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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Hildesheim

De Enciclopedia Católica

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Diócesis de Hildesheim.( Hildesheimensis). Sede exenta que comprendía la provincia prusiana de Hanover al este del Weser, además del ducado de Brunswick.

Su fundación se debe al emperador Luis el Piadoso. Su padre había seleccionado originalmente para sede episcopal la villa de Elze (Aulica), pero la leyenda nos dice que luis fue influenciado por un milagro para elegir el lugar de la catedral actual. Erigió en este lugar la primera capilla dedicada en Alemania a la Madre de Dios. NO se conoce el año exacto de la fundación de esta sede, ya que varía según los distintos relatos desde el 814 al 822. El primer obispo fue Gunthar (ca. 815-834). Las diócesis cercanas eran, por el norte Verden, por el este Halberstadt, al oeste Minden y Paderborn, y al sur Maguncia de la que era sufragánea. Hildesheim recibió ricas donaciones, algunas de los mismos caballeros alemanes. Las inmunidades y prerrogativas de jurisdicción independiente, junto con la soberanía feudal, pronto la llevaron a un alto nivel de prosperidad y poder.

El período cubierto por el la administración del los obispos S. Bernward (993-1022), S. Godehard (1022-1038), y Hezilo (1045- 1079) fue de un lustre especial. A los gustos artísticos de Bernward se deben las puertas de bronce de la catedral, la columna de Cristo y y la Cruz de Bernward y la bellísima iglesia de S. Miguel, la cripta occidental que contiene la tumba de S. Bernward. La abadía de Gandersheim, renombrada por ser el hogar de Hroswitha, la famosa poetisa latina, fue la ocasión de una disputa entre Hildesheim y Maguncia que duró muchos años pero que fue resuelta a favor de la primera. Hildesheim consiguió su independencia enfeudandose severamente Enrique el León.

En 1221, Conrado II, uno de las personalidades más fuertes del siglo trece en Alemania, fue investido con autoridad de Príncipe y en 1235 su autoridad como señor territorial fue reconocida en Maguncia, pero halló que el ejercicio de su soberanía eclesiástica y territorial se veía restringido por la independencia corporativa de la ciudad de Hildesheim, que duró hasta mediados del siglo trece ( la primera constitución municipal, de 1249) y por el capítulo de la catedral, que gracias al “Gran Privilegio “ del obispo Adelog, mantenías desde 1170 un derecho de largo alcance de participación en el gobierno. En el año 1216 vio la primera "Wahlkapitulation"; mientras que en 1221 todos los participantes en la selección de obispo se les quitó a los grandes oficiales o Ministeriales, de la sede. La estrecha combinación de autoridad temporal y espiritual significaba par el obispo incontables fuentes de desórdenes y conflictos violentos con adversarios domésticos y extranjeros, siendo los Güelfos los más importantes.

La victoria de Gernard sobre el duque Magnus de Brunswick y sus aliado en Dinklar ( 1367) es bien conocida. Estas guerras incesantes y las agitaciones paralizaban el crecimiento religioso. El obispo Magnus (1424-52) que había determinado restaurar la concordia doméstica, entró en varios tratados con las ciudades y principados vecinos para la salvaguardia de la paz y tomó con mucho ímpetu la reforma interna de la vida religiosa por la que clamaban los papas y los concilios. Johannes Busch, preboste de los Agustinos, trabajó eficientemente por la reforma monástica mientras por este mismo tiempo los benedictinos de Bursfeld comenzaban sus trabajos de reforma en la diócesis. El cardenal Nicolás de Cusa llegó a Hildesheim en 1451.

Las reformas no fueron duraderas: resurgieron con más violencia que antes las antiguos turbulencias de la sede, guerra y enemistades internas hasta que la sede, que había sido tan floreciente, cayó víctima de los que se ha llamado “gran guerra diocesana” (grosse Stiftsfehde). De los once distritos con veintisiete condados y veintiún castillos solo le quedaron a la sede de Hildesheim 3 distritos (Peine, Steuerwald y Marienburg) la llamada “diócesis pequeña”, por el Pacto de Quedlinburg, en 1523. La “diócesis grande” cayó en manos de los güelfos victoriosos y lo que fue un gran poder de los obispos de Hildesheim dejó de existir. Los conflictos internos prepararon el camino para la Reforma.

El obispo Velentine intentó reforzar la antigua fe entre su gente convocando un sínodo diocesano en 1539, en el que promulgó varios decretos, aunque en vano. En 1542 la ciudad de Hildesheim adoptó las nuevas doctrinas y los duques protestante de Brunswick introdujeron la Reforma en la “diócesis grande”. El catolicismo fue defendido vigorosamente por el obispo auxilias, Baltasar, desde el púlpito de la catedral, pero el gobierno de la ciudad recurrió a medidas de violencia.

Mientras sucedían estos acontecimientos perturbadores, un viejo de 90 años estaba erigiendo en la catedral uno de los más hermosos monumentos del Renacimiento temprano alemán: el canónigo Arnold Fridag construía el magnífico coro alto con su rico ornamento pictórico.

Mientras tanto, la sede entró en el más critico período de su historia cuando un príncipe luterano, el duque Friedrich von Holstein ascendió a la sede episcopal en 1551. Su muerte prematura salvó a la sede del desastre total. Gracias a su sucesor, verdaderamente católico, Burchard, la antigua fe y las pocas propiedades de la iglesia se conservaron. El capítulo catedralicio, tras su muerte, recurrió al único resorte que le quedaba para asegurar la estabilidad de la pequeña diócesis: confiarla a un poderoso príncipe eclesiástico. De 1573 a 1761, con una corta interrupción, los obispos eran elegidos de la casa ducal de Bavaria que para combatir más eficientemente la extensión del protestantismo, mantuvo otras diócesis constantemente bajo su control, entre otras la misma Colonia. También llevaron a los jesuitas a Hildesheim en una fecha temprana.

Para entonces, la Guerra de los Treinta Años había traído muchas cargas y aflicciones a la sede. Hasta la catedral fue entregada al culto luterano por enemigos victoriosos, por un corto período, en 1643. La sede continuó existiendo aunque rodeada por territorio protestante. En 1643 la “Diócesis grande”, que se había perdido en 1523, volvió a recuperarse, aunque todos los esfuerzos para que la población volviera al catolicismo se frustraron por el artículo del “Año Normal” del Tratado de Westfalia i.e., lo que había sido protestante hasta 1642 debía permanecer así en el futuro. La “Diócesis grande” permaneció unida a Hildesheim hasta que la “secularización” de 1803 separó la corona del príncipe de la mitra del obispo y suprimió el capítulo católico y numerosos monasterios y conventos. En 1803 la sede fue entregada a Prusia como un principado seglar. En 1807 fue parte del reino de Westfalia de Jerónimo Bonaparte y en 1813 se incorporó al reino de Hanover. En 1824 la Bula "Impensa Romanorum Pontificum" dio la forma actual a la diócesis, en adelante privada de todo poder temporal y puso bajo su jurisdicción a todos los católicos repartidos por el reino de Hanover al este de Weser. En 1834 se le añadió el Ducado de Brunswick. La nueva diócesis tiene un área de alrededor de 900 Km2. El verdadero restaurador de la sede fue el obispo Edward Jacob que con su celo apostólico u sacrificio personal consiguió grandes resultados. Fue ayudado por la buena voluntad personal del rey Jorge V de Hanover, así como el moviendo general de ascenso de la fe católica en Alemania. El introdujo a los franciscanos y a los agustinos en la diócesis así como a las Hermanas de la Caridad de S. Vicente de Paúl a las que llamó de Paderborn. En 1906 con el obispo Dr. Adolf Bertram los números de la diócesis (1908) 201.914 católicos (sin contar a los soldados ni a los que están en prisión). Tiene 15 deanes y 109 parroquias, 25 curatos, 174 iglesias y capillas. Hay 233 sacerdotes seculares y 4 monjes agustinos y 8 franciscanos. Hay monjas ursulinas en Duderstadt con 37 profesas y 18 hermanas laicas y 8 novicias. Hermanas de la Caridad de S. Vicente de Paúl en Hildesheim ( casa madre) con 35 establecimientos que suman 308 monjas y 33 novicias

BERTRAM, Die Bischöfe von Hildesheim (Hildesheim, 1896); IDEM, Geschichte des Bistums Hildesheim, I (Hildesheim, 1899); IDEM, Die katholische Kirche unserer Zeit herausgegeben von der österr. Leogesellschaft, II (Munich, 1899-1902), 192 sq.; NEHER, in Kirchenlex., s. v.; DÖBNER, Studien zur hildesheim'schen Geschichte (1902); IDEM, Urkundenbuch der Stadt Hildesheim (Hanover, 1880-1901); JANICKE AND HOOGEWEG, Urkundenbuch des Hochstifts Hildesheim und seiner Bishöfe 4 vols. have already appeared (Hanover, 1896-1905); MARING, Diözesansynoden und Domherrn-General kapitel des Stifts Hildesheim (Hanover, 1905); IDEM, Die Kongregation der barmherzigen Schwestern vom hl. Vincenz von Paul in Hildesheim (Hildesheim, 1908); HILLING, Die römische Rota und das Bistum Hildesheim am Ausgange des Mittelalters, supplement VI of the Reformationsgeschichtliche Studien und Texte (Münster, 1908).

JOH. MARING.


Transcrito por WGKofron, En memoria de Fr. John Hilkert, Akron, Ohio Fidelis servus et prudens, quem constituit Dominus super familiam suam.


Traducido por Podro Royo