Carmelo
De Enciclopedia Católica
(Hebreo Karmel, "jardín" or "tierra de jardines"). Carmelo designa en el Antiguo Testamento cierta ciudad y su territorio adyacente en la tribu de Judá. La ciudad estaba en el terreno montañoso de Judá, y su territorio era contiguo al de Maón, Zif y Yuttá (cf. Jos. 12,22; 15,55). Fue en Carmelo que Saúl levantó el trofeo de su victoria sobre Amalec (1 Sam. 15,12). Cuando Nabal, un hombre de Maón, estaba esquilando su rebaño en la tierra de pastos de Carmelo, allí ocurrió entre él y David, entonces fugitivo de la ira de Saúl, el episodio en el cual Abigail, la esposa de Nabal, jugó un papel tan conspicuo (1 Sam. 25,2.5.7.40). Fue aparentemente en el Carmelo de Judá que el rey Osías, hijo de Amasías, tuvo tierras cultivables y viñedos (2 Cron. 26,10). Esta simple información bíblica nos capacita para entender por qué esta ciudad y su distrito eran realmente llamada “Carmelo”; en contraste con el desierto un poco más al sureste, la región aparecía como un “jardín” a los hebreos de antaño, y la ciudad naturalmente tomó su nombre del territorio adyacente. En el siglo IV d.C. San Jerónimo describe el pueblo de Carmelo como una villa con una guarnición romana y habla del distrito como una montaña. En el tiempo de las Cruzadas, la ciudad fue tomada por el Rey Amalrich contra Saladino, y entonces pasó al olvido hasta el siglo XVIV, cuando fue organizada por viajeros bajo el nombre de Kurmul. El lugar está actualmente completamente desolado, pero sus ruinas---entre las cuales se puede ver tres iglesias y un fuerte castillo con piedras biseladas—indica un pueblo de considerable extensión e importancia. Las ruinas del pueblo están cerca de diez millas al sureste de Hebrón, y cerca de las de Maón. Fuente: Robinson, Biblical Researches, II, 193-196 (Boston, 1841); Stanley, Sinai and Palestine, 100, 479, 484 (New York, 1859); Smith, Historical Geography of the Holy Land (New York, 1897, 306, 317, note. Gigot, Francis. "Carmel." The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. <http://www.newadvent.org/cathen/03351a.htm>. Transcrito por Mary B. Wingfield. Traducción de Patricia Reyes Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina