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Viernes, 22 de noviembre de 2024

Santidad

De Enciclopedia Católica

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Santitas es la palabra latina utilizada, en la versión Vulgata del Nuevo Testamento, para dos palabras griegas distintas, agiosyne (1 Tes., III,13) y osiotes (Lucas, I, 75; Ef., IV, 24). Estas dos palabras griegas expresan las dos ideas encerradas por la palabra "santidad". La primera idea es la de separado, (sacro, sagrado, santo elegido para dar culto. N. del T.), como se usa en agios y que también indica "el temor de Dios" (estupor, mezcla de asombro y temor ante el Misterio. N. del T.) el sacer latino; y del que se deriva (sancitus). La segunda idea proviene de osios que es quien ha recibido el sello de Dios (piadoso, religioso, salvado, santo. N.del T). La mayor confusión se origina por la versión de Reims que traduce agiasmos por "santidad" en Hebreos XII,14, pero más adelante la traduce más correctamente por "santificación", mientras agiosyne que sólo se traduce una vez correctamente por "santidad" se traduce dos veces por "santificación".

Santo Tomás (II-II:81:8) insiste en los dos aspectos de santidad arriba expresados, separación y firmeza. Llega a estos significados a través de las etimologías de Orígenes y San Isidoro. Santidad, dice al Doctor Angélico, es el término usado para todo lo que se dedica al servicio Divino, sea persona o cosa. Estos deben ser puros o separado del mundo, para que a través de las exigencias de la mente, una vez apartados de la contemplación de las cosas inferiores puedan centrarse en la Verdad Suprema - y ello, también, con firmeza o decisión, puesto que es la respuesta a la relación básica que nos constituye, que es con, nuestro principio original y nuestro destino final, Dios mismo -"Estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles... ni cualquier otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios" (Rom., VIII, 38-39). Santo Tomas define santidad como la virtud por la que la mente de un hombre, ella y todos sus actos se dedican a Dios; la alinea entre las virtudes morales infusas, y la identifica con la virtud de la religiosidad, (vida piadosa N. del T.), pero la diferencia de, que por una parte considera lo religioso (lo sacro, santo N. del T.) como la virtud con la que ofrecemos el culto debido a Dios a través de las cosas que pertenecen al servicio Divino, y por otra la santidad como la virtud por la que realizamos todos nuestros actos subordinándolos a Dios. Así santidad o la santidad es por un lado, el resultado de la santificación por la que, mediante un acto Divino, Dios nos salva libremente, y por el que nos elige para sí mismo; y por otro lado su consecuencia nuestra santidad de vida, tanto en un acto como por hábito, donde le reconocemos como nuestro Principio y Destino Final, hacia él que caminamos diariamente de forma dramática. Así, en el orden moral la santidad es el reconocimiento de los derechos superiores de Dios; Su manifestación concreta es guardar sus Mandamientos, dice San Pablo: "Procurad la paz con todos, y la santidad (el sanctimoniam, agiasmon): sin la cual nadie verá al Señor" (Heb., XII, 14). Atención a la palabra griega; generalmente se traduce por "santificación", pero es notable que la palabra escogida por los traductores griegos del Testamento Antiguo para la palabra hebrea Ayin-Zayin qué significa adecuadamente fuerza y firmeza, significado que como hemos visto se contiene en la palabra santidad. (Como se puede ver en la cita anterior Heb., XII, 14 según la versión española de la Biblia de Jerusalén de 1.975 se utiliza la palabra santidad y no santificación que como comenta el autor sería menos adecuada. N. del T.). Así guardar los Mandamientos fielmente significa una decisión firme de separación de las cosas mundanas, que exige una gran fuerza de decisión o firmeza en el servicio de Dios.

Está claro sin embargo, que hay grados en esta separación del mundo y en esta firmeza en el servicio de Dios. Quienes sirvan a Dios de verdad deben mantener los principios de teología moral, y sólo así pueden los hombres salvar sus almas. Pero quienes anhelan algo más alto; buscan un grado mayor de separación de las cosas terrenales y una más intensa dedicación a las cosas de Dios. Con las propias palabras de Santo Tomás: "Quienes rinden culto a Dios pueden llamarse "Religiosos", pero se llama especialmente así a quienes dedican su vida entera al culto Divino, y se retiran de las ocupaciones mundanas, del mismo modo no se llama `Contemplativos' a quienes contemplan, sino solo a aquéllos que consagran sus vidas enteras a la contemplación." El santo agrega: "Y los tales hombres no se atan a otros hombres por lazos humanos sino por la fuerza de Dios", palabras que permiten conocer la clave de la vida religiosa en su sentido estricto (II-II: 81:7, ad 5um).

Newman, Sermons, vol. I: Holiness Necessary for Future Blessedness; Fuller, The Holy and the Profane State; Mallock, Atheistic Methodism and the Beauty of Holiness, Essay V in Atheism and the Value of Life (London, 1884); Faber, Growth in Holiness (London, 1854).

HUGH POPE Transcrito por Robert B. Olson En Ofrenda a Dios Omnipotente por los favores y bendiciones concedidas a Fr. Jeffrey A. Ingham Traducido por Félix Carbo Alonso