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Viernes, 19 de abril de 2024

Nicho

De Enciclopedia Católica

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Un nicho es un hueco para la recepción de una estatua, diseñado de manera que le dé énfasis, la enmarque de manera efectiva y le ofrezca alguna medida de protección. Casi no existía antes del siglo XII, y es una de las principales características decorativas de la arquitectura gótica.

El uso constante y a menudo generoso de imágenes escultóricas de los santos era una parte esencial del gran estilo que expresaría tan perfectamente la fe católica, y que tuvo sus inicios en Normandía como consecuencia de la gran reforma cluniacense; y desde el momento que el bajorrelieve ásperamente cincelado se intensificó hasta llegar a la figura redonda y separada, el infalible instinto artístico de los constructores medievales les enseñó ---como les había enseñado a los griegos--- que la escultura se convierte en figura arquitectónica sólo cuando se incorpora a la construcción de la que forma parte, por medio de las formas arquitectónicas circundantes que armonizan con la construcción misma.

En la obra románica este marco es poco más que fustes lindantes que sostienen un arco, y en el que la estatua es tratada como un accesorio, y que se le daba lugar cada vez que aparecía un espacio de pared lisa entre las columnas y los arcos de la decoración estructural. La comodidad, la corrección y la belleza de la disposición fueron evidentes de inmediato, sin embargo, y de allí hacia adelante el desarrollo del nicho como una forma arquitectónica independiente fue constante y rápido. No sólo el nicho con dosel asimilaba la estatua en la entidad arquitectónica y le brindaba esa protección de la intemperie tan necesaria en el norte, sino que también, junto con la estatua en sí, producía una de las más ricas composiciones de línea, luz y la sombra conocidas en el arte. Los arquitectos medievales se dieron cuenta de esto y se apoderaron de él con avidez, utilizándolo casi como su principal medio para la obtención de esos lugares y espacios de rica decoración que le daba el toque final de perfección a sus maravillosas construcciones.

En el siglo XIII se hizo una cavidad en la pared para alojar la estatua, los fustes lindantes se convirtieron en soportes independientes para un dosel arqueado rematado en aguilón, mientras que se introdujo el pedestal, para empatar aún más la escultura en la arquitectura. Más tarde, la sección del alféizar se volvió hexagonal u octogonal, el dosel arqueado fue lobulado, el frontón fue enriquecido con ornamentos y pináculos, y, finalmente, en los siglos XIV y XV, todo el rasgo se convirtió casi en una composición independiente, el dosel se convirtió en una cosa de maravillosa complejidad y riqueza, mientras que fue prodigado en casi todas las partes del edificio, desde las puertas hasta las torres, y tanto dentro como fuera. La iconoclasia protestante y revolucionaria dejó fuera de Francia pocos ejemplos de nichos debidamente ocupados por sus estatuas originales, pero en tales obras maestras de arte como las catedrales de París, Chartres, Amiens y Reims se puede ver en su máxima perfección estas manifestaciones singulares de la sutileza y el refinamiento del arte perfecto de la civilización católica.


Fuente: Cram, Ralph Adams. "Niche." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. 22 Mar. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/11053b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina.