Diferencia entre revisiones de «Catecismo ilustrado de la Historia Sagrada»
De Enciclopedia Católica
Línea 322: | Línea 322: | ||
[[Archivo:Pag 142.png|700px|thumb|center| Por el sétimo mandamiento, Dios nos prohíbe tomar retener injustamente el bien del prójimo. Los que toman injustamente el bien de otro, son los ladrones, los domésticos infieles, los mercaderes sin probidad, los usureros, los querellantes de mala fe, y generalmente todos los que engañan al prójimo. Se retiene injustamente el bien ajeno, cuando no se pagan las deudas; al no devolver un depósito que ha sido confiado, y al conservar algo que se ha encontrado sin informar a quien pertenece. Todo aquel que cause algún perjuicio al prójimo, está obligado a restituir lo más rápidamente posible lo que no le pertenece, y reparar todo el daño que haya causado injustamente. Eso es lo que exige Dios, en el Sacramento de Penitencia. De la Satisfacción. La Satisfacción es la reparación de la injuria que nuestros pecados han hecho a Dios, y del daño causado al prójimo. Se está obligado a satisfacer a Dios, aun después de haber recibido el perdón de sus pecados, porque la absolución perdona eficazmente las penas eternas del Infierno, pero no nos dispensa de las penas temporales que se han de sufrir en esta vida o en la otra. Se satisface a Dios mediante las buenas obras, como la oración, el ayuno, la limosna, pero sobre todo por la penitencia que el confesor impone. Podemos satisfacer a Dios con el trabajo y las penas de la vida, siempre y cuando las soportemos con paciencia y resignación. Se satisface al prójimo cuando se repara el daño que se ha causado en su persona, su honor o sus bienes, y al reconciliarse con él si se le ha ofendido.]] | [[Archivo:Pag 142.png|700px|thumb|center| Por el sétimo mandamiento, Dios nos prohíbe tomar retener injustamente el bien del prójimo. Los que toman injustamente el bien de otro, son los ladrones, los domésticos infieles, los mercaderes sin probidad, los usureros, los querellantes de mala fe, y generalmente todos los que engañan al prójimo. Se retiene injustamente el bien ajeno, cuando no se pagan las deudas; al no devolver un depósito que ha sido confiado, y al conservar algo que se ha encontrado sin informar a quien pertenece. Todo aquel que cause algún perjuicio al prójimo, está obligado a restituir lo más rápidamente posible lo que no le pertenece, y reparar todo el daño que haya causado injustamente. Eso es lo que exige Dios, en el Sacramento de Penitencia. De la Satisfacción. La Satisfacción es la reparación de la injuria que nuestros pecados han hecho a Dios, y del daño causado al prójimo. Se está obligado a satisfacer a Dios, aun después de haber recibido el perdón de sus pecados, porque la absolución perdona eficazmente las penas eternas del Infierno, pero no nos dispensa de las penas temporales que se han de sufrir en esta vida o en la otra. Se satisface a Dios mediante las buenas obras, como la oración, el ayuno, la limosna, pero sobre todo por la penitencia que el confesor impone. Podemos satisfacer a Dios con el trabajo y las penas de la vida, siempre y cuando las soportemos con paciencia y resignación. Se satisface al prójimo cuando se repara el daño que se ha causado en su persona, su honor o sus bienes, y al reconciliarse con él si se le ha ofendido.]] | ||
− | + | [[Archivo:Pag 143.jpg|700px|thumb|center| Del octavo mandamiento. No levantarás falso testimonio ni mentirás.Los que fueron enviados para explorar la tierra regresaron después de cuarenta días, diciendo: La tierra que visitado devora a sus habitantes, el pueblo que hemos visto es de alta estatura ]] | |
− | + | ||
[[Archivo:Pag 144.png|700px|thumb|center| Mediante el octavo mandamiento, Dios nos prohíbe el falso testimonio, y mentira, la calumnia, la maledicencia y el juicio temerario. Levantar un falso testimonio, es dar delante de los tribunales, un testimonio contrario a la verdad. Mentir , es hablar contra lo que se piensa, con la intención de engañar. Calumniar, es acusar a alguien de algún defecto que no tiene, o de alguna falta que no ha cometido. Mal hablar, es descubrir sin necesidad, las faltas o los defectos del prójimo. Juzgar temerariamente, es concebir una mala opinión del prójimo sin pruebas suficientes. | [[Archivo:Pag 144.png|700px|thumb|center| Mediante el octavo mandamiento, Dios nos prohíbe el falso testimonio, y mentira, la calumnia, la maledicencia y el juicio temerario. Levantar un falso testimonio, es dar delante de los tribunales, un testimonio contrario a la verdad. Mentir , es hablar contra lo que se piensa, con la intención de engañar. Calumniar, es acusar a alguien de algún defecto que no tiene, o de alguna falta que no ha cometido. Mal hablar, es descubrir sin necesidad, las faltas o los defectos del prójimo. Juzgar temerariamente, es concebir una mala opinión del prójimo sin pruebas suficientes. |
Revisión de 13:37 16 sep 2024