Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Domingo, 24 de noviembre de 2024

Oblatos

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Oblatos (Oblatas) palabra usada para designar a algunas personas, no monjes profesos o frailes, que habían sido ofrecidos a Dios o, se habían consagrado ellos mismos a su servicio, en santa religión. Ha tenido diferentes usos en diferentes períodos de la historia de la Iglesia. Los hijos prometidos y dados por sus padres a la vida monástica, en casas bajo la Regla de San Benito, fueron comúnmente conocidos por el nombre durante siglo y medio cuando la costumbre estaba en boga, y los concilios y la Iglesia los trataban como monjes, esto hasta que el Concilio de Toledo (656) prohibió aceptarlos antes de la edad de 10 años y les garantizó el permiso para abandonar el monasterio, si deseaban, cuando llegasen a la edad de la pubertad. La palabra "oblato" después fue utilizada para designar a aquellos laicos hombres o mujeres pensionados por la realeza u otros patronos en monasterios o beneficiados, en donde vivían como en una casa de acogida o hospital. En el S.XI, se testimonia que el Abad William de Hirschau o Hirsau, en la antigua diócesis de Spires, introdujo hermanos laicos en el monasterio. Ellos eran de dos clases: los fratres barbati o conversi, quienes emitían votos pero no eran claustrales o monjes cerrados, y los oblati, trabajadores o sirvientes, que voluntariamente se sometían, aunque en el servicio del monasterio a la obediencia religiosa y a la observancia. Después el diferente status de los hermanos laicos en varias órdenes y las continuas regulaciones concernientes introducidas por las diferentes reformas, destrozaron la distinción entre el conversus y los oblatus. Los Benedictinos de Monte Casino, por ejemplo diferenciaban cuidadosamente desde un principio entre conversi commissi y oblati; la naturaleza de los votos y las formas de los hábitos en cada caso específicamente distintos. El conversus el hermano lego propiamente así llamado, emitía votos solemnes como los monjes de coro y vestía escapulario; el commisus emitía votos simples y vestís como un monje, pero sin escapulario; el oblatus emitía votos de obediencia al abad, se daba a sí mismo y sus bienes al monasterio, y vestía o sobrio traje seglar. Pero en 1625 encontramos al conversus reducido al status de commissus, ya que como él le estaba permitido solamente emitir votos simples y eso una vez al año, de hecho no se distinguía, sino por el vestido, del oblato del primer siglo. Después en la tardía Edad Media, oblatus, confrater y donatus llegaron a ser títulos intercambiables, otorgando uno u otro, por su generosidad o especial servicio al monasterio, recibían el privilegio de la hermandad, con la participación en las plegarias y las obras buenas de los hermanos.

Canónicamente sólo dos distinciones de alguna importancia se daban; primeramente, que entre aquellos que entraban en religión "per modum professionis" y "per modum simplicis conversionis", los primeros eran monje, los segundo lego; secundariamente, que entre el oblatus estaba mortuus mundo ( esto es, se entregaba a sí mismo y sus bienes sin reserva) y el oblato mantenía algún control sobre su persona y posesiones—el primero solamente (plene oblatus) era considerado persona eclesiástica, con disfrute de privilegios eclesiásticos e inmunidad ( Benedicto XIV, " De Sínodo Dioce.", VI)

Congregaciones de oblatos ( mujeres)

La primera sociedad o congregación de oblatas fue fundada en el S.XV por San Francisco de Roma a la cual le fue dado el nombre de Collatines, aparentemente por error, Santa Francisca esposa de Lorenzo Ponzani, reunió en torno a sí (en 1423 según Baillet) un número de viudas y muchachas, quienes formaron una sociedad o confraternidad. En 1433, según sus memorias, las alojó en una casa llamada Tor de Specchi, al pie del Capitolio, dándoles la Regla de San Bendito y algunas constituciones redactadas bajo su propia dirección y colocadas bajo la guía de los monjes Olivetanos de Santa María Nuova. En el mismo año pidió la confirmación de su sociedad por Eugenio IV, quien comisionó a Gaspar, Obispo de Cosenza para el estudio del asunto y algunos más tarde concedió lo requerido, con la autorización se inició la observancia en la casa cerca de Santa María la Nueva, mientras se buscaba una habitación más cómoda cerca de San Andrés en Vince. Nunca abandonaron su primer residencia, sino que la agrandaron y la embellecieron. El fin de la fundación no era distinto a la de las Benedictinas Canónicas en Francia: ofrecer un lugar de recogimiento a señoras piadosas de noble nacimiento, en donde no se mezclarían socialmente con otra clase que no fuera la propia, retendrían y heredarían las propiedades, abandonarían cuando las convendría y podían casarse si lo deseaban, al mismo tiempo podrían tener la protección de un convento de clausura, la protección de un hábito de monja y las ventajas espirituales de una vida de religiosa observancia. De aquí el nombre de oblates. La observancia había sido siempre suficientemente estricta y edificante, aunque se le permitía a cada hermana tener una criada en el convento y un lacayo para sus asuntos de fuera. Tenían un año de prueba y cumplidas sus obligaciones, entre las cuales ellas prometían obediencia a la madre presidenta, sobra la tumba de San Francisco en Roma. Había dos grados entre ellas: Las más excelentes que debían ser princesas por su nacimiento y "Las más Ilustres" aquellas de inferior nobleza. Su primera presidenta fue Inés de Lelis, quien dimitió a favor de Santa Francisca cuando más tarde enviudó. Después de su muerte, el general Olivetano, Beato Jerónimo de Mirabello, rompió la relación entre las oblatas y los olivetanos. El convento y los tesoros de la sacristía se libraron de la apropiación por parte del gobierno italiano, porque sus moradores no eran, en sentido estricto, monjas.

(2) Diferencias pequeñas entre las oblatas de Santa Francisca en su estado eclesiástico, pero distinto en otros aspectos son las Donne Convertite della Maddalena, bajo la regla de San Agustín, una congregación para mujeres caídas. Tienen una casa en Roma. Sin ningún noviciado previo, prometen obediencia y hacen entrega de sí mismas en el monasterio de Santa María Magdalena y San Lucas. En Orvieto hay casas similares de oblatas penitentes bajo la regla de Monte Carmelo.

(3) La Congregación de Filipinas, así llamadas por San Felipe de Neri, su protector) fundada por Rutilio Brandi, tenía el cuidado de 100 muchachas pobres, a quienes recogían hasta su matrimonio o profesión religiosa. Estas oblatas empezaron su religiosa observancia en Santa Lucía de la Chiaviaca, fueron trasladadas al Monte Citorio, y, cuando el convento fue derribado por Inocencio XII en 1693, retornaron a Santa Lucía. Adoptaron la regla Agustiniana.

(4) Las Hermanas de los Siete Dolores de la Beatísima Virgen, una evolución de algunas fraternidades del mismo nombre, fundadas por San Felipe Benizini, fundó una casa en Roma en 1652. Su fin era tomar a mujeres enfermas que no eran admitidas en otras congregaciones. Seguían la Regla de San Agustín y prometían estabilidad, conversio morum y obediencia según las constituciones.

Congregación de Oblatos (varones)

(1)La más antigua de las sociedades o congregaciones de sacerdotes conocida como oblatos es la de San Carlos Borromeo. Es un instituto regular de clérigos, fundado por el Santo en 1578 para mejorar administrar sus diócesis y desarrollar la más espiritual disposición de sus clérigos llevando una vida alejado del mundo

(2) Cuando era posible en común. Hacían voto simple de obediencia a su obispo y obrando así se comprometían a un excepcional servicio y declaraban su buena voluntad para emprender trabajos para la salvación de las almas que no son usualmente clasificados entre los deberes del párroco. Desde sus constituciones resulta claro que su utilidad y desarrollo y aún su existencia depende de obispo y el interés que toma en ellos. En la actualidad, no son un cuerpo importante y grande y quizá no encuentren el estímulo que merecen.

(2) Las más grande y mejor conocida congregación de sacerdotes oblatos, es la de María Inmaculada (O.M.I), recordada en un artículo especial, relacionada con la instituto y bajo su dirección están las Hermanas Oblatas de la Sagrada Familia.

(3) Los oblatos de María, no deben ser confundidos con los de María Inmaculada, Marianistas, una sociedad de sacerdotes Piedmontese fundada en 1845. Tienen casa en Turín, Navora y Pinerolo y enviados como misioneros a Burna, Ava, y Pegu en las Indias Orientales.

(4) Por un decreto del Papa León XIII, dado el 178 de Junio, 1898, los Oblati Seculares O.S.B.-esto es aquellos que han recibido el privilegio del escapulario por su amistad y buenos oficios, han sido admitidos como cofrades de algún monasterio benedictino o congregación- son concedidos todas las indulgencias, gracias y privilegios a aquellos de cualquier congregación, más particularmente a los Casinos. El Papa además declara que desde los oblatos benedictinos, no se puede al mismo tiempo ser terciario franciscano o de cualquier otra orden, es congruus que ellos tuvieran peculiares privilegios. Él, sin embargo, les concede la indulgencia plenaria en el día de la toma del hábito y en las principales fiestas de los Oblatos, etc.,dos veces al año la bendición en la carta encíclica del Papa Benedicto XIV; la absolución general que los terciarios son capaces de recibir en ciertos días durante la confesión, con la indulgencia plenaria añadida (adhibita formula pro Tertiariis praescripta); la indulgencia plenaria especial en la hora de la muerte (observetur ritus et formula a constitutione P.P.Bened.XIV "Pia Mater"); una indulgencia de siete años y de siete cuarentenas cada que oigan Misa corde saltem contriti-en una palabra, todos y cada uno de los privilegios y favores concedidos a los terciarios de San Francisco y otras órdenes.

Hélyot, t. des ordres mon.: Migne. Dict, des ord, rel,; Goschler, Dict, encycl, de la thélo, cath., s.v. Oblats, Calmet, Comment,in Reg. S.P. Benedicti, Heimbucher, Die Orden u. Kongreg.der kath., Kirche (Paderborn,1907-8)

J.C. ALMOND Traducido por Fidel García Martínez