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Miércoles, 4 de diciembre de 2024

Angelo Mai

De Enciclopedia Católica

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Cardenal romano y célebre filólogo nacido en Schilpario, en la diócesis de Bergamo, el 7 de Marzo de 1782, muere en Albano el 9 de Septiembre de 1854. A temprana edad entra en la Compañía de Jesús (era novicio para el 1779 [sic; ¿1799?]), fue enviado a la residencia de Nápoles (1804), estuvo también en Orvieto y Roma. Por sus habilidades en la paleografía, en 1811 fue designado a un puesto en la Biblioteca Ambrosiana, en Milán. Esto permitió sus primeros descubrimientos: Las Oraciones de Cicerón: “Pro Scauro”, “Pro Tullio”, “Pro Flacco”, “In Clodium”, y “In Curionem” (1814); la correspondencias de Fronto, Marcos Aurelio y de Vero (1815); el discurso de Isaeo: , “De hæreditate Cleonymi” (1915); un fragmento de La Vidulari de Plauto y comentarios sobre Terencio (1816); una versión gótica de San Pablo; el “Itinerarium Alexandri", una biografía de Alejandro por Julio Valerio (1817); y una versión armenia de La Crónica de Eusebio (1818). Tantos textos, la mayor parte hallados en palimpsesto, no sin mencionar algunas ediciones de textos conocidas, le ganaron a Mai la atención mundial.

En 1819 sus superiores decidieron que podía ofrecer mayor servicio sirviendo como clérigo secular, por tanto deja la Sociedad y es llamado por el Papa a laborar en la Biblioteca Vaticana. Entonces trabaja con mayor empeño en un campo más amplio. Su más grande hallazgo en ese momento lo fue La República de Cicerón (1822). Para asegurar la publicación regular de sus hallazgos, comienza una periódica serie de Anécdotas: “Scriptorum veterum nova collectio” (10 vols., 1825-38); “Classici auctores” (10 vols., 1825-38); “Spicilegium Romanum” (10 vols., 1839-44); “Novum Patrum Bibliotheca” (7 vols. 1852-54), publicados por el propio Mai. Los autores profanos que se beneficiaron de la labor de Mai son Diodoro de Sicilia, Polibio, Oribasio, Procopio, Cicerón (especialmente las oraciones de Verres), y los jurisconsultos romanos. Igualmente, realizó importantes hallazgos relacionados a las obras de los padres de la Iglesia como las de los santos Agustín, Hilario, Ciprian, Jerónimo, Ambrosio, Atanasio, Cirilo, Basilio, Irineo, así como de Orígenes, Eusebio de Cesárea, etc. A estos antiguos escritores hay que añadirles los humanistas italianos, los poetas latinos del siglo XIV y XV: Policiano, Sanazaro, Bembo, Sadoleto, y otros cuyas obras Mai publica por primera vez en el “Spicilegium Romanum”. Le da al mundo las nunca publicadas páginas de más de 350 autores. Finalmente, no ignoró la Biblia. Luego de largos atrasos, y con timidez, finalmente fue autorizado a dar a conocer una de los más importantes manuscritos griegos de la Biblia (“Vetus et Novum Testamentum ex antiquissimo codice Vaticano” 1858). Se ha dicho que la tintura de agallas utilizada por Mai para revivir los escritos de los palimpsestos, los destruía parcialmente. El hecho es que todos los agentes reactivos afectan las hojas. Pronto, poco queda de los palimpsestos de Plauto en la Biblioteca Ambrosiana. Pero los trabajos de Studemund, el sucesor de Mai, le aseguran su lugar. Los maravillosos hallazgos de Mai le ganan el respeto y el afecto de muchos.

Fue amigo intimo de Leopardi, el poeta de la nueva Italia, una amistad honorable para ambos. Se acusa a Mai por su negativa para compartir los tesoros que tan celosamente guardaba de los otros expertos. Deseaba disfrutarlos todos a solas. En 1838 el Papa lo nombra Cardenal pero continua sus investigaciones y sus publicaciones son interrumpidas solo por su fallecimiento.

SOMMERVOGEL, Bibliothèque de la compagnie de Jésus, V, 323, till 1819; BONNETTY, Table alphabétique analytique et raisonnée de tous les auteurs sacrés et profanes qui ont été découverts et édités récemment dans les 43 vol. publiés par le cardinal Mai (Paris, 1850); POLLETO, PHINA, and others, Nel primo centenario del cardinale Angelo Mai, atti della solenne Accademia tenustasi in suo onore il 7 Marzo 1882 (Bergamo, 1882); POLLETTO, Del cardinale Angelo Mai e de' suoi studi e scoperte (Sienna, 1886); CHATELAIN, Les palimpsestes latins in Annuaire de L'Ecole pratique des hautes études (1904), 5.

PAUL LEJAY Traducido por Anónimo de Borinquen