Alejandro
De Enciclopedia Católica
ALEJANDRO DE ANTIOQUÍA
Trigésimo octavo obispo de aquella sede (413-421), elogiado por Teodoreto (Hist. Eccl. V, 35) "por la santidad y austeridad de su vida, su desprecio por las riquezas, su amor por la sabiduría, y su poderosa elocuencia." Él sanó los últimos remanentes del cisma Meleciano en Antioquía y obtuvo en Constantinopla la restitución del nombre de San Juan Crisóstomo en los dípticos (registros) eclesiásticos.
ALEJANDRO DE APAMEA
Un obispo sirio en el Concilio de Éfeso (431), y uno de los ocho obispos destacados por los partidarios de Juan de Antioquía al Emperador Teodosio.
ALEJANDRO DE BASILINOPOLIS
En Bitinia, un amigo de San Juan Crisóstomo, a quién le debía su nombramiento como obispo; tras la caída de su patrono se retiró (c. 410) a su natal Tolemaica en Egipto, donde experimentó el odio de Teófilo de Antioquía y la amistad privada de Sinesio (Epp. 61,67).
ALEJANDRO DE BIZANCIO
Como Constantinopla era entonces llamada, fue obispo de aquella sede durante las primeras controversias arrianas. Tenía 73 años cuando fue nombrado (313 o 317), y gobernó la sede durante 23 años. Apoyó a su homónimo de Alejandría contra Arrio, participó en el Concilio de Nicea (325) y rechazó recibir al hereje a la comunión, a pesar de ser amenazado con la deposición y el destierro. La repentina muerte de Arrio fue vista por los católicos de entonces como una respuesta a las oraciones del buen obispo, a quien Teodoreto (Hist. Eccl., I, 3) califica de "hombre apostólico". No sobrevivió mucho a estos trágicos eventos.
ALEJANDRO DE HIERAPOLIS (EUPHRATENSIS)
Duro opositor de San Cirilo del Concilio de Éfeso (431), y un igualmente obstinado abogado de Nestorio. Incluso cuando Juan de Antioquía y la mayoría de los obispos orientales cedieron, y una reconciliación general se produjo, Alejandro se mantuvo fuera de la "abominación de Egipto". Su carácter es vívidamente retratado en su correspondencia por su amigo y admirador, el historiador Teodoreto, como un hombre grave, santo y piadoso y amado por su pueblo, pero desesperadamente terco en lo que a él le parecía la ortodoxia de la fe. Tras el agotamiento de todas las medidas para superar su resistencia, fue desterrado por decreto imperial a las minas de Famutin en Egipto, donde murió (Tillemont, Mem., XIV, XV).
ALEJANDRO DE JERUSALÉN
Amigo de Orígenes, y su compañero de estudios en Alejandría bajo Pantenus y Clemente. Fue elegido obispo en una sede en Capadocia (¿o Cilicia?) a principios del S. III, sufrió la prisión por la fe (204-212). Tras su liberación, visitó Jerusalén, y fue elegido coadjutor de Narciso, el anciano ocupante de aquella sede. Esta fue el primer caso de un traslado y nombramiento de coadjutor y tuvo que ser ratificada por la jerarquía de Palestina reunida en Jerusalén (Valesius in Eus., Hist Eccl., VI, 11; Socrates, Hist. Eccl., VII, 36). La primera biblioteca teológica cristiana fue creada por él en Jerusalén. (Eus., Hist. Eccl., V, 20). Defendió a Orígenes contra su obispo Demetrio, cuando éste se ofendió por la autorización concedida a Orígenes para exponer las escrituras públicamente en las iglesias de Cesarea en la presencia de obispos, siendo éstos los únicos expositores autorizados del texto sagrado. Alejandro y Teoctisto (Obispo de Cesarea) escribieron una carta conjunta a Demetrio, en la que argumentaron el uso eclesiástico en otros lugares (Eus., Hist. Eccl., VI, 19). Al final Orígenes fue ordenado sacerdote por sus dos protectores (c. 230). Él da testimonio personal al comienzo de su primera homilía sobre el Libro de los Reyes del amigable carácter de Alejandro. Éste murió en prisión en Cesarea (251) durante la persecución de Decio. Algunos fragmentos de sus cartas se conservan en el sexto libro de la Historia Eclesiástica de Eusebio.
THOMAS J. SHAHAN Transcrito por Gerard Haffner Traducido por O.A.