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Viernes, 26 de abril de 2024

Macario de Antioquía

De Enciclopedia Católica

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Patriarca depuesto en 681. La dignidad de patriarca de Macario parece haber sido sólo de carácter honorario puesto que su patriarcado estaba bajo el dominio de los sarracenos y él residía en Constantinopla. Nada se sabe de él antes del VI Concejo General que lo depuso por su monotelitismo; y, después del Concejo, desapareció in un monasterio romano. No obstante, ha dejado su huella, en la historia de la Iglesia por haber provocado la condena de sus actos por parte de Honorio. En la primera sesión del concejo de delegados romanos éste pronunció un discurso en el cual se refirió a cuatro patriarcas sucesivos de Constantinopla y a otros más como responsables de “haber perturbado la paz del mundo con expresiones nuevas y no ortodoxas”, a lo que Macario respondió, “No publicamos nuevas expresiones sino lo que hemos recibido de los santos sínodos ecuménicos y de los santos padres aprobados”. Luego, releyó los nombres mencionados por lo delegados y agregó el del Papa Honorio. En ésta y en la siguiente sesión, Macario cayó en desgracia por un pasaje de San Cirilo de Alejandría y San León, en el que, a modo de un hombre que lo ve todo a través de un cristal color de rosa, intentó encontrar el monotelitismo. En la tercera sesión, se descubrió que algunos de los documentos que había presentado como originarios de Menas y del Papa Virgilio, eran falsificaciones subrepticiamente introducidas en el Acta del V Congreso General. En las sesiones quinta y sexta, él y sus seguidores presentaron tres volúmenes de testimonios patrísticos que fueron sellados para examinarlos más adelante. En la octava sesión leyó su ecthesis, or "profesión de fe", el la que apelaba a la autoridad de Honorio a nombre del monotelitismo. En respuesta a las preguntas que le planteara el emperador, declaró que prefería ser cortado en pedazos y arrojado al mar antes que admitir la doctrina de dos voluntades u operaciones. En esa misma sesión y en la siguiente, uno de sus testimonios patrísticos fue considerado irremediablemente confuso. Fue depuesto oficialmente al terminar la novena sesión.

Pero Macario le había dejado más trabajo al concejo. Los delegados papales parecían decididos a insistir en la necesidad de desechar en monotelitismo de una vez por todas, de modo que, cuando en el curso de la undécima sesión, el emperador preguntó si había algún otro asunto que tratar, respondieron que había algunos otros escritos presentados por Macario y uno de sus discípulos que aún no habían sido examinados. Entre estos documentos se encontraba la primera carta de Honorio a Sergio. Aparentemente, sin ninguna reticencia, los delegados aceptaron la necesidad de condenar a Honorio. Probablemente pensaron que cualquier otro curso de acción dejaría la via libre para revivir el monotelitismo. Su conducta a este respecto es aún más significativa puesto que el VI Concejo General actuó siempre basado en la suposición de que (no es anacronismo utilizar el lenguaje del Concilio Vaticano) las definiciones doctrinales del Romano Pontífice eran irreformables. El concejo no se había reunido para deliberar sino para obtener la sumisión a la epístola del Papa San Ágato – una aseveración no comprometida de la infalibilidad papal – dirigida al Concejo (ver Harnack, "Dogmengesch.", II, 408; 2ª edición). Al finalizar el Concejo, Macario y otros cinco fueron enviados a Roma para que el Papa se ocupara de su caso. Esto se hizo a solicitud del Concejo y no, como lo hace parecer Hefele, a solicitud de Macario y sus seguidores (History of Councils, V, 179; Eng. trans.). Macario y otros tres, que aún permanecían firmes, fueron confinados en distintos monasterios (ver Liber Pontif., León II). Mas tarde, Benedicto II intentó, durante treinta días, persuadir a Macario de que se retractara. Se hizo referencia a este intento en la primera sesión del VII Concejo General como precedente para la restauración de los obispos que habían perdido su investidura. Boronio presenta las razones para suponer que el propósito de Benedicto era devolverle a Macario su dignidad de patriarca, dado que el patriarca que lo había sucedido acababa de morir (Annales, ann. 685). Antes de dejar a Macario, es necesario llamar la atención sobre su profesión de fe en la Eucaristía, en su "Ecthesis", que costituye, tal vez, la primera instancia en la que se hace referencia a esta doctrina en una declaración formal de fe. Para Macario, la Eucaristía era el argumento primordial contra el Nestorianismo. La carne y la sangre que compartimos en la Eucaristía no es simple carne y simple sangre, si no ¿cómo podría dar vida? Da vida porque es la propia carne y la propia sangre del Verbo que, siendo Dios, es Vida por naturaleza. Macario desarrolla este argumento en una forma que demuestra cuán tenue era la línea que separaba el monotelitismo del monofisitismo. (Ver HONORIO I; CONSTANTINOPLA, COUNCILIOS DE, A. III.)

Ver the Acts of the Sixth General Council in HARDOUIN, Conciles, III; MANSI, XI; HEFELE, History of Church Councils, V (Eng. trans.); CHAPMAN, The Condemnation of Pope Honorius, reprinted from Dublin Review, July, 190 (January, 1907), by the English Catholic Truth Society.

F. J. BACCHUS. Transcrito por Douglas J. Potter Dedicado al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María. Traducido por Rosario Camacho-Koppel www.catholicmedia.net