Diferencia entre revisiones de «Catecismo ilustrado de la Historia Sagrada»
De Enciclopedia Católica
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[[Archivo:Pag 52.png|700px|thumb|center| De la Ascensión de Nuestro Señor y del Juicio final. Las palabras "Y subió a los cielos" significan que el cuadragésimo día después de su resurrección, Jesucristo se elevó al cielo, por su propio poder, en presencia de un gran número de sus discípulos. Por las palabras "Y está sentado", se entiende que Jesucristo entró al cielo como en el lugar de su descanso y de su gloria; y por las palabras "A la derecha de Dios todopoderoso", se entiende que tiene el mismo poder que su Padre. Las palabras : "De donde vendrá juzgar a los vivos y a los muertos" significan que en el fin del mundo, Jesucristo vendrá visiblemente y con gran majestad, a juzgar a todos los hombres, y retribuirá a cada uno según sus obras. En el juicio general, después del Juicio particular Jesucristo manifestará las virtudes de los buenos y los crímenes de los malvados, para confusión de unos, para la gloria de otros, y para el triunfo de la justicia y de su poder.]] | [[Archivo:Pag 52.png|700px|thumb|center| De la Ascensión de Nuestro Señor y del Juicio final. Las palabras "Y subió a los cielos" significan que el cuadragésimo día después de su resurrección, Jesucristo se elevó al cielo, por su propio poder, en presencia de un gran número de sus discípulos. Por las palabras "Y está sentado", se entiende que Jesucristo entró al cielo como en el lugar de su descanso y de su gloria; y por las palabras "A la derecha de Dios todopoderoso", se entiende que tiene el mismo poder que su Padre. Las palabras : "De donde vendrá juzgar a los vivos y a los muertos" significan que en el fin del mundo, Jesucristo vendrá visiblemente y con gran majestad, a juzgar a todos los hombres, y retribuirá a cada uno según sus obras. En el juicio general, después del Juicio particular Jesucristo manifestará las virtudes de los buenos y los crímenes de los malvados, para confusión de unos, para la gloria de otros, y para el triunfo de la justicia y de su poder.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 53.jpg|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 53.jpg|700px|thumb|center| Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de parte del Padre, él dará testimonio de mí.]] |
[[Archivo:Pag 54.png|700px|thumb|center| El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo. El Espíritu santo descendió visiblemente sobre la tierra, el día del bautismo de Nuestro Señor, bajo la figura de una paloma, y descendió también sobre los Apóstoles, en forma de lenguas de fuego, el día de Pentecostés. Los efectos que el Espíritu Santo produjo en los Apóstoles fueron: que les dio la perfecta inteligencia de las verdades que habían aprendido de Nuestro señor, y les inspiró un celo ardiente para anunciarlas al mundo. El Espíritu Santo se comunica invisiblemente también a cada uno de nosotros por la gracias, principalmente en el sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo está en el cielo, sobre la tierra y en todos los lugares; pero habita de una manera especial en el alma de los justos. Debemos rezar a menudo al Espíritu Santo, porque sin su auxilio , nada podemos hacer para nuestra salvación.]] | [[Archivo:Pag 54.png|700px|thumb|center| El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo. El Espíritu santo descendió visiblemente sobre la tierra, el día del bautismo de Nuestro Señor, bajo la figura de una paloma, y descendió también sobre los Apóstoles, en forma de lenguas de fuego, el día de Pentecostés. Los efectos que el Espíritu Santo produjo en los Apóstoles fueron: que les dio la perfecta inteligencia de las verdades que habían aprendido de Nuestro señor, y les inspiró un celo ardiente para anunciarlas al mundo. El Espíritu Santo se comunica invisiblemente también a cada uno de nosotros por la gracias, principalmente en el sacramento de la Confirmación. El Espíritu Santo está en el cielo, sobre la tierra y en todos los lugares; pero habita de una manera especial en el alma de los justos. Debemos rezar a menudo al Espíritu Santo, porque sin su auxilio , nada podemos hacer para nuestra salvación.]] |