Santa María de Egipto
De Enciclopedia Católica
Ahí vivió absolutamente sola durante cuarenta y siete años, subsistiendo aparentemente de hierbas, cuando un sacerdote y monje llamado Zósimo, que siguiendo la costumbre de sus hermanos había salido de su monasterio para pasar la Cuaresma en el desierto, la encontró y oyó de sus propios labios la extraña y romántica historia de su vida. Tan pronto se encontraron, llamó a Zósimo por su nombre y lo reconoció como sacerdote. Después que hubieron conversado y orado juntos, le rogó a Zósimo que le prometiera encontrarla en el Jordán la noche del Jueves Santo del siguiente año y que trajera consigo el Sacratísimo Sacramento. Cuando llegó la noche convenida, Zósimo, según cuentan, puso en un pequeño cáliz una porción del intocado Cuerpo y la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (P. L. LXXIII, 686; "Mittens in modico calice intemerati corporis portionem et pretioso sanguinis D.N.J.C." Pero la referencia a ambas especies es menos clara en Acta SS., IX, 82: "Accipiens parvum poculum intemerati corporis ac venerandi sanguinis Christi Dei nostri"), y llegó al lugar que había sido indicado. Después de un rato apareció María en la rivera oriente del río, y habiendo hecho la señal de la cruz, caminó sobre el agua hacia el lado poniente. Ya que hubo recibido la Sagrada Comunión, levantó sus manos hacia el cielo y gritó en alta voz las palabras de Simeón: "Ahora puedes disponer de tu siervo en paz, oh Señor, según tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación ". Entonces le encargó a Zósimo venir durante el año al lugar donde primero la había encontrado en el desierto, añadiendo que la encontraría entonces en la condición que Dios ordenara. Vino él, pero solo para encontrar el cadáver de la pobre santa, y escrita a un lado en la tierra una petición de que la enterrara y decía que había muerto un año antes en la misma noche en que le había administrado la Sagrada Comunión, muy lejos de las márgenes del Jordán. Auxiliado por un león, según cuentan, preparó la tumba y la enterró, y habiéndose encomendado él mismo y la Iglesia a sus plegarias, regresó a su monasterio, donde contó, ahora por primera vez, la maravillosa historia de la vida de María.
La vida de la santa fue escrita no mucho tiempo después de su muerte por alguien que asevera que escuchó los detalles de los monjes del monasterio al que había pertenecido Zósimo. Muchos eruditos mencionan como el autor a San Sofronio, que llegó a ser Patriarca de Jerusalén en 635; pero puesto que los Bollandistas dan buenas razones para creer que la historia fue escrita antes del año 500, podríamos concluir que es de alguna otra mano. La fecha de la santa es un tanto incierta. Los Bollandistas sitúan su muerte el 1 de Abril del 421, mientras que muchos otros eruditos la sitúan un siglo después. La Iglesia Griega celebra su fiesta el 1 de Abril, mientras que el Martirologio Romano la asigna al 2 de Abril, y el Calendario Romano al 3 de Abril. Es más probable que la fecha griega sea la correcta; las otras pueden deberse a que en esas fechas llegaron al Occidente porciones de sus reliquias. La reliquias de la santa son veneradas en Roma, Nápoles, Cremona, Amberes, y algunos otros lugares.
J. MACRORY Transcrito por Elizabeth T. Knuth Traducido por Javier L. Ochoa Medina