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Domingo, 22 de diciembre de 2024

Arquidiócesis de Utrecht

De Enciclopedia Católica

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Situada en los Países Bajos, incluye las provincias de Utrecht, Friesland, Overyssel, Drenthe, Groningen, gran parte de Gelderland, y una pequeña parte de Holanda del Norte. En 1911 la arquidiócesis contenía 17 diaconías, 282 parroquias, 578 sacerdotes seculares, 390 iglesias y capillas, y 383,000 católicos. El capítulo catedralicio consistía de un preboste y 8 canónigos; el gobierno no tenía parte en los dominios del arzobispo. El seminario arquiepiscopal estaba dividido en dos secciones: una en Driebergen con cinco profesores, la otra en Culenberg con doce. Las órdenes y congregaciones religiosas eran: Agustinos, Carmelitas, Capuchinos, Dominicos, Franciscanos, Trapenses, Redentoristas, Hermanos de la Misericordia, Hermanos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, y Hermanos de San Juan de Dios, con 15 casas en total; Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia, Terciarias de San Francisco, Terciarias de Santo Domingo, Hermanas de Konigsbusch, Hermanas de la Sociedad de Jesús de Bois-le-duc, Hermanas de San José, Monjas Benedictinas de la Perpetua Adoración, Hermanas de San Carlos Borromeo, Hermanas del Buen Pastor, Monjas Carmelitas de la Estricta Observancia, Hijas de María y José, Sorores Matris Boni Succursus, Pobres Hermanas del Niño Jesús, Pobres Hemanas de Escuela, Hermanas de la Misercordia, Hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, y las Monjas Ursulinas; con 80 casas en total. La principal iglesia de la diócesis es la Catedral de San Martín, construida entre 1251 y 1267 en estilo gótico, y a principios del siglo XX pertenecía a los Jansenistas cismáticos.

La fundación de la Diócesis de Utrecht data de la época de los Francos. En el 695 San Willibrord fue consagrado en Roma como Obispo de los Frisios. Hacia el final del siglo VII, con el consentimiento del rey franco, se estableció en el pueblo mercante de Utrecht y construyó dos iglesias allí, la Iglesia de Nuestro Salvador, y la de San Martín. A pesar de esto, la conversión de los Frisios al cristianismo progresó lentamente. Luego de la muerte de Willibrord, San Bonifacio dio su atención repetidas veces a la Iglesia de Utrecht, sin ser su obispo. Bajo la guía de su amigo San Gregorio la escuela fundada por San Willibrord se convirtió en centro destacado de la educación cristiana para la zona norte del reino franco. Durante los primeros años de su existencia la diócesis sufrió grandemente por las incursiones de los herejes Frisios, y en los siglos noveno y décimo por las expediciones de saqueo de los Normados, quienes atravesaron el territorio robando y quemando por donde pasaban. Aparecieron mejores tiempos durante la supremacía de los emperadores Sajones, quienes tenían gran estima hacia los obispos de Utrecht, y los convocaban frecuentemente para que asistan a los concilios y regímenes imperiales. A través de la entrega de tierras y privilegios conferidos por estos emperadores, los Obispos de Utrecht se convirtieron en príncipes seculares, y figuraban entre los señores feudales más poderosos de la parte nor-occidental del imperio. De esta manera, como otros obispos germanos, se involucraron en las disputas de los emperadores y los papas. El Obispo Guillermo (1057-76) fue partidario del Emperador Enrique IV durante la Disputa de las Investiduras. Participó en el sínodo de Worms que resolvió la deposición del Papa Gregorio VII, y firmó el decreto de deposición inmediatamente después que el Arzobispo de Mainz. Su sucesor, Konrad (1078-99) fue también un ardoroso adherente al emperador. El Concordato de Worms (1122) anuló el derecho de investidura del emperador, y el capítulo catedralicio recibió el derecho a la libre elección del obispo. Sin embargo, fue pronto obligado a compartir este derecho con otros cuatro capítulos colegiados que existían en la ciudad de Utrecht. Los Condes de Holanda y Geldern, entre cuyos territorios se ubicaban las tierra de los Obispos de Utrecht, también procuraron ganar influencia en el nombramiento para la sede episcopal. Esto condujo a frecuentes disputas en la elección de los obispos, y fueron pocas las veces que hombres capaces y valiosos llegaron a la Sede de San Willibrord. Consecuentemente la Santa Sede intervino en varias ocasiones en la elección, y luego de la mitad del siglo XIV nombró repetidas veces al obispo directamente sin considerar los cinco capítulos.

El Gran Cisma de Occidente en los últimos meses del siglo XIV también afectó la Diócesis de Utrecht. El Obispo Arnoldo II de Horn (1371-78) fue enfrentado por un obispo rival, Floris de Wevelinkhofen (1378-93). Éste último se hizo conocido cuando Arnoldo, a cambio de una gran cantidad de dinero, renunció a sus demandas contra Utrecht, y fue elevado a la Sede de Liege. Durante el episcopado de Floris, Gerhard Groote, quien cruzó la diócesis como predicador del arrepentimiento, y tuvo mucho éxito en sus esfuerzos por aplicar algunas reformas. Floris fue sucedido por uno de los mejores obispos de Utrecht, Federico de Blankenheim (1392-1423). La excelente administración de Federico fue sucedida por un cisma que duró veinticinco años. El Papa Martín V no reconoció a Rodolfo de Diepholz (1423-55), quien había sido elegido por los capítulos, y nombró a Rabano, Obispo de Speyer, como obispo, y, luego de su renuncia, el preboste de la catedral de Utrecht, Sweder de Culenberg. Luego de la muerte de Zweder en 1433, su hermano, Walraf de Mors, fue nombrado obispo por el Papa Eugenio IV. Como los gobernadores vecinos participaron en la disputa de la diócesis, el país sufrió terriblemente hasta que el reconocimiento general de Rodolfo puso punto final al cisma. Luego de su muerte los capítulos eligieron a Gijsbrecht de Brederode, pero Felipe de Burgundy fue capaz de obtener en Roma el nombramiento de su hijo ilegítimo, David. Durante todo el período de su episcopado David (1457-94) se mantuvo con dificultad en contra de sus enemigos, a saber, los caballeros de la diócesis y la ciudad de Utrecht. Fue sucedido por Federico de Baden (1496-1516) protegido de Maximiliano de Austria, y Felipe de Burgundy (1518-24), quien hizo mucho por el desarrollo del arte y el mejoramiento de la disciplina en la Iglesia. Enrique de Bavaria (1524-28) quien fue también Obispo de Freising y Worms, renunció a la sede en 1528 con el consentimiento del capítulo, y transfirió su autoridad secular a Carlos V, quien fue también Duque de Brabant y Conde de Holanda. De este modo Utrecht pasó a estar bajo la soberanía de los Hapsburgos; los capítulos transfirieron voluntariamente su derecho de elegir a los obispos a Carlos V, y el Papa Clemente VII dio su consentimiento al procedimiento. El primer obispo nombrado por Carlos, el Cardenal William Enckevorst, murió en 1533 sin ni siquiera haber entrado a su diócesis.

En 1550 ante la solicitud de Felipe II, la organización de la Iglesia de los Países Bajos fue completamente modificada, formando nuevas diócesis y reorganizando las antiguas. Utrecht fue tomada desde Colonia, de la cual había sido sufragánea, y elevada al rango de arquidiócesis y sede metropolitana. Sus diócesis sufragáneas eran Haarlem, Bois-le-Duc, Middleburg, Deventer, Leeuwarden, y Groningen. Pero la nueva provincia eclesiástica no tuvo una existencia muy larga. Durante la administración del primer arzobispo, Federico Schenk de Toutenberg (1561-80), el Calvinismo se difundió rápidamente, especialmente entre la nobleza, quienes vieron con desagrado la dotación de los nuevos obispados con las antiguas y opulentas abadías. Cuando las provincias del norte de los Países Bajos se rebelaron, la arquidiócesis se derrumbó, por el poder de los españoles. En 1573, bajo la supremacía de los calvinistas, el ejercicio público de la fe católica fue prohibido. Prueba de la persecución que sufrieron los católicos es la muerte de diecinueve mártires en Gorkum. Los dos sucesores nombrados por España no recibieron la confirmación canónica, tampoco podían entrar en su diócesis por la oposición de los Estados Generales. Desde finales del siglo XVI su lugar fue ocupado por los vicarios apostólicos para los Países Bajos Unidos, quienes, estaban generalmente alejados del país por los Estados Generales y forzados a administrar su cargo en el extranjero. Aunque, además de esto, había gran escasez de sacerdotes, aún gran parte de la población de los Países Bajos permaneció fiel a la religión católica. Entre estos vicarios apostólicos, que en la mayoría de casos eran hechos arzobispos titulares, se encontraba John de Neercassel (1662-86) amigo de los jansenistas Arnoldo y Quesnel, quien había escapado de Francia y estaba también inclinado al Jansenismo. Su sucesor, Pedro Cobde (1688-1704), fue suspendido en 1702 por Clemente XI por sus opiniones jansenistas y su obstinada oposición a la sede papal, y en 1704 el papa lo depuso. El capítulo catedralicio de Utrecht eligió ilegalmente primero a un vicario general (1706), luego en 1723, con la aprobación de los Estados Generales, escogió al párroco de Utrecht, Cornelio Steenhoven, como arzobispo. Steenhoven fue excomulgado por el Papa Benedicto XIII. Este fue el origen de la Iglesia Jansenista de Utrecht, que, sin embargo, estaba conformada por sólo una pequeña porción del clero y laicos católicos, aunque el estado los favorecía por completo. Como los pro vicarios nombrados por el papa estaban prohibido por el gobierno a entrar al país, la Iglesia Católica de Utrecht y la de los Países Bajos fueron administradas hasta la Revolución Francesa por internuncios papales de Colonia y Bruselas.

Debido a la ocupación de Holanda por los franceses en 1795, los católicos obtuvieron algo de libertad. Aunque, no había una organización debida de los asuntos de la Iglesia, no la hubo incluso después de la unión de los Países Bajos con Bélgica por el Congreso de Vienna en 1815. El Concordato hecho con el papa en 1827, no fue llevado a cabo. En 1833 se nombró una vez más un vicario de los Países Bajos. Las Constituciones de 1848 otorgaron a los católicos una última completa paridad con las otras confesiones, y dieron a las autoridades de la Iglesia libertad casi irrestricta en asuntos puramente religiosos y la administración de la Iglesia propiamente dicha. El papa podía ahora planear la restauración de la jerarquía eclesiástica en los Países Bajos. Luego de largas negociaciones las regulaciones más esenciales del Concordato de 1827 fueron puestas a fuerza. La Bula "Ex qua die" del 4 de marzo de 1853, organizó la Iglesia de los Países Bajos nuevamente. Utrecht fue elevada una ves mas al arzobispado, y recibió las cuatro diócesis sufragáneas de Haarlem, Bois-le-Duc, Breda, y Roermond. John Zaijsen fue nombrado como primer arzobispo, como administrador también gobernó la Diócesis de Bois-le-Duc. El arzobispo asumió con gran energía y prudencia la organización de las nuevas diócesis, la división a deanatos, el establecimiento de los límites de las parroquias individuales. La administración de las tierras de las parroquias, de las tierras de la Iglesia, y el manejo de las instituciones de beneficencia. Promulgó numerosos excelentes decretos para el mejoramiento de la disciplina de la Iglesia, para el desarrollo de órdenes y asociaciones eclesiales, para el entrenamiento de un clero competente (1857, se abrió un seminario de sacerdotes), para el establecimiento de escuelas católicas independientes del Estado, para el mejoramiento de la Prensa, etc. En 1858 los capítulos catedralicios de la diócesis fueron organizados y en 1864 se sostuvo el primer sínodo provincial. En 1868 el arzobispo renunció a la arquidiócesis por la edad, manteniendo simplemente la dirección de la Diócesis de Bois-le-Duc. Sus sucesores fueron Andreas Ignatius Schaepman (1868-82), durante cuya administración se estableció el gran museo arquiepiscopal; Petrus Matthias Snickers (1883-95), Enrique van de Wetering (1895-1911) hasta llegar a su actual arzobispo, el Cardenal Adrianus Johannes Simonis, con Mons. Petrus Albertus G. Rentinck. Actualmente Utrecht cuenta con una población de 3,000,000 de habitantes, de los cuales 700,000 son católicos; 363 parroquias; 284 sacerdotes y 48 diáconos permanentes.

BROM, "Bullarium trajectense" (2 vols., The Hague, 1891-96); "Neerlandia catholica seu provinciae ultrajectensis historia et conditio" (Utrecht, 1887); ALBERS, "Geschiedenis van het herstel der Hierarchie in de nederlanden" (2 vols., Nimwegen, 1903-04); "Archief voor de geschiedenis van het Aartbisdom Utrecht" (Utrecht, 1874--); BLOK, "Geschiedenis van het Nederlandsche Volk" (6 vols., Groningen, 1892-1904); "Onze Pius Almanak" (Alkmaar, 1911); "Naamlist der Dekens, Pastoors etc. van het Aarbisdom van Utrecht" (St. Michiels e-Gestel, 1911)

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JOSEPH LINS Transcrito por John Looby Traducido por Armando Llaza Corrales