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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Visiones y apariciones»

De Enciclopedia Católica

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(Visiones de demonios)
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Este artículo tratará, no con las visiones naturales, sino con las [[orden sobrenatural|sobrenaturales]], es decir, visiones debidas a la intervención directa de un poder superior al [[hombre]].  El [[cardenal]] [[Giovanni Bona | Bona]] (De discret. Spir., XV, n. 2) distingue entre visiones y apariciones.  Hay una “aparición” cuando no sabemos si la figura que vemos se relaciona con un ser real; una “visión” cuando la relacionamos con un ser real.  Al igual que la [[mayoría]] de los [[misticismo|místicos]] consideraremos estos términos como sinónimos. 
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Vea el artículo [[visiones |VISIONES]].
 
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==Tres tipos de visiones==
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Desde [[Vida de San Agustín de Hipona|San Agustín]] (De gen. ad litt., 1. XII, VII, n. 16) los escritores místicos han concurrido en dividir las visiones en corpóreas, [[imaginación|imaginativas]] e [[intelecto|intelectuales]].
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===Visiones corpóreas===
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La visión corpórea es una manifestación [[orden sobrenatural|sobrenatural]] de un objeto a los ojos del cuerpo.  Puede realizarse de dos maneras: o bien una figura realmente presente golpea la retina y allí determina el fenómeno físico de la visión, o un agente superior al hombre modifica directamente el órgano de la vista y produce en el compuesto una sensación equivalente a la producida por un objeto externo.  Según las autoridades la primera es la forma habitual; corresponde a la [[creencia]] invencible del vidente, por ejemplo, [[Santa Bernardina Soubirous|Bernardita]] en [[Lourdes]]; implica un mínimo de intervención [[milagro]]sa si la visión es prolongada o si es común a varias [[persona]]s.  Pero la presencia de una figura externa puede entenderse de dos maneras.  A veces se presentará la propia [[substancia]] del ser o la persona; otras veces será simplemente una apariencia consistente en una cierta disposición de los rayos luminosos.  Lo primero puede ser cierto para personas vivas e incluso, parecería, de los nuevos cuerpos [[gloria|gloriosos]] de [[Jesucristo|Cristo]] y [[María]], los cuales por el eminentemente probable fenómeno de [[bilocación]] pueden hacerse presentes al hombre sin dejar su [[cielo|morada de gloria]].    La segunda se realiza en la aparición corpórea de los muertos  no resucitados o de los [[espíritu]]s puros.
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===Visiones imaginativas===
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La visión imaginativa es la representación sensible de un objeto sólo por la acción de la [[imaginación]], sin la ayuda del órgano de la vista.  A veces el sujeto es consciente de que el objeto existe sólo en su imaginación, que es una imagen puramente reproducida o compuesta.  A veces la proyecta invenciblemente afuera, lo cual es el caso de la alucinación [[orden sobrenatural|sobrenatural]].  En la visión imaginativa natural la imaginación es movida a la acción únicamente por un agente natural, la [[voluntad]] del sujeto, una fuerza interna o externa; pero en la visión imaginativa sobrenatural un agente superior al hombre actúa directamente ya sea en la imaginación misma o en ciertas fuerzas calculadas para estimular la imaginación.  La señal de que estas imágenes vienen de [[Dios]] se encuentra, aparte de su viveza particular, en las luces y [[gracia]]s de [[santidad]] sincera que las acompañan, y en el hecho de que el sujeto es incapaz de definir o fijar los elementos de la visión.  Estos esfuerzos a menudo resultan en el cese o la limitación de la visión.  Las apariciones imaginativas por lo general son de corta duración, ya sea porque el organismo humano es incapaz de soportar por un largo tiempo la [[violencia]] que se le hace, o porque las visiones imaginativas pronto dan lugar a las visiones [[intelecto|intelectuales]].  Este tipo de visiones se presentan con mayor frecuencia durante el [[interpretación de los sueños|sueño]], como fueron los sueños de [[Faraón]] y [[Nabucodonosor]] ([[Génesis]] 41, [[Libro de Daniel|Daniel]] 2).  El [[cardenal]] [[Giovanni Bona | Bona]] da varias razones de conveniencia para esta frecuencia: durante el sueño el [[alma]] está menos dividida por la multiplicidad de pensamientos, es más pasiva, más inclinada a aceptar, y menos inclinada a la controversia, en el [[silencio]] de los sentidos las imágenes hacen una impresión más vívida.
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A menudo es difícil decidir si la visión es corpórea o imaginativa.  Sin [[duda]], es corpórea (o extrínseca) si produce efectos externos, tales como las marcas de quemado dejadas en un objeto por el paso del [[diablo]].  Es imaginativa si, por ejemplo, la imagen persiste después de que uno ha cerrado los ojos, o si no hay rastros de los efectos externos que debió haber producido, por ejemplo, cuando una bola de fuego aparece sobre la cabeza de una [[persona]] sin lastimarla.  El momento más propicio para estas visiones es el estado de [[éxtasis]], cuando el ejercicio de los sentidos externos se suspende.  Sin embargo, aunque la cuestión se ha debatido entre los [[misticismo|místicos]], parece que también pueden producirse fuera de ese estado.  Esta es la opinión de [[Álvarez de Paz]] (De grad. contemp., 1., V, art. III, CII, t. 6) y del [[Papa Benedicto XIV]] (De servorum Dei beatif., 1. III, c. I, n. 1). 
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La visión imaginativa puede ser representativa o [[simbolismo|simbólica]].  Es representativa cuando presenta una imagen del mismo objeto que va a dar a conocer.  Tal debió ser la aparición a [[Santa Juana de Arco]], a [[Santa Catalina de Alejandría|Santa Catalina]] y a [[Santa Margarita]], si no fue (lo cual es más probable) una visión luminosa.  Es simbólica cuando indica el objeto por medio de un signo, tal como la aparición de una escalera a [[Jacob]], la aparición del sol, la luna y las estrellas al [[patriarca]] [[José]], como lo fueron también numerosas visiones [[profecía|proféticas]].
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===Visiones intelectuales===
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Las visiones [[intelecto | intelectuales]] perciben el objeto sin una imagen sensible y las mismas se pueden aceptar aparentemente en el orden natural.    Incluso cuando afirmamos con los [[escolasticismo | escolásticos]] que toda [[idea]] se deriva de alguna imagen, no se deduce que la imagen no puede en un momento dado abandonar la idea a sí misma.  La visión intelectual es del [[orden sobrenatural]] cuando el objeto conocido supera el campo natural de la comprensión, por ejemplo, la [[esencia y existencia | esencia]] del [[alma]], cierta existencia del estado de [[gracia santificante | gracia]] en el sujeto u otro, la [[naturaleza y atributos de Dios | naturaleza]] íntima de [[Dios]] y la [[Santísima Trinidad | Trinidad]]; cuando se prolonga por un período de [[tiempo]] considerable ([[Santa Teresa de Ávila|Santa Teresa]] dice que puede durar más de un año).  Se puede reconocer la intervención de Dios especialmente por sus efectos, luz persistente, [[amor]] divino, paz en el alma, inclinación hacia las cosas de Dios, frutos constantes de [[santidad]]. 
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La visión intelectual se lleva a cabo en el entendimiento puro, y no en la facultad de razonar.  Si el objeto percibido se encuentra dentro de la esfera de la [[razón]], la visión intelectual del orden sobrenatural se lleva a cabo, según los escolásticos, por medio de las especies adquiridas por el [[intelecto]], pero aplicadas por el mismo Dios o iluminadas especialmente por Dios.  Si no está dentro del rango de la razón, se lleva a cabo por la infusión [[milagro]]sa en la [[mente]] de nuevas especies.  Es una pregunta abierta si en las visiones intelectuales de orden superior el entendimiento no percibe las cosas divinas sin la ayuda de las especies.  En este tipo de operación que el objeto o el hecho se percibe como [[verdad]] y realidad, y esto con la garantía y [[certeza]] muy superior a la que acompaña a la visión corpórea más manifiesta.  De acuerdo con Santa Teresa "No vemos nada, ya sea interior o exteriormente... pero sin ver nada el alma concibe el objeto y siente de dónde es más claramente que si lo viese, salvo que no se le muestra nada en particular. Es como sentir a alguien cerca de uno en un lugar oscuro "(primera carta a Padre Rodrigo Álvarez).” 
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Este es el sentido de la presencia, para usar la expresión de los escritores modernos.  Y otra vez: "Pocas veces he visto al [[diablo]] bajo cualquier forma, pero a menudo se me ha aparecido sin forma, como es el caso en las visiones intelectuales, cuando, como he dicho, el alma percibe claramente presente a alguien, a  pesar de que no lo percibe bajo ninguna forma" (Vida, 31). 
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La visión es a veces clara, a veces borrosa.  La primera atestigua de la presencia del objeto sin definir cualquier elemento.  "En la [[fiestas eclesiásticas|fiesta]] del glorioso [[San Pedro]]", escribe [[Santa Teresa de Ávila|Santa Teresa]], "estando en [[oración]], vi, o más bien (porque yo no vi nada, ni con los ojos del cuerpo ni con los del [[alma]]) sentí a mi [[Jesucristo|Salvador]] cerca de mí y vi que era Él quien me hablaba" (Vida, 27).
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A cierto grado de altura o profundidad, la visión se vuelve indescriptible, inexpresable en el lenguaje humano.  [[San Pablo]], arrebatado hasta el tercer [[cielo]], fue instruido en los [[misterio]]s que no está en el poder del alma relatar (2 [[Epístolas a los Corintios|Cor.]] 12,4).  Sin embargo, no hay ocasión para acusar a los [[misticismo | místicos]] de [[agnosticismo]].  Su agnosticismo, si así puede decirse, es meramente verbal.  Lo inefable no es lo incomprensible.  Desde [[Dionisio el Pseudo-Areopagita]], los místicos han tenido la costumbre de designar a la profundidad de la realidad Divina con términos negativos.  La aceptación de la impotencia del lenguaje humano no les impide decir, como lo hizo [[San Ignacio de Loyola | San Ignacio]], por ejemplo, que lo que han visto de la [[Santísima Trinidad | Trinidad]] sería suficiente para establecer su [[fe]], aun cuando los [[Evangelios]] desapareciesen.  Es imposible establecer un paralelo entre el grado de espiritualidad de la visión y el grado del estado místico o la [[santidad]] del sujeto.  Las visiones imaginativas e incluso las corpóreas pueden continuar en el más avanzado estado de unión, como parece haber sido el caso de Santa Teresa.  Sin embargo, las visiones intelectuales del [[orden sobrenatural]], como el misterio de la Trinidad, señalan indiscutiblemente a un muy alto grado de unión mística.
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==Visiones de demonios==
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Desde el día en que, en el [[paraíso terrenal]], el enemigo de la [[raza humana]] tomó la forma de una serpiente para tentar a nuestros primeros [[padres]], el [[diablo]] a menudo se muestra a los hombres en una forma sensible.  Son bien conocidas las luchas de [[San Antonio]] en el [[desierto]] contra los ataques visibles del enemigo ([[San Atanasio]], "Vita S. Antonii", PG XXIV ss.), así como en los [[tiempo]]s modernos están los ataques visibles del diablo contra [[San Juan Bautista María Vianney]], el cura de Ars (Alfred Monnin, Life).  Como dice [[San Pablo]]  (2 [[Epístolas a los Corintios|Cor.]] 11,14), [[Satanás]] a menudo se disfraza como [[ángeles | ángel]] de luz para seducir a las [[alma]]s. 
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[[Sulpicio Severo]] nos ha conservado el relato de un intento de este tipo contra [[San Martín de Tours | San Martín]].  Un día el [[Comunión de los Santos | santo]] vio en su celda, rodeado de una luz deslumbrante, a un joven vestido con una prenda real, con la cabeza rodeada por una diadema.  San Martín se quedó sorprendido y en [[silencio]].  "Reconoce", le dijo la aparición, "lo que ves. Yo soy [[Jesucristo | Cristo]] a punto de descender sobre la tierra, pero yo quería antes mostraré a ti".    San Martín no contestó.  “Martín”, continuó la aparición, “¿por qué vacilas en reconocer lo que ves?  Yo soy Cristo.”  Luego Martín dijo:  “El Señor Jesucristo no dijo que regresaría en vestido de púrpura y con una corona.  No reconoceré a mi Salvador a menos que lo vea tal como sufrió, con los [[estigmas]] y la [[cruz]].”  Entonces el fantasma diabólico se desvaneció, dejando tras de sí un intolerable hedor (De Vita Martini). 
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[[John Henry Newman|Newman]] ha dado una interpretación de esta visión para su propio período (Martín y Máximo, 206).  El mejor modo de juzgar el origen de estas manifestaciones es el dado por [[San Ignacio de Loyola | San Ignacio]], es decir, examinar la serie de incidentes; dará un buen resultado el cuestionarse uno mismo respecto al comienzo, medio y final (Spiritual Exercises:  Rules for the Discernment of Spirits, 5ª).
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==Evocación de los muertos y espiritismo==
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En 1 [[Libros de Samuel|Samuel]] 28 dice que [[Saúl]], cuando fue derrotado por los [[filisteos]], fue donde la [[brujería|bruja]] de Endor y le pidió que le trajera el [[espíritu]] de Samuel, y el espíritu salió de la tirra y le reveló a Saúl que [[Dios]] estaba [[ira|enojado]] con él porque había perdonado a [[Amalec]].  Numerosos cultos [[paganismo|paganos]] practicaban la evocación de los muertos; los [[arte oculto, ocultismo|magos]] la practicaban en la [[Edad Media]], y en los [[tiempo]]s modernos los mediums o espiritistas se han tomado la tarea de comunicarse con las [[alma]]s de los muertos o con espíritus encarnados (vea [[espiritismo]]).  [[la Iglesia|La Iglesia]] [[católico|Católica]] en varias ocasiones ha condenado la práctica del magnetismo y el espiritismo, en la medida en que esta prática evoca a los muertos y puede llamar a la acción [[demonios|espíritus malvados]].  Pero nunca ha declarado que cada operación nos pone en relación real con los espíritus de los muertos o un espíritu malo.  Las principales condenas son las del Santo Oficio, 4 de agosto de 1856; 21 de abril de 1841; 30 de marzo de 1898.  (Vea también Acta Concil. Baltim., II (Col. Lac., III, 406)
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'''Fuente''':  Roure, Lucien. "Visions and Apparitions." The Catholic Encyclopedia. Vol. 15. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/15477a.htm>.
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Traducido por Luz María Hernández Medina. rc
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Última revisión de 19:30 25 dic 2019

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