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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Giuseppe Verdi

De Enciclopedia Católica

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Compositor, nació en La Roncola, ciudad de Parma, en Italia, el 10 de octubre de 1813 y murió en Santa Ágata, cerca de Busseto, el 27 de enero de 1901. Desde una edad temprana demostró una habilidad musical extraordinaria, llegando a ser el organista de su iglesia pueblerina a los diez años de edad. Entre los años 1826 al 1829, Verdi recibió lecciones de Provesi, el organista de la catedral de Busseto y en el 1831 Verdi se trasladó a Milán para estudiar bajo Lavigna. Tras la muerte de Provesi (1833) Verdi retornó a Busseto en donde se casó con Margarita Barezzi, permaneciendo en esa ciudad por cinco años, trasladándose luego a Milán en 1838. Su primera ópera, “Oberto,” fue ejecutada en 1839, lo que anticipó ante el público los talentos del joven compositor, pero la producción de “Tabuco” (9 de marzo, 1842) seguida por “Lombarda” (11 de febrero, 1843) demostró de una vez por todas la ascendencia de su estrella. La aparición de “Ernani” (9 de marzo, 1844) cementó su éxito y la fama de Verdi como compositor de óperas quedó entonces establecida. Varias otras óperas siguieron entre 1844 y 1846. Fue durante estos años que Verdi rechazó una invitación a ser director del Drury Lane Theatre en Londres, en un momento en que no iba a ser bien recibido en Inglaterra. El estreno de “Luisa Miller” (8 de diciembre, 1849) le añadió a sus triunfos y con esa obra terminó su fama en un estilo dado de producción operática. Verdi entonces comenzó una nueva fase artística en 1850 y su obra “Rigolleto” (producida en Venecia el 11 de marzo, 1867) conmovió al mundo de la música. Luego siguieron “Il Travatore” (19 de enero, 1853) y “La Traviata" (6 de marzo, 1853). Estas obras continúan siendo populares en nuestro días. “Un Ballo in Maschera” (17 de febrero, 1859) completó su triunfo en este nuevo estilo de escritura musical. “Don Carlos” (11 de marzo, 1867) y “Aída” (producida en El Cairo, 24 de diciembre, 1871), representan lo que aptamente se ha denominado “el tercer estilo de Verdi.” “Aída” no solamente representa un mero avance sobre “Rigoletto,” sino que es un avance tan genial que debe considerarse como un nuevo estilo en sí mismo.

Mientras tanto, Verdi visitó a Inglaterra en 1855 y otra vez en 1862, cuando ejecutó su “Inne delle Nazioni” en el Teatro de Su Majestad (Británica). Su última visita a la Gran Bretaña ocurrió en 1875, al momento mismo en que sus poderes creativos se hallaban en su cúspide. Se rumoraba en ese entonces que se había retirado de la música tras la producción de “Aída” pero el 3 de febrero de 1887, asombró hasta a sus más fervientes admiradores, cuando produjo su ópera en cuatro actos, “Otello” (con libreto escrito por Boito). Su “Falstaff” fue interpretada en la Scala de Milán el 5 de febrero de 1893. El rey de Italia entonces le otorgó seguidamente el título de Marqués de Busseto. Para este octogenario, “Falstaff” constituyó un verdadero hito en los anales de la música. Sus cualidades dramáticas colocan a “Falstaff” a la par de las óperas de Wagner y el modo en que Verdi manejó su elemento cómico no cuenta con precedente alguno. De hecho, se ha dicho que su “Otello” y “Falstaff” cualifican como un cuarto estilo musical de Verdi. Su lugar en la historia de la música es del primer rango y su influencia sobre la Escuela Italiana durante la segunda mitad del siglo XIX fue bien marcada.

Verdi pertenece justamente a la categoría de compositores eclesiásticos. Su “Réquiem” (escrito para el aniversario de la muerte de Manzoni) es una obra de arte y continúa como una favorita. El “Réquiem” fue ejecutado por primera vez en Milán el 22 de mayo de 1874. Entre sus obras religiosas cabe mencionar su “Pater Noster” para cinco voces; un “Ave María” para soprano e instrumentos de cuerdas (ambas ejecutadas en 1880); dos “Te Deum” para coros en cuatro voces y orquesta; un “Stabat Mater” en cuatro partes y dos himnos a Nuestra Señora. Los “Te Deum” y los himnos a Nuestra Señora aparecieron en 1898 y se ejecutaron en París el 7 de abril, 1899. Verdi demostró su espíritu católico cuando renunció a su escaño en el parlamento italiano como representante de Busseto y después, tras ser nombrado al senado por el rey de Italia (1875), asistió a su ceremonia de instalación pero nunca asumió su escaño. El profesor Dickenson, en su libro “La Música en la Historia de la Iglesia Occidental” escribe: “En Verdi vemos una verdadera devoción filial a la Iglesia Católica la cual va unida a un temperamento que se aviva fácilmente al abrigo de su inspiración musical.” En su testamento, Verdi dejó un legado monetario para beneficiar a un asilo de músicos de edad avanzada.

POUGIN, Verdi (Paris, 1881); STREATFIELD, Maestros de la Música Italiana (Londres, 1895); MAZZUCATO en GROVE, Diccionario de Música y Músicos (nueva edición., Londres, 1910), s. v.

W.H. GRATTAN-FLOOD

Trascrito en inglés por Thomas M. Barrett

Dedicado a la memoria de Giuseppe Verdi

Copiado y traducido al castellano por Pedro O. Vega,

Quien lo dedica a sus maestros de música del pasado y porvenir.