se publicó en Roma en 1593.

La filosofía de Avicena, como la de sus predecesores árabes, es aritotelismo mezclado con neo-platonismo,: una exposición de las enseñanzas de Aristóteles a la luz de los comentarios de Thomistius, Simplicius, y otros neo-olatónicos.

Su Lógica está dividida en 9 partes de las que la primera es una introducción a la manera del la "Isagoge" de Porfirio, seguida por 6 partes que corresponden a los seis tratados que componen el "Organon"; Las partes octavaba y novena consisten respectivamente en tratados de retórica y poesía.

Avicena dedicó una atención especial a la definición, la lógica de la representación , como él dice, y a la clasificación de las ciencias . La Filosofía, dice, es el nombre general para el conocimiento científico, e incluye filosofía especulativa y práctica. La especulativa se divide en ciencia inferior (física), media (matemáticas) y superior (metafísica, teología incluida). La filosofía práctica se divide en Ética ( que considera al hombre como individuo), economía ( que considera al hombre como miembro de la sociedad doméstica) y política ( que considera al hombre como miembro de la sociedad civil). Estas divisiones son importantes por su influencia en la organización de las ciencias en las escuelas en las que la filosofía de Avicena precedió a la introducción de las obras de Aristóteles.

Un principio favorito de Avicena, citado no sólo por Averroes sino por los escolásticos y especialmente por S. Alberto Magno era intellectus in formis agit universalitatem, es decir la universalidad de nuestras ideas es el resultado de la actividad de la mente misma. El principio, sin embargo ha de entenderse en el sentido realístico, no en el nominalístico.

Lo que avicena quiere decir es que hay diferencias y similitudes entre las cosas, independientemente de la mente, la constitución formal de las cosas en la categoría de individualidad, universalidad genérica y universalidad específica etc., es obra de la mente. Las doctrinas físicas de Avicena le muestran como fiel seguidor de Aristóteles, que no tiene nada propio que añadir a las enseñanzas del maestro. De forma similar, en Psicología reproduce las doctrinas de Aristóteles, recogiendo ocasionalmente una explicación o una ilustración de Alfarabi.

Sin embargo, hay un punto en que no aclara bien el verdadero significado de Aristóteles, como él lo entiende,por encima de las exposiciones y elaboraciones de los comentadores (ver ESCUELA ÁRABE DE FILOSOFÍA ): la cuestión del Intelecto Agente y Paciente. Enseña que el Paciente es la mente individual en estado de potencia con respecto al conocimiento y que el Agente es la mente impersonal en estado de actual y perenne pensamiento. Para que la mente adquiera ideas, al Intelecto Paciente debe ponerse en contacto con el Intelecto Agente. Avicena insiste muy enfáticamente que un contacto de esa clase no interfiere con la sustancialidad independiente del entendimiento Paciente y no implica que haya mezcla o unión con el Entendimiento Agente. Explícitamente mantiene que la mente individual retiene su individualidad y que por ser espiritual e inmaterial está dotada con inmortalidad personal. Al mismo tiempo, es suficientemente místico para mantener que ciertas almas elegidas son capaces de llegar a una muy especial forma de unión con el Entendimiento Agentes Universal y con ello logran el don de la profecía.

Define la Metafísica como la ciencia de lo más allá del ser físico (ultra-físico) y de Dios. Es, como dice Aristóteles la ciencia teológica, que trata de la existencia de Dios, que se prueba por la necesidad de una Primera Causa; trata de la providencia de Dios, que, como todo el pensamiento árabe, está restringida a las leyes universales de la naturaleza, de manera que la Acción Divina es demasiado alta para tratar de las casos singulares y contingentes.

Hay una jerarquía de mediadores entre Dios, todos emanados de El, y las cosas materiales, origen de todo, principio de los principios. La primera emanación de Dios es el mundo de las ideas., hecho de puras formas, libres de todo cambio, composición o imperfección. Es similar al mundo inteligible de Platón y de hecho, un concepto platónico.

Junto al mundo de las ideas estáel mundo de las almas, constituido por formas que inteligibles pero no completamente separadas de la material. Estas almas son las que animan y dan energía a las esferas celestes. A continuación del mundo de las almas esta el mundo de las fuerzas físicas que están más o menos completamente imbricadas en la materia terrestre y obedecen sus leyes, pero que de alguna manera pueden ser llevados al poder de la inteligencia si sin influenciadas por el arte mágico. Y por fin el mundo de materia corpórea, según la concepción neoplatónica que domina el pensamiento de Avicena en esta teoría de la emanación, que es en sí mismo completamente inerte, incapaz de actuar: solamente puede recibir la acción (ocasionalismo). En esta organización jerárquica de los seres, el Entendimiento Agente, como se ha dicho arriba, juega un papel necesario en la génesis del conocimiento humano, y pertenece al mundo de las ideas, es de la misma naturaleza que los espíritus que animan las esfera celestiales. De todo esto se deduce que Avicena no es una excepción en la descripción general de los aristotélicos árabes como interpretes neoplatónicos de Aristóteles.

Las dos doctrinas restantes de naturaleza general metafísica le muestran como un interprete original, o más bien árabe, y no como neoplatónico. La primera es la división de los seres en 3 clases (a) lo que es meramente posible, incluyendo las cosas sublunares; (b) lo que es meramente posible pero dotado por la Primera Causa con carácter de necesidad: como las ideas que rigen las esferas celestes;(c) lo que es necesario por su propia naturaleza, como la Primera Causa. Esta clasificación es citada y refutada por Averroes. La segunda doctrina , a la que también alude Averroes, es un sistema bastante expreso de panteísmo, que se dice que Avicena elaboró en una obra ahora perdida, titulada "Philosophia Orientalis". Los escolásticos no parecen saber nada de esta obra sobre panteism,o, aunque eran conscientes de las tendencias `panteistas de Avicena en otras obras de filosofía, por ello no confiaban en su exposición de Aristóteles.

Bibliografía

Avicenna Peripatetici...Opera (Venice, 1495); MUNK in Dict. des sciences phil. (Paris,1844-52), art. Ibn-Sina; CARRA DE VAUX, Avicenne (Paris, 1900); UEBERWEG-HEINZE, Gesch. der Phil., 9th ed. (Berlin, 1905), II,247, 248; tr. MORRIS (New York, 1890), 412, 413; STOCKL, Lehrb. der Gesch. der Phil. (Mainz, 1888), I, 329 sqq., tr. FINLAY (Dublin, 1903) 293 sqq.; TURNER, Hist. of Phil. (Boston, 1903), 312, 313.

WILLIAM TURNER.


Transcrito por Geoffrey K. Mondello, Amy M. Mondello, y Stephen St. Damian Mondello.


Traducido por Pedro Royo