Un misterio es una verdad revelada por Dios, que debemos creer, aunque no podamos comprenderla. Es razonable creer en los Misterios, porque es Dios, la verdad misma, quien nos lo ha revelado. No es sorprendente que haya Misterios en la religión puesto que en la naturaleza misma hay una multitud de asuntos que nuestra débil razón no puede comprender. II. Del Misterio de la Santísima Trinidad. El Misterio de la Santísima Trinidad es el Misterio de un solo Dios en tres personas distintas. Las tres personas de la Santísima Trinidad son: el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo. Cada una de esas personas es Dios. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu santo no son tres dioses, sino un mismo Dios, porque no tienen más que una sola y misma substancia, y por consecuencia, una sola y misma divinidad. Ninguna de estas tres personas es más antigua o más poderosa que las otras; son iguales en todo.
De la señal de la Cruz, que es la síntesis del Símbolo de los Apóstoles. Hay una profesión de fe más abreviada que el Símbolo: la señal de la Cruz, que nos recuerda los Misterios de la Santísima Trinidad, de la Encarnación y de la Redención. Se hace el signo o señal de la Cruz, poniendo la mano en la frente, luego en el pecho, luego en el hombro izquierdo, y finalmente en el derecho, diciendo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.