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Lunes, 30 de diciembre de 2024

Anabaptistas

De Enciclopedia Católica

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David Joris, líder político anabaptista suizo

Del griego ana, de nuevo, y baptizo, bautizar; rebautizados). Un grupo violento extremadamente radical de reformistas eclesiástico-civiles que apareció por primera vez en 1521 en Zwickau, en el actual reino de Sajonia y que todavía existe aunque en formas más moderadas.

I. NOMBRE Y PRINCIPIOS DOCTRNARIOS

El nombre anabaptistas, aplicable etimológicamente y, algunas veces, aplicado a denominaciones cristianas que practican el re-bautizo está, en el uso histórico general, restringido a aquellos que, negando la validez del bautizo infantil, adquirieron prominencia durante el gran movimiento reformista del siglo dieciséis. Este nombre fue generalmente repudiado por parte de aquéllos a quienes se les aplicaba, ya que la discusión no se centraba alrededor de la pregunta de si el bautizo podía repetirse, sino sobre la validez del primer bautizo. Los principios sobre los cuales los anabaptistas estaban, generalmente, de acuerdo eran los siguientes:

Pretendían restaurar lo que ellos argumentaban que eran las bases del cristianismo primitivo. Esta restauración incluía el rechazo de juramentos y la pena capital y abstenerse del ejercicio del magisterio. De una forma más consistente que la mayoría de los reformistas protestantes, los anabaptistas sostenían la supremacía absoluta y la competencia única de las Escrituras canónicas como una norma de fe. Sin embargo, la inspiración individual y sentimientos religiosos jugaban un papel importante entre ellos. El bautizo de infantes y la doctrina luterana de la justificación sólo por la fe eran rechazados por carecer de fundamento en las Escrituras. El nuevo Reino de Dios, que ellos pretendían haber encontrado, consistía en la reconstrucción, sobre una base totalmente diferente, de tanto la sociedad civil como eclesiástica. El comunismo, incluido para alguno de ellos la comunidad de mujeres, era el principio fundamental del nuevo estado.

II. ORIGEN E HISTORIA

La pregunta sobre la validez del bautizo aparece en dos grandes fases de la historia eclesiástica. La primera controversia se puso de moda en una fecha temprana (Siglos III y IV) y se refería al ministerio del sacramento (el bautizo conferido por herejes). Fue mucho después que se originó una segunda discusión, en la cual el tema del bautizo de infantes era el punto en controversia. En los Siglos XI y XII, los petrobrusianos rechazaban el bautizo de infantes y tanto ellos como otros herejes medievales (seguidores de Enrique de Lausana, (n.tr. Henricians) Waldenses, Albigenses y Hermanos de Bohemia, tenían puntos de vista que se asemejaban en ciertos aspectos a los principios de los anabaptistas. Sin embargo, hay escasa, o ninguna conexión histórica entre los anabaptistas y aquellas sectas originales. Los principios de Lutero y sus ejemplos ejercieron una mayor influencia sobre el nuevo movimiento. Sin embargo, las interpretaciones privadas de las Escrituras, y las enseñanzas del Espíritu Santo podían ser mantenidas por cualquier individuo y lógicamente llevaron a los puntos de vista extremos de los anabaptistas.


(a) El Anabaptismo en Sajonia y Turingia (1521-25)

Nicolás Storch, un tejedor (f. 1525) y Tomás Münzer, un predicador luterano (c.1490-1525), junto con los otros auto-llamados “Profetas de Zwickau” hicieron, durante la Reforma, el primer ataque contra el bautizo de infantes. La doctrina de absoluta igualdad de todos los hombres y la completa comunidad de bienes y los subsiguientes disturbios muy pronto les ocasionaron conflictos con las autoridades civiles de Zwicau. Antes de que se tomara represalias contra él, Storch se dirigió con dos seguidores a Wittenberg, y los procedimientos iconoclastas de Carlstadt obligaron a Lutero a abandonar Wartburg para apersonarse en Wittenberg. Él predicó contra los nuevos apóstoles con tal vehemencia que ellos tuvieron que abandonar la ciudad. Hasta su muerte en Munich, Stoch viajó por Alemania, divulgando sus doctrinas, específicamente en Turingia (1522-24) donde fue uno de los principales instigadores de la Guerra de los Campesinos. Münzer rechazó, en teoría, el bautizo de infantes, pero en la práctica lo retuvo. Fue expulsado de Zwickau (1521) y fue a Bohemia; pero tuvo poco éxito como propagandista. En 1522 fue a Alstedt (Sajonia Electoral) como predicador y se casó con una monja. Muy pronto se vio rodeado por muchos seguidores, introdujo un servicio religioso alemán y atacó a Lutero como también al orden establecido. Su estadía temporal en Mühlhausen (Turingia), que fue interrumpida por un viaje a través del sur de Alemania, fue igualmente exitosa. Enrique Pfeifer, un monje apóstata, quien fue su colaborador en Mühlgause, había preparado el terreno para el nuevo evangelio. Münzer y Pfeifer se convirtieron en los amos absolutos de la ciudad, y multitudes de campesinos y vecinos de la ciudad descontentos con las condiciones existentes, se les unieron, saquearon y devastaron las áreas vecinas. Para sofocar el movimiento revolucionario, Juan, el Elector de Sajonia, Felipe, landrave de Hesse, y Enrique, duque de Brunswick, se unieron y, comandados por Münzeer, atacaron a los campesinos en Frankenhausen (1525). Los insurgentes fueron totalmente derrotados. Después de la batalla, Münzer fue descubierto en Frankenhausen en una cama en la que se había escondido y fue entregado al verdugo. Recibió los sacramentos de la Iglesia Católica antes de su muerte, mientras que su compañero Pfeifer, sin haberse arrepentido, se le aplicó la pena capital (1525).

(b) El Movimiento Anabaptista Suizo (1523-25)

Al igual que Lutero, Zwingly, el iniciador de la Reforma en Suiza, prontamente encontró más competidores radicales. En 1525 algunos de sus seguidores se separaron de él y predicaron el rebautismo y el comunismo. El partido encontró dos líderes muy capaces en Juan Denk y Baltazar Hubmaier. Sus seguidores, reclutados especialmente de la clase obrera, fueron numerosos no solamente en Suiza, sino también en el sur de Alemania y Austria; Augsburg, Nuremberg y, en fecha posterior, Estrasburgo, vinieron a ser los principales centros del movimiento. Se encontró resistencia a su esparcimiento desde dos fuentes. Las enseñanzas anabaptistas apoyaron sustancialmente la causa de la Lucha del Campesinado que estalló en 1524 en el mismo territorio donde los anabaptistas había efectuado su propaganda. Como resultado de la derrota del campesinado (1525)se produjo, en gran medida, la dispersión de los anabaptistas. Por otro lado, algunos de los ayuntamientos como el de Zúrich (1526) decretaron las más severas penas contra sus seguidores. No obstante, a pesar de la derrota y la represión constante, la secta sobrevivió.


(c) Los anabaptistas en Münster (1533-35)

La expansión de los anabaptistas por el sur de Alemania y de Holanda debe acreditársele principalmente al trabajo de Melchior Hofmann, un curtidor de pieles muy viajado. El arribo de algunos de sus discípulos (melquioritas) a Westfalia (1533-34) marca el inicio del período más extraordinario de la historia de los anabaptistas y la ciudad de Münster. En esta última, Bernardo Rothmann, un capellán, y Knipperdollinck, un comerciante de telas, ya habían tenido éxito en difundir las ideas luteranas. Se unieron al movimiento anabaptista, del cual John Matthys o Matthiessen, un antiguo panadero, y John Bockelsohn o Bockold, un sastre holandés, se convirtieron en dos grandes representantes locales. Knipperdollinck fue electo burgomaestre (Febrero 1534) y la ciudad estuvo bajo el completo e irrestricto control de los seguidores del rebautismo. Münster, en vez de Estrasburgo, se convertiría así en el centro de la conquista proyectada del mundo, la “Nueva Jerusalén”, cuya fundación fue caracterizada por un reino de terror y orgías indescriptibles. Se destruyeron tesoros literarios y artísticos; y se introdujeron el comunismo, la poligamia y la comunidad de mujeres. Rothmann tomó para sí mismo cuatro mujeres y John de Leyden, dieciseis. Este último fue proclamado Rey de la “Nueva Sión”, cuando Francis de Waldeck, Obispo y señor temporal de la ciudad, ya había iniciado su sitio (1534). En junio 1535, la defensa de la ciudad, fue cada vez más difícil y John, como último recurso para escapar, decidió incendiar la ciudad. Su plan fue frustado por la inesperada captura por los sitiadores (24 de junio de 1535). El Rey, su teniente Knipperdollinck, y su canciller Krechting fueron capturados y luego de seis meses de prisión y torura, fueron ejecutados. Como advertencia espantosa, sus cuerpos fueron colgados en jaulas de hierro en la torre de la iglesia de San Lamberto.

III. CONSECUENCIAS

Los anabaptistas en Inglaterra

Conjuntamente con el elemento del fanatismo, siempre existió dentro del partido de los anabaptistas una corriente más pacífica representada principalmente por los seguidores suizos. El efecto de la caída de Münster y la decidida represión de los anabtistas tanto por los católicos, luteranos y zwinglianos dio como resultado la marcada y, finalmente, completa eliminación de las violentas características del movimiento. Menno Simonis, originalmente presbítero católico, quien se unió al partido en 1536, ejerció una influencia positiva en esa dirección. El mismo nombre de anabaptistas fue reemplazado por otros, particularmente el de menonitas. Es bajo esta última denominación que se conocen a los antiguos anabaptistas principalmente en Holanda, Alemania y los Estados Unidos. Otra consecuencia de la captura de Münster pudo haber sido la aparición de anabaptistas en Inglanterra cuando se les comienza a ver frecuentemente luego de estos eventos y se les continúa mencionando en los siglos XVI y XVII. Sus seguidores estaban formados muy probablemente por refugiados holandeses y alemanes. Las penas de muerte y las deportaciones forzadas a las que flueron sometidos evitó que la secta creciera en importancia. Las enseñanzas de los anabaptistas con relación al bautizo de los infantes fue adoptada por los Baptistas de Inglaterra y los Estados Unidos.

Información sobre la Publicación Escrito por N. A. Weber. Transcrito por Robert H. Sarkissian. The Catholic Encyclopedia, Volumen I, Publicadado 1907. Nueva York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, 1 de marzo de 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimartur. +John Cardenal Farley, Arzobispo de Nueva York.

Bibliografía

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Traductor Domingo Latorraca Donato Panamá, 14 de abril del 2008