Diferencia entre revisiones de «Catecismo ilustrado de la Historia Sagrada»
De Enciclopedia Católica
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1. Jurar en vano, 2. Blasfemar, 3. Hacer imprecaciones, 4. Faltar a los votos que se ha hecho. Jurar o hacer jurar es tomar a Dios como testigo de la verdad de lo que se afirma o de lo que se promete. Está permitido hacer juramentos en circunstancias graves, por ejemplo cuando se es llamado a la corte de justicia, o cuando el juramento es el único medio de probar la verdad. Jurar en vano es: 1. Prestar juramento sin necesidad, 2. Afirmar mediante juramento lo que se sabe que es falso, se llama perjurio, 3. comprometerse mediante juramento a realizar algo prohibido. Aquel que ja jurado hacer algo prohibido no está obligado a cumplir su juramento, porque ha cometido una falta al hacerlo, y cometería una nueva al cumplirla. Blasfemar, es decir palabras injuriosas contra Dios o contra los Santos, es, en particular profanar el santo nombre de Dios. Hacer imprecaciones, es pronunciar maldiciones contra sí mismo, contra los hombres o contra las creaturas. Un voto es una promesa que se hace a Dios, con intención de obligarse rigurosamente. es un gran pecado no cumplir los votos que se hacen. No debe hacerse ningún voto sin antes haber reflexionado bien, y sin haber pedido consejo.]] | 1. Jurar en vano, 2. Blasfemar, 3. Hacer imprecaciones, 4. Faltar a los votos que se ha hecho. Jurar o hacer jurar es tomar a Dios como testigo de la verdad de lo que se afirma o de lo que se promete. Está permitido hacer juramentos en circunstancias graves, por ejemplo cuando se es llamado a la corte de justicia, o cuando el juramento es el único medio de probar la verdad. Jurar en vano es: 1. Prestar juramento sin necesidad, 2. Afirmar mediante juramento lo que se sabe que es falso, se llama perjurio, 3. comprometerse mediante juramento a realizar algo prohibido. Aquel que ja jurado hacer algo prohibido no está obligado a cumplir su juramento, porque ha cometido una falta al hacerlo, y cometería una nueva al cumplirla. Blasfemar, es decir palabras injuriosas contra Dios o contra los Santos, es, en particular profanar el santo nombre de Dios. Hacer imprecaciones, es pronunciar maldiciones contra sí mismo, contra los hombres o contra las creaturas. Un voto es una promesa que se hace a Dios, con intención de obligarse rigurosamente. es un gran pecado no cumplir los votos que se hacen. No debe hacerse ningún voto sin antes haber reflexionado bien, y sin haber pedido consejo.]] | ||
− | [[Archivo:Pag 131.png|700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 131.png|700px|thumb|center|Del Tercer Mandamiento.Guardarás los Los Domingos, sirviendo a Dios devotamente. Mientras sus servidores dormían, su enemigo vino, sembró la cizaña en medio del trigo, y se fue.]] |
[[Archivo:Pag 132.png|700px|thumb|center|Mediante el tercer mandamiento, nos orden santificar el día del Señor. Antes de la venida de Jesucristo era el sábado, en memoria del descanso de Dios, después de que hubo creado el mundo; ahora, es el Domingo, en honor de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. | [[Archivo:Pag 132.png|700px|thumb|center|Mediante el tercer mandamiento, nos orden santificar el día del Señor. Antes de la venida de Jesucristo era el sábado, en memoria del descanso de Dios, después de que hubo creado el mundo; ahora, es el Domingo, en honor de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. | ||
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− | [[Archivo:Pag 138.png |700px|thumb|center| | + | [[Archivo:Pag 138.png |700px|thumb|center| Mediante el quinto mandamiento, Dios nos prohíbe darnos la muerte o darla a los otros; nos prohíbe igualmente tener la voluntad y el deseo de hacerlo. Nunca está permitido darse la muerte, por desventurado que uno sea, porque nuestra vida pertenece a Dios, el único que tiene derecho a fijar su término. Aquel que se da la muerte, se expone a la más grave de las desgracias, ya que ordinariamente no tiene tiempo de hacer penitencia por su crimen, y porque cae sin recurso en la condenación eterna. Los que se baten en duelo cometen un doble crimen, exponiéndose a sí mismo a la muerte, y buscando darla a otros. El quinto mandamiento prohíbe también herir o golpear al prójimo, odiarlo, injuriarlo, finalmente escandalizarlo. Escandalizar al prójimo, es conducirlo al pecado por malos consejos o malos ejemplos, y exponiéndose a sí a dar la muerte a su alma ]] |
+ | [[Archivo:Pag 139.jpg|700px|thumb|center| Del sexto mandamiento. | ||
+ | No serás lujurioso ni de cuerpo ni de consentimiento. José le dijo_ ¿Cómo puedo cometer este crimen y pecar delante de mi Dios' ¿Y esta mujer, habiendo visto esa vestidura entre sus manos, y sintiéndose despreciada, llamó a lo hombres de la casa. ]] | ||
+ | [[Archivo:Pag 140..png|700px|thumb|center|Mediante el sexto mandamiento, Dios nos prohíbe los actos, las miradas y las palabras contrarias a la pureza. | ||
+ | Prohíbe además todo lo que conduce a la impureza, como las imágenes, los libros y los espectáculos deshonestos, las danzas y actuaciones inmodestas. | ||
+ | Los medios a emplear para evitar este pecado son: | ||
+ | Huir de las ocasiones peligrosas, la oración. | ||
+ | La frecuentación de Sacramentos. | ||
+ | La devoción a la Santísima Virgen y la confesión frecuente. | ||
+ | De la Confesión. | ||
+ | La Confesión es una acusación de los pecados personales a un sacerdote aprobado para conceder la absolución. | ||
+ | Fue nuestro Señor Jesucristo quien estableció la Confesión, cuando dio a sus ministros el poder de perdonar o retener los pecados. | ||
+ | Hay que confesar los pecados, porque el sacerdote no puede juzgar si debe perdonar o retener, a menos que se les haga conocer por la Confesión. | ||
+ | Se está obligado a confesar el número de pecados en la medida en que pueda ser recordados, lo mismo que las circunstancias que cambian la especie o aumenten considerablemente la malicia. | ||
+ | Es un mal inmenso ocultar voluntariamente un pecado mortal en confesión, porque aquel que lo hace comete un sacrilegio si recibe la absolución; y los pecados que acusó no le han sido perdonados. Los pecados olvidados involuntariamente después de un examen serio no vuelven sacrílega la confesión; pero se les debe acusar en la próxima confesión. | ||
+ | Quien ha ocultado sus pecados o carece de contrición en sus confesiones precedentes, debe reparar lo antes posibles las confesiones mal hechas, y recibir nuevamente la absolución. No es necesario confesar los pecados veniales; pero es utilísimo hacerlo, y la absolución que se reciba aumente en nosotros la gracia.]] | ||
+ | [[Archivo:Pag 141.jpg|700px|thumb|center| Del séptimo mandamiento. | ||
+ | Simón respondiendo le dio: Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada, sin embargo, porque lo mandas arrojaré las redes. Y hecho esto, pescaron una gran cantidad de peces, y las redes se rompían.]] | ||
− | [[Archivo:Pag | + | [[Archivo:Pag 142.png|700px|thumb|center| Por el sétimo mandamiento, Dios nos prohíbe tomar retener injustamente el bien del prójimo. Los que toman injustamente el bien de otro, son los ladrones, los domésticos infieles, los mercaderes sin probidad, los usureros, los querellantes de mala fe, y generalmente todos los que engañan al prójimo. Se retiene injustamente el bien ajeno, cuando no se pagan las deudas; al no devolver un depósito que ha sido confiado, y al conservar algo que se ha encontrado sin informar a quien pertenece. Todo aquel que cause algún perjuicio al prójimo, está obligado a restituir lo más rápidamente posible lo que no le pertenece, y reparar todo el daño que haya causado injustamente. Eso es lo que exige Dios, en el Sacramento de Penitencia. De la Satisfacción. La Satisfacción es la reparación de la injuria que nuestros pecados han hecho a Dios, y del daño causado al prójimo. Se está obligado a satisfacer a Dios, aun después de haber recibido el perdón de sus pecados, porque la absolución perdona eficazmente las penas eternas del Infierno, pero no nos dispensa de las penas temporales que se han de sufrir en esta vida o en la otra. Se satisface a Dios mediante las buenas obras, como la oración, el ayuno, la limosna, pero sobre todo por la penitencia que el confesor impone. Podemos satisfacer a Dios con el trabajo y las penas de la vida, siempre y cuando las soportemos con paciencia y resignación. Se satisface al prójimo cuando se repara el daño que se ha causado en su persona, su honor o sus bienes, y al reconciliarse con él si se le ha ofendido.]] |
+ | [[Archivo:Pag 143.jpg|700px|thumb|center| Del octavo mandamiento. No levantarás falso testimonio ni mentirás.Los que fueron enviados para explorar la tierra regresaron después de cuarenta días, diciendo: La tierra que visitado devora a sus habitantes, el pueblo que hemos visto es de alta estatura ]] | ||
+ | [[Archivo:Pag 144.png|700px|thumb|center| Mediante el octavo mandamiento, Dios nos prohíbe el falso testimonio, y mentira, la calumnia, la maledicencia y el juicio temerario. Levantar un falso testimonio, es dar delante de los tribunales, un testimonio contrario a la verdad. Mentir , es hablar contra lo que se piensa, con la intención de engañar. Calumniar, es acusar a alguien de algún defecto que no tiene, o de alguna falta que no ha cometido. Mal hablar, es descubrir sin necesidad, las faltas o los defectos del prójimo. Juzgar temerariamente, es concebir una mala opinión del prójimo sin pruebas suficientes. | ||
+ | Se debe reparar el daño hecho al prójimo mediante la calumnia, limpiando el mal que se dijo contra la verdad. Se puede reparar el daño hecho al prójimo por la maledicencia, excusando sus faltas, y poniendo en relieve sus buenas cualidades.]] | ||
+ | [[Archivo:Pág 145.jpg|700px|thumb|center| Del noveno y del décimo Mandamiento. | ||
+ | No desearás la obra de la carne sino solamente en matrimonio. No deseará las cosas ajenas para tenerlas injustamente. Dijo escribió: Coloquen a Urías en la batalla en el lugar donde el peligro se más grande; y abandónenlo, con el fin de que sea herido y muera. Cuando fue Urías estuvo muerto, David, hizo entrar a su mujer en su casa, y la hizo su mujer. ]] | ||
− | [[Archivo:Pag | + | [[Archivo:Pag 146.png |700px|thumb|center|Después de haber prohibido mediante el sexto mandamiento todas las acciones contrarias a la pureza, Dios nos prohíbe, en el noveno, todos los deseos y todos los pensamientos voluntarios contra esta virtud. Dios, después de haber prohibido en el sétimo mandamiento tomar y retener injustamente el bien ajeno, prohíbe en el décimo el deseo mismo de apropiárselo por medios injustos ]] |
+ | [[Archivo:Pag 147.png |700px|thumb|center| Del primero y décimo Mandamiento de la Iglesia. Santificarás las fiestas de guardar. Oirás la Misa, e igualmente, las fiestas .Y Melquisedec, rey de Salem, ofreciendo el pan y el pino (porque era sacrificador del Dios Altísimo, le bendijo.]] | ||
+ | [[Archivo:Pag 148.png|700px|thumb|center| Los Mandamientos de la Iglesia. Estamos obligados a observar los mandamientos de la Iglesia, porque Jesucristo a declarado que desobedecer a la Iglesia, es desobedecerlo a Él mismo. La Iglesia nos ha impuesto mandamientos para dirigirnos en la observación de los mandamientos de Dios, y nos hace más fácil la práctica del Evangelio. | ||
+ | Hay seis mandamientos de la Iglesia: | ||
+ | 1) Santificarás las fiestas que son de guardar. | ||
+ | 2) Oirás la Misa los domingos, e igualmente las fiestas. | ||
+ | 3) Confesarás todos los pecados, al menos una vez al año. | ||
+ | 6) Recibirás a tu Creador Humildemente, al menos es Pascua. | ||
+ | 5) Ayunarás las Cuatro Témporas, y las vigilias. | ||
+ | 6) No comerás carne ni viernes ni sábados. | ||
+ | Por el primer mandamiento, la Iglesia nos ordena santificar las fiestas de obligación que ha instituido en honor de Nuestro Señor Jesucristo, de la Santísima Virgen y de los Santos. | ||
+ | La Iglesia ha instituido las fiestas de la Virgen y de los santos: | ||
+ | 1. Para agradecer a Dios por las gracias que ha concedido. | ||
+ | 2. Para comprometernos a rezarles y a imitar sus ejemplos. | ||
+ | Hay que santificar las fiestas de obligación, como se santifica el domingo, asistiendo a la santa Misa, y absteniéndose de obras serviles.]] | ||
+ | [[Archivo:Pag 149.jpg |700px|thumb|center| Del tercero y cuarto Mandamiento de la Iglesia. Confesarás, al menos una vez al año, todos tus pecados. Recibirás a tu Creador, humildemente en Pascuas humildemente.El señor dijo de nuevo a Moisés y a Aarón. Hablen a toda la asamblea. Al décimo día de este mes, que cada uno de ustedes tome un cordero por familia.]] | ||
− | [[Archivo:Pag | + | [[Archivo:Pag 150.jpg|700px|thumb|center| El tercer mandamiento de la Iglesia: Confesarás todos tus pecados al menos una vez al año. |
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+ | Cuarto mandamiento de la Iglesia: Recibirás humildemente a tu Creador, al menos en Pascua. Hay que hacer esta comunión en la parroquia. Es gran pecado no festejar Pascua, porque es desobedecer a la Iglesia en materia grave, despreciar el más grande beneficio de Dios y escandalizar al prójimo . | ||
+ | Al decir que hay que confesar al menos una vez al año y comulgar al menos en Pascua, la Iglesia nos hace entender que desea que los fieles se confiesen y comuniquen más a menudo. | ||
+ | La Iglesia desea que los fieles se confiesen y comulguen más a menudo. | ||
+ | La Iglesia desea que los fieles se confiesen y comulguen más a menudo porque es difícil vivir cristianamente si solo se confiesa y comulga una vez al año. | ||
+ | Estamos rigurosamente obligados a comulgar cada año, en tiempo de Pascua, y cuando estamos gravemente enfermos, aunque la intención de la Iglesia es que los fieles comulguen más a menudo, y especialmente en las principales fiestas del año. | ||
+ | La Sagrada Comunión nos une estrechamente a Jesucristo, aumenta en nosotros la vida de gracia, debilita nuestras pasiones, y es para nosotros prenda de la resurrección gloriosa. | ||
+ | Estos son los efectos que produce en nosotros la Sagrada Comunión, pero no produce estos dichosos efectos sino en aquellos que comulgan con las disposiciones convenientes ]] | ||
− | [[Archivo:Pag | + | [[Archivo:Pag 151.png|700px|thumb|center| Del quinto y del sexto Mandamiento de la Iglesia. Ayunarás enteramente cuatro Témporas, Vigilias y Cuaresmas. Dijo Daniel: Pruebe a sus servidores, se lo ruego, durante diez días y que no se nos de más que legumbres y agua para beber. Y después de esto mire nuestros rostros y los rostros y de los jóvenes que se nutren de la mesa del rey. ]] |
+ | [[Archivo:Pag 152.jpg|700px|thumb|center| Mediante el quinto mandamiento, ayunarás las cuatro témporas, las vigilias y la Cuaresma, la Iglesia nos ordena ayunar y adelgazar los días de las Cuatro Témporas, la víspera de ciertas fiestas y los cuarenta días de Cuaresma. | ||
+ | Ayunar es tomar una sola comida, aunque está permitido agregar una ligera colación. | ||
+ | La ley del ayuno obliga a todos los fieles que tienen veintiún años cumplidos, y que no tengan ni impedimentos ni dispensas legítimas. | ||
+ | El ayuno de cuatro témporas fue establecido para santificar, mediante la penitencia las cuatro estaciones del año, atraer las bendiciones de Dios sobre los frutos de la tierra, y obtener sus gracias por las ordenaciones que se hacen cada sábado de las Cuatro Témporas. | ||
+ | Se ayuna la víspera de ciertas fiestas para disponerse mediante a celebrarlas bien. | ||
+ | La Iglesia instituyó el ayuno de Cuaresma para honrar e imitar el ayuno de Nuestro Señor en el desierto y para prepararnos mejor, mediante la penitencia a la gran fiesta de Pascua. | ||
+ | Mediante el sexto mandamiento, No comerás carne ni viernes ni sábado, la Iglesia nos prohíbe usar, sin necesidad, alimentos grasos el viernes y el sábado. | ||
+ | La Iglesia estableció la abstinencia del viernes y del sábado, para honrar la muerte y la sepultura de Nuestro Señor, y recordarnos cada semana, la necesidad de hacer penitencia]] | ||
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− | [[Archivo:Pag | + | [[Archivo:Pag 153.jpg|700px|thumb|center| De los Sacramentos. Jesús dijo a los discípulos: La paz este vosotros . Como mi Padre me envió, yo os envío a ustedes. ]] |
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[[Archivo:Pag 159.jpg|700px|thumb|center| De la Eucaristía. En la mesa tomó el pan y lo bendijo, lo partió y se los dio. ]] | [[Archivo:Pag 159.jpg|700px|thumb|center| De la Eucaristía. En la mesa tomó el pan y lo bendijo, lo partió y se los dio. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 160.png|700px|thumb|center|La Eucaristía es un Sacramento que contiene realmente y substancialmente el Cuerpo, la Sangre el alma la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo bajo las especies o apariencias del pan y del vino. Nuestro Señor instituyó el Sacramento de la Eucaristía el Jueves Santo, la víspera de su muerte. Para instituir el Sacramento de la Eucaristía Nuestro Señor tomó pan, lo bendijo y lo dio a sus Apóstoles, diciendo: Tomad y comed, esto es mi Cuerpo. Mediante estas palabras: Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre, Jesucristo hizo el más grande de todos los milagros, porque cambió el pan en su Cuerpo y el vino en su Sangre. Nuestro Señor agregó estas palabras: Haced esto en memoria mía. para dar a a los Apóstoles, a los Obispos y a los Sacerdotes el poder de cambiar como Él, el pan y el vino en su Cuerpo y el vino en su Sangre. El cambio de pal pan y del vino en Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo se hace en el Sacrificio de la Misa, cuando en el momento de la consagración, el sacerdote pronuncia las mismas palabras de Jesucristo: Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre. Después de la consagración, sobre el Altar no queda más ni pan ni vino, sino las apariencias. Se llama es especies o apariencias de pan y vino, lo que parece a nuestros sentidos, como el color, la forma y el sabor de pan y de vino. Jesucristo está del todo entero en cada una de las dos especies, del todo entero en la especie de pan, y todo entero bajo la especie de vino; la más pequeña parte de las santas Especies lo contienen del todo entero, tanto como la más grande. Jesucristo no abandona el Cielo para venir a la Sagrada Eucaristía; está simultáneamente en el Cielo y en cada una de las hostias consagradas. Debemos adorar el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor en la Eucaristía, porque ese Cuerpo y esa Sangre están inseparablemente unidas a la Divinidad. | ||
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+ | Nuestro Señor instituyó la Sagrada Eucaristía bajo las especies de pan y vini para mostrarnos que quiere ser el alimento de nuestras almas mediante la Comunión, como el pan y el vino son el alimento de nuestro cuerpo. | ||
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+ | Es el verdadero Cuerpo de Jesucristo lo que se recibe en la santa Comunión, porque se recibe el mismo Cuerpo que Jesucristo tomo en el seno de su santísima Madre, el mismo que fue clavado en la Cruz. | ||
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+ | Hay una única, que el Cuerpo de Nuestro Señor está ahora resucitado y en estado glorioso y oculto a nuestros sentidos. | ||
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+ | El fiel que comulga solamente bajo la especie de pan, recibe lo mismo que el Sacerdote que comulga bajo las dos especies, puesto que recibe a Jesucristo todo entero. ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 161.jpg|700px|thumb|center|Del sacramento de la extrema Unción. Un hombre cayó en mano de ladrones. Pero un samaritano que viajaba, iba hacia ese lugar, y viéndolo, tuvo compasión de él. Y acercándose, vendó sus heridas y le aplicó aceite y vino ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 162.jpg|700px|thumb|center| La Extrema Unción es un Sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para el alivio espiritual y corporal de los enfermos. El alivio espiritual que procura la Extrema Unción consiste en que termina de purificarnos de nuestros pecados, nos fortifica contra las tentaciones, y nos ayuda a morir santamente. El alivio corporal que procura la Extrema Unción consiste en que suaviza los sufrimientos de los enfermos, e incluso les devuelve la salud del cuerpo, si Dios lo juzga útil a la salvación de sus almas. Administrando la Extrema Unción, el sacerdote unge las diferentes partes del cuerpo, para obtener de Dios el perdón de los pecados que el enfermo cometió mediante todos sus sentidos. Las disposiciones necesarias para recibir la Extrema Unción son: 1) Estar preparado, cuando se pueda, por el Sacramento de Penitencia. 2. Recibirla con sentimientos de contrición, de confianza en Dios, y de sumisión a su voluntad.]No hay que esperar hasta el último momento para recibir la Extrema Unción, sino que hay que recurrir a este Sacramento desde el momento en que se esté gravemente enfermo, con el fin de recibirlo con el mayor fruto, y de no exponerse a estar privado de él. Hay obligación de advertir a los enfermos que es momento de recibir los últimos Sacramentos, y es el más grande servicio que se les pueda servir, ya que sin esta advertencia, se expone su salvación eterna.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 163.png|700px|thumb|center| ]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 164.png |700px|thumb|center| El Orden es un Sacramento que confiere el poder de realizar las funciones eclesiásticas, y la gracia para ejercerlas santamente. Las funciones eclesiásticas son ofrecer el santo Sacrificio de la Misa, administrar los Sacramentos y predicar la palabra de Dios. lEl poder de ejercer las funciones eclesiásticas vienen de Jesucristo, que la dio a los Apóstoles, para transmitir a los Obispos y mediante los Obispos a los Sacerdotes. | ||
+ | Los Obispos son los únicos que pueden conferir el Sacramento del Orden. Las disposiciones para recibir el Sacramento del Orden, son que hay que ser llamado por Dios al estado eclesiástico; y de ingresar en él con el único deseo de trabajar para la gloria de Dios y la salvación de las almas. Es una inmensa gloria y una gran dicha ser llamado al estado eclesiástico. Porque los sacerdotes son los ministros de Jesucristo y los dispensadores de los misterios de Dios, los pastores y los médico de las almas, los doctores de los fieles y la luz del mundo. Es una inmensa felicidad ser llamado al Sacerdocio, porque el sacerdote, por efecto de su consagración a Dios, y su separación del mundo, está al abrigo de muchos de los peligros y de las más grandes inquietudes de la vida, y porque recibe, en su unión íntima con Jesucristo, de las gracias más abundantes.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 165.png|700px|thumb|center| Del Sacramento del Matrimonio. Tomando la mano derecha de su hija, la puso en la mano derecha de Tobías, y le dijo: Que el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob, sea con ustedes, que el mismo los una y los bendiga.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 166.png|700px|thumb|center| El Matrimonio es un Sacramento que santifica la alianza del hombre y de la mujer, dándoles la gracias de vivir juntos cristianamente. El matrimonio es indisoluble, el vínculo no puede ser roto sino por la muerte. Para casarse válidamente es necesario: 1) No estar atado por ninguno de los impedimentos que anulan el Matrimonio. 2) Contraerlo delante de su párroco, y en presencia de testigos. La unión de las personas que no están casadas sino civilmente, no es legítima delante de Dios, porque no ha sido hecha según las leyes de la Iglesia; y las personas así casadas están en pecado mortal. Hay que disponerse al Sacramento del Matrimonio por medio de la oración, y por una buena confesión. La obligaciones de las personas casadas son guardarse una fidelidad inviolable, soportar recíprocamente sus defectos y dar a sus hijos una educación cristiana. Hay un estado más perfecto y más agradable a Dios que el del Matrimonio, y es el de la virginidad cristiana, y del celibato religioso.]] | ||
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+ | [[Archivo:Pag 167.jpeg|700px|thumb|center|]] | ||
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Última revisión de 17:07 5 nov 2024