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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Gad

De Enciclopedia Católica

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(fortuna, suerte)

Un nombre propio que designa en la Biblia, (I), un patriarca; (II), una tribu de Israel; (III) un profeta; (IV), una deidad pagana.

GAD (PATRIARCA)

Un patriarca, a saber, el séptimo hijo de Jacob, y el primero de Zelfa, sirvienta de Lía. Hijo de Jacob que nació en Mesopotamia de Siria (Aram), al igual que su hermano de padre y madre, Aser (Gn, 35, 26). Cuando nació, Lía exclamó: ¡Qué buena suerte! ( ) y por lo tanto le llamaron Gad (Gn., 30, 11). La exclamación y el nombre dado demuestra entonces una verdadera relación entre el nombre de este hijo de Jacob, y aquel de la deidad pagana que también se llamaba “Gad”; aunque la naturaleza exacta de esta relación se estima de varias formas hoy en día. El patriarca Gad procreó siete hijos (Gn., 46, 16). La Biblia no menciona más sobre él personalmente.

GAD (TRIBU)

Tribu de Israel al este del Jordán, entre el Manases oriental al norte, y Rubén al sur. Las posesiones territoriales de los descendientes de Gad no pueden determinarse con perfecta exactitud. Al oeste , la porción de Gad lindaba en el Jordán, y corría por el Rabba, o valle del Jordán, en una angosta franja, desde el extremo norte del Mar Muerto hasta el extremo sur del lago de Genesareth; pero en los otros tres lados, sus fronteras no pueden describirse con la misma certidumbre. Por ello, al este, la Biblia no asigna a Gad un límite distintivo. Al norte le da, en un lugar (Dt, 3, 16) al río Yaboq como el límite extremo de esa tribu, mientras que, en otros dos lugares (Jos., 13, 26 y 30) trata como límite la localidad de Majanaím (Heb. Mahanaim) que estaba al norte del Yaboq. De la misma forma, al sur, el texto sagrado representa en Jos, 13, 15 y subs., como frontera entre Gad y Rubén, una línea recta trazada hacia el este desde el Jordán y pasando exactamente al norte de Jesebón, un pueblo que se atribuye a Rubén; Mientras que, asigna a Rubén en otras partes (Nm, 32, 34 y subs.; Jos, 21, 37) varios pueblos de Jesebón, y a Gad al pueblo mismo de Jesebón. A partir de estos datos bíblicos aparentemente en conflicto es natural inferir que la extensión de la tribu de Gad varió en diferentes tiempos de la historia hebrea, y considerar los límites definidos adscritos a Gad en los mapas ordinarios de Palestina que se divide entre las doce tribus de Israel como simples convencionalismos. Los siguientes son los principales pueblos mencionados en Jos, 13, 24 y subs., y Nm, 32, 34-36, como pertenecientes a los descendientes de Gad: Yazer, Ramot, Masfe, Batonim, Majanaím, Betaram, Betnimra, Socot, Safón, Jagbaa, Etrot, Sofán. Durante el viaje a través de lo inhabitado, la tribu de Gad llegó a contar con 40,000 hombres y marchó con Rubén y Simeón por el lado sur de Israel. Moisés les permitió establecerse al este del Jordán, con la condición de que ayudaran en la conquista de Palestina occidental, los gaditas cumplieron con esa condición, tomaron posesión del territorio que deseaban pues eran favorables para el pastoreo, y por siglos formaron la tribu israelita más importante más allá del Jordán. Eran de una raza guerrera cuyo valor es altamente elogiado en la bendición de partida de Moisés (Dt, 33, 20-21) y en la profecía de Jacob (Gn., 49, 19) y fueron capaces de superar las invasiones en su contra, principalmente por los hijos de Amón. Al terminar el reinado de Salomón, formaron parte del reino del norte, y compartieron con éxito variado en las guerras subsecuentes contra el norte de Israel. Su nombre aparece en la piedra moabita (línea 10). Fueron llevados al cautiverio al mismo tiempo que a otras tribus más allá del Jordán por Teglathphalasar (734 AC.), y en tiempos del profeta Jeremías sus ciudades fueron habitadas por los amonitas. Su territorio comprendía la tierra de Galaad, cuya fertilidad y belleza son aún elogiadas por los viajeros de oriente.

GAD (PROFETA)

Un profeta hebreo, contemporáneo del Rey David. Llegó a ese príncipe cuando éste se ocultaba en la caverna de Adulam (1 S, 22,5) y probablemente fue uno de los gaditas que se unieron ahí con David (1 Cro, 12, 9). Después inició bajo guía de Dios su carrera de consejero, que eventualmente le ganó el nombre de “el vidente de David” (2 S, 24, 11; 1 Cro, 21, 9). Gad anunció al rey el castigo divino por censar a las personas, y le aconsejó construir un altar para Dios sobre la era de Ornán (2 S, 24, 11 y subs.; 1 Cro, 21, 9 y subs.). Es referido como el autor de un libro que narra parte del reino de David (1 Cro, 29, 29) y como haber ayudado a ese rey en la organización de los servicios musicales de la Casa del Señor (2 Cro, 29, 25).

GAD (DIOS PAGANO)

Una divinidad pagana mencionada explícitamente en Is, 65, 11, donde el nombre hebreo “Gad” es correctamente considerado como “Fortuna” en Vulgata. Hasta donde se conoce hoy en día, Gad es una palabra de origen cananita, que mucho antes de que el pasaje de Isaías al que nos referimos fuera escrito, que de mero apelativo llegó a ser el nombre propio de una deidad. El testimonio bíblico a la antigua adoración a Gad en Canaán es ciertamente encontrado en los nombres de lugares tales como Baal Gad (Jos, 11, 17; 12, 7; 13, 5) y Magdalgad “torre de Gad” (Jos., 15, 37). Un rastro de la adoración a Gad quizá puede encontrarse en la exclamación de Lía “begad” (que quiere decir “Qué suerte”) al nacer su primer hijo al que también llamó “Gad” (Gn., 30, 11); esto fue admitido antiguamente por San Agustín (Quæstiones in Heptateuchum, en P. L., XXXIV, col. 571), y en fecha mucho más reciente por Dom Calmet, en su Comentario acerca del Génesis.

Francis E. Gigot Transcrito por WGKofron Traducido por Lucía Lessan Con agradecimiento a Fr. John Hilkert, Akron, Ohio