Santa Zita
De Enciclopedia Católica
Modelo y celestial patrona de sirvientes domésticos, nacida a principios del siglo XIII en una familia humilde de Montsegradi, un pequeño pueblo cercano a Lucca, en la Toscana; murió en Lucca el 27 de abril de 1271.
Una disposición naturalmente feliz y la enseñanza de una madre virtuosa, ayudadas por la gracia divina, desarrollaron en el alma de la niña esa dulzura y modestia de carácter y la aplicación incesante y consciente al trabajo que constituyeron sus virtudes especiales. A la edad de doce años entró al servicio de la familia Fatinelli de Lucca. La piedad y la eficiencia con las que ella la realizaba las tareas domésticas (en las que se consideraba a sí misma como sirviendo a Dios más que al hombre), supliendo incluso las deficiencias de sus compañeros sirvientes, lejos de obtenerle su amor y estima y que sus patrones la prefieran, causó malestar en ambos, comenzando por los primeros y, a través de sus acusaciones, llegando a los últimos.
El maltrato incesante, sin embargo, fue impotente para privarla de su paz interior, su amor a aquéllos que le hicieron mal, y su respeto hacia sus patrones. Por esta misma mansedumbre y humildad logró al final el éxito, superando la malicia de sus compañeros sirvientes, tanto que sus patrones le pusieron al cargo de todos los asuntos de la casa.
En su posición de mando sobre todos los sirvientes, a todos trató con bondad y no exigió de ellos ninguna cuenta para los males padecidos que le habían inflingido durante tantos años. Ella siempre estaba serena, y sólo era severa cuando había una situación de verificar las circunstancias de vicios entre los sirvientes. Por otro parte, si cualquiera de ellos había sido culpable de negligencias, ella procuraba siempre excusarlos o defenderlos ante sus patrones. Usando la amplia autoridad dada por sus patrones, era generosa en limosnas, pero cuidadosa para realmente ayudar sólo a los que estaban en verdadera necesidad.
Después de su muerte fueron numerosos los milagros atribuidos a su intercesión, tanto que llegó a ser venerada como santa entre los habitantes de Lucca, y los poetas Fazio degli Uberti (Dittamonde, III, 6) y Dante (Infierno, XI, 38) los dos designan la ciudad de Lucca simplemente como "Santa Zita". El oficio en su honor fue aprobado por León X.
En 1580 fue descubierta su tumba en la iglesia de San Frediano; por ello se pensó en la aprobación solemne de su culto, que fue concedido por Inocencio XII en 1696. La más temprana biografía de la santa se conserva en un manuscrito anónimo perteneciente a la familia Fatinelli que fue publicado en Ferrara en 1688 por Monseñor Fatinelli, "Vita Beatae Zitae virginis Lucensis ex vetustissimo codice manuscripto fideliter transumpta" . Para su más completo "Vita e miracoli di S. Zita vergine lucchese" (Lucca, 1752) Bartolomeo Fiorito ha usado este y otros relatos, especialmente los extraídos del proceso, incorporados para demostrar la antigüedad de su culto.
U. BENIGNI
Transcrito por Paul T. Crowley
Traducido por MATER UNITATIS (www.materunitatis.org)