Hermas
De Enciclopedia Católica
<spanstyle="color:#000066"> (siglos primero o segundo) autor del libro llamado “El Pastor” (Poimen, Pastor), un libro que tuvo gran autoridad en tiempos antiguos, casi como la Sagrada Escritura. Eusebio nos dice que se leía públicamente en las iglesias y que mientras unos negaran que fuera canónico, otros “lo consideraban muy necesario”. S. Atanasio habla de él, junto con la Didajé, en conexión con los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento, como no canónicos pero recomendados por los antiguos para las lecturas de los catecúmenos. En otra parte lo llama libro muy provechoso. Rufino dice que los antiguos querían que se leyera pero no que se usase como autoridad para la fe. Se encuentra con la epístola de Bernabé al final del Nuevo Testamento en la gran Biblia Sinaítica Álef ( siglo cuarto) y entre Los Hechos de los Apóstoles y los Hechos de Pablo en la lista estequiométrica del Códice Claromontano. Según esta evidencia conflictiva, encontramos dos líneas de opinión entre los primeros Padres: S. Ireneo y Tertuliano (en sus días católicos) citan al “Pastor” como Escritura; Clemente de Alejandría lo cita constantemente con reverencia y también lo hace Orígenes que sostiene que el autor fue el Hermas citado por S. Pablo en Rom., xvi, 14. Dice que la obra le parece muy útil y divinamente inspirada pero se disculpa repetidamente cuando tiene la ocasión de citarlo sobre la base de que “mucha gente lo desprecia”. Tertuliano, ya montanista, implica que el papa Calixto lo había citado como autoridad (aunque evidentemente no como Escritura), porque replica:” Admitiría vuestro argumento, si el escrito del Pastor hubiera merecido ser incluido en el Instrumento Divino y si no fuera juzgado por todos los concilios de las iglesias, hasta por las vuestras propias, entre los apócrifos y falsos”. Y dice de nuevo que la Epístola de Bernabé es “más recibida entre las iglesias que ese apócrifo Pastor”. (De pudic, 10 y 20). Sin duda Tertuliano tenía razón en que el libro se había excluido en Roma de la Biblia Instrumentum, pero exagera al referirse a “todos los concilios” y a un rechazo total, porque la enseñanza del Pastor estaba en contradicción directa con sus propias ideas sobre la penitencia. El uso temprano del Pastor va en paralelo al de los Hechos de Perpetua y Felicitas, antes del final del siglo segundo, pero no hay restos de él en S. Cipriano por lo que parecería que se había dejado de usar en África durante las primeras décadas del siglo tercero. Algo más tarde es citado por el autor del tratado pseudo-cipríanico “ Adv. aleatores" como “Escritura divina” pero en los días de S. Jerónimo “era casi desconocido para los latinos”. Curiosamente dejó de estar de moda en oriente de manera que los manuscritos griegos son sólo dos mientras que en occidente llegó a ser mejor conocido y fue copiado frecuentemente en el medievo. Contenidos El libro consiste en cinco visiones, doce mandatos o mandamientos y diez similitudes o parábolas. Comienza abruptamente en primera persona:” La que me crió me vendió a un cierto Roda, que estaba en Roma. Después de muchos años volví a verla y comencé a amarla como a una hermana”. De Camino a Cuma, Hermas tuvo una visión de Roda, presumiblemente muerta. Le dijo que ella era su acusadora en el cielo, por culpa de un pensamiento no casto que tuvo una vez hacia ella, aunque solo de pasada. El tenía que pedir perdón para sí mismo y para toda su casa. Era consolado por una visión de la Iglesia en forma de mujer anciana débil y desamparada por los pecados de los fieles, que le dice que haga penitencia y que corrija los pecados de sus hijos. Ella va rejuveneciendo por la penitencia, aunque arrugada y con pelo blanco – es la iglesia del perdón. Por fin se muestra tan gloriosa como una novia – es la iglesia del fin de los tiempos.
En la segunda visión da a Hermas un libro, que después recupera para seguir escribiendo en él. Ha de entregar este libro a los presbíteros que lo leerán al pueblo. Otra copia es para el "Grapte", que se lo comunicará a las viudas y una tercera copia ha de enviarse por Clemente a las iglesias extranjeras “porque este es su oficio”. Vemos aquí la constitución de la iglesia romana: los presbíteros en sus diferentes parroquias; Grapte ( sin duda una diaconisa) que está relacionada con las viudas; Clemente, el Papa, que es el órgano de comunicación entre Roma y las demás iglesias en la segunda centuria, nos es bien conocido por otras fuentes.
La quinta visión, que tiene lugar 20 días despules de la cuarta introduce el “Ángel del arrepentimiento” disfrazado de pastor, del que toda la obra toma el nombre. Entrega a Hermas una serie de preceptos (mandata, entolai) respecto a la fe en un solo dios, simplicidad, confianza, castidad, largos sufrimientos, fe, miedo, continencia, confianza, alegría, humildad, buenos deseos. Todo ello forma un interesante panorama de la ética de los primeros cristianos. El único punto que necesita una mención especial es la afirmación de que el marido tiene la obligación de volver a recibir a su esposa adúltera si se ha arrepentido. El mandato número once, sobre la humildad, trata de los falsos profetas que tratan de ocupar las primeros asientos (es decir, entre los presbíteros). Es posible que sea una referencia a Marción que llegó a Roma hacia el 142 -4 y deseaba ser admitido entre los presbíteros (y quizás hasta llegar a papa). Después de los Mandata vienen diez similitudes (parabolai) en forma de visiones, que son explicadas por el ángel. La más larga de ellas (ix) es una elaboración de la palabra del edificio de una torre que había sido el tema de la tercera visión. La torre es la iglesia y las piedras con las que está construida son los fieles. Pero en Vis. iii parecía como si sólo los santos formaran parte de la Iglesia; in Sim. ix se señala claramente que están incluidos todos los bautizados, aunque pueden ser expulsados por sus pecados graves y vueltos a ser readmitidos por la penitencia. Todo el libro muestra interés por las virtudes cristianas y su ejercicio. Es una obra ética, no teológica. La intención, sobre todo, es predicar el arrepentimiento. A los cristianos se les da una sola ocasión de restauración después de la caída y se habla de esta ocasión como de algo nuevo que no ha sido claramente publicado antes. El escritor, apenado por los pecados de los fieles, está sinceramente deseoso de su conversión y vuelta a las buenas obras. Como laico, Hermas evita el dogma y cuando incidentalmente se toca se hace de una forma vaga e incorrecta. Se ha pensado, con alguna razón, que no distingue al Hijo del Espíritu Santo o que mantenía que el Espíritu Santo se hacía Hijo por su encarnación. Pero sus palabras no son claras y sus ideas sobre el tema pueden haber sido más bien misteriosas y confusas que definitivamente erróneas Autoridad y Fecha No es fácil decidir si el escritor nos ha dado un fragmento genuino de su autobiografía y una narración verdadera de visiones que vió o imaginó ver o si todo el libro es una ficción tanto en la forma como en la composición. Se sugieren tres fechas por las evidencias disponibles. La referencia a S. Clemente como papa daría la fecha 89 - 99 al menos para las dos primeras visiones. Por otra parte, si el escritor se identifica con el Hermas mencionado por S. Pablo, es probable una fecha más temprana, a no ser que escribiera de muy avanzada edad. Pero tras antiguos testimonios, uno de los cuales dice ser contemporáneo, declara que era el hermano del papa S. Pio I, que no era anterior a 140-55. Los tres son: (a) el fragmento muratoriano, (b) el catálogo liberiano de los papas, una porción del cual data desde el 235 (Hipólito?) y (c) el poema del Pseudos –Tertuliano contra Marción, del siglo tercero o cuarto.
(a) "Pastorem uero nuperrime temporibus nostris in urbe Roma Herma conscripsit, sedente cathedra urbis Romae ecclesiae Pio episcopo fratre ejus. Et ideo legi eum quidem oportet, se publicare uero in ecclesia populo neque inter prophetas completos numero, neque inter apostolos in fine temporum, potest" –“y muy recientemente, en nuestro propio tiempo, en la ciudad de Roma, Hermas escribió (el Pastor), cuando su hermano el obispo Pío ocupaba la sede de la iglesia de Roma. Y por ello conviene que se lea con mucha atención (el libro), pero no conviene que se puede leer públicamente al pueblo reunido en la iglesia ni entre los Profetas, cuyo número está completo, ni entre los Apóstoles (que vinieron) en el fin de los tiempos.
(b) "Sub hujus [Pii] episcopatu frater ejus Ermes librum scripsit, in quo mandatum continetur quae [quod] praecepit ei angelus, cum venit ad illum in habitu Pastoris" – Durante el episcopado de Pío su hermano Hermas escribió un libro en el que se contienen los preceptos que le entregó el ángel que se le apareció en forma de pastor.
(c) "Post hunc deinde Pius, Hermas cui germine frater angelicus Pastor, quia tradita verba locutus." – A continuación de él, Pío, a cuyo hermano en la carne, Hermas, el pastor angélico habló las palabras que le fueron dadas”. Estas tres autoridades están citando, probablemente el mismo catálogo papal (¿de Hegesipo?) Como (c) cita algunos detalles de esta lista que están ausente en (b) parecería que es independiente de (b); (a) ha añadido la inferencia de que el “Pastor” puede ser leido públicamente, siempre que no se le numere entre los catorce profetas ni entre los escritos apostólicos. La afirmación de que Hermas escribió durante el pontificado de su hermano puede muy bien de forma similar ser una inferencia del hecho de que estaba en una lista de papas, con el nombre de Pío y que el escritor encontró la información de que Hermas era hermano del papa, que ya era un anciano probablemente en el año 140. De ahí que sea muy posible que Hermas tuviera más de treinta cuando murió Clemente, en tiempo de su primera y segunda visión. Pero de que sea posible no se sigue que sea probable.
Escritos más antiguos atribuyen la autoridad al Hermas de Rom., xvi, 14 – Bellarmino, Cave, Le Nourry, Remy Ceillier, Lardner etc., con Baronius que extrañamente pensó que el mismo Hermas pudo haber sido hermano de Pío I. A mediados del siglo dieciocho Mosheim y Schroeck prefirieron el testimonio del canon Muratoriano, publicado en 1740, pero Gallandi y Lumper se adhirieron al punto de vista más temprano. Zahn en una obra temprana (1868) se apoyó en las referencias a S. Clemente e imaginó a un Hermas que no fue conocido por S. Pablo ni fue hermano de S. Pío pero que escribió en la última década del primer siglo. Le siguieron Peters y Caspari. Pero Hefele había estado enseñando que no podemos rehusar el testimonio contemporáneo del Fragmento Muratoriano y esta postura ha prevalecido al fin entre los eruditos siendo ahora universalmente aceptada. La cuestión es cómo vamos a explicar la mención de S. Clemente. Se ha sugerido arriba que Hermas pudo ser mayor que su hermano Pío, pero Harnack, sosteniendo que el monoepiscopado era desconocido en Roma hasta Aniceto, el sucesor de Pío, no tiene dificultades en mantener que Clemente vivió realmente hasta el principio del siglo segundo y que ese Pío era el más prominente entre los presbíteros de Roma antes del 140. Por consiguiente data la parte de la Visio ii, como el núcleo del todo, antes de 110, y la redacción final no antes de 135 y no más tarde de 145. De hecho es verdad que el libro en si mismo describe las varias partes como escritas sucesivamente y el proceso puede muy bien haber tomado tres o cuatro años pero difícilmente una década o dos. Quizás el punto de vista más probable sea que los datos históricos del libro son ficción y el autor fue realmente el hermano del papa Pío y escribió durante el pontificado de su hermano. Los males de la iglesia de tiempo que describe no son imposibles en el primer siglo, pero encajan mejor en el segundo. Hay una posible referencia a la visita de Marción a Roma alrededor del 142 y hay una probable referencia a las teorías gnósticas en Simil. viii, ix. El escritor quiso que se pensara que pertenecía a la generación precedente – de ahí el nombre de Clemente, el más famoso de los primeros papas, en vez del nombre de Pío. Ni siquiera podemos estar seguros de que el nombre del escritor sea Hermas. Es un nombre apropiado para un esclavo, una abreviación de Hermogenes, Hermodorous o algo parecido. El Dr. Rendez Harris ha señalado en un ensayo interesante que donde Hermas describe doce montañas en la Arcadia (Simil. ix, 1), la descripción de esa localidad está tomada de Pausanias. El Dr. Armitage Robinson pensó que debemos suponer que Hermas conoció el lugar por si mimo y fue criado en la Arcadia. Pero todo esto no es concluyente, aunque plausible. De Champagny (seguido por Dom Gueranger), piensa que “El pastor” está hecho de dos obras, la una (Vis. i-iv) por el discípulo de S. Pablo, y el resto por el hermano del papa Pio, no es posible debido a la unidad de estilo y materia, como ha mostrado Baumgartner. Lo mismo ha de decirse de la opinión de Hilgenfeld de que tenemos ante nosotros la fusión de obras de tres autores. Spitta ha traído al estudio patrístico el método que ha aplicado al los Hechos de los Apóstoles y al Apocalipsis y encuentra en Hermas una ampliación cristiana de un escrito judío, como Voelter había dicho del Apocalipsis. Es natural que Voelter aprobara esta teoría, pero Spitta no ha sido seguido por los eruditos en patrística. Haussleiter atribuyó primero solamente la Vis. v-Simil. x al hermano de Pío y respecto a Vis. i-iv como una adición hecha al final del siglo segundo para recomendar el libro como obra de Hermas, discípulo de S. pablo. Pero tal personaje no es siquiera mencionado.
Sólo hay una cita directa en el “Pastor” y es del libro apócrifo "Eldad y Modat que profetizaron al pueblo en el desierto” y la cita es aparentemente irónica. Pero hay ¡muchas citas indirectas del A:T. Según Swete, Hermas nunca cita a los Setenta pero usa una versión de Daniel parecida a la de Teodoción. Muestra conocimiento de alguno de los Evangelios Sinópticos y puesto que usa el de S. Juan, es probable que conociera los tres. Parece que utiliza Efesios y alguna otra Epístola, incluyendo quizás I Pedro y Hebreos, pero el libro que más frecuentemente usa es la Epístola de Santiago y el Apocalipsis. Su tema es bastante aburrido para los modernos y la simplicidad de sus maneras ha sida caracterizada de infantil. Pero la admiración de Orígenes no se le dio a un libro sin profundidad o sin valor y, aun con respecto a su estilo, Westcott tiene razones para decir ("On the Canon", pt. I, ch. ii): “La belleza del lenguaje y concepción in muchas partes nunca ha sido suficientemente apreciada. Gran parte de él puede compararse con el “Progreso del Peregrino” con lo que no se puede alabar más a un libro de esta clase.” Hay, en realidad, algunos parecidos entre la intensidad y forma directa del antiguo católico romano y la del puritano perseguido, aunque estén tan en las antípodas la antítesis entre el individualismo de uno y la concepción de una Iglesia Universal que domina el pensamiento completo del otro.
El “Pastor” se imprimió por primera vez en latín por Faber Stapulensis (Lefevre d'Etaples) en el "Liber trium virorum et trium spiritualium virginum" (Paris, 1513). Una edición mejor es la de Fell (Oxford, 1685), y especialmente la de Hilgenfeld (Leipzig, 1873), y von Gebhardt (Leipzig, 1877), ésta que está contenida en muchos manuscritos y ha sido frecuentemente reeditada en las ediciones de los Padres Apostólicos, es conocida como la Vulgata, conocida por el autor de "Adversus aleatores" (siglos tercero o cuarto), y posiblemente por Tertuliano y la traducción se hizo posiblemente en el siglo segundo. Hay otra versión en el manuscrito (Vat. Palat. 150, saec. xiv), y ha sido impresa por Dressel "Patres Apost." (Leipzig, 1857 y 1863), y von Gebhardt y Harnack ("Patres Apost.", Leipzig, 1877). Es del siglo quinto, según Harnack y el traductor ha utilizado la versión de la Vulgata como ayuda. Los intentos de Haussleiter por demostrar que la Palatina es la más antigua son rechazados por Harnack y Funk. Una versión etiópica descubierta en 1847 por desafortunadamente tiene algunas lagunas y omisiones accidentales. Parece haber sido compuesta en el año 543. El original griego se conoció por primera vez por un manuscrito del Monte Athos. El bien conocido falsificador Simónides robó cuatro de las hojas y copió el resto. Pero vendió a la Biblioteca de la Universidad del Leipzig una versión griega que había compuesto él mismo. Se publico en 1856 por Rudolf Anger con un prefacio e índice de Dindorf. El fraude fue descubierto muy pronto. Las cuatro hojas y la copia de Simónides fueron conseguidas por la Biblioteca y la lectura verdadera fue publicada por Anger en el "Leipziger Repertorium der deutschen und auslaendischen Literatur", III (1856), 138. Desde entonces las seis hojas que permanecen en el monasterio de Athos han sido cotejadas por Armitage Robinson. El Codice Sinaítico descubierto por Tischendorf y publicado por él en 1862, contiene el “Pastor” pero en ambos manuscritos falta el final. Dos fragmentos del libro encontrados en una hija de papiro de Fayoum, están ahora en Berlín.
Bibliografía.
Sobre el MSS de la versión Vulgata, ver HARNACK, Gesch., I, 51; DELEHAYE in Bull. crit., 1894, p.14; EHRHARD, Altchristl. Litteratur, 104. El Manuscrito Palatino ha sido cuidadosamente cotejado por FUNK en Zeitschr. fuer die oesterreich. Gymn., XXXVI (1885), 245. Sobre la fecha y estilo de la versión Palatina HAUSSLEITER, De versionibus Pastoris Hermae latinis (Erlangen, 1884); IDEM in Z. fuer wiss. Theol., XXXVI (1883), 345. Para la versión etiópica, ver D'ALBADIE y DILLMAN, Hermae Pastor, with Latin translation, in Abhandlungen fuer die Kunde des Morgenlandes, II (Leipzig, 1860), 1. El verdadero texto griego apareció por primera vez en DRESSEL, Patres Apostolici (Leipzig, 1857 y 1863), y has sido frecuentemente republicado en colecciones similares, como por HILGENFELD (1866 y 1881), GEBHARDT, y HARNACK (1877-); LIGHTFOOT y HARMER con traducciones inglesas (1891), FUNK (1901). Sobre el manuscrito de Athos, LAMBROS y ROBINSON, A Collation of the Athos Codex of the Shepherd (Cambridge, 1888); HILGENFELD in Z. Weiss. Theol., XXXII (1889), 94. El papiro de Berlín publicado en facsímil , por WILCKEN, Tafeln zur aelteren griechischen Palaeogr. (Leipzig, 1891); hay una cita en un papiro en GRENFELL y HUNT, The Oxyrhynchus papyri, I (London, 1898), 8. Sobre amnos papiros , ver DIELS y HARNACK en Sitzungsber. der K. preussischen Akad. der Wiss. (Berlin, 1891), p. 427, y EHRHARD en Theolog. Quartalschrift, LXXIV (1892), 294. La literatura que trata de Hermas es muy amplia y aquí se menciona sólo una selección. La mejor introducción y notas en latín son de FUNK, Patres Appostolici, I (Tuebingen, 1901). Un excelente ralato resumido de BARDENHEWER, Gesch. der altkirchl. Litt., I (Freiburg im Br., 1902), 557-578; ver también HARNACK, Gesch. der altchr. Litt., I, 49, y Chronol., I, 257; KRUGER ( que lo data ca 100), Gesch. der altchr. Litt. (1895), 29; ZAHN, Der Hirt des Hermas untersucht (Gotha, 1868); IDEM, Gesch. des N.T. Kanons, I (1888), 326; NIRSCHL, Der Hirt des Hermas (Passau, 1879); BRUELL, Der H. des H. (Freiburg im Br., 1882); RENDEL HARRIS, Hermas in Arcadia in Journal of Soc. of Bibl. Lit. and Exeg. (1887, y reimpreso, Cambridge, 1888). Sobre el uso del N.T por Hermas ver las obras de WESTCOTT, ZAHN, GREGORY, etc. sobre el Canon; y C. TAYLOR, The witness of Hermas to the four Gospels (London, 1892); IDEM, Hermas and the Cebes ( un intento para mostrar que Hermas usó las tablas del filósofo estoico Cebes)enn Journal of Philo., XXVIII (1900), 276. Sobre la autoría plural DE CHAMPAGNY. Les Antonins, I (Paris, 1863); SPITTA, Zur Gesch. und Litt. des Urchristentums, II (Goettingen, 1896); VOELTER, Die Visionen des Hermas, die Sibylle, und Klemens von Rom (Berlin, 1900). Para la unidad LINK, Die Einheit des Hermasbuches (Freiburg im Br., 1889); FUNK in Theol. Quartalschr., LXXXI (1899), 321; STAHL, Patrische Untersuchungen (Berlin, 1901-), da la fecha 165-70, tras la aparición del Montamnismo; REVILLE, La valeur du temoignage historique du Pasteur d'Hermas (Paris, 1900). Sobre la Teología del Pastor LINK, Christi Person und Werk im Hirten des Hermas (Marburg, 1886); BENIGNI in Bessarione, VI (1899); HEURTIER, Le dogme de la Trinite dans l'epitre de S. Clem. et le Pateur d'H. (Lyons, 1900). Más bibliografía en RICHARDSON, Synopsis; CHEVALIER, Repertoire, y BARDENHEWER, loc. cit.
JOHN CHAPMAN.
Transcrito por Don Ross.
Traducido por Pedro Royo.