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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Santa Adelaide

De Enciclopedia Católica

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Nació 931 y murió el 16 diciembre de 999; fue uno de las piezas eminentes en el forcejeo de Otón el Grande para obtener la corona imperial de manos de los Pontífices romanos. Ella era la hija de Rodolfo II, Rey de Borgoña, quien estaba en guerra con Hugo de Provenza por la corona de Italia. Los rivales concluyeron una paz en 933 por la cual se estipulaba que Adelaida debía casarse con el hijo de Hog, Lotario. El matrimonio tuvo lugar sólo catorce años después. Mientras tanto, la madre de Adelaida se casó con Hugo. Por este tiempo Berengario, el Marqués de Ivrea, entró en escena y reclamó para sí el Reino de Italia. Obligó a Hugo a que abdicara en favor de Lotario, y se supone que no poco después envenenó a Lotario. Después propuso unir a Adelaida en matrimonio con su hijo, Adalberto; entonces, negándose a la oferta, Adelaida se encerró en cautividad casi solitaria, en el Castillo de Garda, en el lago de ese nombre. De este lugar fue rescatada por un sacerdote llamado Martín, que excavó un pasaje subterráneo por el que ella escapó, y permaneció escondida en los bosques; su rescatador le apoyó, entretanto, con la pesca capturada en el lago.

Pronto, sin embargo, el Duque de Canossa, Alberto Uzzo que había sido advertido del rescate, llegó y la llevó a cabo a su castillo. En este momento, los nobles italianos, cansados de Berengario, habían invitado a Otón a invadir Italia. Se encontró con escasa resistencia, y llegó a Canossa, donde se encontró con Adelaida, y la desposó el día de Navidad de 951 en Pavia. Este matrimonio no le dio ningún nuevo derecho a Otón sobre Italia, pero el entusiasmo de los habitantes por Adelaida, cuya carrera había sido tan romántica, les atrajo e hizo fácil el trabajo de Otón de subyugar la península. En Alemania ella fue el ídolo de sus conocidos, mientras vivió su marido. Durante el reinado de su hijo, Otón II, comenzaron sus problemas, debidos principalmente a los celos de su nuera, y de Teófano, y posiblemente también debidos a su liberalidad excesiva en sus obras de caridad.

De esto resultó su apartamiento de la corte, fijando su residencia en Pavía, pero se produjo una conciliación, efectuada por el Abad de Cluny, San Mayeul. Los mismos problemas estallaron cuando su nieto ascendió al trono, estando todavía sin conciliarse con la nuera celosa, y Adelaida se vio forzada de nuevo al aislamiento.

Pero al morir Teófano repentinamente, Adelaide fue llamada para asumir la carga de la Regencia. Su administración se caracterizó por la más gran sabiduría. Ella no tomó ninguna venganza sobre sus enemigos; su corte fue como una casa religiosa; multiplicó los monasterios y iglesias en las varias provincias, y fue incesante en sus esfuerzos por convertir a los paganos del Norte. En el último año de su reinado emprendió un viaje a Borgoña para reconciliar a su sobrino Rodolfo con sus allegados, pero murió durante el camino en Seltz, en Alsacia.

Adelaida no es mencionada en el martirologio romano, pero su nombre aparece en varios calendarios de Alemania, y sus reliquias se conservan en Hannover. San Odilón de Cluny escribió su vida.

Vite de' Santi Gentilucci, Decembre.

T.J. CAMPBELL

Traducido al español por MATER UNITATIS