La Venturosa Recoleta de La Ciudad de los Reyes, sol que atrae y abrasa a las almas lepidópteras
De Enciclopedia Católica
La Ciudad de los Reyes, y en general las ciudades de todo el Imperio Hispánico, dedicaban las iglesias de sus ciudades y pueblos a los santos directamente vinculados a la Unión Hipostática, la v Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los Mártires, y los santos surgidos bajo el impulso renovador del Concilio de Trento.
Es decir, se ofrecía a las ciudades todos los modelos de conversión, penitencia y perseverancia, que permitieran la intimidad con Cristo, y con los Sacramentos, para perseverar en la gracia.
Esos modelos de santidad, en el caso de Lima, titulada Ciudad de los Reyes tenían, como un trono, las portadas de las más bellas iglesias de Sudamérica. Correspondían a las normativas tridentinas, empeñadas en defender la Presencia Real de Cristo en la Sagrada Eucaristía, la Inmaculada Concepción, los testimonios de santidad que significaran la salvación mediante la fe y las obras, la salvación dentro la Iglesia, el Misterio de los Ángeles en la vida del Hombre y de la Iglesia
Enfermo, en Reque, Santo Toribio firmó la licencia para que se fundara la Recolección dominicana de Lima, parece que ésta fue la recoleta primitiva de San Jacinto, denominada por mucho tiempo Recoleta Vieja, y que no llegó a levantarse íntegramente pues en 1611 se hallaban ya los dominicos en las huertas de la Venturosa Magdalena, donde levantaron su templo y convento recoleto que :;tlojó a fray Diego de Ojeda, autor de "La Cristiada" . La Recoleta fue fundada por fray Juan de Lorenzana en 1606, y tuvo desde su inicio reglas y costumbres muy severas. Colindaba con la Recoleta de Belén, y mediaba entre ambas la huerta de la Venturosa, nombre con el que se conocía este convento dominico. Estaba unido al convento Grande de "El Rosario" por la calle de "la Amargura", famosa por los pasos de la Pasión de Cristo que salían en Semana Santa e iban de uno a otro convento. Según Mugaburu en 1656 esta Recolección tenía una iglesia pequeña, casi una capilla, donde se veneraba a Nuestra Señora del Rosario (44).