Con las palabras: Sagrado Corazón de Jesús designamos a Jesucristo nuestro Señor, considerado, adorado y alabado en su amor divino y humano, manifestado, y simbolizado por su Corazón de carne, su Corazón real.
Es el Corazón de carne del Hombre Dios, órgano propulsor de su sangre, y que sigue latiendo en el divino pecho de Jesús glorioso, en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.