Con las palabras: Sagrado Corazón de Jesús designamos a Jesucristo nuestro Señor, considerado, adorado y alabado en su amor divino y humano, manifestado, y simbolizado por su Corazón de carne, su Corazón real.
Es el Corazón de carne del Hombre Dios, órgano propulsor de su sangre, y que sigue latiendo en el divino pecho de Jesús glorioso, en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
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El amor de Jesús a los hombres se manifestó maravillosamente en todos los actos de su Encarnación, de su Vida y de su Redención. Pueden sintetizarse en tres, palabras: la Cuna, el Calvario y el Altar.
¿Por qué es tan universal el tomar el corazón por símbolo del amor? Por ser el órgano en el que más repercuten los afectos del hombre: el dolor le oprime y hasta puede suspender su funcionamiento; el amor hace que palpite más aceleradamente, lo cual demuestra una relación estrecha e indiscutible entre los movimientos del corazón y nuestros afectos.