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Sábado, 4 de mayo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Studia Limensia Anexo VII: Simbolismos del muro de la iglesia de Santa Rosa de Lima»

De Enciclopedia Católica

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El descubrimiento de la pintura mural en la iglesia de Santa Rosa de los padres, hecho por Pro Lima, es el acontecimiento más notable, desde el hallazgo de las catacumbas de la iglesia de san Francisco de Lima. La importancia radica en que la ciudad recupera uno de sus marcadores emblemáticos olvidados, que nos permite afirmar el carácter esponsal de la Ciudad de los Reyes. Lima, está desposada con Cristo, en la persona de santa Rosa. La pintura que hoy contemplamos tiene, simultáneamente una finalidad decorativa, informativa y alegórica de las virtudes de Isabel Flores de Oliva. Porque sus virtudes son el “ornamento de la Iglesia”, dicho esto, tanto para esta iglesia material, como para la Iglesia Cuerpo Místico de Cristo. Aquí, vemos una representación de la enredadera del maracuyá, cuyas inflorescencias reciben el nombre de pasifloras. La Pasiflora es la flor del sufrimiento. Porque a simple viste parece contener  la corona de espinas, los clavos y las cinco llagas de la Pasión de Cristo. Los hagiógrafos de santa Rosa dicen que la santa Limeña comía, como penitencia, unas ensaladas preparadas con las hojas  y las semillas de esta planta, que son muy amargas. La enredadera cubre un muro de mampostería, como dijo certeramente el profesor de Arte Eduardo Vásquez Relyz. Hay que preguntarse: ¿el muro, o muros de qué?  La respuesta no puede ser otra que los muros de la ermita vecina, edificada con adobes. En la ermita del jardín doméstico, santa Rosa se recogía para disfrutar  las dulzuras espirituales de la comunión eucarística, luego de haberse preparado a través de mortificaciones corporales, de acuerdo a la ascética de su tiempo.
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Finalmente hay un dato adicional que quiero resaltar: Es la primera evidencia epigráfica de los vítores limeños. Sabíamos que el uso de ese anagrama fue moneda corriente en el virreinato, pero hasta el hallazgo de los expertos de Pro Lima no existía prueba material. El vítor era manifestación pública de júbilo y alegría con la que aplaudía a una persona o a un acontecimiento
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'''José Gálvez Krüger'''
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'''Sociedad Peruana de Historia'''

Revisión de 02:59 30 ene 2023

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El descubrimiento de la pintura mural en la iglesia de Santa Rosa de los padres, hecho por Pro Lima, es el acontecimiento más notable, desde el hallazgo de las catacumbas de la iglesia de san Francisco de Lima. La importancia radica en que la ciudad recupera uno de sus marcadores emblemáticos olvidados, que nos permite afirmar el carácter esponsal de la Ciudad de los Reyes. Lima, está desposada con Cristo, en la persona de santa Rosa. La pintura que hoy contemplamos tiene, simultáneamente una finalidad decorativa, informativa y alegórica de las virtudes de Isabel Flores de Oliva. Porque sus virtudes son el “ornamento de la Iglesia”, dicho esto, tanto para esta iglesia material, como para la Iglesia Cuerpo Místico de Cristo. Aquí, vemos una representación de la enredadera del maracuyá, cuyas inflorescencias reciben el nombre de pasifloras. La Pasiflora es la flor del sufrimiento. Porque a simple viste parece contener la corona de espinas, los clavos y las cinco llagas de la Pasión de Cristo. Los hagiógrafos de santa Rosa dicen que la santa Limeña comía, como penitencia, unas ensaladas preparadas con las hojas y las semillas de esta planta, que son muy amargas. La enredadera cubre un muro de mampostería, como dijo certeramente el profesor de Arte Eduardo Vásquez Relyz. Hay que preguntarse: ¿el muro, o muros de qué? La respuesta no puede ser otra que los muros de la ermita vecina, edificada con adobes. En la ermita del jardín doméstico, santa Rosa se recogía para disfrutar las dulzuras espirituales de la comunión eucarística, luego de haberse preparado a través de mortificaciones corporales, de acuerdo a la ascética de su tiempo. Finalmente hay un dato adicional que quiero resaltar: Es la primera evidencia epigráfica de los vítores limeños. Sabíamos que el uso de ese anagrama fue moneda corriente en el virreinato, pero hasta el hallazgo de los expertos de Pro Lima no existía prueba material. El vítor era manifestación pública de júbilo y alegría con la que aplaudía a una persona o a un acontecimiento

José Gálvez Krüger

Sociedad Peruana de Historia