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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Elohim

De Enciclopedia Católica

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(Sept., theos; Vulg., Deus).

Elohim es el nombre común para Dios. Es una forma en plural, pero "El uso de la lengua no provee soporte a la suposición que en la forma en plural de Elohim aplicada al Dios de Israel tenemos los restos de un politeísmo primitivo, o cuando menos una combinación con los seres espirituales más elevados" (Kautzsch). Los lingüistas lo llaman plural de majestad o rango, o de abstracción, o de magnitud (Gesenius, Grammatik, 27th ed., nn. 124 g, 132 h). El plural etíope amlak ha llegado a ser un nombre apropiado para Dios. Hoffmann ha hecho notar un plural análogo elim en las inscripciones fenicias (Ueber einige phon. Inschr., 1889, p. 17 sqq.) y Barton ha demostrado que en las tabletas de El-Amarna el plural de ilani reemplaza el modo singular más de cuarenta veces (Proceedings of the American Oriental Society, 21-23 April, 1892, pp. cxcvi-cxcix).

Etimología

Elohim ha sido explicado como una forma plural de Eloah o como un plural derivado de El. Quienes se adhieren a la primera explicación no están de acuerdo con la derivación de Eloah. En hebreo no hay una raíz como alah; pero el arabista Fleischer, Franz Delitzsch, y otros recurren al aliha del árabe, que significa "ser llenado de pavor ", "ansiosamente buscar refugio ", así que ilah (eloah) significaría en primer lugar "pavor", y luego ser el objeto del pavor. Gen., xxi, 42, 53, donde Dios es llamado "el temor de Isaac", e Is., viii, 13, y Ps. lxxv, 12, parecen apoyar esta posición. Pero el hecho de que aliha probablemente no es una raíz verbal independiente sino solo un denominativo de ilah, que originalmente significa " poseído de Dios" (cf. enthousiazein, daimonan) hace más que precaria la explicación. No tiene más probabilidades la pretensión de Ewald, Dillmann, y otros, de que la raíz verbal alah significa "ser poderoso" y debe ser considerada como una forma alternativa de la raíz alah; por ende Eloah resulta de alah como El surge de alah. Baethgen (Beitrage, 297) ha hecho notar que de cincuenta y siete incidencias de Eloah cuarenta y una pertenecen al Libro de Job, y las otras a textos tardíos o pasajes poéticos. Por tanto está de acuerdo con Buhl en sostener que la forma singular Eloah surgió solo después que la forma plural Elohim había estado en uso por largo tiempo; en este caso, se dió un singular para un plural preexistente. Pero aún admitiendo que Elohim sea una forma anterior, hasta ahora no ha sido satisfactoriamente explicada su etimología. Los antiguos escritores judíos y eclesiásticos coinciden con muchos estudiosos modernos en derivar Elohim de El, pero hay una gran diferencia de opinión en cuanto al método de derivación. Nestle (Theol. Stud. aus Würt., 1882, pp. 243 sqq.) supone que el plural surgió de la inserción de una h artificial, como en hebreo amahoth (doncellas) de amah. Buhl (Gesenius Hebraisches Handworterbuch, 12a. ed., 1895, pp. 41 sq.) considera Elohim como una especie de forma argumentativa de El; pero a pesar del desacuerdo respecto al método de derivación, estos escritores se aúnan suponiendo que en el temprano hebreo el singular de la palabra que significaba Dios era El, y su forma plural Elohim y que solo en tiempos más recientes se acuñó la forma singular de Eloah, dando así a Elohim un correspondiente gramaticalmente correcto. Sin embargo Lagrange sostiene que Elohim y Eloah son derivados colateral e independientemente de El.

El Uso de la Palabra

Los hebreos tenían tres nombres comunes para Dios, El, Elohim y Eloah; además tenían el nombre propio Yahweh. Nestle es una autoridad para la aseveración que Yahweh ocurre aproximadamente seis mil veces en el Antiguo Testamento, mientras que todos los nombres comunes de Dios en conjunto no ocurren ni la mitad de las veces. El nombre Elohim se encuentra 2570 veces; Eloah, 57 veces [41 en Job; 4 en Pss.; 4 en Dan.; 2 en Hab.; 2 en Cántico de Moisés (Deut., xxxii); 1 en Prov., 1 en Is.; 1 en Par.; 1 en Neh. (II Esd.)]; El, 226 veces (Elim, 9 veces). Lagrange (Etudes sur les religions sémitiques, Paris, 1905, p. 71) infiere de Gen., xlvi, 3 (el más poderoso Dios de vuestros padres), de Ex., vi, 3 (con el nombre de Dios Todopoderoso) y del hecho que El reemplaza Yah en nombres propios, la conclusión de que El era al principio un nombre propio y personal de Dios. Su gran edad puede demostrarse de su aparición general entre todas las razas semíticas, y esto a su vez puede ser ilustrado por su presencia en los nombres propios que se encuentran en Gen., iv, 18; xxv, 13; xxxvi, 43. Elohim no se encuentra entre todas las razas semitas; solo los arameos parecen haber tenido una forma análoga. Se ha sugerido que el nombre Elohim debe haberse formado después que los descendientes de Shem se hubieron separado en diferentes naciones.

El Significado de la Palabra

Si Elohim es considerado como derivado de El, su significado original sería "el fuerte" de acuerdo a la derivación que de ul (Skizzen, III, 169) hace Wellhausen para El; o "el más importante", de acuerdo a la derivación para El que hace Nöldeke de ul o il, "estar al frente" (Sitzungsberichte der berlinischen Akademie der Wissenschaften, 1880, pp. 760 sqq.; 1882, pp. 1175 sqq.), o "el poderoso", de acuerdo a la derivación para El que hace Dillmann de alah o alay, "ser poderoso" (En Genesis, I, 1); o finalmente "Aquel hacia quien aspira uno", "El que es la meta de toda aspiración y esfuerzo humanos", "a quien uno recurre en la aflicción o cuando necesita guía", "al que uno se acoge estrechamente", coincidentibus interea bono et fine, de acuerdo a la derivación de El de la preposición "el", por la que abogan La Place (cf. Lagarde, Uebersicht, etc., p. 167), Lagarde (op. cit., pp. 159 sqq.), Lagrange (Religions semitiques, pp. 79 sqq.) y otros. Una discusión de los argumentos que militan a favor y en contra de las derivaciones anteriores nos llevaría demasiado lejos.

Si recurrimos al uso de la palabra Elohim en el estudio de su significado, encontramos que en su sentido propio denota el verdadero Dios o falsos dioses, y que metafóricamente se aplica a jueces, ángeles y reyes; y aún acompaña otros nombres dándoles un significado superlativo. La presencia del artículo, la construcción en singular de la palabra y su contexto muestran con suficiente claridad si debe ser tomada en su sentido propio o en su sentido metafórico, y cual es su significado preciso en cada caso. Kautzsch (Encyclopaedia Biblica, III, 3324, n. 2) intenta eliminar el sentido metafórico de Elohim. En lugar de significar "jueces" sugiere la traducción "Dios", como testigo de una demanda legal, como proveedor de decisiones sobre puntos de la ley, o como surtidor de oráculos; el significado "ángeles" lo substituye por "los dioses de los herejes", que en tiempos posteriores al Exilio, cayeron a una categoría menor. Pero esta interpretación no está soportada por pruebas sólidas.

Según Renan (Histoire du peuple d'Israel, I, p. 30) los semitas creían que el mundo estaba rodeado, penetrado y gobernado por el Elohim, incontables seres activos, análogos a los espíritus de los salvajes, vivos, pero de alguna manera inseparables uno del otro, sin distinguirse ni aún por sus nombres propios como los dioses de los Arios, por lo que pueden ser considerados una confundida totalidad. Marti (Geschichte der israelitischen Religion, p. 26) encuentra también en Elohim un rastro del original polidemonismo semítico; sostiene que la palabra significaba la suma de los seres divinos que habitaban cualquier lugar dado. Baethgen (op. cit., p. 287), F.C. Baur (Symbolik und Mythologie, I, 304), y Hellmuth-Zimmermann (Elohim, Berlin, 1900) hacen a Elohim una expresión de poder, grandeza y totalidad. Lagrange (op. cit., p. 78) presiona contra estas opiniones ya que hasta las razas semitas necesitan unidades distintas antes de tener una suma, y partes distintas antes de arribar a una totalidad. Además el nombre El es anterior a Elohim (op. cit., p. 77 sq.) y El a la vez un nombre común así como un nombre propio de Dios. Originalmente era, o un nombre propio que se volvió un nombre común, o era un nombre común que se volvió nombre propio. En cualquier caso, El, y por ende también su forma derivada Elohim, debe haber denotado el uno y verdadero Dios. Esta inferencia se aclara después de una pequeña reflexión. Si El era al principio el nombre propio de un falso dios, no podía volverse el nombre común de un falso dios, no podía volverse el nombre común de una deidad, como tampoco podían Júpiter o Juno; y si era al principio era el nombre común para deidad, podría volverse el nombre propio solo de aquel dios que combina en él todos los atributos de deidad, quien era el uno y verdadero Dios. Esto no quiere decir que todas las razas semitas tuvieran desde un principio un concepto claro de la unidad de Dios y sus atributos divinos, aunque todos tenían originalmente el nombre divino El.

VIGOUROUX en Dict. de la Bible, s.v.; KNABENBAUER, Lexicon Biblicum (Paris, 1907), II, 63; KAUTZSCH en Encyclopaedia Biblica (Nueva York, 1902), III, 3323 sq.; LAGRANGE, Etudes sur les religions semitiques (Paris, 1905), 19, 71, 77 sqq.

A.J. MAAS Transcrito por Thomas M. Barrett Dedicado a la gloria de Dios y Su Hijo Jesucristo Traducido por Javier L. Ochoa Medina