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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Sacrificios en la Antigüedad

De Enciclopedia Católica

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Nada hay más conocido en la antigüedad que los tauróbolosy los crióbolos, que formaban parte del culto oriental del culto a Mitra; en estos sacrificios, cuyo fin era obtener una purificación completa, borrar todos los crímenes y procurar al hombre un verdadero renacimiento espiritual, cavábase un hoyo, en cuyo fondo se ponía al iniciado; extendíase sobre él una especie de techo, atravesado por una infinidad de pequeños agujeros, encima de los cuales imolaban a la víctima, de manera que corriendo la sangre en forma de lluvia sobre el penitente, la recibía éste en todas las partes de su cuerpo [1], y creíase con tan particular bautismo operar una regeneración espiritual: una cantidad de bajos relieves y de inscripciones recuerdan aun esta ceremonia, así como el dogma universal que habíala hecho imaginar [2].

En toda la Legislación de Moisés, nada es más digno de observarse, que la constancia con que contradice las ceremonias paganas, y separa, pormedio de ritos especiales, al pueblo hebreo de todos los otros; mas por lo que toca a los sacrificios, abandonando su sistema general, se conforma con el rito fundamental de las naciones, y no contento de conformarse con él, lo robustece, con riesgo de dar así al carácter nacional una dureza de que no tenía la más pequeña necesidad; de manera que no hay no una de las ceremonias prescritas por este cébre legislador, y sobre todo, ni una purificación, hasta las que son meramente físicas, que no exija sangre.

Muy profunda debe ser la raíz de una creencia tan extraordinaria y tan general, y si no tuviera nada de verdadero ni de misterioso, ¿para qué la habría conservado Dios mismo en la ley mosaica? ¿Dónde habrían ido a buscar los antiguos la idea de un renacimiento espiritual por medio de la sangre? ¿Y porqué razón habríase escogido siempre y por todas partes una ceremonia que señala mutuamente la razón y rechaza el sentimiento, con el fin de honrar a la Divinidad, de obtener sus favores y apartar su ira? Es, pues, necesario acudir a alguna causa secreta, la cual era bien poderosa.

•Tomado del “Tratado sobre los Sacrificios” de Joseph de Maistre. Aclaraciones sobre los Sacrificios: capítulo primero.

Nota del Director: esta selección resume lo que el tratadista llama en otro lugar, “principio de la sustitución”.


Notas

[1] Prudencio nos ha transmitido los pormenores de tan asquerosa ceremonia:

Tum per frequentes milla rimarum vias,

Illapsus imber tabidum rorem pluit

Defossus intus quem sacerdos excipit,

Guttas ad omnes turpe subjectum caput

Et veste et omni putrefactur corpore,

Quim os supinat, obvias offert genas;

Supponit aures; labra, nares objicit,

Oculos et ipsos proluit liquoribus:

Nec jam palato parcit, et linquam rigat

Donec cruorem totus atrum imbibat.