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Viernes, 29 de marzo de 2024

Vedas

De Enciclopedia Católica

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Los libros sagrados de la India antigua. La palabra sánscrita veda significa “conocimiento”; particularmente “libros sagrados”. En su sentido más amplio este término no sólo designa los textos sagrados, sino también la voluminosa literatura teológica y filosófica adjunta: los Brahmanas, Aranyakas, Upanishads y Sutras (ver BRAHMANISMO). El término veda normalmente se aplica a las cuatro colecciones (samhitas) de himnos y oraciones compuestas con diferentes propósitos rituales: el Rig-Veda, el Sama-Veda, el Yajur-Veda, y el Atharva-Veda. De éstos, sólo los primeros tres fueron considerados originalmente como canónicos; el cuarto obtuvo esta posición tras una gran lucha. El lenguaje de los Vedas no es un dialecto meramente popular sino un lenguaje literario artificial totalmente perfeccionado. Se parece al sánscrito posterior clásico del cual difiere considerablemente tanto en fonología, como en inflecciones. Aunque existen diferencias en el lenguaje de los cuatro Vedas, aun existen acuerdos en puntos cardinales como en el sánscrito posterior. El término “védico”, en uso común como la forma más antígua del lenguaje de la India, por lo tanto, aun está ampliamente justificado.

EL RIG-VEDA

("Veda de versos"; de ric, o antes de consonantes rig, "estrofa de alabanza") Es el libro más antíguo e importante de estas colecciones. En su forma presente contiene 1028 himnos (inlcuyendo once suplementarios en el libro octavo), arreglados en diez mandalas (ciclos) - o libros -, los cuales varían en extension. Sólo el primero y el décimo son aproximadamente iguales. Los poemas son de diferentes autores y datan de periodos completamente diferentes. De acuerdo a la opinión generalmente aceptada, el más antíguo de ellos data del 1500 a.C. cuando los conquistadores arios se esparcieron sobre el Punjab al norte de la India y ocuparon la tierra a ambos lados del Indus. Los textos demuestran que la colección es el resultado del trabajo de varias generaciones de poetas extendiéndose a través de muchos siglos. Los libros II a VII son el trabajo de un sólo poeta -o rishi (vidente)- junto con sus descendientes, siendo aptamente llamados “libros de la familia”. El libro III se le atribuye a la familia de los Vishvamitra; el libro IV a la de los Vamadeva, el V a la de los Vasishtha. Los himnos en los libros I y X fueron compuestos por diferentes familias. El noveno consiste de himnos exclusivamente dirigidos a Soma, la planta deidificada cuyo néctar fue usado para el sacrificio a Soma. Los libros II a VII son los más antíguos; el libro X, el más reciente.

La monotonía del Rig-Veda no sólo se debe a la naturaleza de su contenido mitológico, sino al hecho de que himnos hacia mismas deidades normalmente son agrupados. Es así como 500 himnos aprox. están dedicados sólo a dos dioses: a Indra, el dios de los relámpagos y tormentas, y a Agni, el dios del fuego. La adoración a la naturaleza es un rasgo marcado en la mayoría de los himnos, mismos que son invocaciones a diferentes deidades. El valor de esta gran colección es evidente: nos presenta el record más temprano de la mitología del pueblo Indo-Europeo. Varios de los dioses se remontan al tiempo de la unidad Indo-Irana, como por ejemplo Yama (el Yima Avestano), Soma (Haoma), Mitra (el Mithra persa posterior). Algunas de las divinidades -especialemente las de rango más alto- aun exhiben los atributos que nos permiten rastrear sus orígenes hasta llegar a la personificación de fenómenos naturales. Así Indra personifica el trueno; Agni, el fuego; Varuna, el mar; Surya, el sol; Ushas, el amanecer; los Maruts, la tormenta; mientras que otros siguen una personificación similar. Indra fue el dios favorito de los Arios Védicos. Casi un cuarto de todos los himnos en el Rig-Veda -mismos que se encuentran entre los mejores de la colección- están dirigidos hacia él. A Indra le sigue Agni. Los himnos que lo alaban frecuentemente son oscuros de pensamiento, pomposos en fraseología y abundan en alusiones a rituales complicados. Muchos himnos son en honor a Soma. Otros dioses invocados son los dos Ashins, un tanto parecidos al Diocsuri de la Grecia Antígua, el terrible Rudra, Parjanya el dios de la lluvia, Vayu el dios del viento, Surya el dios del sol y Pushan el protector de caminos y de vacas perdidas. Oraciones también son dirigidas a grupos de divinidades como los Adityas y los Vishve Devas (todos los dioses). Sólo unos cuantos himnos cantan las alabanzas a Vishnu y a Shiva en su forma temprana como “Rudra” aun cuando estas dos deidades se convirtieron posteriormente en dioses principales del panteón hindú. Las diosas juegan un rol menor. Sólo Ushas, la diosa del amanecer, tiene alrededor de veinte himnos en su honor. Estos poemas tienen un mérito literario excepcional.

Aun cuando el número de himnos seculares es reducido, muchos de ellos son de particular interés debido a su contenido variado. En uno de ellos (libro X, 34), un jugador lamenta su mala suerte en los dados, deplorando a la pasión maligna que lo mantiene en sus garras. En el mismo libro (X, 18) se lleva a cabo un funeral del que se puede obtener información concerniente a los ritos funerarios durante la era védica. La cremación estaba en voga, aun cuando también se usaba el entierro. También aparecen algunos acertijos y encantos u oraciones como aquéllas del Atharva-Veda. En el danastutis (alabanzas por regalos) ocasionalmente aparecen referencias históricas. En la mayoría de los casos, éstos no son poemas independientes sino estrofas de alabanza añadidas a algún himno ordinario en el cual el poeta da gracias por la generosidad recibida por parte de algún príncipe. Seis o siete himnos tratan sobre especulaciones cosmogónicas. Es significativo que algunos de los himnos, la mayoría en el libro X, están construídos en forma de diálogos. Aquí podemos discerner los inicios del drama sánscrito. La poesía del Rig-Veda no es ni popular, ni primitiva como erróneamente se ha considerado. Es tanto la producción de una clase sacerdotal refinada, como el resultado de un largo periodo de desarrollo cultural. Estaba destinada principalmente para ser usada en relación con el sacrificio soma y para acompañar un ritual que, aun cuando no era tan complicado como en el tiempo de los Brahmanes, estaba muy lejos de ser simple. El Rig-Veda ha llegado hasta nosotros en una sola revisión; aquélla de la escuela Shakala. Originalmente, sin embargo, hubo varias escuelas. El "Mahabhashya" (gran comentario), acerca del siglo II a.C., tiene conocimiento sobre veintiun escuelas mientras que escritos tardíos sólo saben de dos. En éstas se tuvo el mayor cuidado con respecto a la transmisión de los himnos. Así se concibió un sistema mnemónico (rel. a la memoria) elaborado a fin de proteger a los textos sagrados de cualquier cambio. Los textos, por lo tanto, han llegado hasta nosotros practicamente sin variantes.

Max Muller publicó ediciones del Rig-Veda, "Rig-Veda-Samhita with the Commentary of Sayancharya", Rig-Veda-Samhita con el Comentario de Sayancharya" (6 vols., Londres, 1849-74; 2a. ed., 4 vols., 1890-95); "The Hymns of the Rig-Veda in the Samhita and Pada Texts", Los Himnos del Rig-Veda en Textos Samhitas y Padas (2a. ed., 2 vols., Londres, 1877); Aufrecht, "Samhita Text", Texto Samhita, en caracteres romanos (2a. ed., Bonn, 1877); selecciones en el "Sanskrit Reader", Lector Sánscrito de Lanman's (Boston, 1884); Bothlingk, "Sanskrit-Chrestomathie", Crestomatía Sásncrita (3a. ed., Leipzig, 1897); Windisch, "Zwölf Hymnen des Rig-Veda", Doce Himnos del Rig-Veda, con el comentario de Sayana (Leipzig, 1883). Se hicieron traducciones al ingles por Griffith (2 vols., Benares, 1896-97); selecciones en prosa por Max Muller en "Sacred Books of the East" XXXII, Libros Sagrados del Este, (Oxford, 1891); continuado por Oldenburg, ibidem, XLVI (1897); Verso Alemán por Grassmann (2 vols., Leipzig, 1876-77); Prosa Alemana por Ludwig (6 vols., Praga, 1876-88). Para conocimiento general sobre el Rig-Veda ver: Kaegi, "The Rig-Veda", tr. Arrowsmith (Boston, 1886); Odenberg, "Rig- Veda", libros I-VI en "Göttinger Gesellschaft der Wissenschaften", Sociedad de las Ciencias, nuevas series, XI (Berlin, 1909).

EL SAMA-VEDA

El "Veda de cantos" consiste en 1549 estrofas tomadas del Rig-Veda de los libros VIII y IX (excepto 75). Su propósito fue puramente práctico: servirle al udgatar -o sacerdote que presidía el sacrificio soma- como libro de texto. El arreglo de estos versos quedó determinado de acuerdo a su relación con los ritos efectuados durante este sacrificio. Los himnos debían ser cantados de acuerdo a ciertas melodías fijas; de ahí el nombre de la colección. Aun cuando sólo se conocen dos revisiones, se sabe que hubo un gran número de escuelas de este veda. El Sama-Veda fue editado por Benfey, con traducción alemana (Leipzig, 1848); por Satyavrata Samashrami, en Bibl. Ind. (Calcutta, 1873); traducción al inglés por Griffith (Benares, 1893).

EL YAJUR-VEDA

El "Veda de Oraciones para Sacrificios" también consiste de versos tomados del Rig-Veda. Su propósito también fue práctico pero, a diferencia del Sama-Veda, fue compilado para ser aplicado, no solamente al ofrecimiento soma, sino al ritual de sacrificio en su totalidad. Existen dos revisiones de este Veda conocidas como el Yajur-Veda "Negro" y "Blanco". El orígen y significado de estas designaciones no es claro. El Yajur-Veda Blanco sólo contiene los versos y dichos necesarios para el sacrificio en tanto que las explicaciones se encuentran en un texto separado. El Yajur-Veda Negro incorpora explicaciones y direcciones después de cada verso a lo largo de toda la obra. Del Yajur-Veda Negro existen cuatro revisiones; todas presentando el mismo arreglo pero difiriendo en otros aspectos (notablemente en material de fonología y acentuación). Los Hindúes consideran al Yajur-Veda como el más importante de los Vedas debido a la práctica de los rituales de sacrificio. Las cuatro revisiones del Yajur-Veda han sido editadas por separado: (1) "Vajasaneyi Samhita" por Weber (Londres y Berlin, 1852), tr. Griffith (Benares, 1899); (2) "Taittiriya S." por Weber en "Indische Studien", XI, XII, Estudios Indios, XI, XII (Berlin, 1871-72); (3) "Maitrayani S." por von Schroeder (Leipzig, 1881-86); "Kathaka S." por von Schroeder (Leipzig, 1900-09).

EL ATHARVA-VEDA

El "Veda de los Atharvas o Sacerdotes del Fuego" difiere ampliamente de los demás Vedas. No es de carácter escencialmente religioso, ni guarda ninguna conexión con el ritual del sacrificio soma. Consiste en una variedad de hechizos y encantos cuyo propósito es tanto bendecir como maldecir. Contiene amuletos contra enemigos, demonios, hechiceros, animales dañinos (como las serpientes), contra enfermedades (tanto del hombre, como de la bestia) y contra los opresores de los Brahamanes. Pero también contiene amuletos para obtener beneficios como: asegurar el amor, una vida familiar feliz, salud y longevidad, protección durante viajes e incluso para la buena suerte en el juego. Las supersticiones de edades primitivas eran comunes entre las masas que incluso se pueden aducir paralelas con hechizos germánicos y eslavos. El Atharva-Veda ha sido preservado en dos revisiones que, aunque difieren en contenido y arreglo, tienen la misma extensión y contienen 730 himnos y alrededor de 6000 estrofas distribuídas en veinte libros. Muchos de los versos han sido tomados del Rig-Veda sin presentar modificación alguna. Una parte considerable de los dichos está en prosa. Los libros son de edades diferentes. Los primeros trece son los más antíguos; los últimos dos son adiciones tardías. El libro XX, que sólo consiste de himnos de alabanza para Indra, fue tomado del Rig-Veda a fin de conectar el Atharva con la ceremonia de sacrificio y así asegurar su reconocimiento como libro canónico. Pero este reconocimiento se alcanzó sólo después de un lapso de tiempo considerable y mucho después del periodo del Rig-Veda. El carácter canónico del Atharva-Veda se reconoce en el "Mahabharata" pues las referencias a los cuatro Vedas son muy frecuentes. Aun cuando esta colección tomó forma mucho después del Rig-Veda, mucho de su material es tan -o más- antíguo que este libro. Para la historia de la religión y de la civilización es un documento invaluable.

El Atharva-Veda ha sido editado por Roth y Whitney (Berlin, 1856); tr. al inglés en verso por Griffith (2 vols., Benares, 1897); prosa por Bloomfield en "Sacred Books of the East", Libros Sagrados del Este, XLII; por Whitney, revisado por Lanman (2 vols., Cambridge, Mass, 1905). Consultar a Bloomfield, "The Atharaveda" en "Grundriss der Indoarischen Philologie", II (Strasburgo, 1899). Sobre los Vedas, en general, consultar: MACDONNELL, “History of Sanskrit Literature”, Historia de Literatura Sánscrita (Nueva York, 1900), 29-201, bibl. 439-42; BAUMGARTNER, Gesch. der Weltliteratur II, Historia de la Literatura Mundial II (Freiburg, 1902); WINTERNITZ, Gesch. der indischen Literatur, I Der Veda, Historia de la Literatura India, I El Veda (Leipzig, 19050); PISCHEL, Die indische Literatur in Kultur der Gegenwart I, VII, La Literatura India en la Cultura Actual I, VII (Berlin y Leipzig, 1906), 164-174, bibl. 212.

ARTHUR F.J. REMY

Transcrito por Michael T. Barrett

Dedicado a Fr. Paneer Selvam

Traducido por Marielle Schmitz San Martín

Dedicado a mi hija Ronny Noyolocualtzin Schmitz San Martín