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Viernes, 3 de mayo de 2024

Manasés

De Enciclopedia Católica

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El nombre de siete personas de la Biblia, una tribu de Israel, y uno de los escritos apócrifos.

LOS INDIVIDUOS

(1) MANASÉS (Heb., Sept. Manassê), el mayor de los hijos de José y de la egipcia Aseneth (Gen., xli, 50-51; xlvi, 20). El nombre significa, “el que causa olvido”. José asignó este nombre porque consideraba que había desatendido su deberes: “Dios me ha hecho olvidar todo mi trabajo y la casa de mi padre” (Gen., xli, 51). Jacob bendijo a Manasés (Gen., xlviii); pero dio preferencia al hijo más joven, Efraín. Todo ello a pesar de las protestas del padre, José, a favor de Manasés. Por medio de esta bendición, Jacob puso a Manasés y a Efraín en la misma categoría que Rubén y Simeón (versículos 3-5), y dio base para la fundación de las tribus de Manasés y Efraín.

(2) MANASÉS, esposo de Judit, muerto por insolación en Betulia (Judith, viii, 2-3).

(3) MANASÉS, un personaje en la historia de Ahikar (no en la Vulg., pero si en Sept.), nombrado por Tobías en el punto de muerte. El MS del Vaticano menciona a Manasés (Manassês) como alguien “que daba limosnas o caridades y que escapó de la muerte”. El MS Sinático no lo menciona, pero claramente se refiere a alguien que escapó a Achiacharus. Es probable que la lectura del MS del Vaticano contenga un error ("Rev. Bibl.", enero, 1899).

(4) MANASÉS, hijo de Bani, uno de los acompañantes de Esdras, quien se casó con mujeres extranjeras (I Esd., x, 30).

(5) MANASÉS, hijo de Hasón, otro de los acompañantes de Esdras (I Esd., x, 33).

(6) MANASÉS, (de conformidad con el k´thibh del texto masorético y Sept.) un ancestro de Jonatán, un sacerdote de la tribu de Dan (Jueces, xviii, 30). La Vulgata y k´ri del texto masorético, da en Moisés la lectura correcta.

(7) MANASÉS, el décimo tercer Rey de Judea (692-638 a.c. -cf. Schrader, "Keilinschr. und das A. T."), hijo y sucesor de Ezequías (II Reyes, xx, 21 y siguientes). El historiador en II de Reyes nos dice cuanto de maldad había en su reino (xxi, 2-10), y el castigo que por tanto fue anunciado por los Profetas (versículos 10-15), no se dice, empero, nada más acerca de lo que hacía Manasés. El trajo de nuevo las abominaciones de Achaz, importó la adoración de “todas las multitudes del cielo”, aparentemente los mitos sobre lo astral, solar y lunar, de Asiria. Introdujo otros cosas importantes mencionadas en los textos sagrados; e hizo que “su hijo pasara por fuego” (versículo 6) en la adoración de Moloch. Es muy probable que a partir de estas diversas formas de idolatría, que “Manasés derramó mucha sangre inocente, hasta que Jerusalem se hartó hasta la boca” (versículo 16). El historiador de la parte II también nos dice mucho de la misma historia y agrega que, en castigo, el Señor hizo descender a los asirios sobre Judea. Ellos se llevaron a Manasés a Babilonia. El Señor escuchó su plegaria por perdón, y lo trajo de nuevo a Jerusalén, donde Manasés contuvo la marea de idolatría que lo había llevado a Judea (xxxiii, 11-20). En un determinado momento, se tuvo dudas sobre la historicidad de la narrativa en la segunda parte, debido a que II de Reyes omite el cautiverio de Manasés. Schrader (op. cit., 2nd ed., Giessen, 1883, 355) se refiere a bases cuneiformes de veintidós reyes que se relacionaban con Asuhadón, durante su expedición contra Egipto. El segundo de la lista es Minasi Sar ir Yaudi (Manasés, rey de la ciudad de Judea). Schrader también ofrece la lista de los veintidós reyes que se encuentran registrados en una tabla cuneiforme, como tributarios de Asubanipal, en la tierra de Hatti; segundo en esta lista es Miinsii Sar mat Yaudi (Manasés, rey de la tierra de Judea). Debido a que un ladrillo babilónico confirma el registro del historiador de la II parte, la reputación de este es un tanto más segura en los círculos racionalistas. Winckler and Zimmern admiten la presencia de Manasés de en Babilonia (véase su revisión respecto al trabajo de Schrader, "Keilinschr. und das A. T.", I, Berlin, 1902, 274). Conjeturas de la escuela Pan-Babilónica en relación con las causas del retorno de Manasés, y de la narrativa de II de Reyes, etc., no se encuentran en contra del valor de los Registros Inspirados.

LA TRIBU

Deriva su nombre de Manasés, hijo de José. Esta tribu estuvo dividida en dos medias tribus – la oriental y la occidental. La tribu oriental del Jordán fue representada por los descendientes de Maquir (Jueces, v, 14). Maquir fue el primogénito de Manasés (Jos., xvii, 1). Los hijos de Maquir tomaron Galad (Num., xxxii, 39). Moisés dio la tierra de Galad a Maquir (versículo 40). Los otros dos hijos de Manasés, Jair y Nobe, también tomaron pueblos en Galad, y les dieron sus propios nombres (versículos 41-42).

El territorio de la media tribu occidental esta esbozada en Jos., xvi, 1-3. Fue la parte de Samaria que se encuentra entre el Jordán y el Mediterráneo, la planicie de Esdrelón y los pueblos de Jericó, Sichem y Samaria. La media tribu oriental ocupó el norte de Galad, todo Basán, y Argob (Jos., xiii, 30-31; cf. Deut., iii, 13) –un inmenso territorio que se extiende desde el este del Jordán hasta más alla de la actual ruta a la Meca (darb elhaj), incluye además el Haurán.

LOS ESCRITOS

La Oración de Manasés es un escrito apócrifo cuyo propósito es dar al orador la referencia en II Par., xxxiii, 13, 18-19. El original está en griego. Nestle piensa que tanto la oración como otras leyendas de Manasés en la forma que actualmente tienen, no son anteriores a la “Apost. Const.”, xi, 22; y que la oración encontró su camino para prevalecer en el MSS, de Sept., pero sólo como una parte; encontrándose finalmente en el “Apost. Const.” (véase “Septuaginta Studien”, III, 1889). La oración no está en los cánones de Trento, y no parece haber tenido alguna vez mayor seriedad en cuando a ser proclamada en su canonicidad.

WALTER DRUM. Transcripción de W. G. Kofron Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes Con agradecimientos a la Iglesia de Santa María, Akron, Ohio.