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Domingo, 22 de diciembre de 2024

Arte Bizantino

De Enciclopedia Católica

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El arte del Imperio Romano de Oriente y de su capital Bizancio o Constantinopla. El término denota especialmente aquellas cualidades que distinguen este arte del de otros países, el cual ejerció cierta influencia sobre el arte de algunas regiones fuera del imperio de oriente. El arte cristiano dependía de la representación de los nuevos conceptos de acuerdo con las formas de acuerdo con la época y lugar de origen. En el principio, ya fuera en Roma, Ravena o Bizancio (Constantinopla), el arte era influenciada por el arte clásico y por la inclinación oriental a las alegorías. Es, sin embargo, una característica distintiva de Constantinopla, mantener una tradición clásica uniforme a pesar de las diversas influencias orientales. Estos dos elementos, desde el tiempo de Constantino, desarrollaron en el arte bizantino un carácter cada vez más individual, a pesar de haber sido excluido del intercambio amistoso con la Europa Occidental durante varios cientos de años. A inicios del siglo VII, el contraste entre el arte del Imperio de Oriente con el de Occidente se hizo más notorio y el arte bizantino pasó por un cambio. Llegó a su máximo esplendor bajo los emperadores macedonios (867-1056), y luego decayó hasta 1453, fecha desde la cual existe en el Oriente de forma, por así decirlo, petrificada, hasta nuestros días.

La cuestión bizantina

Con respecto al primer periodo de arte bizantino, el cual termino o antes del reinado de Justiniano o al final del siglo VI, los escolares difieren ampliamente. Algunos datan el arte propiamente bizantino en el tiempo del establecimiento de la capital por Constantino. Basan su opinión en ciertas diferencias entre el arte remanente del primer periodo del Imperio Romano de Oriente y los del Imperio Romano de Occidente, cuyas diferencias son esenciales. Otros escolares sostienen que estas peculiaridades son intrascendentes, debido a que encuentran tanto allí como en occidente, un hecho el cual los críticos antiguos atribuyen a influencia oriental. Otros estudiosos difieren con ambos puntos de vista, y distinguen entre arte oriental y aquel específicamente bizantino; esto es, entre el arte de Bizancio o Constantinopla y aquél de sus provincias dependientes, Asia Menor, Siria, Persia y Egipto. Esta es una solución apenas aceptable a la "cuestión bizantina," pero así como es difícil distinguir en detalle las combinaciones de arte clásico cristiano con arte oriental, solo podemos agrupar las principales características del nuevo estilo y sus materiales, con unos cuantos ejemplos.

Características

La introducción del ceremonial cortesano oriental por Constantino, fue acompañada en el dominio del arte por la aparición de extraordinaria magnificencia y pompa, expresada, sin embargo con rigidez y formalidad. El poder y orgullo del nuevo imperio dio sentido a grandes acciones y les dio impulso. El mármol proconesio, encontrado cerca de la capital, y la piedra obtenida de otras ricas vetas proveyeron el material y, mucho antes de esa era, el arte de trabajar en piedra había alcanzado un alto grado de desarrollo, especialmente en Asia Menor. Aún más, el Oriente había sido desde tiempos ancestrales el hogar de las artes menores. En Constantinopla florecieron, junto con el arte de la escultura decorativa, las artes de talla en piedra, trabajar en metales y marfil, trabajos en bronce ornamental, estampado, bordado y el arte de pintura en miniatura. Del arte cristiano clásico y antiguo, el genio bizantino derivó en una correcta combinación del ideal con amor a la naturaleza, unidad armónica junto con precisión en los detalles, así como delicadeza para mosaicos, frescos y pinturas en paneles, en oposición al disgusto de no-cristianos y sectarios orientales a las representaciones pictóricas. El iconoclasta del octavo y noveno siglos trajo gran destrucción en el dominio del arte, pero estos excesos fueron exitosamente suprimidos.

Ejemplos

Con respecto a la influencia del estilo bizantino en la arquitectura, vea ARQUITECTURA BIZANTINA. Relativo a las otras artes, se dan a continuación algunos ejemplos. La iglesia de Santa Sofía fue adornada en el siglo VI con esplendor digno de Salomón. El interior estaba suntuosamente decorado con mosaicos sobre un fondo dorado. Estos mosaicos, es verdad, con la excepción de una "Adoración de Cristo por el Emperador," fueron destruidos, pero fueron reemplazados posteriormente por otros. Algunos de los muros fueron ornamentados con diseños de vides con hojas doradas. Dibujos de animales decoraban las paredes del pórtico. Una sillería de coro se elevaba sobre los pilares en cuyos medallones estaban tallados Cristo, la Santísima Virgen, santos y profetas. Ésta es la llamada iconostasis. El altar era de oro con incrustaciones de piedras preciosas; el ornamento del altar era de seda brocada con imágenes de Cristo, los profetas y los apóstoles. El ambón, de acuerdo con la descripción, era de brillante oro, plata, piedras preciosas y marfil. En Parenzo, en Istria y Bauit, en Egipto, soberbias ornamentaciones de mosaicos pictóricos que datan del siglo VI, aún se conservan. Una cruz de oro decorada con imágenes repujadas fue regalada por Justino II a la basílica de San Pedro y aún se conserva en el Vaticano. Una buena cantidad de pastas de libros de marfil también sigue bien conservada. Los iluminados manuscritos de Rossano y Sinope datan del siglo VI.

Influencia

Resultado de la influencia ejercida por el arte bizantino en el siglo VI, no hay duda de que la arquitectura de Ravena, si bien afectada por otras influencias orientales, fuertemente nos recuerda, en sus espléndidos mosaicos, a Constantinopla. Los capiteles proconesios y otros productos de decoración se difundieron aún más rápidamente. Como en Ravena, en el sur de Italia y las Galias, cayeron bajo la influencia del oriente y Constantinopla. Aún más específicamente, el bizantino es un arte africano. En Roma las trazas de arte bizantino son más difíciles de encontrar que otras influencias orientales. En Oriente mismo, el arte pictórico encontró gran oposición y fue desplazado por el arte decorativo. En general, sin embargo, después de la ascensión de la dinastía macedonia el estilo bizantino ganó supremacía en todas las ramas del arte, incluyendo la arquitectura. El estilo bizantino se difundió por el oriente, así como por el norte de Italia y Sicilia. Las numerosas pinturas en mosaicos, que se encuentran en todos lados, aún pretenden imitar los modelos clásicos; su simbolismo nos recuerda la tendencia simbólica general del cristianismo primitivo y sus formas gradualmente se vuelven más rígidas y fijas. (Libro del Pintor del Monte Atos.) Puramente oriental, sin embargo, fue el disgusto constantemente creciente por la escultura en el campo y la preferencia por la ornamentación plana en la arquitectura. A la misma influencia oriental se puede atribuir el gusto por costosas y coloridas piedras y tejidos de lana, orfebrería y barniz. Por ejemplo, en el tesoro de San Marco se pueden ver relicarios bizantinos, trípticos de marfil, cálices, costosas telas y especimenes de arte pictórico. Algunos son grandes y algunos pequeños, pero puestos juntos muestran como una iglesia del siglo XI fue transformada en una auténtica casa de tesoros. El mismo gusto y las mismas características del arte de Bizancio han mantenido desde entonces su supremacía en el oriente.

G. GIETMANN Traducido por Antonio Hernández Baca